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En circunstancias tan favorables no fué posible al ejército restaurador aprovecharse completamente de esta victoria por el cansancio de las tropas, que habian seguido dia i noche al enemigo, i tambien por la falta de municiones: sin embargo, para envolver sus posisiones, impedir su escape i privarles de toda esperanza de auxilio; para posesionarse de los importantes puntos de Concepcion i Talcahuano, que forman la llave de aquella provincia, se pasó el Itata, ia marchas precipitadas caminó una division sobre la Concepcion. El resultado de este movimiento es bien sabido, pues con él se privó al enemigo de su mejor fuerza, i se duplicó la de la patria.

Esta ha sido la conducta de los Carreras desde el momento en que la patria los llamó a su defensa: la necesidad de vindicarse les hace anticipar esta relacion, porque tal vez el silencio pudiera comprometerles con el pueblo; digan cuanto quieran sus enemigos, mientras ellos en el campo del honor, i a todo trance disputan con el acero la libertad de sus hermanos. Esta sola satisfaccion será el único compensativo a que puedan aspirar, i si algun dia les concede la fortuna regresar victoriosos a su patrio suelo, aseguran por lo mas sagrado dejar un mando que jamás podrian retener con honor, mientras no fuese por la voluntad jeneral de los pueblos.

Luis de Carrera.

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REFLEXIONES SOBRE EL MANIFIESTO QUE HACE A LOS PUEBLOS EL COMANDANTE JENERAL DE ARTILLERÍA

Mártes 26 de Octubre.

A libertad de la imprenta sería perjudicial, en vez de ser provechosa a los pueblos, si ella no sirviese para depurar las verdades i presentarlas a los ojos de los hombres limpias de todo error, de todo prestijio, de toda pasion, i de todo interes. La verdad jamas temió prestarse al reconocimiento de los mas curiosos investigadores; porque siendo ella como el oro, que mas pronto descubre su lei, mientras es mas activa la operacion del fuego en el crisol, de nada puede perjudicarle cualquiera interes que se tome en su exámen. Solo la mentira huye de los ojos observadores; porque su existencia depende del engaño, de la ilusion, i de la ignorancia, i porque todo esto desaparece en el momento que sale a luz una crítica racional. Segun estos principios nadie podria quejarse con razon de que se le examinen sus escritos; pues desde el instante que se dan al público, se exponen al juicio de todos los lectores, i tácitamente se pide la aprobacion o la repulsa. Yo, a lo menos, tan lejos de pretender que no se me critique, celebraré que cualquiera me advierta mis errores, i me obligue con sus convencimientos a mudar una opinion en que me haya equivovocado. Si yo escribiera para sorprender, temiera seguramente que quisiesen poner a prueba mis fundamentos, pero no haciéndolo sino en obsequio del bien público, lo podré sentir, que no tomen todos los hombres el mismo interes que yo en averiguar la verdad en nuestros negocios.

Todos los hombres imparciales, i todos los filósofos que se hallan esparcidos sobre la redondez de la tierra, juzgarán, si el autor del Semanario ensucia la prensa con personalidades ridículas, o la emplea útilmente en aquellos objetos mas interesantes a la república. Si se ha dicho por mí, que es mas fácil escribir virtudes que practicarlas, és mui cierto que escribo para que todos amen la justicia i la virtud, sin lo cual no puede haber una sociedad bien ordenada; pero en esto yo no he creido jamas que puedo ofender a nadie, ni de aqui se infiere que yo sea malo o bueno. Lo cierto del caso es, que la prensa de Chile jamas ha pecado por falta de moderacion de los editores. Las de España, las de Inglaterra, las de los Estados Unidos de América, i aun las de Lima, de esa ciudad, en que jime agoviado el patriotismo, son las que responden de la verdad de mi aserto. No sobre los hechos públicos que a nadie dejan que dudar, sino sobre los vicios i operaciones particulares, se emplean en todas estas partes las plumas de los escritores, i sin embargo de esto nadie se asusta, porque todos conocen las ventajas de esta libertad. Véase la representacion hecha a las cortes por D. Gregorio Antonio Fitzjerald, impresa en la isla de Leon i reimpresa en Lima: alli aprenderemos a hablar del despotismo sin el menor miramiento ni temor. Véanse los papeles del Peruano i del Satélite, i veremos que todo el poder del virrei de Lima no pudo hacer a los limeños, tan moderados como lo es el autor de este artículo. ; Oh libertad apetecida! parece que tu no estas siempre donde mas ruido haces, i en donde suena menos el nombre de la tiranía!

