Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Representación del gobernador D. Tomás de Acosta á

la real y suprema junta gubernativa de España é Indias, para que se conceda á la provincia de Costa Rica la libertad de siembra del tabaco.-Año de 1809 (1).

A la R.1 y Suprema Junta Central y Gubernativa de España é Yndias=Señor=Cumpliendo con lo mandado por V. M. en su R. Orden circular expedida en 10 de Noviembre promo. pasado, y con la precisa obligación á que me constituye el empleo de Gobernador Político y Militar de esta Provincia de Costarrica, correspondiente á la Presidencia y Capitanía General del Reyno de Guatemala, á L. R. P. de V. M. hago con todo respeto esta reverente representación, cimentada en el conosimiento práctico de más de doze años de Gobierno, con una meditación muy prolixa del país y sus habitantes. Ella me ha manifestado que por la situación geográfica de esta Provincia, cuya capital Cartago y sus poblaciones no poco numerosas yacen en suma pobreza, por estar distantes de ambos mares, por no tener en ellos puertos cómodos y por carecer de todo comercio.

Éste es ciertamente el que enriquece los pueblos y éstos el Erario; sin él los vecinos son infelizes y poco útiles al Estado. Esta verdad la acredita la América desde la feliz época en que el savio Gobierno del Señor Don Carlos 3.o abolió el comercio exclusivo que se hacía en estos dominios con las flotas, compañías y registros particulares, que tiranizaban á estos moradores con las excesivas ganancias que hacían en lo que conducían de España; y el comercio libre concedido en aquel dulze reynado aumentó el numerario en las Provincias que gozaban de algún giro, y empesó á hacer felizes á las que desde entonces lo disfrutan.

(1) Archivos Nacionales de Costa Rica.-Sección Histórica.

Por mi y por los papeles de estos archibos conosco que siempre fué pobre Costarrica, y por los de R. Haz.a se convence que nunca tubo comercio directo con la metrópoli, y también que el corto y fútil que ha tenido y tiene por tierra con las Provincias circunvecinas no es bastante para sacarla de su miseria, pudiendo aseverar á V. M. que ninguna está más indigente en toda la monarquía, pues aquí se ven gentes vestidas de corteza de árboles y otras que para ir alguna vez á la Yglesia alquilan ó piden prestada la ropa que han de vestir. Esto es ciertísimo, aunque incomprehensible al que no lo palpa, y por lo mismo sólo el que tiene las cosas presentes puede hablar con propiedad sobre el lamentable estado de Costarrica y modo de mejorarlo. Este es, Señor, el objeto mío, el que pide la paternal atención de V. M., el que implora su R.1 beneficencia, y la que por mi débil órgano solicitan más de cincuenta mil Vasallos que tiene V. M. en esta Provincia, muy prontos á sacrificar sus vidas y pobreza en sostenimiento de la Religión, de nuestra legítima Rl. dinastía y de nuestra amada Patria; para lo qual propongo los proyectos siguientes, Suplicando á V. M. humildemente que si alguno requiere más explanación, se digne manifestármelo para satisfacer mediante el conocimiento local y personal que me aciste.

PROYECTO SOBRE TABACOS

Presindiendo de si sería más útil al Rey y al Vasallo abolir la Renta del tabaco y dexar este fruto en la clase de los demás comerciables, por no ser de mi resorte este punto, y contrayéndome precisamente á lo que puede hacer florecer esta Provincia, digo que la supresión de los estanquillos, como está en la Havana y en la Provincia de Veraguas, confinante con ésta por el Sur, sería del agrado de estos habitantes, mejoraría su suerte y no perjudicaría al Erario.

Desde que ingresé en este mando oigo lamentar á estos vecinos que haciéndose aquí las siembras de tabaco que consume esta Provincia y la de León de Nicaragua, y no pagando S. M. este fruto á más de dos pesos la arroba, les es sencible pagarlo en los estanquillos á seis reales la libra, resultando á la Renta tan considerable ganancia; que ellos

compran el tabaco al mismo precio que fuera de esta Provincia, siendo así quel Rey no tiene costo casi ninguno en conducirlo á estas tercenas ó estanquillos, como lo tiene para los de fuera; que este desembolso les es tanto más doloroso quanto que saven que en la Havana y Veraguas no hay estanquillos; y que siendo esta Provincia la que lo provee á S. M. á más baxo precio, por su suma pobreza y no tener otro renglón ó ramo de comercio, merece ser mirada con más benignidad. Esto es lo que me hace decir que la supresión de los estanquillos sería del agrado de estos habitantes, dexando á los cosecheros del tabaco la libertad de venderles todo el que no quisiese la Factoría. Así también cesará el contrabando y otros desórdenes á que por una parte los compele la miseria y por otra la costumbre de fumar desde sus tiernos años, obligando ésta á muchos á privarse de lo necesario para comprar tabaco.

Quitados los estanquillos y permitiendo á los cosecheros la venta del tabaco de desecho en los mismos distritos donde se cosecha, utilizarían aquéllos hasta la última oja y el consumidor lo compraría más barato, porque no haviendo más compradores que el Rey y los vecinos, surtido el primero de lo mejor, quedaba para éstos lo despreciable, que precisamente lograrían á muy baxo precio, que es lo que acomoda á su pobreza; y si hubiese algún pudiente que apeteciese del superior lo compraría en la Factoría: esto mejoraría la suerte de cosecheros y consumidores.

