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cuando se encuentran dispersas en la América Poética, en La Lira Americana, en los Poemas de la Infancia, en el Parnaso Chileno i en el Parnaso Boliviano, la América ha deseado poseer una coleccion completa, a lo que se ha escusado siempre el poeta, habiendo, en 1861, mandado suspender una edicion, desde Lima, que habia impreso el bibliógrafo don José Domingo Cortes. Con este motivo, Héctor Florencio Varela, decia, en 1873, en el Almanaque del Americano, «recuerde que el escritor i el poeta se deben a su patria i a sus conciudadanos».

La edicion de sus poesias no se ha hecho aun, siendo conocidas solamente las mas populares.

Su primera poesia fué su canto a don José Miguel Infante, en 1844.

En 1848 colaboró en la Revista de Santiago, con su leyenda nacional Loco de Amor, en la que describe nuestras rejiones australes.

Poco despues insertó en El Progreso, de Santiago, su drama histórico San Bruno, en el que coloca en escena episodios memorables de la dominacion española en Chile.

Sucesivamente escribió i publicó sus poesias tituladas El Anjel i el Poeta. El Junco, A la Violeta, Mil Ochocientos Diez, Al poeta americano Ricardo J. Bustamante, Deseos, Rosa i Cárlos, El Picaflor i La Libertad, A Matilde, El Poeta i el Vulgo, Mi Horóscopo, A una Guayaquileña, Consejo, A la niña M..., En un Album, Soneto, A la Muerte del Justo (A la memoria de don José Alejo Eyzaguirre), Himno a Chile, Cancion Nacional, El Diputado Orejas, Canto Fúnebre (A José Romero), El Pueblo, A una Madre Selva, El Alba, A una Resedá, El Delirio de la Fiebre, Ausencia, Adios, La Flor del Bio-Bio, Las Flores, Longomilla, Al Picaflor, El Pescador, Aguinaldo, (1849), A San Martin. Al Paraguai, El Imperial, Dos Almas, Lima, Sonetos, La Mujer Limeña i Fragmento del canto al Proscripto.

Cancion Nacional de Chile

CORO

Dulce patria, recibe los votos
Con que Chile en tus aras juró,
Que la tumba será de los libres
O el asilo contra la opresion.

I

Ha cesado la lucha sangrienta
Ya es hermano el que ayer invasor:
De tres siglos lavamos la afrenta
Combatiendo en el campo de honor;
El que ayer doblegábase esclavo
Libre al fin i triunfante se vé;
Libertad es la herencia del bravo,
La victoria se humilla a sus pies

II

Alza, Chile, sin mancha la frente:
Conquistaste tu nombre en la lid
Siempre noble, constante i valiente
Te encontraron los hijos del Cid.
Que tus libres tranquilos coronen
A las artes, la industria i la paz
I de triunfo cantares entonen
Que amedrenten al déspota audaz.

III

Vuestros nombres, valientes soldados, Que habeis sido de Chile el sosten Nuestros pechos los llevan grabados Los sabrán nuestros hijos tambien. Sean ellos el grito de muerte Que lancemos marchando a lidiar, I sonando en la boca del fuerte Hagan siempre al tirano temblar.

IV

Si pretende el cañon estranjero Nuestros pueblos osado invadir, Desnudemos al punto el acero I sepamos vencer o morir, Con su sangre el altivo araucano Nos legó por herencia el valor; I no tiembla la espada en la mano Defendiendo de Chile el honor.

V

Puro, Chile, es tu cielo azulado, Puras brisas te cruzan tambien, I tu campo de flores bordado Es la copia feliz del Eden: Majestuosa es la blanca montaña Que te dió por baluarte el Señor, I ese mar que tranquilo te baña Te promete futuro esplendor.

VI

Esas galas, ¡oh patria! esas flores Que tapizan tu suelo feraz,

No las pisen jamas invasores;
Con su sombra las cubra la paz
Nuestros pechos serán tu baluarte,
Con tu nombre sabremos vencer,
O tu noble, glorioso estandarte
Nos verá combatiendo caer.

Las Flores

Hermosas en la espléndida mañana Alzais ¡oh flores! la hechicera frente, Porque el aura jentil que os engalana Venga a daros sus besos inocentes.

Ojalá que rodando placentero
En las alas del aura el canto mio,
Se prenda en algun cáliz hechicero
Como una fresca gota de rocío.

Ojalá que por siempre lindas flores
Inspiráseis mi loca fantasía,
Ojalá mis recónditos dolores
Entre vosotros adurmiera un dia.

Felices sois que en el jardin precioso Por los juegos del viento remecidas, Sin que os turben el plácido reposo Vuelan las horas leves i perdidas.

Felices sois que no teneis un alma Ni un corazon que siente la amargura, Vosotras bellas que dormis en calma Mientras el aura en derredor murmura.

Felices sois que al rayo de la aurora El seno alzais bellísimo i galano, Porque las perlas que preciosa llora Venga a traeros el céfiro liviano.

I no teneis ni un vago pensamiento Ni una espina en el cáliz oloroso

Que brinde solo matador tormento
Robando a la existencia su reposo.

Felices sois... ¿pero porqué marchitas
Doblais a veces las hermosas frentes,
I apareceis que vejetais malditas
Las secas hojas arrugando ardientes?

¿Por qué cerrais el seno perfumado
I a las auras huyendo con desvío,
Ni os levanta la luz del sol dorado
Ni os refresca el purísimo rocío?

Cuando así estais, sin duda el sentimiento Os cubre con su manto de agonía, Luego teneis tambien un pensamiento Un alma i una ardiente fantasía.

Luego tambien teneis en esta vida
El llanto i el placer, preciosas flores
I esa esperanza que el corazon anida
I ese fuego que encienden los amores.

Luego teneis pasiones roedoras Que vuestras frentes al dolor dobleguen, O ilusiones de amor encantadoras Que los senos purísimos os rieguen.

Talvez cuando columpia su albo coche La reina de la noche limpia i grave Abrais del seno el delicado broche Por recibir un beso puro i suave.

Talvez en un lenguaje misterioso En el jardin donde yaceis unidas,

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