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El gobernador D. José Perié informa reservadamente al presidente de Guatemala sobre el estado de las

milicias de la provincia de Costa Rica.-Año de 1780 (1).

M. I. S. En oficio de veinte y cuatro de Abril se sirve V. S. M. I. trasladarme el pensamiento que premedita con obgeto á poner en práctica alguna espedición, mandándome que informe menudamente lo que me parezca sobre la Tropa Miliciana y si las considero capaces en su desempeño, tanto en las funciones de Guerra como en la resistencia y tolerancia á las incomodidades que ofrece una corta Campaña; lo que executo en cumplimiento de mi obligación y deseo el mayor acierto y lucimiento de V.S.M. I.

Los dos Batallones de Infantería y dos Escuadrones de Caballería se componen de gente blanca de buena Talla, disposición, agilidad y fácil comprehensión. El Cuerpo suelto de Mulatos, que consiste en trescientos ochenta y cinco hombres, es de igual calidad y circunstancias. El valor de estas tropas aun no se ha experimentado y suelen padecer grandes equivocaciones aquellos que dan por supuesto lo que no han visto.

Si el proyecto de V. S. M. I. se dirige al Valle de Matina y Costa del Norte, se hace preciso valerse de la gente mulata, que acostumbrados por lo general á aquel Clima donde residen de continuo no adolecen con tanta facilidad como los blancos, de que no hay exemplar se indulte alguno á pocos días de su llegada.

Las dos clases de tropa, blancos y mulatos, son capaces de resistir la fatiga é incomodidad de una Campaña, por ser gente campestre, acostumbrados al trabajo y á sufrir todo género de fatiga. Valiéndose V. S. M. I. de la gente blanca para aquel destino, es indispensable el imbío

(1) Archivo General de Indias.--Estante 100, cajón 4, legajo 8.

de triplicado número al que se considere necesario para el fin de que son dedicados y maniobrar, en que se pierde el tiempo, se expone el honor y se perjudica gravemente el Real Herario en los crecidos gastos que se originan en el mayor número de hombres que sólo sirven para llenar los Hospitales. Los mulatos, á quienes ha estimulado más que á otros el fuero de Guerra que V. S. M. I. se ha dignado declararles, es el único recurso que queda á V. S. M.I. para llevar á debido efecto su pensamiento y el que yo tengo en ellos para conservar la real jurisdición que exerzo. Esta Tropa, por más á propósito y por las razones expuestas, se pueden sacar doscientos hombres sobresalientes, que exercitándolos y foguiándolos algunos días no me queda duda que desempeñarán la confianza que de ellos se hace.

La Compañía de Ujarrás, aunque es de gente blanca, concurre en ella la circunstancia de ser todos Marineros de profesión, con la ventaja que la mayor parte son tiradores de Escopeta: ésta podrá contribuir con cincuenta hombres siempre que convenga.

La oficialidad de las milicias blancas se ha compuesto de los sugetos de la primera distinción y que aparentan con simulación algún afecto al Rey; pero como estos tales no le han dado á S. M. prueba alguna de lealtad y heredaron la traición, la independencia é inclinación al Rey de Inglaterra, no puede esperarse de esta clase de hombres ningún progreso por ahora. La oficialidad del Cuerpo de Mulatos fué gente miserable, abatida y tratada por estos Criollos como esclavos hasta que la benignidad de V. S. M.I. los rescató con la gracia concedida del fuero de Guerra, á quienes sostengo con tesón, publicando bandos, distribuyendo órdenes y providencias, que aunque hablan en general con todo aforado en el particular, para redimirlos é instimular á estos infelices, que prueban con documentos y certificaciones de los antecesores de V. S. M. I. los servicios que han hecho al Rey en varias y repetidas ocasiones, como me lo han hecho constar estos antecedentes tan recomendables en estos últimos, y el que dé sueldo para su subsistencia durante la facción será nuevo motivo para que se sacrifiquen gustosos por el Rey y la Patria, siempre que se proporcione ocasión para ello, no faltando

por esto á la Justicia que debo hacer á la tropa de blancos, quienes con igual auxilio y mandados en lo principal por otros oficiales y en diverso destino que el de Matina por las consideraciones sindicadas, harían su obligación y se sacrificarían con honradez, por que la tienen. Es incomparable la obediencia de la tropa blanca, su sinceridad y honrrado modo de proceder. No llega á este Juzgado demanda de ninguna clase contra éstos; pero todo lo contrario se advierte en sus oficiales y no oficiales. Si fuese posible la transmigración de los primeros á otro clima que no estuviesen dominado de la revelión, pudieran competir con las tropas Españolas y darse por bien servido el Rey.

