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cion de un soldado llamado Berrio- salió tan mal parado que el que ménos tenia dos ó tres heridas. El animoso Hernandez de Córdova sacó doce.

Reducidos los castellanos á una escasa mitad de su número, acordaron volver á Cuba para dar cuenta de una expedicion que ya no podian continuar. Quemaron una de sus naves, porque ya no la necesitaban y porque carecian de marineros que la gobernasen. No pudiendo encontrar agua en la costa de Yucatan, pasaron á Florida, donde tuvieron un encuentro con los indios y donde Berrio, que cometió la imprudencia de internarse en un bosque, desapareció para siempre. Llegaron por fin los expedicionarios á la Habana, donde murieron cuatro de sus heridas. Córdova murió tambien de las suyas en su encomienda.

La fama del descubrimiento de Yucatan se extendió inmediatamente por toda la isla. Los aventureros que habian sobrevivido á la expedicion, contaban cosas maravillosas de este país. Ponderaban el número de indios que lo poblaban, sus armas, su valor, sus trajes de algodon, las casas de mampostería que construian, y el esmero con que cultivaban la tierra. Aseguraban tambien que habia mucho oro, á pesar de la pobreza de las muestras que habian traido. Interrogados los prisioneros Julian y Melchor sobre este último punto, respondieron que existia en abundancia.

Por este tiempo comenzó á darse el nombre de Yucatan á la tierra nuevamente descubierta, sin que se sepa fijamente quien fué el primero que arrojó al público esta palabra, ni la circunstancia á que deba su orígen. que deba su orígen. Cuando Bernal Diaz del Castillo, uno de los expedicionarios, fué á visitar al gobernador de Cuba, éste le preguntó que si ya habia sanado de sus heridas para volver á Yucatan. Sorprendido el soldado de que se diese á la península un nombre que él mismo no conocía, preguntó riendo quién se lo habia dado.-Julian y Melchor-res

pondió Diego Velazquez (12). Pero la verdad es que los pobres prisioneros del Cabo Catoche no pudieron ser los inventores de esta denominacion, porque los detalles con que se refiere el hecho, lo hacen inverosímil. Dícese que unos indios cubanos que preparaban un terreno para sembrar yuca, preguntaron á los dos mayas si aquel fruto se producia en su país; y que habiendo contestado éstos afirmativamente, añadiendo que aquí se daba el nombre de tale á la tierra en que se cultiva, de las dos palabras subrayadas se formó el nombre de Yucatan (13). Nuestros lectores, que saben sin duda que no hay tierra en la península á que se dé el nombre de tale, y que la yuca se dice en lengua maya iim, comprenderán perfectamente que esta version carece de fundamento.

Dícese tambien que cuando Francisco Hernandez de Córdova preguntó á los primeros yucatecos con quienes habló, cuál era el nombre de su país, estos respondieron Tectetan, cubi athan, ó Matan cauyi athan, palabras que, segun Cogolludo, significan "no entiendo tus palabras." Añádese que los españoles, que entendieron mal la respuesta y la oyeron peor, creyeron que se les habia dicho el nombre de la tierra, y desde entonces la llamaron Yucatan (14). El lector yucateco sabe perfectamente que la frase "no entiendo tus palabras" se traduce en lengua maya por ésta: ma tin naaticá than. Pero puesto que de suposiciones se trata, tambien podría creerse que los indios al oir en boca de Córdova un lenguaje tan extraño para ellos, se hubiesen dicho los unos á los otros uy u than (oye ese lenguaje), frase cuyo sonido se aproxima mas al de Yucatan, que cualquiera otra de las ya mencionadas. Todas estas versiones son verosímiles; pero ninguna de ellas está suficientemente apoyada en la historia.

(12) Bernal Diaz del Castillo, obra citada, capitulo VII.
(13) Idem capítulo VI.

(14) Cogolludo, Historia de Yucatan, libro II, capítulo I.

