Imágenes de páginas
PDF
EPUB

OBSERVACIONES JENERALES

á

Aunque la constitucion uruguaya no ha perdido de vista la tradicion arjentina, es mui superior à todas las que le precedieron en el Rio de la Plata. I á decir verdad, si el órden, la libertad, la industria i la prosperidad en todo sentido se vincularan en un instrumento constitucional redactado en debida forma, no hai duda de que la República Oriental del Uruguai gozaria plenamente de aquellos inestimables beneficios; pues ningun defecto notable ó trascendental, de aquéllos á que suele atribuirse el desquiciamiento político de un estado, podria señalarse en la constitucion que nos ocupa. Però la inmoralidad, fomentada por la ambicion de los unos i por la indiferencia ó complicidad de los otros, hace mas contra la seguridad, madre de la libertad i de la industria, que los preceptos constitucionales que nadie acata.

Mui bien lo comprendieron los autores de aquella misma constitucion, como puede verse en los siguientes fragmentos de su manifiesto ya citado, los cuales, al mismo tiempo que dan de ella una idea jene: al, espresan las condiciones con que llenaria los santos objetos que al sancionarla se tuvieron en mira.

« Nuestro país (dice), careciendo por su poblacion de los elementos que tienen en sí las naciones del viejo mundo, llenará tal vez con dificultad las necesidades que demandan los diversos ramos de la administracion interior; pero presentando tambien ménos obstáculos al rejimen constitucional, llegará á la prosperidad i grandeza en que hoi se encuentran otras que poco há eran iguales á nosotros, si como ellas somos ríjidos observadores de los principios que proclamamos. La igualdad ante la lei, la libertad que no se opone á ésta, i la seguridad de las personas i pro

piedades, son las bases de donde arrancan la felicidad de los ciudadanos i el engrandecimiento de las naciones. Vuestros representantes, conciliando esos principios con el respeto debido á la relijion santa de nuestros padres, los han consignado en el código fundamental; i las lejislaturas siguientes los desenvolverán por leyes análogas i bastantes á conservarlos.

>>> La forma de gobierno republicano representativo qué ha sido sancionada, no solo es conforme al espíritu público del país, á los principios proclamados desde la revolucion de América i á los deseos de casi todos sus habitantes; sino tambien la mas propia para alcanzar esa libertad, que tanta sangre i tantos sacrificios cuesta á los orientales. Vuestros representantes, siguiendo ese sentimiento nacional, han desenvuelto las bases en que se funda, han dividido los poderes, separaron la formacion de las leyes de su ejecucion i aplicacion, detallaron las atribuciones de cada uno, i reconocieron que, residiendo la soberanía radicalmente en la nacion, sólo á ella por medio de sus representantes compete formar las que se han de obedecer, porque solo ella puede imponer preceptos coercitivos á la libertad natural, cuando lo exije la felicidad comun, único i esclusivo fin de toda asociacion política.

» Sin una autoridad encargada de formar las leyes; sin un gobierno que cuide de cumplirlas; sin jueces que las apliquen en las contiendas particulares, los hombres no reconocerian otro derecho que el del más fuerte, ni éste otra razon de obrar que su utilidad i su capricho: no habria deberes que llenar ni obligaciones que cumplir; i una confusion perpetua seria el escollo en que vendrían á estrellarse la libertad individual, la seguridad del ciudadano i el tranquilo goce de sus propiedades. Estas verdades, que prueban la necesidad de un gobierno, nos enseñan tambien, que cuando un mandatario, por la fuerza ó el sufrimiento vergonzoso de los pueblos, pretende i consigue reunir los diversos poderes que dan garantia á sus libertades, puede por el mismo hecho mandar lo que quiere i hacer cumplir lo que manda. Entonces las leyes dejan de ser la convencion que los

hombres hacen entre sí para arreglar el ejercicio de sus facultades naturales, determinar la legalidad de sus acciones, i lo que debe prohibirse á cada uno por el interes de todos: ellas son el precepto de un particular que somete á los demas; los esclaviza dejándolos dependientes de sus deseos, i convierte la sociedad en un espectáculo de despotismo ó de anarquía. »

Despues de una rápida esposicion de la manera como están organizados los poderes públicos, sigue razonando así :

<< Tales son las bases que deben reglar la marcha de los poderes constitucionales. Vuestros representantes no pueden lisonjearse de una invencion; pero sí de que, rejidos por el patriotismo i por el interes público, han seguido la senda que otros pueblos trillaron para llegar á su prosperidad i hacer felices á sus conciudadanos. Los derechos sociales del hombre han sido respetados; su igualdad legal, la seguridad personal, la inviolabilidad de las propiedades, el derecho de peticion, el libre ejercicio de toda clase de industria, agricultura i comercio, la libertad de la prensa, el reposo doméstico; el secreto sagrado de las correspondencias epistolares, i finalmente el pleno goce de cuanto la lei no prohibe, han sido consagrados en la constitucion.

