Verme por tí del tallo desprendida Si fuera un astro de la noche umbría De blanca luz, de límpidos destellos, Amoroso mi luz reflejaria En ese blanco de tus ojos bellos. Si fuera un pensamiento audaz, profundo Que conmoviera al orbe en un instante, Desdeñaria de ocupar el mundo Por ocupar tu corazon amante. Quisiera ser un verso delicado Quisiera ser la fuente cristalina Si ave fuera de májicos encantos, Si fuera un Dios, dichoso te entregara Por un instante de tu amor, bien mio. Mas, ¡ai de mí!, que en mi amoroso empeño, Cuando ardoroso el corazon delira, Solo puede ofrecerte, dulce dueño, Mi tierno amor i mi modesta lira! Al distinguido poeta americano, Mucho antes de guiar mi planta inquieta Amé tus cantos, varonil poeta, Grande será ese pueblo, me decia, Pisé mas tarde la grandiosa tierra Ví sus nevados, altaneros montes, I en ese jigantesco panorama Comprendí entónces al viril poeta Que desdeñando fútiles cantares, Gloria arroja en la tumba de Olañeta Tus versos me han pintado los paisajes Que riega a Mamoré lento i sombrío; Los misterios que encierran sus boscajes I las bellezas del profundo rio: I esa noble i severa fantasia Que por do quiera en tu cantar asoma, Por eso siempre, como voz secreta Ambos tuvimos, como don del cielo, I altas rejiones atrevido escalas. Cual águila, señora de las nubes, Tu alma busca del sol los resplandores.Para tu lira el cielo adonde subes: Para mi lira las sencillas flores. Dos Almas Una alma fatigada de la vida, I esclava de un destino desgraciado, Por echar, impaciente, Su vestidura de mortal a un lado. La gloria, cual vision risueña i pura, Haciéndola finjir una esperanza; Mas tenaz la penosa desconfianza. ¿I a qué buscar la gloria en su carrera, Si errante i pasajera Iba peregrinando por la vida; Si no tenia otra alma que, en sus penas Con ella fuese en la existencia unida? En un dia, por fin, esa alma errante, Con otra alma encontró bella en estremo; Por voluntad del Hacedor Supremo. Esas dos almas, a la dicha ajenas, Sus tristes impresiones se dijeron: I sus mútuos pesares confundieron. El alma, ántes perdida por el mundo, Halló fé i esperanzas i consuelo; I dió al olvido con su amor el cielo. Acaso esas dos almas enlazadas, Fieles i enamoradas Que viven con la union del sentimiento, Con un mútuo i eterno juramento. Indiferente al goce de la vida, Era mi alma infeliz, sin conocerte; Que esa ha debido ser ántes su suerte. Hoi es para mi vida tu alma bella La palma en la estendida soledad. Antes de conocerte era mi vida Ave que siente herida El ala suelta que la daba alientos, Sin poder otra vez cruzar los vientos. Mas hoi, gracias a tí, con noble intento I arde del bien en la celeste llama: I a la luz de tu amor espera i ama! |