No habiéndome yo conducido en la edicion de mi periódico por otros motivos que la salud pública i la liber

tad de la patria, i huyendo siempre de mezclarme en objetos odiosos, de que ninguno saca provecho, hice presente en mi número 40 la nulidad de la constitucion, i cuanto allí se ve es lo mismo que se dijo en la Junta de Corporaciones del dia 6, lo mismo que todos gritan por las calles, i lo mismo que ninguno podrá negar de buena fé. Mis expresiones son demasiado jenerales, para que se quiera acomodarlas a este o al otro sujeto. Yo dije que los autores de la destruccion del congreso i los de la constitucion habian despojado de sus derechos a los pueblos: que todo esto i las elecciones por suscripcion era nulo, era violento i temerario. Ahora digo lo mismo, porque no se me ha dado una razon que me haga mudar de opinion. Lo único que hemos adelantado con el manifiesto del comandante de artillería es saber quienes fueron los autores de todas estas cosas; pero como el nombre de un sujeto, ni los de cuatro o seis, no son para mí razones que apoyen ningun hecho, repito, que todo es nulo, violento i arbitrario, aunque hayan sido los autores los Sres. Perez, Zudañez, Salas, Villegas, Lastra, i Henriquez. Ellos son unos sujetos recomendables para mí, pero la constitucion i las elecciones no se lejitiman con los nombres de mis mayores amigos. Estos señores son mui pocos, i creo que no podran presentar los poderes de centenares de miles, que debiar quedar ligados a lo que ellos determinasen. Segun mis principios yo no puedo abonar en un amigo, ni en un hermano, lo que es digno de vituperio en el mas extraño, o en el mayor enemigo. Esto es bueno solamente para aquellos ciegos partidarios, que no conocen otra norma para arreglar sus pensamientos i sus operaciones, que la tema i el capricho. Yo declamo contra los vicios i contra los hechos

viciosos, sin pretender averiguar quien ha cometido los exesos, pues de nada me sirve conocerlo, i solo aspiro al remedio que a todos nos conviene. Si alguno ha creido que yo desapruebo aquellas cosas, porque juzgase que su autor fuese este o aquel, se engaña miserablemente, i no debia estar tan clara mi justicia para que se pudiese buscar un objeto tan remoto. Yo no he tomado el oficio de fiscal para acusar a ningun individuo del estado, ni menos me he hecho cargo del empleo de abogado para escusar a mis amigos. De uno i otro ejercicio hai bastante en el pueblo para que ocurran a ellos los que los necesiten: yo no entraré jamas en otra cosa que en alabar lo bueno, i en vituperar lo malo; i si por esto me hiciese desgraciado, sé mui bien, que a pesar de cuanto haga en mi daño la malicia, mi nombre algun dia podrá colocarse despues de los mártires de la justicia i de la libertad.

Por ahora concluyo con dar al público la representacion de D. Gregorio Antonio Fitzjerald, para que se vea lo que es en España la libertad de la prensa, i como se habla allí de los jenerales, de los rejentes, i de los ministros. ¡Pobres de nosotros, si en medio de tanta libertad, con que nos comulgan, hiciéramos la millonésima parte!

REPRESENTACION A LAS CORTES DE D. GREGORIO ANTONIO FITZJERALD IMPRESA EN LA ISLA DE LEON I REIMPRESA EN LIMA.

SEÑOR:

UINTA vez recurro a V. M. pidiendo justicia, i reclamando la observancia de la constitucion. Yo soi el atropellado ciudadano español, el insultado anciano madrileño, o D. Gregorio Antonio Fitzjerald. Hoi se cumplen

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