» No espereis, sin embargo, que ella repare instantáneamente los males que nuestra sociedad ha esperimentado, los que siente jeneralmente la América, i los que sufre todo país al reformar sus instituciones, Nó, no es ella solamente la que ha de traernos la tranquilidad interior i la libertad. Es preciso que nosotros le sacrifiquemos las aspiraciones; que nos prestemos gustosos á cumplir la lei, i nos opongamos con firmeza al que intente traspasarla. Los medios que nos son permitidos los encontrareis detallados en la constitucion: si empleamos otros, si nuestras opiniones privadas han de dirigir nuestra conducta, en vano la juraremos, en vano esperaremos sus saludables efectos.

» Ninguna sociedad puede conservar la paz interior, sin un centro de autoridad que reuniendo al rededor de si la opinion pública del país, el mismo interes comun la haga obedeceri respetar. Por una fatalidad, que ha hecho la desgracia de los pue

blos americanos, el espíritu de partido, la ambicion, la codicia, la venganza, las pasiones todas se han reunido para desconocer esc centro comun, que decidiendo las cuestiones que motivan las crisis politicas, habria siempre conservado la tranquilidad. La obstinacion i el empeño de vencer no han conocido limites: así todos los poderes han sido vilipendiados i asaltados á la vez : nada ha sido respetado; i perdido así el equilibrio que los sostenia, las reacciones se han sucedido, i la fuerza armada ha decidido la suerte de los pueblos i ha hecho de ellos el juguete de las pretensiones particulares. ¡Cuántas veces allanó ella el paso á la primera majistratura, i los que aspiraban á la libertad, los que se llamaban republicanos, han tolerado con vergonzosa paciencia las cadenas que les impuso un ambicioso! Veinte años han corrido despues de nuestra revolucion, i vemos que los nuevos estados de América no han conseguido aún consolidar su existencia política.

» Otro tanto debemos esperar, si la fuerza es alguna vez entre nosotros titulo suficiente para hacer valer pretensiones personales. Si no tenemos bastante virtud para resignarnos, i sujetarlas á los poderes constituidos, nuestra patria no existirá; porque nuestra subsistencia depende del sacrificio que hacen todos los individuos de una parte de su libertad para conservar el resto (1), i así como éste es un principio conservador, el uso de la fuerza lo destruye ésta cimienta la tiranía ó perpetúa las reacciones, porque la opresion es el jermen que las produce, i cuando un pueblo tiene un sentimiento uniforme por la libertad, es necesario que las instituciones marchen á su nivel.

» No será posible alcanzar jamás una perfecta consonancia de ideas i pensamientos; pero los trastornos que resultan de la diversidad de opiniones, cuando se salvan las formas constitucionales, producen un efecto pasajero que no ataca inmediatamente á la sociedad, i las personas quedan garantidas de sus resultados

(1) Es el antigno i erróneo principio sobre que se basaba la doctrina del contrato social. La verdadera libertad, que es la garantia del derecho, no admite sacrificio alguno.

por el respeto que aun se conserva á la lei. Mas cuando los poderes que sostienen la máquina política se inutilizan porque los súbditos intentan oponerse por las vias de hecho, la guerra es el resultado necesario; las leyes quedan olvidadas, las garantías sociales se desprecian; se rompe todo freno; las desgracias se suceden, los ciudadanos se desmoralizan; los partidos, descono ciendo límites á sus pretensiones, se hacen culpables á la vez, i el país corriendo de revolucion en revolucion, se precipita á su

ruina. >>

Mui léjos estarian los constituyentes uruguayos de pensar que en aquel cuadro pintaban la condicion futura de su país i la de casi todos los pueblos hispano-americanos. I puesto que todos esos males se han sufrido á pesar de las mas brillantes constituciones escritas, debemos buscar la causa en la ignorancia de las masas i la pasion de sus conductores, en la impaciencia de la ambicion i la tolerancia de sus instrumentos, en el espíritu de esplotacion i el favor que se dispensa á los esplotadores.

¿Deberemos por ello renunciar á toda esperanza i á todo pensamiento político, redu iéndonos á deplorar los males que no podemos remediar? Nada de eso todo pueblo admite un gobierno. Hallar la fórmula del que se adapte à una condicion dada, es el primer problema á cargo del hombre de estado. En cuanto á nuestra América, despues de hallar esa fórmula, debemos contraernos esmeradamente á instruir, educar i moralizir á las masas, infundirles amor al trabajo y respeto á la propiedad, obediencia á las autoridades legales, i odio á Is revueltas de meros aspirantes, que sacrifican vidas i haciendas Spor dominar ó por esplotar á sus coasociados. Entónces comprenderá el pueblo el beneficio de la libertad fundada en la paz i en el respeto de todos los derechos; entonces la defenderá enérjico i gustoso contra las maquinaciones de la ambicion; i entónces habrá llegado la éra de la democracia, que es la voluntad i el poder en el pueblo para custodiar esa libertad, que ahora se encargan oficiosamente de suministrarles los traficantes políticos usando de la violencia ó del engaño.

« AnteriorContinuar »