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minerales de oro, Plata, Plomo y demás metales que por falta de inteligencia ni se conocen ni se trabajan. Todos estos preciosos frutos y producciones, las ricas perlas que se sacan en el partido de Nicoya y otras piedras preciosas que la ignorancia y abandono hacen desconocer, podrían elevar estas Provincias, por medio del Trabajo y cultibo y del Comercio activo por sus puertos del Sur y Norte con la Peninsula, Islas, Perú y Nueva España, al colmo de la prosperidad y abundancia.

Mas en medio de tanta fertilidad, de tanta riqueza y tantos dones, parece que un genio maligno, enemigo de los hombres, ha esparcido por todos los puntos de estas feraces Provincias la miseria, la pobreza y la desolación, y en su vasta extensión de más de cuatrocientas leguas se llora por todas partes su calamidad y desgracia. Sin Comercio, sin industria, sin agricultura yacen sumergidas en el abatimiento y abandono caminando precipitadamente á su última ruina, y los tristes individuos que la pueblan, cercados de indigencia, apenas tienen el escaso pan de su subsistencia, regado con las amargas lágrimas de su llanto. No es ésta una pintura poética, sino una verdadera y sencilla descripción de la pobreza en que actualmente se hallan estas Provincias. Las ricas y abundantes minas de Segovia, de que se ha hablado, no se pueden trabajar por falta del numerario para cambiar las platas que producen. La Hacienda Pública no tiene lo necesario para sus gastos, los fondos municipales son tan escasos que el Ayuntamiento Constitucional de esta Capital no tiene con qué pagar los portes de su Correspondiencia y suele permanecer meses en la estafeta. Los vecinos más acomodados apenas pueden subsistir, sin arruinarse, por medio de un incesante Trabajo y virtuosa economía. La juventud sin escuelas de primeras letras en muchos Pueblos, el Colegio Seminario sin Cátedras, y lo que es más que todo, el Santuario del Señor, la administración del Pan de vida, en un estado lastimoso. Los Párrocos por la mayor parte incongruos y las Iglesias pequeñas chozas, de suerte que casi no basta el zelo y caridad verdaderamente Apostólica del actual Prelado Doct. D." Fray Nicolás García Xerez para hacer se supla lo más necesario para la salvación de las Almas.

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¡Qué contraste el que forman la fertilidad, riqueza y abundancia natural de estas Provincias con la pobreza, miseria y abatimiento en que actualmente se hallan sumergidas! ¿Pero cuál es la causa de tanta lacería y el medio de destruirla y subrrogarle la prosperidad y abundancia de que fácilmente son susceptibles? Muchas, Serenísimo Señor, han influido, pero una es la que ha obrado más eficaz. mente y uno el remedio más seguro, pronto y activo. La sugeción y dependencia de estas Provincias á la de Guatemala, distantes muchas leguas y por lo mismo embarazosa y dificultosa la Administración de justicia y demás ramos, ha sido la causa pral. del abandono de estas Provincias. Y por lo mismo, el único medio para sacarlas de él y conducirlas á la prosperidad, es hacerlas como lo merecen y lo exigen la necesidad, indep.tes de ella, erigiendo una Audiencia Territorial y Capitanía General sin otra dependencia que la del Gobierno Soberano.

Esta medida sencilla y á que acaso se habrá ya anticipado el Soberano Congreso en la distribución del Territorio Español, como nos lo indica la especial consideración de que debe á S. M. esta Provincia en el singular favor de haberle puesto Diputación Provincial que promoviese sus intereses, es la única capaz de hacerla prosperar y la exige la necesidad y justicia por su extensión, población, situación y demás circunstancias.

Las dos Provincias del distrito de esta Diputación se componen de más de cuatrocientas leguas de extensión, de feraces y fecundos Terrenos, propios para cultibar una multitud inmensa de frutos preciosos y para criar toda especie de ganados; de bosques abundantes de altos y gruesos cedros, caobas, moras, pinos y copia de maderas adecuadas para construcción de Barcos, Casas y muebles; de Cerros llenos de minerales de todos metales, y casi puede asegurarse que en la Nueva Segovia está uno de Plata de nueve leguas de circunferencia, ó que á lo menos la décima parte de su mole es de este rico metal.

Las bañan los mares del Sur y Norte. Al primero, entre otros que el arte pudiera facilitar, tienen los Puertos de Punta de Arenas, Realexo y Escalante; y al segundo el de Matina, Patasma, Palmas y S." Juan. La población de ambas de más de doscientas mil almas, su clima benigno

y saludable, su terreno regado de muchos ríos y de varias Lagunas ó lagos, de las cuales dos, que son las de Managua y Granada, son de las mayores que se conocen, teniendo la primera veinte leguas de largo y la segunda setenta ú ochenta, pudiéndose por medio de estas lagunas y Ríos facilitar el Comercio interior. La de Managua, distante ocho leguas de esta Capital, desagua en la de Granada y ésta en el Mar del Norte por el río de San Juan, distando del Mar del Sur, por varios puntos, de dos á tres leguas ó doce á veinte leguas, de manera que por un Canal podrían comunicarse los dos mares ó á lo menos trasportarse los efectos comerciables del uno al otro con mucha facilidad en bestias ó carros por caminos llanos.

