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mosura y abundantes aguas que le circumbalan, á poblarse á caso en mayor número de vecinos que la Villa Vieja, por que la fertilidad de sus Campos y la inmediación á los atos de ganado es superior; y sobre todo lo que más urge y estrecha á esta diligencia es el ausilio espiritual de las almas que el mismo Gobernador en el tiempo de la epidemia tocó ser impracticable, aunque el celo del Cura y coadjutores sea extensibo; que es cuanto le consta y puede decir en el asunto, que deberá ponerse en la consideración del Muy Ilustre Señor Presidente, Gobernador y Capitán General de este Reyno, para que resuelva lo que fuere de su Superior agrado.=Juan Flores.

En la Ciudad de Cartago, á veinte y siete días del mes de Noviembre de mil setecientos ochenta y dos años, el Ilustrísimo Señor Don Esteban Lorenzo de Tristán, Obispo de Nicaragua y Costarrica, mi Señor, habiendo visto estos autos y el informe puesto por el Señor Gobernador interino de esta provincia Don Juan Flores, dijo que estos autos originales, con la correspondiente consulta, se pasasen á manos del Escelentísimo Sor. Don Mathias de Galbes, Presidente de la Real Audiencia de Goathemala y vice R. Patrono de estas Yglesias, para que en su vista y de la urgentísima necesidad que padecen los vecinos de La Alajuela, Siruela, Targuás, Puás y Río Grande, dé su permiso y licencia á fin de que puedan erigir y lebantar la Yglesia ayuda de Parroquia que solicitan para su beneficio espiritual; y para los efectos que haya lugar sáquese testimonio de estas diligencias que queden en el archivo de la dignidad Episcopal: así lo mandó y firmó S. S. Ilustrísima, por ante mí su Secretario de Cámara que doy fe. = Esteban Lorenzo, Obispo de Nicaragua=Ante mí-Francisco de Paula Soto, Secretario.

En atención á que el Escelentísimo Señor Don Matías de Gálbez ha pasado de Virrey y Capitán General de Nueva España á la Ciudad de México, remítanse estos autos, como está mandado, con la correspondiente consulta, al Muy Ilustre Señor Don Joseph Estachería, Briga

dier de los Reales Ejércitos y nuevo Presidente de Goathemala, en quien reside el Vice R. Patronato de estas Yglesias. Así lo mandó y firmó el Ilustrísimo Señor Don Esteban Lorenzo de Tristán, Obispo de Nicaragua y Costarrica, mi Señor, en la Ciudad de León, á once días del mes de Mayo de mil setecientos ochenta y tres años, por ante mí su Secretario, que doy fe, Esteban Lorenzo, Obispo de Nicaragua Ante mí-Francisco de Paula Soto, Secretario.

Muy Ilustre Señor Presidente Don Joseph Estachería= Muy Ilustre Señor Muy Señor mío: Estando ya próxima mi salida para el nuevo destino de Durango, á donde la piedad del Rey me traslada, no puedo omitir ser molesto á V. S. haciéndole presente el deplorable estado en que hallé la Provincia de Costarrica cuando pasé á mi Santa Visita de Cartago. Los autos originales que acompaño darán á V. S. una breve y reducida idea de las miserias, trabajos y desconsuelos espirituales y temporales de todos sus habitantes.

Desde la Villa de Nicaragua hasta Cartago se cuentan largas ciento y treinta leguas pobladas de haciendas y con muchos miles de almas que las habitan, pero todas viven á el antojo de su albedrío y como les acomoda para tener una vida licenciosa y un livertinaje que se juzga independiente de las Santas Leyes de Dios y de su Yglesia.

En el basto espacio que corre desde la Montaña de Nicaragua hasta la Villa Vieja de Heredia paga el Rey ciento y veinte y dos leguas, que por lo anche se extienden á más de cincuenta y cuatro. En todo este terreno hay solamente tres Curatos: el de Nicoya, el de la Ciudad de Esparza y el de la Villa Vieja de Eredia, todos tres de rentas reducidas y que no sufragan para la manutención y congrua de muchos coadjutores y Ministros; de modo que en todos tres Curatos se encuentran solamente seis ministros, los tres Curas y los tres coadjutores, que cada uno de ellos tiene más de veinte leguas para la administración; y como las haciendas están salpicadas por todo el terreno, es indecible el trabajo con que estos pobres y mal dotados Sacerdotes administran su pertenencia.

Pero no es menor el trabajo y desconsuelo de la feligresía por la falta de Yglesia y Santuarios que en todo aquel largo camino se padece; por que solamente hubo en lo antiguo una Ermita, ayuda de la Parroquia de Nicoya, en el Guanacaste; otra Ermita, ayuda de la Parroquia de Esparza, en Bagases; otra Ermita en el sitio de Las Cañas, y últimamente la de la Ciudad de Esparza; pero todas cuatro Yglesias hundidas, indecentísimas y sin rentas ni medios algunos para conservar permanente el divinísimo Sacramento del Altar y darle el debido culto: solamente se conserbaban en las dichas arruinadas Ermitas los Santos Óleos de Catecúmenos para los baptismos y el de enfermos para la extremaunción de los moribundos.

De esta raíz han nacido por consecuencias precisas unos perjuicios que no se oyen en los pueblos Cristianos: el primero que en todo este Siglo ningún moribundo ha tenido el Consuelo espiritual del Viático para la hora de la muerte; el segundo que por la falta de Yglesias y Ministros ni oyen Misa los días festibos ni la explicación de la doctrina á sus Párrocos, por razón de la distancia; el tercero que no cumplen con los preceptos anuales de confesión y comunión, y son muchísimas las almas que en aquel terreno no confiesan y comulgan en muchos años.

