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resonaron con el grito de "Gloria al apóstol del beso, Gloria a Judas Iscariote!"

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Sucediéronse unos a otros los mensajeros, i repitiéronse los aplausos, i multiplicáronse las mascadas de Judas, que cada vez salia mas radiante de alegría, llevando en paciencia sus tribulaciones en cambio de la gloria que le cabia por ser el héroe de la traicion.

Despues de haber dado su mensaje todos los demonios condecorados con placas, cintas i cordones de formas diversas, le tocó su turno a otro que investia las formas de una ave de rapiña. Vestia frac de talle alto i de largas colas, sin corbata ni condecoracion, sin lente ni antiparras; pelo desgreñado, cara sucia i audaz, brazos i manos enormes. Mascaba tabaco i escupia, su hablar era gangoso i todo su talante era descompasado. "Sin novedad, dijo, siempre adelante; las instrucciones de usted producen su efecto." El usted trajo cierto descontento en la concurrencia i debió disonarle tambien a Luzbel, porque hizo un sonoro crujido de dientes parecido al crujir de una gran ciudad, cuando tiembla la tierra. El mensajero no se inmutó por eso i continuó: "Por eso ya no es libertad, sino licencia la que se goza en el pais de las estrellas: el individualismo o egoismo cobra cada dia mas vigor i tiende a suplantar a la justicia. ia la razon. Cada cual tira para su raya i el gobierno para la de todos, cada cual mata al que le estorba i la nacion despabila a sus hermanas, cuando las pilla solas. Asi van todos adelante, levantando a la codicia altares en que se sacrifican víctimas cuyos jemidos son ahogados por las voces de la libertad." El aplauso fué esta vez horrible, la floresta de los suici

das se entrechocó, cual si fuera combatida por el huracan, los abullidos subterraneos de los demonios de capas de plomo fueron espantosos, i Luzbel, que de paso se habia puesto entre las muelas a Cain, ajitaba sus mandíbulas al compas de su campanilla para poner órden en tan incomparable estruendo.

Cain era esta vez el héroe de la zahurda infernal, i su nombre volaba de boca en boca i de pico en pico, i éi era proclamado el jénio de la América, como Judas lo habia sido el del viejo continente. Con la diferencia de que el humor de éste es mui distinto del de aquel, quien, como hombre de mundo, que ha vivido en una época en que su pueblo era el primero del universo, i que por su oficio i posicion social habia conocido todas las mañas de la sociedad, se regocijaba estremosamente cada vez que, por las noticias de los mensajeros, sabia los progresos que la humanidad hacia en la traicion, de que él se considera padre o fundador. Pero Cain, con aquella cortedad que es propia del hombre que ha vivido aislado, sin relaciones i en una vida salvaje como fué la de nuestros primeros padres, se avergonzaba al verse aplaudido i proclamado; i no comprendiendo el valor de los progresos que hacia en la humanidad su ejemplo, puesto que no tiene ni siquiera una idea remota de lo que es sociedad civilizada, no tenia sensibilidad sino para las masticaciones que le daba Satanás; i cuando este le volvió a su puesto sobre la mesa, quedó con una cara compunjida, que excitaba la risa de todos los demonios.

Despues del ave de rapiña, que se retiró a mascar su tabaco en un rincon, entró un demonio cojo vestido de jeneral, que andaba como un jayan. "En mi

patria, dijo, siempre se matan unos a otros sin piedad, merced a las sabias previsiones de Su Alteza, que supo enjendrar i atizar el odio de las castas, la codicia de muchos i la ambicion i necedad de los criollos." "Basta," le interrumpió Luzbel, "con pronunciar la fórmula sin novedad, podeis ahorraros el petulante discurso que habeis principiado;” i diciendo, se engulló a Cain, i los coros infernales repitieron su atroz algazara.

