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jenio i de su palabra, contemplando los horizontes i los panoramas que me describia.

Me pintaba, con fantasia maravillosa i risueña, encontrando encantos deslumbradores en sus ensueños, las bellezas de las zonas australes, donde naciera, i las solemnes soledades de los llanos i las sierras que ha ido a poblar el esforzado obrero chileno para arrancarle sus escondidas pastas valiosas i codiciadas por el mundo.

La primera huella del lonjitudinal, me decia con entusiasmo de profeta, que va a cruzar los desiertos, la trazó la pesada carreta que trasportaba los minerales de las montañas a las playas, para ser conducidos a los mercados mundiales.

Faros que guiaban a los navegantes, en las calladas i oscuras noches del mar Pacífico, fueron, añadia sonriente, los rojos hornos de la costa que hervian en sus bóvedas de ladrillos los metales de las sierras.

Allí el poeta del esfuerzo i de la vida intensa se esbozaba así mismo, como el bardo de California, Joaquin Miller, cuando cantaba las arenas de oro de las llanuras de Sacramento i los montes rocallosos, definiendo la naturaleza agreste de aquellos parajes rescatados al olvido i a la soledad por el formidable brazo del obrero chileno.

Ese es el pensador i el artista, Pedro Olegario Sánchez, isleño de orijen i educador de vocacion que dirije el destino de los niños en el rectorado del Liceo de Antofagasta.

Su pluma de escritor ha forjado libros de brillan tes Notas i Perfiles, que ha donado a la Sociedad Protectora de la Infancia de Valparaiso, obedeciendo los delicados impulsos de su espíritu altruista.

Nació en Chiloé, en 1851, i despues de estudios rápidos i distinguidos, se graduó doctor en medicina.

Fundado el Liceo de Antofagasta, se le nombró rector de ese establecimiento que ha formado numerosos i notables alumnos, que hoi ejercen la injeniería o la abogacía, la medicina o las artes, las industrias o el comercio.

Pero su rasgo sobresaliente, es el de escritor, de artista de la forma i de la idea, de poeta de la belleza, de filósofo del esfuerzo humano.

Los blancos hilos de plata que coronan su frente han nacido al calor del pensamiento i la meditacion bajo los rigores de aquel clima degastador de las mayores enerjías.

Tiene la palabra fácil, culta, ilustrada i vivaz, del pensador adiestrado en el ejercicio del pensamiento en

la cátedra i en los libros. Es un artista de concepcion rápida, que encuentra en la naturaleza, ya sea esta el océano, el desierto o el hombre, una idea nueva para forjar un pensamiento bello.

El paisaje del horizonte o de los valles i los campos, le sujiere las mas cautivantes impresiones. Debió ser pintor, porque habria pintado con el pincel creaciones ideales como las de Juan Francisco González, el poeta del color en la pintura chilena.

Imajinacion vivísima, memoria vigorosa, cultura estensa, todas las grandes cualidades del pensador hábil i profundo se manifiestan en todo cuanto juzga o describe.

Escritor de talento admirable, sabe pintar con su pluma las mas estraordinarias escenas de la vida i de la historia. Su libro Notas i Perfiles, es un estuche de joyas de arte delicado, son pájinas de mano maestra por la concepcion i la orijinalidad.

He leido pájinas suyas, inéditas, improvisadas, sobre la vida de los hombres de jénio, como Víctor Hugo, que conmueven por la inspiracion, la novedad i ternura de la frase i la intensidad de los sentimientos.

Ei artista i el pensador de corazon se revelan en cada una de sus producciones.

De Bilbao, me decia, que no conocia alma como la suya mas empapada en el Evanjelio.

De Kempis, el misterioso creador de la Imitacion de Jesús, me espresaba que su dulzura de fé llegaba al alma como un perfume de amor.

De la fortuna, me añadia, que era la idealizacion del bien, porque con ella se podria consolar la humanidad dolorida.

Que el sacrificio i el dolor son necesarios en la vida para hacer amar el esfuerzo i la nobleza del corazon. Trabajador afanoso ha acopiado en su mente cuanto recuerdo grande ha encontrado en su camino de los hijos de la patria i la multitud. Nuestra raza es para él la epopeya viva, hecha carne, de la patria.

