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dio de barcos que se echaban a pique. Al General Grignon dijo en un oficio "debeis hacer temblar a los bandidos, i no darles cuartel. Las prisiones estan llenas. ¿Para que hai prisiones en la Vendée? Es necesario quemar todas las casas i molinos; todo el pais debe transformarse en un desierto. No haya clemencia: tales son las intenciones de la Convencion." En el valle de San Game mandó abalear un cuerpo de 1200 hombres que habian capitulado con condicion de que se les salvasen las vidas. Carrier exedió en crueldades a todos sus cómplices. Él llamaba a la guillotina un jeu mesquin, que solo cortaba 25,000 cabezas: él inventó los famosos matrimonios republicanos, como él los llamaba, que era atar desnudos centenares de hombres, mujeres i niños, i arrojarlos al rio Loire. Pero horroriza continuar la relacion de tantas abominaciones. Conviene sí observar, que aquellas atrocidades, lejos de pacificar la insurreccion de la Vendeé, la extendieron a las provincias vecinas, i conservaron siempre vivas las semillas de la guerra civil.

El orijen del fanatismo es antiquísimo; lo hallamos en mui antiguos monumentos, i envuelto en las mismas tinieblas que ocultan el principio de mil fábulas i errores famosos. Muchos libros en que se encuentran razgos admirables, muchas obras llenas de injenio, muchos códigos que contienen exelentes leyes, estan ennegrecidos con ejecuciones fanáticas. Todas las grandes revolucio– nes acaecidas en las opiniones de los hombres han sido seguidas de hechos atroces inspirados por el fanatismo. De ellas han resultado siempre dos partidos, uno oprimido i otro opresor. El opresor ha tenido de su parte la antiguedad i la educacion; el oprimido ha reclamado en favor suyo los derechos del hombre, i la libertad de la

opinion, fundándola en la naturaleza del entendimiento humano; pero si este partido oprimido ha llegado a ser dominante, se ha hecho las mas veces opresor, olvidado de todos sus anteriores principios consignados en sus apolojias. Tales apolojias alegan siempre que sus opiniones no son contrarias a la permanencia i buen órden de la sociedad. Él se hace juez en su propia causa, él solo tiene razon, él solo procede con pureza i probidad, i él se constituye a un mismo tiempo i con descaro parte, juez, i verdugo. Aun hai mas, un mismo partido es a un mismo tiempo en un pais opresor, i en otro pais oprimido. Esto está sucediendo actualmente en algunas rejiones de Europa. Esta diferencia de suerte de un mismo partido, que en una parte reina exclusivamente i cree que en él solo hai moralidad, i mira con insultante desprecio a los del partido contrario, aunque confiesa su superioridad en las artes i ciencias; i en otra parte es privado de las mas preciosas prerogativas ci viles, i us opiniones son consideradas como incompatibles con la libertad; nos hace ver, que jamas se violan impunemente los derechos del hombre, i que debe observarse no solo de individuo a individuo, sino de partido a partido i de pueblo a pueblo, aquella divina máxima: "No hagas con otro lo que no quieras que se haga contigo." Alteri ne feceris quod tibi fieri non vis.

La brevedad de este papel no ha permitido dar a un asunto tan importante como este toda la extension necesaria, contentándome con remitir a los lectores a las exelentes obras que hai escritas sobre la materia en frances, i en ingles. Pero desgraciadamente el estudio de estas lenguas está mui poco cultivado en el pais, i es demasiado notable la desaplicacion de los jóvenes en unos tiempos en

que mas que en otros son tan necesarias la lectura, la instruccion, las ciencias. ¿Querremos decidir a cerca de todo sin saber nada?

Tampoco fué posible dar al discurso el órden conveniente; él debió llevar su epígrafe, i es el que sigue-

¿Tendrá por infalibles uno i otro emisferio
Los silojismos que haces en bárbara i en ferio?
Que todos somos locos es cosa mui segura:

En paz i union vivamos, i sigue en tu locura. Réstame observar el fanatismo bajo un punto de vista, bajo el cual no sé que haya sido considerado por otro, i es la maligna tendencia e influjo que tiene contra la libertad civil, i contra los talentos i las letras.

