Sus retratos del natural, como los de Domingo Arteaga Alemparte, Dr. Benito García, Manuel Montt, Rómulo Mandiola, son obras de pincel maestro, de una soberana orijinalidad en la pintura del carácter i la faz histórica de cada uno de ellos. En 1906 desempeñó en Europa la comision de propaganda que le encomendó el Gobierno del Presidente Riesco, habiendo permanecido durante algun tiempo en Paris escribiendo en la prensa con relacion a Chile. A su regreso, publicó su libro La Cuestion de Tacna i Arica, que se circuló en Europa traducido a varios idiomas. Desde 1907 tiene a su cargo la redaccion de sesiones del Senado. Desearíamos reproducir un cuento en prosa suyo, como el de Las Cuerdas Rotas, que es delicadamente bello, sin embargo vamos a copiar dos de sus poesías, las que definen de un modo gráfico su índole de artista i de poeta del ideal. Cenizas Oh! mes lettres d'amour, de vertu, de jeunesse, V. HUGO. Cartas de juventud i de ilusiones, Sois vosotras! al leeros aun me embriago; Dejad que tome ahora vuestros años! Con mi pasado Pueda hoi, hombre, llorar al recorreros, I que pueda, entre lágrimas, besaros! Tenia diez i ocho años; la esperanza Me adormecia con su dulce canto; Para ella, a quien no nombran ya mis labios! Yo era ese niño Puro, confiado, En presencia del cual el hombre ahora, Oh mis tiempos de ensueños i de luces! I apasionado, I creer en el amor, en la fortuna, En la amistad, la gloria, en cuanto hai santo! Mas ya he sentido, he visto, ya conozco! Los tiempos que creia tan sombríos, Hoi que a otra época mi alma transportando, A alumbrar vienen Con dulces rayos Las sombras de mi frente adolorida, Las penas de mi pecho solitario! ¿Qué os he hecho? decidme, qué os he hecho, ¡Oh bellísimos años del pasado! Para que así tan rápidos huyéseis, Para mostraros, Si no podeis llevarme en vuestras alas, Cuando vuelve a ajitar nuestra memoria La dulce edad sin mancha que ha volado, I cuando en el silencio, entre las sombras, Nos viene a desplegar su manto blanco, ¡Qué hondo, qué triste Qué amargo llanto Cae sobre el jiron que, al retenerlo, Nos queda de ese manto entre las manos! Olvidemos! dejemos que nos lleve El mismo viento que arrastró al pasado! Fantasma vago, Pasa el hombre, cual sombra por un muro, Diciembre, 1878. En el Silencio Oh! que vous soyez, Vous n'avez point aimé, vouz n'avez point souffert! V. HUGO. Ah! quienquiera que seais, anciano, jóven, Rico o sabio, si nunca habeis espiado El eco de algun paso por la noche, Cual De luz celeste Vívido rayo, por la noche deja un meteoro Su huella luminosa en el espacio; Si solo porque hablar habeis oido Siempre adorados, Ah! quienquiera que seais, no habeis sufrido, Ah! quienquiera que seais, no habeis amado! Si nunca pensativos i sombríos La conclusion eterna del sarao De una casa que brilla en las tinieblas Para ver, cuando salga, a vuestra amada I Como las flores, Como los astros, pasa, como ensueño del estío, Con su cabeza envuelta en el tul blanco; Si nunca habeis sentido amarga fiebre Si nunca, desdichados!-habeis visto Que loco i rápido Va en su ardiente i revuelto torbellino Si no sentis ni celos punzadores, Ni deseos oscuros, sordos, vagos; Si el llanto del recuerdo, como lava, No habeis amado, Quienquiera que seais, humilde o rico, Si con el alma henchida de ilusiones Hablando bajo, Mui bajo, aunque no habia otros testigos Que la brisa, las hojas i el espacio; Si acaso vuestras manos nunca ardientes Al tocar otras manos han temblado; Si nunca os llenó el alma esta palabra Que se dice al oido:-Yo te amo! Si nunca compasion habeis tenido Por los reyes, que buscan desvelados Tronos, coronas, Poder i mando, Cuando existe el amor, cetro sublime, Allá en la noche, cuando todo duerme, Todo!-i ella tambien busca el descanso, Tranquila, i apacible i olvidada, Si a fuerza de sufrir no habeis llorado, |