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Desde hace cerca de veinte años, el hombre de estudio i de ciencia ha sido absorbido por el estadista i el servidor público, no siendo comprendido ni apreciado con el criterio de justicia a que es acreedor por sus indiscutibles merecimientos de patriota i de político..

En todas las esferas de su actuacion pública i de su actividad ejemplar, ha procurado servir al pais i sus instituciones fundamentales con eficacia suma, salvaguardiando sus grandes intereses nacionales, ensanchando su desarrollo, robusteciendo sus vinculaciones internacionales.

En su puesto de Senador de la República i el de Ministro de Instruccion Pública i de Relaciones Esteriores, no ha mirado mas que al bien del pais, fomentando su poblacion, afianzando su soberanía, dando espansion a su desenvolvimiento económico i comercial, poniendo de relieve severa concepcion de las soluciones i los problemas que mas se vinculan a la vitalidad de la

nacion.

Se le ha juzgado sin respeto i sin gratitud, por apasionamientos partidaristas, pero los acontecimientos i la opinion americana lo han justificado de sobra ante el concepto de los hombres de bien i de conciencia

recta.

Tal ha acontecido en sus propósitos de asegurar, por medio de leyes de ocupacion territorial i de tratados de reconocimiento de la soberanía chilena de las reji̇ones australes en su labor de Ministro de Estado.

La vida múltiple de un hombre de Estado, como el Dr. Puga Borne, puede tomarse en sus diversos aspectos jenerales, para calificarla i definirla por sus obras de ciencia o las acciones de su vida pública; pero el mas elevado de todos ellos es el de la concepcion de los deberes del hombre de estudio i de saber i la suma de conocimientos que ha puesto en evidencia para desempeñar su labor.

Como hijienista, en sus trabajos médicos, se ha colocado en espectante altura con sus libros de indisputable superioridad i en su rol de estadista, ha implantado grandes reformas en las instituciones de educacion i de poblacion del pais.

La Medicina Legal, el Código Médico, los Elementos de Hijiene, La Farmacopea Chilena i su obra Lactrodectus Formidabilis, constituyen sus mas hermosos títulos a la consideracion de sus conciudadanos, aparte de sus trabajos como Ministro de Estado, organizando el primer Congreso Pedagójico chileno, promoviendo la inmigracion, fomentando las relaciones comerciales con

los demas paises sud-americanos para abrir mercados a los productos chilenos.

Su historia es vasta i fecunda. Desde su mas corta juventud, a los 19 años, ha sido un servidor público consagrado al bien nacional.

En el rectorado del Liceo de Valparaiso, en el puesto de cirujano en campaña en la contienda del Pacífico, en el cargo de director del Consejo Jeneral de Hijiene Pública, presidente de la Sociedad Científica de Chile, Ministro de Instruccion Pública i de Relaciones Esteriores, en varios períodos, i Senador de la República, sus trabajos han tendido al mayor bienestar de la sociedad chilena, fundando el Instituto Pedagójico, el Museo de Bellas Artes i el Instituto de Niñas para habilitar a la juventud en su carrera de la vida.

Su designacion de Ministro Plenipotenciario i Enviado Estraordinario de Chile en Francia, España, Holanda i Béljica, ha sido la justa i elevada manifestacion de reconocimiento de sus trabajos i servicios al pais en su vida activa de consagracion al bien público nacional.

Idea Jeneral de la Hijiene

Todo cuanto se ajita en el seno de la naturaleza contribuye así directa o indirectamente, i mas tarde. o mas temprano, a la subsistencia del hombre i al mejor cumplimiento de sus misteriosos destinos.

El hombre no es entónces ni el enemigo ni el conquistador de la naturaleza, es su manifestacion mas sublime: el hombre es la flor de su planeta.

Mas, si la organización i la vida son una necesidad de la naturaleza, si son un efecto de los ajentes que en su seno están obrando sin cesar, no obstante, las circunstancias favorables a su desarrollo no son idénticas en todos los tiempos ni en todos los lugares, i de aquí provienen las alternativas de felicidad e incremento, de sufrimiento i muerte porque pasan los séres i los grupos de séres. I de aquí emana tambien para todos los hombres la obligacion de conocer por una parte la organizacion interna de su

i

propio cuerpo, las cualidades de su propio espíritu por otra de conocer las leyes de la naturaleza que lo rodea i la influencia que estos ajentes esternos ejercen sobre su persona.

