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ba mucho su hogar y no quiso trocar su calidad de príncipe maya por la de un oscuro aventurero, que vá todavía en busca de la fortuna. La esposa de éste se presentó repentinamente en la pieza donde tenia lugar esta entrevista, y adivinando el asunto de que se trataba, llenó de improperios al que creia todavía esclavo de May, y le echó de su casa.

Aguilar salió desesperado de Chetemal y corrió al cabo Catoche. Pero su deseo de llevarse consigo á Guerrero le habia hecho perder mucho tiempo, y los navíos de que hablaba la carta, habian desaparecido. ¡Cómo debió haberse oprimido con este golpe el corazon del pobre cautivo! ¡Cuánto debió de haber acusado á la fortuna, que no parecia cansada de perse-guirle!

Pero sus padecimientos debian tener pronto un término feliz, porque poco tiempo despues supo que los españoles habian vuelto á Cozumel. Corrió entónces á la costa, fletó una canoa de seis remos con las cuentas de vidrio que le quedaban, y sehizo conducir á la isla.

CAPITULO III.

1517

Origen de la primera expedicion al continente septentrional. Sale de Cuba á las órdenes de Francisco Hernández de Córdova.-Descubrimiento de la península.-Los mayas hostilizan cruelmente á los españoles en Cabo Catoche y Champoton.—Dáse al país descubierto el nombre de Yucatan.-Etimología de esta palabra.

Por los años de 1516 y 1517 andaban ociosos en la isla de Cuba muchos de esos aventureros españoles que comenzaban á abandonar á centenares la madre patria para buscar fortuna en el Nuevo Mundo. Aunque la sujecion y colonizacion de la isla se habia verificado en 1511, su gobernador Diego Velazquez, no tenia ya indios que repartir (1) entre los pretendientes, venidos de España y del Darien, que los solicitaban. En Española, primer punto de América en que desembarcaban los que venian de Europa, la poblacion indígena se habia disminuido tan considerablemente, gracias á la dureza con que fué tratada

(1) Mas adelante esplicarémos la naturaleza de estos repartimientos, á que se dió el nombre de encomiendas.

por sus dominadores, que á los quince años de descubierta, se habia reducido á la vigésima parte (2). Esto mismo sucedia, poco mas ó ménos, en el Darien, y había allí tan poca ocupacion para los colonos, que la mayor parte habia sido licenciada por el gobernador Pedro Arias de Avila, el verdugo de Vasco Nuñez de Balboa.

Todos estos aventureros reunidos en Cuba, envidiaban á sus compatriotas, que vivian regaladamente en sus encomiendas, y se desesperaban de haber llegado demasiado tarde á la isla. Pero como la necesidad es madre de la industria, un centenar de estos hijos desheredados de la fortuna se reunió á deliberar, y despues de haber elegido por jefe á un hidalgo, Ilamado Francisco Hernández de Córdova, acordaron lanzarse á la mar en busca de nuevas tierras, que diesen ocupacion á su ociosidad. Los gastos de la expedicion debian hacerse á prorata entre los mismos que la meditaban, porque la corte de España, que siempre habia sido mezquina para esta clase de empresas (3) estaba muy léjos, y además, ninguno de los expedicionarios, á pesar de su pretendida hidalguía (4), tenia influencias en ella. Acordaron no obstante ocurrir al gobernador, así para pedirle la autorizacion de que necesitaban, como para invitarle á que contribuyese á los gastos de la empresa. Diego Velazquez, que tambien tenia sed de conquistas, concedió al punto la licencia y ofreció contribuir con un buque, siempre que los expedicionarios pasaran á las Guanajas á coger indios

(2) Róbertson, Historia de América, libro III.

(3) Cristóbal Colon, cuyos grandes servicios no podrán ponerse en duda, luchó toda su vida contra esta mezquindad y murió poco menos que en la miseria. Los que en adelante emprendieron descubrimientos y conquistas, hicieron casi siempre de su bolsillo todos ó la mayor parte de los gastos. Las mas importantes de estas empresas, la de Cortés y la de Pizarro, no costaron un óbolo á la corona de España.

(4) Bernal Diaz que fué uno de los miembros de la junta y mas adelante de la expedicion, los llama á todos hidalgos y personas de calidad. (Obra citada, capítulo I.)

para traer á Cuba, donde hacian falta para el cultivo de la tierra. Parece que los solicitantes se negaron á aceptar esta condicion criminal, alegando que ni Dios ni el rey podian aprobar que fuesen reducidos á esclavitud, hombres que habian nacido libres. No obstante, como se mostraban tan entusiasmados con su empresa y confiaban mucho en las utilidades que pensaban sacar de ella, el gobernador consintió al fin en dar el barco y retiró la condicion (5).

