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Los holandeses se alejaron de Chile a fines de 1643.

Todo lo que en realidad habian conseguido con su espedición habia sido dejar sepultado en la tierra de Valdivia el cadáver de Brouwer en cumplimiento de la voluntad que éste habia manifestado al tiempo de morir.

XVI.

Sin embargo, la empresa holandesa que acabo de referir causó las mas vivas inquietudes al presidente de Chile, al virrei del Perú i aun al monarca mismo.

Eran tan escasos i pobres los medios de comunicacion de que entónces disponian el presidente de Chile i el virrei del Perú, que el segundo no supo la invasion de los holandeses hasta el 19 de setiembre por aviso que le remitió el primero.

El marques de Báides, segun frai Miguel de Aguirre, tuvo noticia del acontecimiento "por relaciones ciertas habidas por personas confidentes de la tierra de guerra".

El presidente de Chile, junto con anunciar al virrei del Perú lo que estaba sucediendo, le escribia que "necesitaba de mas jente para poderse defender de las invasiones que en aquel reino intentase el holandes; i que se enviase el situado con brevedad, i con él trescientos hombres armados i pagados para que agregados al ejército defendiesen aquellos puertos i guarneciesen las fronteras". El marques de Mancera desplegó una actividad estraordinaria.

Mientras alistaba una escuadra que poder hacer salir contra los holandeses, envió socorros al presidente de Chile en dos naves mandadas por don

Francisco de Villagómez; i otra a las órdenes de don Alonso de Mujica Buitron para que viese sí habia medio de socorrer a los españoles de Chiloé.

Mujica llegó mui oportunamente para estorbar la sublevacion de los indíjenas que los holandeses habian dejado preparada, i para hacer prisioneros a dos de los estranjeros, que se habian quedado rezagados.

Estos, conducidos a Lima, fueron los primeros que dieron noticias bien exactas i auténticas de la espedicion holandesa.

Paso ahora a insertar el parte oficial en que el marques de Báides comunicaba al monarca la evacuacion de Valdivia.

"Para salir de confusiones, le decia en carta de 28 de mayo de 1644, me resolví a enviar desde esta ciudad de la Concepcion en un barco con infantería al capitan Juan de Acevedo à reconocer el puerto de Valdivia para tomar nuevas ciertas del estado en que se hallaba el enemigo holandes, que se habia apoderado dél; i habiendo salido en demanda de su viaje a 30 de abril del mismo año, i ejecutádole en conformidad de la instruccion que le di, fué Dios servido que a los 23 de mayo siguiente, estuviese de vuelta en esta ciudad con tan buenas nuevas como se podian desear. Habiendo reconocido el sitio donde era la ciudad de Valdivia, i sondeado la entrada i rios, i visto las islas i morros, sin impedimento, por no haber hallado enemigos en ellas, i habiendo estado allí tres dias para tomar lengua, se demostraron algunos indios en la montaña, con quien habló con los intérpretes que llevaba, haciéndoles algunas preguntas i repreguntas en órden a saber el tiempo que allí estuviesen, i cuándo se fueron, i sus designios; i segun parecia, habian estado en aquel puerto cuȧ

tro meses, i habia cinco que se fueron sin haber hecho fortificacion alguna, ni echado artillería en tierra, i sin obrar mas que algunos ranchos en la ciudad para repararse de las aguas cuando salian a tierra, pero habian dejado dicho volverian con otros doce navíos para fortificarse allí; i segun el tiempo en que quedaron de hacerlo, tardan ya, como consta todo del testimonio que remito a Vuestra Majestad de las dilijencias hechas por el capitan Juan de Acevedo".

El soberano contestó al marques de Báides, entre otras cosas, por cédula de 12 de mayo de 1645, lo que sigue: "Ha parecido daros las gracias (como lo hago) por el cuidado i dilijencia que pusisteis en saber sí el enemigo que ocupaba a Valdivia, le habia desamparado; i por el gusto que se ha recibido con la buena nueva que me dais".

