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esas partes; i siempre estareis en esto con la vijilancia, cuidado i recato que fio de vos i conviene, habiendo tanta jente como hai al presente en ese reino, que en todo ello me servireis."

El gobernador don Alonso de Rivera recomendaba al rei en 1613 que aumentase el sueldo de las tropas de Chile, a fin de tener en ellas hombres de honra, "porque son éstos los que estorban los motines i otros deservicios de Vuestra Majestad; i si aquí sucediese algun desman de alteracion de soldados, como lo han intentado en tiempo de don Alonso de Sotomayor i del presidente Alonso García Ramon, perderáse este reino, porque los amotinados dejarian los puestos i se retirarian a Santiago, que es lo mas bien parado, i todo lo demas se perderia, i aquella ciudad no estaria segura.'

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XV.

El proyecto de motin en el gobierno de Sotomayor a que se hace referencia tuvo lugar el año de 1587.

Tenia por entonces el mando interino de la fortaleza de Puren Tiburcio de Heredia, que cayó enfermo a consecuencia de las fatigas de la gue

rra.

Habia entre los soldados de la guarnicion algunos que estaban exasperados al verse pobres, hambrientos, cansados, i, lo que peor era, desesperanzados de que sus trabajos fuesen debidamente remunerados.

Estos determinaron aprovecharse de la oportunidad que les ofrecia la enfermedad de su jefe para levantar bandera de rebelion.

Segun un cronista, "el concierto entre ellos fué de esta manera, que tomando las mejores armas i caballos habian de ir a la ciudad de los Infantes i a la de Chillan i a los dos fuertes del Biobio a llevar de camino algunos amigos suyos tan desesperados como ellos, i con toda esta fuerza habian de dar sobre la ciudad de Santiago, saqueándola con mano armada para irse con todas sus riquezas al reino de Tucuman, i a posesionarse de él como señores absolutos".

Heredia, que en la cama donde le retenian sus dolores, supo lo que se estaba tramando, trató de evitarlo por la astucia, ya que no lo podia por la fuerza.

Para ello, incluyó a varios de los conjurados en un destacamento que, so pretesto de ir a buscar víveres, hizo salir para la Imperial, donde se encontraba el gobernador.

Heredia escribió con ellos a Sotomayor una carta en flamenco, en la cual le comunicaba todo lo que sucedia.

El gobernador se dirijió entónces a Puren, a la cabeza de un escuadron, con las apariencias de venir a visitar al enfermo i de custodiar los bastimentos.

En seguida, condujo consigo a los principales conjurados a Angol, donde les mandó dar garrote a todos, "con lo cual, dice el cronista, se obvió el notable daño que pudiera causarse en estos reinos si Dios Nuestro Señor no lo remediara” (1).

Por lo que toca al otro motin acaecido en 1607 bajo el gobierno de García Ramon, no he encontrado mas noticias que las mencionadas en un informe de la audiencia que ántes he copiado.

(1) Mariño de Lovera, Crónica del reino de Chile, libro 3, capítulo 36.

Pero estos dos ejemplos bastan por ahora para manifestar que pudo ser serio el peligro que aquel ejército mal pagado i peor disciplinado hacía correr a la dominacion española en Chile.

CAPITULO IV.

LOS ENCOMENDEROS I LOS JESUITAS EN CHILE.

Encontradas opiniones que habia en Chile acerca del servicio personal. -Disposiciones tomadas por el virrei del Perú marques de Monte Rei para preparar la abolicion del servicio personal en Chile.-Primeras e infructuosas tentativas del padre Luis de Valdivia para conseguir igual objeto.-Dilijencias que don Juan de Zalazar hace en la corte para el mismo fin. Medidas contrarias al servicio personal tomadas en Chile por el provincial de los jesuitas Diego de Torres.Disensiones entre los encomenderos i los jesuitas.-Resolucion de la audiencia de Santiago.-Felipe III acepta el plan propuesto por el padre Valdivia de hacer solo guerra defensiva contra los araucanos i de abolir el servicio personal. Los encomenderos de Chile envian inútilmente a Lima un procurador para reclamar contra aquella resolucion.-Luis de Valdivia da principio sin dificultad a la realizacion de su plan.-Visita la diócesis de la Imperial.-Fuga de las mujeres de Ancanamon, i martirio de tres misioneros jesuitas.-Plan propuesto por Alonso de Rivera para tratar a los araucanos.-Au mento de descontento que el mal éxito del proyecto del padre Valdivia para convertir a los araucanos produjo, tanto contra él mismo, como contra los jesuitas en jeneral.-Luis de Valdivia, decididamente apoyado por el gobierno metropolitano, continúa empeñándose por realizar su plan de guerra defensiva.-Su vuelta a España.-Resultado de las misiones de infieles fundadas i dirijidas por los jesuitas en Arauco

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Los hechos i documentos hasta aquí mencionados permitirán fácilmente comprender la ardiente lucha que a principios del siglo XVII fué provoca

da en Chile por la cuestion del servicio personal de los indios.

Voi a detenerme algun tanto en la narracion de este acontecimiento, no solo por lo interesante que es, sino tambien porque puedo hacerla con pormenores curiosos, que, o no fueron conocidos por los que antes de ahora se han ocupado del asunto, o fueron desatendidos por ellos, aunque en mi concepto pueden contribuir sobre manera a reproducir ante nuestros ojos aquella época ya lejana de la vida colonial.

El servicio personal de los indíjenas era empeñosa i enérjicamente apoyado por todos los que se aprovechaban de él; por los encomenderos i por los militares, i los allegados de unos i otros.

Pero estaba mui léjos de ser jeneralmente aceptado ni en la América, ni tampoco en Chile.

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Desde luego, lo reprobaban todos los que prestaban la debida obediencia a las categóricas i reiteradas reales cédulas en que el monarca lo prohibia.

En seguida, lo censuraban gran número de eclesiásticos i de jente piadosa para quienes era la causa, tanto de la rápida destruccion de las encomiendas, i de su ignorancia en materias de fe, como de la tenaz resistencia que los indios infieles oponian para convertirse a la relijion católica i para someterse a la autoridad real.

Estas razones de aplicacion jeneral eran reforzadas por las consideraciones que se deducian de las circunstancias especiales de Chile.

La larga i calamitosa guerra de Arauco, los injentes gastos que imponia el ejército, el peligro con que su indisciplina amenazaba la tranquilidad pública, la poca prosperidad de las ciudades fundadas en la parte septentrional del país, todos estos

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