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V. S. pido y suplico me halla por presentado, provea y mande hacer como dejo dicho, que en ello recibiré bien y merced con justicia; juro en forma y en lo necesario, &. -Miguel Martínez.

Cartago y Diciembre 22 de 75.-El Procurador Síndico de esta ciudad nombrará dos sujetos de la Villa Nueva y otros dos de Villa Vieja para que pasen á reconocer el camino que esta parte cita, y fecho juren ante mí si está bueno como asegura, respecto á que además de los dos que me han informado en Villa Vieja ha habido otras personas que han asegurado lo mismo, y dicho Procurador Síndico volverá este expediente cumplido para proceder á lo que convenga. Así lo preveo, mando y firmo con testigos, en falta de Escribano, lo que certifico yo el Teniente Coronel Don Juan Fernández de Bobadilla, Gobernador y Teniente de Capitán General de esta Provincia de Costa Rica. Ju." Fern." de Bobadilla Estevan Benegas=Silv. Jph. de Carvajal y Grimaldo.

El Síndico Procurador de esta ciudad, en cumplimiento de lo mandado en el auto que antecede, para la inspección del camino que se contiene en el pedimento de Miguel Martínez nombró al Capitán Don Dionisio Mora y á Fermín León, vecinos de Villa Nueva, á Eugenio Calvo é Ysidro Jiménez, que lo son de la Villa Vieja, y á Juan de Dios Brenes, vecino de esta dicha ciudad, y para que le conste á S. S. devuelvo esta diligencia y la firmo en Cartago y Diciembre 23 de 75. Ant.o Elías de Arlegui.

En la ciudad de Cartago, en ocho días del mes de Enero de mil setecientos setenta y seis años, ante mí el Teniente Coronel Don Juan Fernández de Bobadilla, Gobernador y Teniente de Capitán General de esta Provincia, comparecieron Don Ysidro Jiménez, José Mora, Juan de Dios Brenes, Santiago Cruz y Eugenio Calvo, quienes fueron á reconocer el camino de que se trata en estas diligencias, con advertencia que por Don Dionisio Mora y Fermín León fueron los citados arriba, y á todos separadamente les recibi juramento, que hicieron por Dios Nuestro Señor y una Santa Cruz según derecho, bajo cuyo cargo prometieron decir verdad en lo que cada uno supiere y le fuere preguntado; y siéndoles si reconocieron dicho camino, si está tan transitable y qué costo puede haberse

devengado en su apertura, y enterados de todo dijeron que han reconocido dicho camino, el que está abierto, pero para ponerlo transitable casi es menester trabajarlo de nuevo, por tener muchas angosturas, y que el costo que puede haber tenido lo trabajado en dicho camino son ochenta pesos de cacao, que esto es cuanto pueden decir so cargo del juramento que tienen hecho; y siéndoles leída esta su declaración en ella se afirmaron y ratificaron, expresando el primero ser de edad de cuarenta años, poco más o menos, el segundo treinta y ocho, el tercero de sesenta, y cuarto de treinta y nueve, y el quinto de cuarenta y nueve, y firmó el que supo conmigo por ante testigos, en falta de Escribano, lo que certifico. =Ju." Fern.1 de Bobadilla-Estevan Benegas-Silv. Jph. de Carvajal y Grimaldo.

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Información sobre la Talamanca hecha á solicitud del ayuntamiento de la ciudad de Guatemala.— Año de 1775 (1).

Cartago y Abril veinte y nueve de mil setecientos setenta y cinco. Habiéndose recibido el requisitorio que antecede, librado por el M. N. Ayuntamiento de la Ciudad de Guatemala, relativo á que informe sobre el contenido de los tres puntos en el suso insertos, para dar cuenta á S. M. (que Dios guarde) conforme á lo prevenido en las dos reales cédulas que se citan, considerando que esta materia por su naturaleza es directa á tan santo fin y servicio de nuestro Soberano, y que para poder dictaminar con acierto es necesario no carecer de noticias en cuanto al clima, distancias y demás proporciones de la Talamanca contenidos en el segundo punto, en observancia de lo rogado y encargado por dicho M. N. Ayuntamiento recibase información, examinando conforme á derecho los que en ella testificaren sobre lo relacionado en el capítulo segundo, de que queda hecha mención, y que éstos sean de las personas que en iguales expediciones como la que se intenta han transitado las montañas; y fecho infórmese por mí cuanto en razón de la proyectada expedición fuere correspondiente y juzgue útil. Así lo proveo, mando y firmo yo el Teniente Coronel Don Juan Fernández de Bobadilla, Gobernador y Teniente de Capitán General por S. M. de esta Provincia de Costa Rica, por ante los testigos de mi asistencia con quienes actúo en falta de escribano, lo que certifico. Juan Fernández de Bobadilla=Esteban Benegas Silvestre José de Carabajal y Grimaldo.

