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la pena de decomiso al que no lo hiciere y las demás que V. M. tenga á bien; que presentados los tabacos en determinado tiempo se escojan los mejores para el indicado abasto y el restante puedan expenderlo los cosecheros en los expresados distritos, sin pasar de la Garita del Río Grande, donde residen los guardas y único paso de los citados distritos para lo demás de esta Provincia y para las demás del Reyno, baxo las penas que V. M. juzgue conveniente.

Puesto el asunto en este estado, para qualquiera parte que se conceda el surtimiento quedaría el Rey beneficiado, porque mientras más abundante sea el fruto más barato se venderá y V. M. ahorrará los sueldos de los guardas que se aumentan en las cosechas. Y como en el caso propuesto serán muchos los cultivadores, ilimitada la siembra y fácil su beneficio, donde y como mejor le acomode, serán precisamente copiosas las cosechas por azaroso que sea el año; podrán ayudar la muger y los hijos y costándoles menos dinero y trabajo el cultivo y beneficio de su tabaco lo darán más barato.

Que sería beneficioso á la Provincia es claro, porque si acaso lo es ahora con sólo 8 ó 10 pesos que se distribuyen en la compra de tabacos y vuelven á entrar en la caxa de ellos con ventaja, ¡quánto más lo serían si se reparten 50 ó 100 pesos y sin que buelvan á entrar en la caxa como sucede hoy!

Si el surtimento que se se solicita lo concede V. M. para las Provincias de este Reyno, no deberán quexarse de esta gracia, porque ellas tienen otros ramos de comercio como el añil, las ropas que llaman de tierra, el comercio de ganados y de otros frutos de que esta Provincia no tiene salida por su situación geográfica, falta de Puertos y otras causas que se indicaron al principio y las que diré después. Si se concede para el Reyno de México ó del Perú, con mucho menor motivo podrán lamentarse, por que bien sabido es el grande y rico comercio que estos Reynos tienen en toda la monarquía; y ciertamente que á V. M. le vendría en más cuenta que esta Provincia proveyese de tabaco al Perú que no llevarlo de la Havana ni de ninguna otra parte por el mar del Norte, por los muchos costos y riesgos que corre en tiempo de paz y en guerra, como lo expuse á V. M. el año de 1797 6 98.

PROYECTO 3.0 SOBRE COMERCIO

No es fácil que se establesca en Costarrica ni por mar ni por tierra, ni por el norte ni por el Sur, por que para entablar un comercio marítimo es menester que haya buenos Puertos, que los Lugares que han de recivir y dar los cargamentos estén con la posible inmediación á aquéllos, que tengan consumidores y que los frutos para el retorno sean estimables y estén prontos los cargamentos. Veamos si hay esto en Costarrica.

En el mar del Norte no hay Puerto cómodo porque el de Matina no lo es en realidad, sino una ensenada muy desabrigada, batida de los vientos del Norte al Sur Este, que reinan casi todo el año, donde se levanta una marejada tan fuerte que los barcos no pueden mantenerse al ancla, y el que no se hace á la vela perece; donde las naciones bárbaras que habitan desde el cabo Gracias a Dios hasta el Río Chagres traginan lo más del año y roban indistintamente las embarcaciones quando están ebrios. Por estas causas huyen los navegantes de estas costas, y tanto que en más de doze años que llevo de mando sólo dos buques han arribado por necesidad á Matina y de ellos pereció uno en la costa dando fondo.

El puerto de Mohin, que le sigue acia el Sur, es bien abrigado y tiene buen fondeadero, pero su entrada es estrecha y sólo aparente para Balandras y Goletas y otros barcos que calen poca agua: tiene también el inconveniente de los Yndios Bárbaros como Matina y de común con éste la distancia de los lugares que han de recivir y dar los cargamentos; por que de Mohin á Matina hay siete leguas de playa de arena árida y falta de agua para beber; y aunque en Matina están las haciendas de Cacao, no es el fruto solo y apreciable para la exportación, ni menos es el lugar que ha de consumir los géneros de importación. Esto lo ha de hacer Cartago y las demás Poblaciones tierra adentro, que la que menos dista 30 ó 40 leguas de Matina y por caminos los más malos que he andado en España y América, de modo que aunque los Puertos del mar del Norte tubiesen todas las ventajas imajinables, no habría que esperar por ellos comercio alguno por los inconvenientes que presentan las distancias

de los pueblos principales y aspereza de los caminos, donde á mayor abundamiento llueve la mayor parte del año y por consiguiente padece mucha avería lo que se lleva y trahe de Matina.