Alentados Córdova y sus compañeros con esta concesion, compraron otras dos naves, y hechas todas las provisiones de boca y de guerra (6) que creyeron necesitar para su empresa, oyeron misa, se encomendaron á Dios y se hicieron á la vela en el puerto de Jaruco el día 8 de febrero de 1517. La flota, además del capitan, llevaba cinco personajes importantes: los tres pilotos, Anton de Alaminos, Camacho de Triana y Juan Alvarez el Manquillo: un clérigo, llamado Alonso Gonzalez, que no debia tener mucha vocacion de misionero, pues segun Bernal Diaz, le ganaron con buenas palabras y ofrecimientos; y por último, un individuo, nombrado Bernardino Iñiguez, á quien los

(5) Tal es la explicacion quo Bernal Díaz dá del orígen de esta expedicion. Cogollado la acepta; pero Prescott, apoyado en Oviedo y otras autoridades, refiere el suceso de muy distinta manera. Dice que Velazquez mandó expresamente á Córdova y sus compañeros buscar indios á las Lucayas; pero que extraviadas las naves de su rumbo, á causa de los vientos y las corrientes, al cabo de tres semanas, descubrieron los viajeros á Yucatán. Nuestros lectores sabrán escoger entre estas dos versiones la que les parezca mas verosímil. Landa se inclina á la última, aunque tambien refiere como posible, la primera.

(6) Copiamos á continuacion un pasage de Bernal Diaz (obra citada, capítulo I), que dará á nuestros lectores una noticia de estas provisiones y una idea de las privaciones á que entonces estaban sujetos los aventureros en el Nuevo Mundo. "Y desque nos vimos con tres navíos y matalotaje de pan cazabe, que se hace de unas raíces que llaman yuca y compramos puercos que nos costaban en aquel tiempo á tres pesos, porque en aquella sazon no habia en la isla de Cuba vacas ni carneros, y con otros pobres mantenimientos y con rescate de unas cuentas que entre todos los soldados compramos...... recogimos los marineros que hubimos menester y el mejor aparejo que pudimos de cables, y maromas y anclas y pipas de agua y todas otras cosas convenientes para seguir nuestro viaje, y todo esto á nuestra costa y minsion."

expedicionarios eligieron Veedor por S. M. á fin de que hubiese quien cobrara el real quinto de las perlas, oro ó plata, que podrian encontrar en las tierras que iban á descubrir.

A los doce dias de su salida, la flota dobló el cabo de San Anton, y entonces el piloto Alaminos gobernó á la buena de Dios hacia el Occidente, sin saber lo que podria encontrar por aquel rumbo, ni conocer el mar á que se arrojaba. Poco despues sobrevino una tormenta que las naves pudieron resistir acaso porque solo duró dos dias, y el 3 de marzo descubrieron un país, de que ninguno de los viajeros tenia noticia. A dos leguas de la costa, vieron una poblacion con tantas casas blancas y de tal extension, que por no haber visto todavía ciudad de tal importancia en toda la América, le dieron el nombre de Gran Cairo (7).

A la mañana siguiente, cuando ya los españoles se disponian á desembarcar para visitar la tierra, vieron venir cinco grandes canoas, que se acercaban sin temor á sus naves. Subieron á la Capitana por invitacion de Córdova, treinta de ellos, y causaron á bordo la misma impresion favorable, que sus compatriotas habian hecho quince años ántes en Colon. El jefe de la expedicion los obsequió con una comida mixta entre americana y europea (8), y les regaló algunas de sus cuentas de vidrio, que los indios durante la conquista cambiaban con puñados de oro. Como los extranjeros no traian intérpretes, la entrevista fué infructuosa. No obstante, el jefe de los indios dió

(7) Bernal Diaz, ubi supra, capítulo II.-Cogolludo, obra citada, libro I, capítulo I.-Este pueblo á que se dió un nombre tan pretencioso seria Isla-Mujeres? Hay varias razones para creerlo así, aunque Bernal Diaz, que era de la expedicion, segun hemos advertido, no lo dice. . Landa (obra citada, § III) pretende que Hernández de Córdova bajó á la isla, y que á la vista de muchas estátuas de piedra de mujeres casi desnudas, que probablemente representaban á Xchel, á Xchebelyáh y á otras diosas de la mitología maya, le dió el nombre de Isla de Mujeres, con que es conocida hasta el dia.

(8) La comida se compuso de pan de cazabe y carne de cerdo, segun Bernal Diaz.

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