Cuando un gobierno se ha acostumbrado a ejercer la tiranía sobre los espíritus, en breve toda la policía no es mas que un ejercicio de intolerable opresion. La policía, este interesante ramo de la administracion, que debe velar sobre la seguridad de los pueblos, la observancia de las leyes, i ejercer una censura vijilante sobre las costumbres, viene a hacerse en este caso una inquisicion detǝstable, i un instrumento de tiranía: se ocupa menos de la seguridad pública que de la seguridad particular, i de los intereses i venganzas de los opresores de la libertad civil: la sociedad se inunda de espías, de delatores, de almas viles, que disponen a su arbitrio de la suerte de los ciudadanos mas dignos. Se orijina entonces una desconfianza recíproca i funesta entre los ciudadanos i el gobierno; i en el santuario de las familias i de la amistad se buscan víctimas que inmolar a la sospecha. Una palabra indiscreta suele ocasionar la pérdida de la fortuna i de la libertad. La virtud mas noble, la grandeza de alma, este sentimiento que se enciende contra la opre

sion i las injusticias, son los objetos de la inquisicion de unos espias infames. La historia pública i secreta de aqnellas cortes en que se ha ejercido la tiranía de que hablamos, abunda en relaciones trájicas de muchas grandes almas i jenios sublimes que expiaron en los calaboi aun en los patíbulos, el crímen imperdonable de haberse indignado contra los enemigos de la especie hu

mana.

Los Califas fueron mui fanáticos: uno de ellos al entrar en la famosa Biblioteca de Alejandria, aquel tesoro de los conocimientos humanos, recojidos allí por el amor a la sabiduria de los reyes de Ejipto, dijo: "Si estos libros contienen cosas contrarias al Alcoran, deben ser quemados como dañosos; si contienen cosas que no esten en el Alcoran, deben ser quemados como inútiles, porque en el Alcoran se halla todo lo necesario; i si contienen lo que se halla en el Alcoran, deben ser quemados como supérfluos." En virtud pues de esta sentencia se entregó a las llamas toda la biblioteca, i los libros mantuvieron el fuego de los baños públicos por seis meses. ¡Cuantas verdades, cuantos hechos, cuantos descubri mientos no llegaron pues hasta nosotros, cuantos pensamientos sublimes se perdieron por la barbaridad de aquel fanático! Pero con todo, mientras los libros ardian, si alguno de sus autores vivia, talvez estaria con frio el furor del Califa fué solo contra los libros. En otras épocas, i en otros paises han tenido mas que temer los autores. Por eso es incalculable el número de grandes ideas i de pensamientos divinos, que el temor ha condenado a eterno silencio. Esta es una verdad en que convendrán cuantos estén algo versados en la lectura i cuantos hayan escrito alguna vez. Muchos autores en

Hlegando a tratar ciertos puntos, se vuelven oscuros, i se contentan con hacernos adivinar sus ideas. Un escritor del siglo pasado notó varios pasajes en que el mismo Newton no se atrevió a explicarse con claridad, pero en que dió bien a entender que queria decir: Júpiter est quodcunque vides. Aunque lo hubiese dicho mas claramente, no habriamos tenido mas que la opinion de un filósofo, i encerrada en libros que rarísimos leen. ¡Que lástima es que en algunos paises las plumas mas bellas no hayan podido escribir la historia de su tiempo, ni combatir ciertos abusos! ¡Que tantos hombres exelentes no nos hubiesen podido dejar en herencia todos sus pensamientos, i aun sus conjeturas! Desengañémosnos, donde se tiranize el pensamiento i la palabra, ni hai verdad histórica, ni el jenio se eleva, ni se ocupa con utilidad; ni la reflexion i la crítica se versan sobre los asuntos mas interesantes. Donde se prohiben in totum los escritos que descubren los delirios, las flaquezas, i los atentados contra los derechos de los pueblos, cometidos por los que tienen la autoridad i el poder, la historia es únicamente un conjunto de mentiras i hechos desfigurados, cuya lectura no puede traer el menor provecho. El historiador debe ser veridico para ser útil, i debe desenvolver las causas de todos los sucesos, pero ¿quién tiene tanto valor que ose decir la verdad sin mas premio que ir a una prision, i talvez a presidio o a la muerte, i que sus escritos sean quemados, i perseguidos como altamente criminales? Asi es como todo se reune para probar la verdad de aquella asercion, que parece un principio: "Es mui difícil, sino imposible descubrir la verdad por medio de la historia." Yo vi prohibirse la lectura de algunos libros, porque contenian proposiciones injuriosas a la memoria de cier

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