De 50 á 60 mil personas es la población de esta Provincia. La notoria suma pobreza de ella y el corto número de sus habitantes, pues qualquiera ciudad tiene muchos más, prueban suficientemente el poco consumo que habría, aun en el caso que hubiese un comercio libre de todo derecho y con quantas facilidades pueda pensarse; por que es inconcuso quel comercio es más activo mientras más pronto se consume lo que se trahe y más pronto está lo que se ha de llevar en retorno. Ni lo uno ni lo otro puede suceder aquí por la situación geográfica de la Provincia, por su pobreza y por el corto número de consumidores; pero aun hay más, los frutos de exportación.

Éstos se reducen á tabaco, azúcar no muy buena, trigo y otros granos regionales. El tabaco no se puede exportar, la azúcar no tiene estimación, el trigo es de poco uso por el mucho y general que se hace de la tortilla de maíz: éste y los demás granos no dexan utilidad, por que á más de haberlos en toda la América, la condución á los Puertos ó á las otras Provincias cuestan más que el fruto, así por las distancias y malos caminos como por que una caballería no puede cargar arriba de 8 arrobas y que lo quebrado del país no permite servirse de carros.

De todo lo dicho se deduce que esta provincia no puede ser favorecida por el comercio marítimo ni terestre, ya sea por el norte ó por el Sur, porque aunque es verdad que en esta costa está el puerto de Punta de Arenas con todas las buenas calidades necesarias, también lo es que existen las demás circunstancias contrarias; y en el día se experimenta que los que por dicho puerto han hecho algunas remesas de frutos á Panamá el año pasado, se abstienen de continuar, por que quando allí los hai del Perú no tienen venta los de aquí.

De lo espuesto se concluye que para sacar á los Vasallos de Costarrica de la miseria en que yacen no encuentro otro arbitrio seguro que el propuesto en el proyecto 2.0 Él consilia el interés de V. M. con el fomento de la Provincia, sin dexar á las demás de este Reyno

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exaustas de recursos; y si á Costarrica se le encarga el abasto de tabacos para el reyno de México ó el del Perú, queda á las Provincias de Guatemala el surtimento de este Reyno.

Dios gue. la C. C. R. P. de V. M. los muchos y felizes que la monarquía ha menester. Cartago, 19 de Abril de 1809. Señor A L. R. P. de V. M.Thomás de Acosta.

Don Tomás de Acosta remite al secretario universal de hacienda su representación sobre libertad de siembra del tabaco en Costa Rica, acompañada de un interrogatorio dirigido al factor de tabacos de la provincia.- Año de 1809 (1).

Exmo Señor La adjunta representación, igual á la que dirijo por el Xefe de este Reyno, impondrá á V. E. de la lamentable situación de esta Provincia y de la solicitud que hago á su favor para alivio de estos habitantes.

La pintura no es sino bosquejo de su infelicidad, pues ningunos colores bastarían para manifestarla en el golpe de vista que merece, y sólo el exemplo vivo que presenta puede convencer de su pobreza.

Ésta y la firme persuación en que estoy de lo proficuo que sería á S. M. que de aquí se proveyese todo ó parte del Tabaco que consume el Reyno de México ó del Perú me hizo proponerlo al Soberano el año de 797 6 98, inclinándome entonces al Perú por que de allí lo solicitó por Contrata un Comerciante de Lima, como por menor podrá verlo V. E. en los papeles que entonces remití á ese Ministerio.

El documento n.o 1, que acompaño original, es comprobante de cuanto digo en la representación, y sin embargo de que el Factor de Tabacos de esta Provincia desfigura algo la realidad en sus respuestas, con todo se patentiza por ellas la verdad de lo que substancialmente

expongo.

Suplico á V. E. que los informes y explanaciones que exija este asunto me honrre pidiéndomelas directamente, por que no es fácil conteste con acierto quien no tenga presente el obgeto y sus circunstancias.

Dios gue. á V. E. m. a. Cartago, 30 de Abril de

(1) Archivo General de Indias.—Estante 101, cajón 7, legajo 22.

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