En la ciudad de Cartago, en cinco días del mes de mayo de mil setecientos setenta y cinco años, el Teniente Coronel Don Juan Fernández de Bobadilla, Gobernador y

(1) Archivos Nacionales de Costa Rica.-Sección Histórica.

Teniente de Capitán General por S. M. de esta Provincia de Costa Rica, para la información mandada recibir hice. comparecer á Francisco de Santos Fernández, mestizo, natural de esta dicha Ciudad, á quien certifico conozco, y por ante los testigos con que actúo le recibí juramento, que lo hizo por Dios Nuestro Señor y una santa cruz según derecho, bajo cuyo cargo prometió decir verdad en lo que supiere y le fuere preguntado.

Y siendo examinado, primeramente, si ha entrado á la Talamanca y si tiene conocimiento de aquellos terrenos, dijo que con Don Francisco Fernández de la Pastora, Gobernador interino que fué de esta Provincia, entró de soldado á la Talamanca, acompañando á los religiosos de propaganda fide, quienes lo solicitaron para dicha entrada; y que ésta se hizo por las reducciones de Atirro y Tucurrique y que iban treinta hombres con dichos Padres y otros tantos con el Señor Gobernador; que llegaron en la primera instancia al paraje nombrado Chirripó, habiendo caminado cuatro días, el primero desde esta ciudad al alto del río nombrado Ibirrís, y de aquí á la reducción de Atirro, y de Atirro al paraje nombrado Tuís, y de éste al río de Pacuare, y de aquí á Ajarrá, de donde fueron al referido Chirripó, y en él se mantuvieron tres meses, y responde.

Pregúntasele si en dicho Chirripó encontraron pobla ción de indios y si los trataron de paz ó si fué necesario hacer fuego contra ellos, y dijo que en el tiempo que hicieron mansión llegaron los indios del paraje nombrado Chirriare de paz, y que á éstos los agasajaban dichos Reverendos Padres obsequiándolos con listones, tabaco, agujas y chaquiras, y que estos indios ocurrían á rezar en las tardes todo el tiempo que estuvieron; y que á los tres meses, por carta que les escribió á dichos padres el Señor Gobernador desde el Real de San José Cabecra que se retirasen al de Tuis, con efecto siguieron dichos Padres con diez soldados, que era la custodia que tenían, y que caminaron nueve días por montaña virgen hasta llegar al Real que queda expresado, pasando algunos trabajos por ser el camino fragoso; y que habían ido con ellos dos indios de dicho Chirripó, que se llamaban el uno Fer nando y el otro José, aunque eran gentiles, y responde.

Pregúntasele si estando ya en el Real de San José Cabecra vió alguna cantidad de indios, y dijo que todas las tardes venían á rezar, entre grandes y chicos, como quinientos, inclusive las mujeres, y que para esto tenían hecha una casa grande cubierta de paja, y que en este ejercicio gastaron seis meses sin moción alguna de guerra; y después de pasado dicho tiempo, de la noche á la mañana se rebelaron, internándose todos á las montañas, yéndose con ellos dos indios del pueblo de Boruca que estaban asistentes al Reverendo Padre Vela, los cuales volvieron á los dos días de la fuga diciendo que los habían convidado para ir á beber chicha al río de Cuén que está hacia la mar del Sur, y responde.

Pregúntasele si al tiempo que dichos indios estaban de paz resolvieron dichos Padres ó el Gobernador apresarlos ó cuál fué la intención de mantenerse con ellos en los términos que deja dichos, y dice que la intención de dichos Padres fué pacificarlos en el Real, para que conseguido saliesen voluntarios, y que el Señor Gobernador proponía que era bueno asegurar la casa donde rezaban y coger todos los quinientos indios que se juntaban y salir con ellos á esta ciudad; y dichos Reverendos Padres se lo repugnaban, previniéndole el destemple en que entraba toda la indiería de aquella montaña, por cuyo motivo no se ejecutó, y responde.

Fuéle preguntado qué determinaciones tuvieron después de la huída de los indios, y dice que se despacharon los dos indios de Boruca al pueblo de San Francisco de Térraba á traer indios baquianos, y que habiendo llegado éstos caminaron los soldados por las montañas en solicitud de dichos indios, los que se internaron de modo que sus poblaciones las dejaron desamparadas, y que en el afán de buscarlos salieron once ocasiones por las montañas, expuestos a notorios peligros, y que sólo apresaron ciento veinte y tres indios, entre hombres, mujeres y niños, y que en cada salida gastaban seis, ocho y más días, gastando en la última catorce días, y responde.

Pregúntasele cuáles son los terrenos de aquel país, su clima, altura, fertilidad, esterilidad y temperamento, y dijo que el terreno es serranías, tierra quebrada, de estériles pastos, porque no tiene pampa, que la tierra para cultivarla

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