Que no se sigue perjuicio al Erario es evidente, por que el costo que regularmente ha tenido la renta de tabacos para la compra de este fruto y surtimiento de esta Provincia y la de León de Nicaragua a sido de ocho á doce mil pesos anualmente, y su entrada, en el distrito sólo de esta Factoría, de diez á doce mil; por consiguiente le ha quedado de ganancia lo producido en toda la Provincia de León de Nicaragua, que por ser más extensa y poblada que ésta será por lo menos del duplo. Esto prueba claramente dos cosas: la primera que aunque se supriman en Costarrica los estanquillos y se permita á los tabacaleros la venta en ella de lo que no reciba la Factoría, no por eso dexa de quedarle mucha utilidad á la Renta; y la segunda que solamente esta Factoría ha dado á la renta como dos mil pesos más al año de lo que ha desembolsado. Luego,

si á una Provincia pobre por naturaleza, como lo haré ver, se la estrahe anualmente más caudal del que le entra y por sólo este conducto, ¿podrá jamás ser feliz?

Pero antes de proponer otro medio más seguro á que esta Provincia floresca en pocos años, permítame V. M. haga una digresión que contribuye al intento y manifiesta las vexaciones que sufren estos cultivadores de tabaco. Aquí se sigue la práctica detestable, en mi concepto, de limitar el número de los cosecheros y señalar á cada uno el de matas que ha de cultivar; se les compele á que cada uno siembre en sitio determinado, aunque no siempre el mismo, y á la vista del cabo de la quadrilla. Hay también la costumbre, introducida de poco acá, que los cultivadores lleven el tabaco á la factoría para dar allí el beneficio, y la injusta práctica de quemar todo el tabaco que no recive la Factoría.

De la limitación de cosecheros se sigue que si el ser tabacalero es provechoso al vasallo, no disfrutan todos del bien; y si adverso no se reparte el mal, que si fallecen ó se ausentan los matriculados para este cultivo, faltarán cultivadores, y si todos ó casi todos lo entienden ¿por qué no alternan?

De que sea determinado el número de matas resulta el inconveniente que si por algún evento es mala la cosecha no se colectará la cantidad de tabaco bueno para el abasto ó se completará con el malo. Si lo primero, lo padece el público, y si lo segundo, éste y el erario, porque ó no lo compran ó buelto tierra en poco tiempo lo pierde el Rey. Esta verdad se puede ver en los mismos libros de la Renta y por esto hay años de poca venta en los estanquillos.

De que siembren todos en un sitio se sigue el perjuicio que encontrándose siempre en los terrenos ciertas vetas poco favorables al cultivo, sea el que fuere, y ciertos parages más difíciles para labrar, el infeliz á quien le tocó uno de estos terrenos lleva ya consigo la pérdida y no saca para los costos de su trabajo.

De que los cosecheros beneficien el tabaco en la factoría se les hace notable daño, porque para beneficiarlo bien es preciso estarlo removiendo día y noche para que sude por igual, pues pasado aquel punto de crisis se pudre fácilmente y no queda de calidad, y otras circunstancias de que

me han informado los peritos, que no se pueden ó no es fácil practicar en la estrechura de los almacenes de Factoría.

Pero lo más tirano é injusto es quemarle al cosechero todo el tabaco que no recibe la Factoría. ¿Será posible, Señor, que no siendo las siembras de tabaco por cuenta y riesgo de la Renta tenga un dominio tan despótico sobre el sudor del pobre vasallo, como lo es quemarle su fruto sólo por que no le agrada? ¿No es tiranía que el infeliz cosechero vea con semblante sereno ir á las llamas su cauɗal y su trabajo? ¿No es injusticia atroz que sobre la desgracia del agricultor en no haver logrado buen fruto lleve él mismo, ó á su vista, su caudal, su sudor, su trabajo y sus vigilias á la hoguera, para que los devore un zelo mal entendido, un despotismo sin dominio y la tiranía é injusticia mayor? Pues así sucede, Señor, y sin que se les abone un maravedí por el fruto que les queman; y esta crueldad que clama al cielo, pide la más pronta y recta justicia de V. M.; porque aunque es verdad que la Renta anticipa al cosechero la cortísima cantidad de... para principiar su trabajo, esto no le da ningún derecho sobre el fruto sino el de venderlo al precio estipulado, como sucede con cualquiera refacciomista, mas no para que disponga despóticamente del trabajo del infeliz.

Los gravísimos puntos que contiene esta digresión me hacen proponer el siguiente proyecto, que sobre destruir todos los males expuestos, asegura la felicidad de esta Provincia en diez años.

PROYECTO 2.0 SOBRE TABACOS

Permitame V. M. que sea esta Provincia la que surta de tabacos á este Reyno, el de México ó el del Perú, por el término de diez años, y que lo cultiven todos los que quieran, pero precisamente en los distritos de Cartago, Valle Hermoso y Eredia, que son reconocidos y experimentados por buenos para esta planta y que están á la vista de este Gobierno, de esta Factoría y de sus dependientes; que cada cultivador siembre cuantas matas pueda cuidar y que las beneficie donde y como les acomode; que quanto tabaco coseche cada uno lo presente en Factoría baxo

« AnteriorContinuar »