Este dolor me fué más penetrante en los dilatados Valles de la Villa Vieja de Eredia, donde abunda la necesidad para el vestido, especialmente en las mugeres, que encontré muchas, como V. S. verá por los autos, que sólo para bautizarse habían entrado en la Yglesia; y confirmé en La Alajuela dos mozas jóvenes, la una de diez y ocho años y la otra de diez y seis, que en toda su vida habían entrado en la Yglesia; y ambas llevaban en sus brazos el testimonio de su fragilidad en dos hijos que publicaban su delito y á el mismo tiempo lo disculpaban con su pobreza y desnudez.

No fueron menores estos desconsuelos y desdichas en la Capital de Cartago y Villas de su circunferencia. La Yglesia Parroquial de Cartago la hallé cerrada, abandonada y todo el Ministerio Parroquial se administraba en la Ermita de la Soledad, por que la Yglesia mayor amenazaba ruina. La de la Villa Nueva de San Joseph estaba toda su Capilla mayor abierta, de modo que en la Misa

para

que celebré abrir la Santa Visita se apagaron por tres veces las velas del altar por la violencia del ayre que le entraba.

Me pareció obligatorio, en conciencia y justicia, ocurrir á tan públicos y escandalosos daños, y no me retiré de aquella Provincia sin tomar todas las providencias que me fueron posibles para remediarlos. Me empeñé para muchos años, ó por decirlo mejor, me empobrecí para toda mi vida; pero con mucho gusto mío, porque reedifiqué la Yglesia de Cartago, le hize ternos y la dejé en uso y corriente. Hice lo mismo en la Yglesia de Villa Nueva y en las dos Ermitas de el Guanacaste y Bagases, dejando en todas las Yglesias permanente el divinísimo para consuelo espiritual de tantos miles de almas.

Solamente me quedó que remediar la extrema necesidad de los infelices habitantes de los cinco Barrios de La Alajuela, Siruelas, Puás, Targuás y Rio Grande, situados en el hermosísimo Valle de Heredia. Remedié todo aquello á que alcanzaron mis facultades: les compré tierra, como verá V. S. por los autos; pero la licencia y permiso para la erección de Yglesia ayuda de Parroquia es pribatibo de las facultades de V. S.

No quisiera retirarme de este Obispado sin dejar este consuelo á aquellas Pobres y míseras obejas; y por lo mismo ruego á V. S. por las entrañas de Jesucristo que les conceda este alibio espiritual que solicitan. Nuestro Señor guarde á V. S. muchos años. León, á veinte y cinco de Septiembre de mil setecientos ochenta y cuatro.= Muy Ilustre Señor Beso la mano de V. S. su atento Seguro Serbidor y Capellán Esteban Lorenzo, Obispo de Nicaragua.

Real Palacio, cuatro de Octubre de mil setecientos ochenta y cuatro. Al Señor Fiscal de lo Civil con los documentos que acompaña. (Hay una rúbrica)=Ignacio Guerra Marchán.

Muy Ilustre Señor El Fiscal de S. M., en vista de este oficio del Ilustrísimo Señor Obispo de Nicaragua y de los documentos que acompaña relativos á la miserable situación y desconsuelo espiritual en que se hallan los veci

nos del Valle de Eredia, compuesto de los cinco Barrios de Alajuela, Ciruelas, Puás, Targuás y Rio Grande, de la provincia de Costarrica, cuyos daños ha procurado remediar su Ilustrísima en su Santa Visita erigiéndoles Oratorio público en una casa particular, para que teniendo Ministro Eclesiástico de pie fixo les administre los consuelos espirituales que tanto necesitan, obligándose los vecinos, como en efecto se obligaron, á pagar anualmente doscientos pesos á dicho Ministro para su manutención y costear la Cera, Vino y Ostias, con lo cual compró su Ilustrísima tierra suficiente para construcción de la Yglesia formal ayuda de Parroquia en dicho Valle, que también se obligaron los vecinos á construir y para verificarlo solicitan por medio de su celoso Prelado la correspondiente licencia de este R.' vice Patronato: dice que sin embargo de estar espresamente prohibido por las Leyes á los Señores Vize Patronos el conceder permisos para fundación de nuevas Yglesias en estos Dominios, por ser una de las regalías reservadas únicamente á S. M., como quiera que en este caso hay una necesidad urgentísima de socorrer aquellos fieles con el pasto espiritual que les es debido y de que carecieron por tanto tiempo, hasta que el celo del Ilustrísimo Señor Don Esteban Lorenzo de Tristán les proporcionó el consuelo que ha merecido siempre las primeras atenciones de nuestro Católico y piadoso Monarca; que por otra parte está prevenido por Reales cédulas que siempre que algunos pueblos ó Valles estén situados á distancia de más de cuatro leguas de la Cabezera del Curato se les ponga Sacerdote Coadjutor que los administre, para que no carezcan de este tan preciso ausilio; y que finalmente hay peligro espiritual en la tardanza mientras se ocurre al Soberano por la correspondiente licencia, que siempre se debe esperar favorable del piadoso celo de un Rey tan Católico como Justo, le parece al Fiscal que V. S. puede desde luego conceder la licencia que se solicita para la erección y construcción de Yglesia ayuda de Parroquia en el Valle de Heredia y sitio que señaló y compró el Ilustrísimo Señor Obispo de Nicaragua, consintiendo y aprobando por lo perteneciente al R. Vize Patronato todas las disposiciones que constan de este expediente, dictadas en su Santa Visita, librando el correspondiente Des

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