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XXXII

Sus ojos ha cerrado:

Ya no verá a sus nietos; ni a las rosas de su jardin amado;

Ni sus obras hermosas,

Fulgurando en las mentes estudiosas.

XXXIII

Su palabra postrera

Fué de consejos sanos de enseñanza: Quien trabaja i espera,

El triunfo al fin alcanza

De la

paz

i virtud i bienandanza.

XXXIV

Ya viene resonante

Por la azulina, brilladora esfera,

La voz acariciante

De la Fama sincera,

A proclamar la gloria verdadera.

XXXV

Apoteósis grandiosa

Levántate en la tumba esclarecida

A la memoria hermosa

Del jenio, cuya vida

Es reguero de luz que nadie olvida.

ANTOLOJIA CHILENA

XXXVI

¡Oh, la divina Clio

De la rejion olímpica desciende

I el triste canto mio

En este dia atiende

I en sacro fuego el corazon me enciende!

XXXVII

¡Pregona Clio, i dile

Al mundo de Colon que ya la Gloria
Abrió su templo a Chile

I ensalza la memoria

Del que narró su jigantesca historia!

XXXVIII

¡I lleva a otras naciones

El perenne recuerdo de su hazaña,

I nobles corazones

De gran ternura baña

Al pronunciar su nombre en toda España!

XXXIX

Cuando la Patria un dia

Levante a su memoria un monumento

De eterna nombradía,

¡Clio excelsa, a tu acento

Despierta el adormido pensamiento!

XL

¡Canta a Barros Arana!
¡Consigna en tu clepsidra su memoria.
I en tierra americana,

Al clangor de la Gloria,

Inmortaliza al jenio de la Historia!

XLI

La juventud chilena

A rendirle homenaje irá cantando

I con su voz serena

Los triunfos pregonando

Del Maestro, i su vida recordando.

XLII

¡Hasta allí, gran Maestro,

Iré a pulsar las cuerdas de mi lira

Con blando i flébil estro,

Pues tu vida me inspira,

Que el mundo aplaude i que mi Patria admira!

Valparaiso.-1908.

DON JOSÉ TORIBIO MEDINA

Historiador i bibliógrafo, ha dado ámplio vuelo a la publicacion de documentos coloniales relativos a la im prenta, a las letras i a los viajes de los conquistadores i primeros colonizadores de América i de Chile.

«La abeja intelectual» lo denominaba por su admirable i fecunda laboriosidad el cronista chileno Justo Abel

Rosales, escritor perseverante que no alcanzó a vivir lo suficiente para ver la obra completa del señor Medina.

La bibliografia de las obras escritas i las editadas por el señor Medina, confeccionada por el estudioso bibliografo don Victor M. Chiappa, forma un interesante volúmen de notas i observaciones ilustrativas i de las mas variadas materias históricas relativas a todos los períodos de la éra colonial.

La biografia de Medina se bosqueja en el catálogo de sus obras, en las que ha puesto de relieve la vida de los conquistadores, los primeros esfuerzos de los fundadores de la sociabilidad colonial chilena i sud-americana, las nobles i admirables manifestaciones de la literatura de aquella época embrionaria i azarosa i las primeras instituciones impulsadoras del progreso moral de estos paises.

Sus estudios etnográficos como los de historia i recopilacion documental, son de la mayor novedad e importancia para la literatura i la bibliografia ameri

canas.

La Historia de la Literatura Colonial de Chile, Los Aborijenes de Chile, La Imprenta en Santiago, Historia de la Inquisicion de Lima, Mapoteca Chilena, Biblioteca Americana, La Imprenta en el Virreinato del Rio de la Plata, Historia i Bibliografia de la Imprenta en el Plata, El Veneciano Sebastian Caboto, Cosas de la Colonia, Diccionario Biográfico Colonial, Bibliografia del Jeneral Don José Miguel Carrera, Biblioteca Chilena, Biblioteca Hispano Americana, Las Medallas i las Monedas Chilenas, La Imprenta en Méjico, en Manila, en Filipinas; Coleccion de Documentos Inéditos para la Historia de Chile, Coleccion de Historiadores Chilenos i numerosas otras publicaciones que representan un caudal invalorizable de investigacion, de estudio, de compulsa, de ordenacion i de revisacion, la consagracion de toda una vida al trabajo de los archivos i la publicidad.

Ha necesitado recorrer las bibliotecas i los archivos de América i de Europa, soterrándose en sus colecciones de notas i manuscritos para llegar a dar forma a sus hermosas obras.

Al par que un caudal de paciencia i laboriosidad, ha debido invertir en sus investigaciones otro caudal no menor de dinero para adquirir copias i libros útiles para sus estudios i sus obras.

La biblioteca americana i la coleccion de documentos que ha formado, en tantos años de labor, representan un capital enorme, una fortuna bien adquirida, que acaso

sean las de mayor precio que existan en nuestro continente.

Ahora por lo que a su vida se refiere, su historia es sobradamente interesante.

No fué adicto a los estudios históricos en su primera juventud.

Educado para la carrera del foro, viajó por el Perú i en Lima tuvo su primera inclinacion a las investigaciones que debian darle tan alta autoridad en la literatura americana. En la capital peruana publicó su primera obra de esta índole, las Memorias de Frai Juan de Jesús Maria (1875).

Nació en Santiago el 21 de octubre de 1852, siendo sus padres el majistrado judicial don José del Pilar Medina i la señora Maria Ana Zavala. Hizo sus estudios de humanidades en el Instituto Nacional i cursó leyes en la Universidad. Titulado abogado en 1873 (26 de Marzo), su memoria de prueba versó sobre si La donacion es un acto o un contrato.

Ejerció la abogacia en Santiago, por los años de 1873 y 74 y publicó una hermosa traduccion castellana del poema Evanjelina de Longfellow.

En 1874 fué nombrado secretario de la Legacion de Chile en Lima i en 1876 emprendió un viaje de estudio a Estados Unidos i Europa. A su regreso en 1878, obtuvo el premio Universitario con su obra Historia de la Literatura Colonial de Chile, en el certámen de la Facultad de Humanidades.

En 1880 se le nombró auditor de guerra en campaña, sirviendo al pais en la contienda del Pacifico.

Nombrado juez de letras de la Provincia de Tarapacá, hizo una visita judicial al territorio ocupado por el ejército chileno.

Mas tarde recorrió la antigua Araucania i escribió su obra, por mil títulos afamada, Los Aborijenes de Chile, que Vicuña Mackenna calificó de «un monumento de historia nacional».

En 1884 fué nombrado secretario de la Legacion de Chile en España i a partir de ese año, el señor Medina se consagró por entero a las investigaciones de los archivos i a los estudios de documentos para la Historia de Chile, en cuyos trabajos es hoi uno de los primeros historiadores i bibliógrafos de América.

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