Otros mensajeros se sucedieron repitiendo simplemente la fórmula demonial enunciada por Satanas; pero uno de ellos, que vestia manto carmesí i bota fuerte, en lugar de aquella frase, esclamó en voz sonora: "Huano i siempre Huano! El Dios de nuestros padres fué el Sol, que da calor i no abastece; pero el nuestro es el Huano, que aunque no da sino un olor que apesta, se convierte en oro i nos paga con usura nuestro culto. A tan bajo númen son sacrificadas todas las deidades de la filosofía i del cristianismo! En el Huano perecerán enterrados para siempre la Justicia i la Caridad, la Libertad i la Igualdad, todas las leyes, en fin, divinas i humanas, que no favorezcan su esplotacion i culto!" Una carcajada olímpica, que resonó en todos los ámbitos dei infierno, interrumpió al orador; carcajada inmensa, atronadora, espantosa, que hizo retemblar el firmamento infernal, i que repitieron los ecos de círculo en círculo, hasta el limbo de los clásicos, que tambien se rieron hasta apretarse los hijares. La cara de Cain fué bañada por una hilaridad estúpida, i el mismo Satanas mostró sus dientes tan grandes cada uno como la mas alta de las pirámides de Ejipto...

II.

Duraba todavia el estertor de tan enorme carcajada, cuando se acercó a la mesa mi conductor, cabisbajo, entecado i figurando en el rostro con sus movimientos una serenidad digna de un ministro de estado.

"Maldito seas Adel," esclamó Satanas. ¿De dónde apareces hoi despues de tan larga ausencia? No parece sino que tu residencia en el pais de los pelucones te ha hecho adquirir los hábitos de tortuga de tus feligreses; i lo que todavia es mas infame, has descuidado tu tarea hasta dejar que ese reino comience a emanciparse de mi dominacion."

"Poderoso señor," contestó Adel, inclinándose humildemente, "bien sabeis que es mucha tarea para un diablo solo el tener que inspirar i dirijir aquel vasto reino, pues no me habeis concedido ni un familiar siquiera: por eso me atraso en daros cuenta. En cuanto a la emancipacion que temeis, os aseguro que no se intenta: el reino os pertenece, Poderoso Señor.

"I sin embargo, prosiguió Luzbel, "los tiempos de ahora no son los de ántes. No há mucho que allí se fusilaba, se desterraba i se aprisionaba con pretestos legales que salvaban las fórmulas i violaban la justicia, i hoi no hai nada de eso; diariamente se establecian sociedades misteriosas para esplotar los

buenos sentimientos del pueblo i ligarlo por estos estímulos a nuestro poder, haciéndolo solidario con nuestra gran causa: i hoi no se establecen ya, ni se sigue con fervor la afiliacion de nuevos adeptos. Finalmente, tambien ha llegado a mi noticia que el amor al lujo, que la pereza, que la indeferencia por los principios de la mentirosa filosofía, i por lo que llaman interes jeneral, van en decadencia ruinosa, i que yo pierdo esos poderosos elementos de poder con que tan dilijentemente me habian servido en estos últimos siete años;" i al decir esto, Satanas dió un gran suspiro, cuya aspiracion le hinchó el abdómen, i cuyo resoplido llenó la atmósfera de un olor pestífero, que produjo un estornudo jeneral en todos los círculos del infierno i causó a Judas una tos perruna.

"Consolaos, poderoso señor, replicó Adel, todas esas diabólicas instituciones producen todavia su efecto, pues aunque hoi, por la variacion de los tiempos, no podemos hacer alarde de ellas, ni trabajar con el descaro que ántes, sino a la sordina, no por eso deja de seguir adelante la propaganda, mediante los esfuerzos subterraneos de nuestros adeptos. La superchería i el error que son las palancas del fanatismo, siempre están en boga, i aquellas instituciones, que yo fundé para dar fuerza a esas palancas, siguen ahora su curso normal, i es necesario dejarlas desarrollarse sin estrépito para no llamar la atencion de los discípulos de la moderna filosofía que pretende combatir nuestro imperio. Aparte de esto, si hoi no hai lujo, es porque hai pobreza, pero su amor está siempre en los corazones de todos; i si ántes se satisfacia con el trabajo, hoi busca su satisfaccion en las

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