No ha prosperado la humanidad sobre la tierra sino porque ha aplicado el don divino de la intelijencia a la modificacion de los ajentes naturales, en el sentido de aprovecharlos en cuanto tienen de conveniente, de modificarlos en cuanto tienen de nocivo i de evitarlos, si son irremediables.

Esta obra, quizas la mas grande entre todas las que puedan concebirse, tuvo por punto de partida el estudio de la naturaleza, es decir, la ciencia.

Todas las ciencias van encaminadas a un fin único: el servicio de la humanidad mediante el alivio de sus males i el aumento de su bienestar. Por eso son todas hermanas i se prestan mútuo ausilio.

Entre aquellas que han llegado ya al período práctico, en que hacen mayores servicios, se debe colocar la medicina, que, despues de salvar las incolerencias del empirismo i los errores de los sistemas esclusivos, ha logrado llegar al período filosófico i comienza a sentar leyes definitivas sobre las bases inmutables de la esperiencia i de la lójica.

I precisamente es la ciencia de la Hijiene aquella que hasta ahora ha suministrado a la medicina un número mayor de leyes verdaderas i de principios incontestables.

Nacida del instinto de todos los pueblos, ha llegado ya a constituir un código universal, código mas respetable que cualquier otro, pues que impone la obediencia a sus leyes bajo pena de la salud o de la vida.

Puede definirsela diciendo que es el conjunto de

conocimientos i de preceptos que enseña a conservar i a perfeccionar la salud.

En el individuo considerado aisladamente, desde los primeros actos ejecutados se revela una nocion instintiva de los medios de conservacion.

A medida que avanza la vida i empieza la adquisicion de conocimientos, los primeros que los padres comunican son los que se encaminan a la preservacion de la salud.

El filósofo moderno, Herbert Spencer, en su «Tratado de la educacion intelectual, moral i fisica», ha tenido, pues, razon para establecer como fundamento de su sistema esta idea derivada de la observacion de la naturaleza: que la educacion del niño debe comenzarse por el conocimiento de todas las causas de mal físico a que está espuesto en la vida, en otros términos, debe empezar por la enseñanza de la Hijiene,

De este orijen instintivo de las nociones hijiénicas no ha de deducirse, conforme a cierta preocupacion vulgar, que el hombre encuentra en sí mismo, tal como el animal en sus instintos, la regla de los actos necesarios para su conservacion, i que en esta materia toda ciencia es inútil. En el animal los instintos son siempre determinados, siempre certeros; en el hombre siempre vagosi sin determinacion positiva, hasta tanto que no se les aplique la intelijencia. Necesidades instintivas tan elementales como el comer, el beber, el reposar, son en el hombre fuentes de enfermedades i de muerte, siempre que en su satisfaccion se olviden peligros que le son inherentes i que solo la esperiencia enseña. Bastaria para convencerse de lo absurdo de una hijiene natural e instintiva atender únicamente a las dificultades que tenemos que vencer para conocer los cuidados i las precauciones que se

ANTOLOJIA CHILENA

necesitan, a fin de conservar la salud. Una hijiene instintiva bastaria quizas para el salvaje cuya existencia se halla a merced de los elementos, no para el hombre civilizado que sobreponiéndose a todas las causas de destruccion ha multiplicado sus sociedades i se ha estendido hasta cubrir la superficie de la tierra inventando necesidades i satisfacciones nuevas. La Hijiene científica es indispensable para correjir los estravíos de la civilizacion.

Esta ciencia no se propone solo conservar la salud, procura tambien perfeccionarla mejorando los instrumentos de la vida, i permitiendo al organismo el mayor despliegue de fuerza que puede dar de si. Solo la hijiene, como ya indicó Descartes. puede conjurar la dejeneracion del hombre i restituir a la especie humana su noble i excelso tipo.

No son bastantes, pues, la hijiene instintiva ni la hijiene del buen sentido.

La Hijiene es a la vez una ciencia i un arte: la ciencia de todas las diversas influencias procedentes de los medios en que el hombre vive i el arte de modificar estas influencias en el sentido mas favorable al perfeccionamiento físico, moral e intelectual del hombre.

La Hijiene estudia la salud, sus grados, sus formas; investiga la accion buena o mala de las influencias a que está sujeta; indica las condiciones que tienden a mejorarla o a comprometerla.

Enseña lo que es favorable i lo que es dañino para la salud del hombre i da reglas prácticas para aprovechar lo primero i evitar lo último.

La Hijiene es una ciencia de aplicacion que deduce sus leyes de todas las ciencias físicas i biolójicas i un arte que se sirve de todos los recursos de la industria para lograr sus fines.

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