Cuando Enrique Meiggs, esclamaba, trajo de Navidad, en Curicó, i de otros pueblos del valle central, las lejiones de obreros, pioners, chilenos, que él necesitó para construir los ferrocarriles del Perú, sembró el desierto i el litoral del norte, del Pacifico, de futuros impulsadores, valerosos i emprendedores, de las industrias que debian dar, con el salitre i la mineria, vida a las pampas i a las costas de esas apartadas i lejanas rejiones, hoi convertidas por su esfuerzo, en colmenas de riquezas.

Los industriales, que dieron vida a Puno, Tocopilla, Corocoro, Caracoles, Antofagasta, Taltal, como Candamo, improvisados por su audacia i por su intrepidez, por su coraje i su vision futura, se batieron como leones en el desierto, contra todas las inclemencias, i labraron pueblos en las rocas, oásis en las pampas, ciudades en las cordilleras i en las playas!

El doctor Pedro Olegario Sánchez, se educó en el Instituto Nacional, con esa jeneracion de jóvenes talentos que han dado brillo i jeneralidad a nuestra literatura. Es bajo, grueso, de pecho levantado, de ancha espalda, de enérjica fisonomía i mirada escrutadora.

Se le mira con vaga sonrisa por el vulgo, porque siempre habla de todo i de todos con franqueza sin miedo ni adulaciones cortesanas.

Las canas blanquean su cabeza i su rostro tostado por el ardor del clima del norte i del mar, le dan el aspecto de un fakir de la India.

Pero, él, es un soñador, de leyendas de Staimbul i de maravillas de Golconda, que arrebata sus riquezas al arte i las esparce, como perlas i brillantes, en las pájinas que brotan de su pluma de poeta del paisaje i de la belleza del ideal.

La Quimera

(Escultura de Plaza)

Acabo de contemplar las auroras i las visiones del Hacedor i del Maestro. I salgo, lo confieso, con la frente encendida por estraño fuego.

Préndez me llevó al taller, el poeta de las grandes metáforas; aquel que ha esculturado tantas bellas ideas con el oro de sus rimas; ese que, herido por el destino, lleva clavado en el pecho el dardo de los pesares íntimos.

Las almas heridas monologan a solas con la elejia...

Préndez tiene la pasion de las obras de Plaza; es su gran admirador; ha cantado la belleza de su

Vénus, i ha inmortalizado a su Caupolican en el bronce de sus versos.

Caupolican no es solo un perfil, una frente tonante, una hermosa talla sombreada de relieves. El Caupolican de Plaza es la libertad salvaje, es la cólera del bosque, es el rujido de Arauco ante la conquista.

Fidias, desde la Historia, mira i aplaude esa es

tatua.

Es un taller raro, jenial, diríamos exótico, ese t.ller de Plaza; pero es el mejor de los talleres de Chile. La luz entra sonriendo, saludada por los tonos oscuros de las paredes. Es una luz blanca i suave que se convierte en fulgor en la cabeza de las estatuas. Los capiteles de las columnas incrustadas en los muros, son del órden corintio. Aquí, libros desparramados por el pavimento; allá, cariátides fijadas en las murallas; el busto de Vitelio, sostenido sobre un sócalo; Fausto i Margarita, dos resplandores del cincel; un modelo de la Vénus de Milo. de esa Vénus que no ha soñado todavía con los hijos de Niobe; un busto de Montt, en el cual el artista aunó el patriotismo de Juárez a la grandeza de un emperador romano; por aquí i por allá esbozos, simulacros i embriones de pensamientos i bosquejos de hermosas creaciones.

Pero, sobre todo esto, domina la nota alta i admirable, la gran creacion del taller, ese prodijio de fuerza, de armonía, que se llama La Quimera.

La Quimera es un grupo: la vírjen i el mónstruo. Sentada entre las alas del mónstruo, como dormida, como confiada, con la apacibilidad de la dicha plena, se piensa en la aurora madridada con la esfinje. Hai un último pensamiento en esa frente de vírjen, como en un éxtasis. Es la fé sin zozobras, es

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