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la confianza sin desvelos. No hai un pliegue de lucha, no hai una sombra de duda en ese rostro de mujer embelesada i gozosa. No está dormida, piensa i escucha como en un arrobamiento divino. En los grandes peligros el alma se abraza así, confiada al abismo para salvarse.

A su vez, hai un desbordamiento de dicha en la cara del mónstruo. Las escamas han sentido la carne vírjen, i el placer arde a traves de su deformidad. Los ojos del dragon chispean de fruicion; destella su cabeza horrible i tiemblan sus alas i sus escamas. La dicha canta en su boca diforme la nota dulce i monstruosa.

La Quimera no es solo una escultura, es un gran poema de amor.

Están aquí los dos polos de la estética i de lo diforme resplandeciente ha salido la mas bella de las armonías.

La Quimera tiene alas: luego La Quimera no es mónstruo. El ala es hermana de la estrella. Las alas son los pies del alma, i donde hai alma existe la grandeza.

La Quimera es un esfuerzo supremo del arte i encarna una idea filosófica i humanitaria. Es la restitucion de la desgracia i del destino por el amor. Quitad al ánjel las alas i tendreis al dragon; poned las alas al dragon i tendreis al ánjel. La diadema es lo único que distingue a los dioses.

La mujer confiada al mónstruo tiene la grandeza de una sacerdotisa. Ella ha ganado en fuerza, para ser perfecta, tanto como ha ganado la Quimera en debilidad, para embellecerse. Los dos se han completado, los dos se han redimido, i de esta unidad armónica resulta que entre un dios i mónstruo no hai de por medio sino el resplandor.

Los jénios se encuentran. Es Cuasimodo i la campana. De allí el desfile de los inmortales......

El seno de la vírjen es de un dibujo maravilloso. El mármol tiene latidos dulces. Es un seno núbil, amplio i florido, pero que no ha despertado. Esas copas púdicas tendrán mas tarde la fecundidad del arroyo.

Una sombra rubia endulza los contornos de esas copas sagradas. Sombra de racimo. La nota admirable del seno de la vírjen es el reposo.

Una línea tibia marca todas las ondulaciones. Imposible, no hai líneas mas dulces! En el estremo se enciende el dibujo a manera de sonrisa i diseña los tonos sonrosados de un boton.

La crítica ha dicho que esa mujer simbolizaba al desengaño que siente alejarse al ánjel i ve acercarse al mónstruo.

Pensamiento frívolo de la crítica.

Esa mujer es una vírjen.

No? El grupo pierde entónces todo el encanto que le ha dado la idea estética i la idea filosófica que lo ha inspirado.

Hai allí dos grandezas opuestas, las dos grandes notas en la escala de la belleza. Decid, la sombra i la estrella.

La vírjen despide una claridad apacible sobre la Quimera. La Quimera cubre con un manto de sombras a la vírjen. La sombra del dragon embellece a la vírjen, haciendo resaltar su blanca desnudez en la penumbra. Cuanto mas bella es la vírjen mas deforme es el mónstruo. El uno sirve de pedestal al otro para exhibir su grandeza i se diria que ámbos sirven de claro-oscuro para el mútuo relieve. Los dos se iluminan por el contraste i se producen recíproca ascension hácia lo bello. Los dos séres se

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atraen para el efecto de la estética i se repelen para el efecto de la verdad.

Era hora de partir. Dí una mirada al escultor, a la cabeza del escultor para no olvidarla; le tendí mi mano de visitante agradecido i, acompañado de mi Virjilio, atravesé por el pórtico.

Plaza es un tipo completamente americano. Su jénio solo se conoce en el fuego negro de su mirada, ya que el negro produce el mas ardiente de los fuegos.

Su rostro, algo marchito por la edad i por las luchas de la vida, se alumbra al pié de sus estatuas con los resplandores de sus grandes ojos criollos.

I me retiré pensando que son tan pocos los que visitan este taller.

Quiénes? Los vagabundos del talento; los vencedores de la carne; los heridos por la armonía; los que llevan en el alma la tristeza de sentirse dioses.

Me habló de su partida. El sol levante resplandece ya en el sendero. Toma tu cayado de viajero; adios, maestro. Tu patria no está aquí!...... pero sirve con tu gloria a tu patria.

Dr. FEDERICO PUGA BORNE

La personalidad científica, política e intelectual del Dr. Federico Puga Borne, es una de las mas acentuadas i descollantes de nuestra historia contemporánea.

Por su ilustracion i sus obras de ciencia médica; por su labor pública de estadista i ciudadano eminente; por sus iniciativas de Ministro de Estado i los altos fines diplomáticos que ha perseguido como canciller, tiene derecho a ocupar el rol superior i culminante que ha alcanzado en las esferas sociales i de Gobierno i en la cultura de nuestro pais i de nuestro tiempo.

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