Se hace preciso instruir á V. S. M. I. con proligidad de cuanto pueda contribuir al asunto de que se trata para que con pleno conocimiento pueda arreglar sus ulteriores disposiciones. Matina y su Costa, en la comprehensión de esta jurisdición y aun en la de las inmediatas, goza de un clima cálido y húmedo, su suelo es fértil, capaz de todo género de producciones; pero aquellos habitantes, como traseyentes, no aprovechan las ventajas que le ofrece, reduciéndose al Cultivo del Cacao, muy poco arroz y los precisos platanares para su sustento. De continuo permanecen allí doscientos hombres poco más ó menos; cualquiera aumento á este número ha de ocasionar incómodo, escasez y carestía. Todos los víveres, como es el Vizcocho de maíz, Carne fresca y salada, manteca, dulce y Tabaco y demás preciso á su conservación, les va de esta Ciudad y otros pueblos, lo que venden los conductores á subidos precios por la dificultad de su trasporte y la pérdida que esperimentan en los mismos víveres y acémilas, por lo penoso é impracticable del camino. Bajo este concepto se ha de arreglar el diario gasto del número de consumidores que se empleen en cualquiera empresa.

De Matina á la desembocadura del Río de San Juan, donde pobló Jeremías Terri, cuentan veinte leguas imaginarias. Los exploradores que yo envié en aquel tiempo lo andubieron en tres días. En este intermedio se encuentran los Ríos de Paquare, la Rebentazón, el Colorado, el Tortuguero (aquí hay varias familias de mulatos, Sambos é Indios, cuya religión se ignora, pero son afectos á nosotros) y San Juan, todos imbadeables, y se practica el pasage de

éstos en Cayucos ó Balsas, como lo executaron los exploradores y los dos Marineros que pudieron escapar de la sorpresa de la Fragata.

En veinte y nueve de Marzo dirigí á V. S. M. I. un estado del en que se halla esta Sala de Armas y municiones. Por él se viene en conocimiento de la utilidad de sus enseres y el pronto remedio que pide su reemplazo, según lo que V. S. M. I. me indica en su oficio citado; y conociendo lo dificultoso que es el que se logre por las largas distancias y otros motivos, me he tomado la libertad desde el día de su recibo á emprender la composición de cuatrocientos fusiles, poco más ó menos, de los antiguos, que son los únicos que pueden servir y que quedarán en estado de ello, haciendo cortar un palmo de Cañón á ciento de éstos para poderlos trasportar en Cajones, pues con la longitud que hoy tienen es imposible, como ya se ha probado, sin que por esto pierdan cosa alguna en su alcance. Con el fierro que produce esta maniobra se hacen baquetas á los que le faltan, y si no bastase echaré mano de las Bayonetas inútiles y lanzas que se están produciendo, como tengo representado y no he merecido contestación. He probado la Pólvora inútil, que consiste en diez y siete arrobas: una que hice pasar por el tamiz me produjo siete libras escasas. No ha perdido enteramente su vigor, pero es inútil y la he dedicado para instruir al fuego las Compañías de Granaderos, las de Cazadores, el Cuerpo de mulatos y Compañía de Ujarrás.

De las ciento y diez Cartucheras inútiles he hecho recomponer ochenta, con las que socorrí al destacamento de Matina y armé la Compañía de Ujarrás, que unos y otros carecían de este preciso auxilio para conservar las municiones que hasta entonces llevaban en los bolsicos de la chupa, como acaecerá con las tropas que se destinen con cualquier obgeto. Espero que todo sea de la aprobación de V. S. M. I. como dedicado únicamente á su mayor lucimiento y servicio del Rey.

Carta del gobernador D. José Perié al presidente de Guatemala sobre la expedición de D. Tomás López del Corral á la costa del norte.-Año de 1780 (1).

M. I. S. (2) Dirijo á V. S. M. I. copia autorizada de la junta celebrada por los oficiales de Milicias que siguieron al comisionado por V. S. M. Y. Don Tomás López del Corral, á la expedición que debía executar en la Costa del Norte de esta Provincia contra los enemigos del Rey, cuyo tenor executará V. S. M. I. de los motivos que expone para haberse retirado al paraje del Río de la Rebentazón, opinando algunos de los Vocales fuese á el atrincheramiento del Alto de Bonilla, pareciéndoles que aun en el primero estaban pocos seguros, cuando dista tres jornadas á Mula cargada; y siendo el principal motivo que exponen el de asegurar no tener víveres, estar las Armas descompuestas, mucha parte de la tropa enferma, no estar ésta diestra en el manejo de las Armas y el más esencial y reparable la presunta de que el enemigo pretende entrar á fuerza en el Valle de Matina. Debo decir á V. S. M. I., en cuanto á lo primero, que el testimonio que acompaña de la certificación que me dejó firmada Don Tomás López del Corral y el Sarxento Phelipe Gallegos, desbanece este frívolo pretesto, cuando es notorio que desde el día tres de Abril principiaron á marchar con trasportes sucesivos de Víveres, municiones y peltrechos, siendo así que no se pudo verificar la marcha de la primera división de tropa hasta el día quince del mismo, la segunda el diez y seis y la tercera el diez y siete, habiéndose continuado hasta este día las remisiones que ascienden hasta el día de su retirada, por mi puntuario exacto, á cuatrocientas sesenta y cuatro arrobas de Vizcocho, ciento cincuenta y nueve de Carne salada, ochenta y seis Reses Vacunas en tres remesas,

(1) Archivo General de Indias.-Estante 100, cajón 4, legajo 8. (2) Esta carta es del 25 de mayo de 1780.

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