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RECETA PARA HACER REPUBLICANOS.

¿Quieres ser republicano
I parecerle en verdad?
Pues respeta la igualdad,
Sé atento, justo, i humano:
Precia de buen ciudadano,
I no escuches a simplones,
Que promueven disenciones,
Para tener de que hablar.
Solo asi te haras amar
De todos los corazones.

Antonio Jose Frizarri.

Jueves 28 de Octubre.

s una prueba de insigne sabiduría conducir felizmente una revolucion. Toda revolución trae grandes innovaciones; ¿i qué cosa hai mas peligrosa i delicada que las innovaciones? Chocar contra costumbres anticuadas, contra preocupaciones i hábitos envejecidos; confundir intereses personales siempre en guerra con la causa pública; combatir contra las pasiones, i valerşe de las mismas pasiones; preparar de léjos la ruina de los errores i de ciertas vanidades, i valerse de los mismos errores i vanidades..., todo esto exije prudencia, carácter i un sistema seguido i bien convinado de operaciones.

Siempre que nos versamos en inminentes peligros, todo se pierde por la irresolucion i la lentitud. En tales casos la fria meditacion i la demora son como la medici

na expectativa i los remedios paliativos en las grandes enfermedades, que solo sirven para precipitar al sepúlcro. En las crisis de los estados se necesita una resolucion pronta, vigorosa i firme. Descubiertas las miras de la prudencia, deben ponerse en planta a todo riezgo; el riezgo mayor es el de la irresolucion. En tales casos la falta de resolucion es falta de ánimo, es vender la causa pública, i se muestra un espíritu abyecto, cobarde, e infeliz. El que acepta una comision, que pide ánimo exforzado i sublime, promete arrrostrar los peligros, i su cobardia es una verdadera traicion. ¿Para que tomó a su cargo la direccion de una nave, que no podia conducir entre tempestades i escollos?

Entrar en una revolucion es fácil, conducirla felizmente es difícil; pero perderla despues que ha durado cierto tiempo, es obra de la necedad, i siempre el fruto de las pasiones i de los delitos. Porque es cierto, que de mil revoluciones que abortan, una se perderá por los esfuerzos i maquinaciones de los liberticidas, i todas las restantes caen bajo el peso de la desunion, de la ambicion, del interes, i de la cobardia.

La falta de talento i de economía política tiene una gran parte en estas desgracias, cuando los que están, o han estado a la frente de los negocios, no han sabido hacer amable la causa que sostienen, i no han procurado inspirar entusiasmo.

Millares de hombres valientes, encastillados en sierras, i a quienes solo falta para ser invencibles la voluntad de serlo, i el ardor de la imajinacion, vencerán, si quieren vencer. ¿Qué debe hacerse para lograr este objeto importantísimo? Dos cosas fáciles: la primera, que conozcan que venciendo se ha de mejorar su suerte; la segunda

que se inflame su fantasía tomando un vivo interes, i concibiendo un ardiente zelo por la causa de la patria. Examinaremos separadamente artículos tan interesan

tes.

Que convenga ganar el ánimo de los pueblos, es una verdad conocida de todos los políticos, i aun de los mas poderosos monarcas, que han ocupado los tronos mas firmes. ¿Cómo pues la olvidarán los gobiernos nacientes, débiles i vacilantes? El hombre es vario, pero en todas las edades, rejiones i climas es uniformemente impelido por la esperanza, por el temor i la opinion. Para que tome calor, i zelo en una causa, ha de esperar que el buen éxito de ella aumentará su prosperidad, o disminuirá sus infortunios. Si cree lo contrario, si la experiencia le demuestra que una cosa dicen las palabras i otra los hechos, se volverá enemigo o indiferente, recibiendo una gran frialdad, por exelente que sea la causa. Es cierto que en los principios de un jeneral trastorno no puede la administración hacer milagros, i que es obra de los dias establecer i vivificar las fuentes de la abundancia i prosperidad jeneral; pero los hombres están tan acostumbrados a contentarse con tan poco de parte de sus gobiernos, que se dan por bien servidos si no se les infieren nuevos agravios, i si se les conserva el buen órden, la justicia, i la tranquilidad interior. El hombre de talento es el que en medio de las amarguras de las revoluciones se introduce en la oscuridad de lo futuro, i se consuela con risueñas perspectivas. Pero no todos son hombres de talento, i aun hai casos en que estos mismos pierden la esperanza i desmayan.

La falta de ventajas presentes se suple con la opinion; i cuando ésta enciende los ánimos i los corazones, hace

arrostrar peligros, devorar disgustos i privaciones, i se llama entusiasmo, amor de gloria etc.

Todas las revoluciones han tenido su entusiasmo particular, i siempre ha precedido una gran revolucion en los espíritus a las revoluciones políticas mas famosas. El entusiasmo de la Holanda fué el de la libertad acerca de cierto jénero de opiniones: aquella revolucion fué teolójica, i la precedió la notable revolucion i conmocion de los espíritus i modo de pensar acaecida en Alemania i despues en Francia: los combates de los literatos i de los libros prepararon el choque de los ejércitos. El entusiasmo de los franceses fué el de la igualdad: aquella revolucion fué filosófica, precedida por un trastorno casi jeneral en las ideas antiguas producido por los escritos de los injénios mas bellos i ardientes de la Francia. El entusiasmo de los Estados Unidos fué al principio el resentimiento de los agravios recibidos, consecuencias necesarias de todo sistema colonial. Despues conocieron que no podian entregarse con seguridad en manos de quien habian insultado: se aumentó el ódio i el resentimiento por las crueldades de los jenerales enemigos, i se advirtió que jamás prosperarian aquellas rejiones, hasta que sus cuerpos lejislativos i majistrados obrasen con absoluta independencia de la antigua metrópoli. Ellos estaban en posesion de tener cuerpos representativos i lejislati vos, i su revolucion solo fué un paso mas hácia la libertad.

Entre todas las revoluciones, parece que la de la España i la de las Américas fué la única que vino repentinamente, a no ser que digamos, que fué precedida por la imponderable corrupcion i desórdenes, que hicieron memorable el triste periodo en que estuvo a la frente de los

negocios públicos el ciudadano D. Cárlos de Borbon. Pero aquellos desórdenes no prepararon los ánimos para la revolucion a que dieron nacimiento.

Anónimo

BATALLA DEL ROBLE.

PARTE OFICIAL DEL JENERAL DEL EJERCITO A LA EXELENTÍSIMA JUNTA, COMUNICADO A ESTE GOBIERNO EN OFICIO DE 25 DEL CORRIENTE.

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MPEÑADA la Providencia en dar nuevas glorias al Jejército restaurador, dispuso el movimiento, que hice el 14 del corriente a efecto de amparar i protejer el tránsito del centro, segun tuve el honor de impartir a V. E. en mi oficio n°. 18 de 12 del mismo. Para ello fué preciso reunirme con la division que en mi primera salida saqué de este punto, i a mi regreso quedó en la Florida, no menos que con la del invicto coronel O'Higgins, que en seguimiento i persecusion del enemigo en la retirada que éste hizo de la hacienda de Rere ya se hallaba sítuado en el Cerro negro i acampé en las alturas de las Lagunas de Avendaño, frente del vado del Roble. El 16 se trasladó el centro formando su situacion como a 3 leguas de distancia del punto en que me hallaba. Asi

(*) El rei no era mas que un ciudadano que presidia la administracion de los negocios. El reinado, si es lejítimo, es una comision dada por el pueblo; si no es lejítimo, es un empleo arrebatado por la fuerza.-El Autor.

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