Es pues muy asequible que para dar fomento á unas proporciones con que la naturaleza nos combida, se establezca en esta Ciudad de León una Audiencia y Capitanía General. Su inmensa extensión y su gran distancia á la de Guatemala dificultan de tal manera los recursos en todos los ramos de administración pública, que no pueden servirse con la exactitud debida. Pueblos hay en estas Provincias que distan seiscientas leguas de Guatemala y el que menos casi doscientas; y en tan inmensa distancia, el recurso hasta allá en las materias de Hacienda, Armas, Guerra, Patronato y Justicia es tan dilatado y dispendioso que se malogran las coyunturas y se pierde el tiempo; y la misma distancia hace que la resolución de estos negociados, por la falta de conocimiento, no lleve el acierto apetecible ni se dé con la oportunidad correspondiente. Añadiéndose que la Capitanía General y Aud. de Guatemala se halla recargada de un territorio de más de nobecientas leguas con bastas Provincias, cuya divergencia de atenciones causa la mala y lenta administración.

El ramo de Justicia en lo Civil y Criminal es de los que más padecen en los recursos dilatados de apelación, y no es de los de menos trascendencia en el orden Social. El infeliz habitante de Térraba, pueblo de esta Provincia, abandonará primero su subsistencia que tener que dispu tarla en la Aud. de Guatemala, seiscientas leguas distante de su pobre domicilio, ni crea que sin su presencia, sus estímulos y su dinero daría un paso su causa, que por los asuntos que ocurren en novecientas leguas de extensión

no permiten examinarla. Pero no hablemos de Térraba; los negocios y pleitos de León, Granada y Cartago padecen y han padecido dilaciones gravosas, Costas exorvitantes y perjuicios irreparables á los interesados, de forma que se puede asegurar que el que emprehende un pleito queda envuelto con su contrario en la ruina y en la miseria. Estos males gravísimos y los que ocasiona la impunidad de los delitos y la dilación del Castigo ó de la absolución del inocente, por la distancia, se remediarían con establecer la Aud.a en esta Ciudad, por que como de menor extensión su territorio, menores ocurrencias y asuntos, los desempeñaría más cabalmente, siguiéndose iguales ventajas á las Provincias de Guatemala con disminuirle las atenciones y ocupaciones de su Aud.", pudiéndose, si se tuviese á bien agregar á la Audiencia que se establezca aquí la Provincia de Comayagua como más inmediata á ésta, pues sólo dista ochenta leguas, al paso que de la de Guatemala la separan doscientas, sobre que se podrán oir los informes de su Diputado y respectivos Ayuntamientos quedándole en ese caso á la de Guatemala las de Ciudad Real, Verapaz, Altos, Chiquimula, S." Salvador, Sonsonate y otras, con más de seiscientas leguas de extensión.

Aun son mayores los perjuicios que ocasiona la distancia de la Capitanía General y más urgente y necesaria de consiguiente la separación de estas Provincias en este ramo. Como los asuntos de su conocimiento son más trascendentales y demandan mayor celeridad y ra. pidez, de ahí es que la dilación, inoportunidad é inexactitud en las resoluciones en estas materias es de más funesta. consecuencia. ¿Qué progresos podrán hacer los asuntos de Guerra, marina, armas, Hacienda, &., si para su resolución es necesario ocurrir á trescientas, cuatrocientos ó seiscientas leguas de distancia y esperar uno, dos ó tres meses, cuando la dilación de momentos tal vez causa perjuicios irremediables? ¿Y qué diverso y ventajoso aspecto no tomarían todos estos ramos si residiera dentro de la Provincia un Gefe Superior en todos conceptos, que prontamente resolviera sin más sugeción que la del Gobierno de la Nación? Son incalculables, Serenísimo Señor, los daños que experimentan estas Provincias con la distancia enorme de la Capitanía General, y por la inversa lo serán los bienes

que alcance con erigirla dentro de ella misma. Y muy detenidamente ha meditado la Diputación el origen y remedio de la decadencia de estas Provincias, y por el más prolixo examen ha deducido la necesidad de establecer la Audiencia y Capitanía General, cuya solicitud se había entablado en el anterior Gobierno por sus Ayuntamientos, con los más sólidos apoyos, sin lograr obtener resolución alguna.

Las benéficas resoluciones de V. A. y del Soberano Congreso relativas todas á mejorar la suerte de los habitantes de estas Provincias, capaces por sí solas de sacarlas de la miseria y elevarlas á la grandeza, se hallan en nosotros sin uso, aplicación ni exercicio, por la distancia del Gobierno que las active y haga executar. El Comercio, industria y agricultura, que han sido los preferentes obgetos que han llamado la sabia atención de V. A., como la de todo Gobierno ilustrado, no han recibido entre nosotros el más pequeño impulso sino por el contrario golpes mortales y ataques destructores que las han reducido al más deplorable estado.

A más de la distancia de la Capitanía General tenemos otro escollo aun mayor para nuestra felicidad y prosperidad en la Capitanía General de Guatemala, y éste es la mala inteligencia de los verdaderos intereses de aquella Provincia, por la que algunos talentos superficiales de ella, malos calculadores de su verdadera fortuna, creen opuestos á los suyos los intereses de ésta y no han cesado de poner trabas á los progresos de nuestro Comercio, agricultura, &. Los Gefes superiores que residen en aquella Capital y que han recibido de sus vecinos las primeras impresiones, tarde ó jamás las deponen, y la siniestra prevención desconcierta las medidas y planes de adelantamientos. No hablamos del sórdido, destructor y bárbaro comercio de ganado mayor que se obligaba á hacer á estas Provincias con aquella Capital, poniéndole escandalosas trabas de asignarle tiempo, fixarle precio y otras reglas del más descarado monopolio, con que casi se arruinó la cría de ganado de estas Provincias y que fué sostenido con tanto empeño por el Gobierno de Guatemala, por que al fin á fuerza de recursos y gastos se alcanzó de la Corte el dar por tierra á tan ruinoso comercio y dejar al Prov.no en la

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