La noticia que el capitan Acevedo habia traído al presidente de Chile no tardó en ser confirmada por otra que llevó al virrei del Perú don Alonso de Mujica Buitron en un viaje de descubierta que hizo a Valdivia, donde tomó prisioneros a los cuatro desertores holandeses, de que antes he hablado, cuyas declaraciones acabaron de revelar todo lo que habia pasado.

XVII.

Voi ahora a dar a conocer una real cédula, que nos manifestará los temores que siempre continuó abrigando la metrópoli, i los arbitrios que meditaba para defenderse contra cualquiera ataque.

"El Rei. Marques de Mancera, pariente, de mi consejo de guerra, jentilhombre de mi cámara, mi virrei, gobernador i capitan jeneral de las provincias del Perú. Háse recibido vuestra carta de 16

de junio del año pasado de 1644, en que me dais cuenta de las noticias que tuvisteis de haber tomado el enemigo holandes a Valdivia; i que segun lo que se habia entendido de sus designios, era con propósito de poblar i fortificar aquel puerto; i juntamente referis lo que os pasó con el marques de Báides, gobernador i capitan jeneral de las provincias de Chile, sobre la forma en que se habia de ejecutar la espugnacion de estos enemigos; i decis que estando haciendo las prevenciones necesarias para ello, llegó al Callao el capitan Juan de Acevedo, que por órden del de Báides fué a reconocer el dicho puerto de Valdivia con ocasion de las noticias que corrian de que aquellos enemigos habian salido dél, i halló ser ciertas; i remitis la planta del dicho puerto, fecha por don Constantino de Vasconcélos, con relacion que le hizo aquel capitan, que decia que lo que pudo averiguar por las noticias que tuvo de los indios de guerra fué que despues de cuatro meses que allí estuvieron, los holandeses se habian ido; i que no halló rastro de que hubiesen intentado fortificarse en parte ninguna; solo habian dejado las señales que contiene la dicha planta; i que lo que supo de los indios fué verdad en la parte de decir que habian salido de allí los holandeses, porque esto no lo pudieron negar, porque en cuanto a que volverian luego i otras cosas que dijeron, parecia engaño i amenaza, que, aunque eran bárbaros, sabian usar bien de estas trazas, como se verificaba en no haber vuelto, i ser ya pasado el tiempo en que habian quedado de hacerlo; sobre que haceis diferentes discursos acerca de los designios que podian tener estos enemigos, tiempo en que podian volver a Valdivia, fortificaciones i prevenciones que eran necesarias para la defensa de aquel puerto por los recelos con

que se podia estar de que volviesen con mayores fuerzas a fortificarse en él; i que caso que se hubiese de ir de esa provincia con armada, como está prevenido, a desalojarle dél, pendia el buen suceso de esta faccion, que el gobernador de Chile, por tierra, asistiese con el ejército de aquellas provincias a ella; i que cuando se fortificase aquel puerto, sería necesario que con el mismo ejército en las ocasiones de enemigos les socorra i asista por tierra, porque de otra manera no podrán conservarse; pero que respecto que estas materias se gobernaban por noticias, discursos i conjeturas, era mui difícil acertar a resolver sobre ello lo conveniente; porque por una parte parecia lo mas seguro persuadirse a que habian de volver los holandeses a su intento por ser tan grande, sin embargo de que habia hartos fundamentos para pensar lo contrario por lo que queda dicho, i por haber dado tiempo para acudir al remedio i prevencion de sus designios; i por otra, se reconocia que fundar i fortificar a Valdivia, sin comunicarse el ejército de Chile con aquel puerto i para reconocerle, sería lo mismo que entregarle con las banderas, artillería i jente que allí estuviese a la primera escuadra de enemigos que intentase tomarle; i que para la disposicion de esto, habíades hecho diferentes instancias con el gobernador de Chile para que con el ejército penetrase veinte i tres o veinte i cuatro leguas que hai de montañas i indios rebeldes desde la Imperial a Valdivia, porque echar de allí al enemigo i fundar nosotros no se podria conseguir ni conservar de otra manera; i que le remitisteis para este efecto los socorros que habia pedido, i ofrecídole otros para su entrada; i que sin embargo que él siempre estaba firme en que no se podia ejecutar, le habiais escri

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