Se ha pretendido por último que de la contraccion de Yucalpeten, antiguo nombre de la península, se formó el que tiene en la actualidad (15). Pero esta opinion tiene en contra el testimonio de Cogolludo, quien asegura que antiguamente no se designaba á este país con un nombre genérico (16), y el de Bernal Diaz del Castillo, al cual causó risa la palabra Yucatan, porque segun asegura, en el idioma de los indios, no se llama ba así (17.)

(15) Véase el capítulo III, libro I de esta historia.

(16) Cogolludo, ubi supra.

(17) Lugares citados.

CAPITULO IV.

1518-1519

Nuevas expediciones al continente septentrional.Juan de Grijalva.-Batalla de Champoton.-Hernan Cortés.-Su residencia en Cozumel.-Disposiciones que toma para rescatar á los españoles cautivos en la península.-Llegada de Aguilar al campamento.

Las noticias que circulaban en Cuba sobre la península de Yucatan, impresionaron de tal manera al gobernador Diego Velasquez, que inmediatamente dió cuenta al Consejo de Indias, atribuyéndose toda la gloria del descubrimiento (1). Entretanto, comenzó á hacer los preparativos de una segunda espedicion, para la cual compró dos navíos, que se unieron á otros dos que habian vuelto de la primera. Alistáronse para tomar parte en la empresa doscientos cuarenta aventureros, entre los cuales figuraban todos los que habian vuelto con vida del viaje anterior.

Hallábanse por aquel tiempo en Cuba, cuatro hombres destinados á hacerse célebres en la historia de los descubrimientos y conquistas de América, y que por entonces no eran

(1) Bernal Diaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, capítulo VII.

mas que unos simples encomenderos. Llamábanse Juan de Grijalva, Pedro de Alvarado, Francisco Montejo y Alonso de Avila. El primero, jóven de veintiocho años y pariente de Velasquez, fué elegido para jefe de la expedicion. Tomó el mando de la mayor de las naves, y á los tres últimos confió el de las restantes. Los mismos pilotos que sirvieron en el viaje anterior, se presentaron á servir en éste, y en cuanto al capellan y al veedor dos funcionarios sin los cuales no podia acometerse ninguna empresa de este género— era el primero el P. Juan Diaz, y el segundo un hidalgo llamado Peñalosa. Por último, iban de intérpretes Julian y Melchor, que habian sido ya cristianizados y que comenzaban á tartamudear el español.

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Provistas las naves de bastimentos y armas, costeadas entre el gobernador, los capitanes y algunos soldados, la flota se dió á la vela en el puerto de Matanzas á 15 de abril de 1518 (2). A los diez dias dobló el cabo de San Anton y á los ocho siguientes, descubrieron los españoles una isla, que no habian visto en el viaje anterior, seguramente porque en éste, habian sido desviados de su rumbo por las corrientes. Esta isla, que hoy se llama Cozumel tenia entre los indios el nombre de Cuzamil ó Cuzamail, que en su idioma quiere decir tierra de las golondrinas (3). En cuanto á los expedicionarios, la llamaron Isla de Santa Cruz por haberla descubierto á 3 de Mayo (4.)

Con buen número de gente y armas, Grijalva desembarcó en un punto de la costa, limpio de los arrecifes que rodean la

(2) Bernal Diaz, ubi supra capítulo VIII, Cogolludo, obra citada, libro I, capítulo III, dicen que fué el 5.-Herrera pretende que la flota salió de Santiago de Cuba el 8 de Abril, y Prescott, que cita un manuscrito del capellan de la expedicion, asegura que fué á 1.° de Mayo.-Nosotros no hemos adoptado ninguna de estas fechas y sí la del texto, porque habiendo llegado Grijalva á Cozumel el dia de la Cruz, que es el 3 de Mayo, despues de diez y ocho dias de navegacion -hechos que el mismo Bernal refiere- es evidente que salió el 15 de Abril de Matanzas.

(3) Cogolludo, ubi supra.

(4) Bernal Diaz y Cogolludo, ibidem.

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