Imágenes de páginas
PDF
EPUB

ra para las naciones modernas, el azote i baldon de la literatura pedagójica i popular, multiplicándose, por desgracia, de dia en dia, presentando superficialidades i trivialidades mezcladas con errores i disparates de toda clase, i aumentando la ignorancia, presuncion i vanidad de los inespertos lectores ofus'cados.

Ese mal tan terrible ha tomado ya demasiado cuerpo, para que se pueda curar simplemente por medio de reprobacion, prohibicion e interdicto. Para atajarlo desde luego i para acabar con él cuanto ántes, no hai mas que un solo espediente mui eficaz, i consiste en que los sábios mas distinguidos, las autoridades científicas, se comprometan a publicar tambien obras destinadas con especialidad para el aprendizaje de los distintos ramos en los establecimientos de educacion, i para la lectura de todos aquellos que quieran instruirse sobre las materias mas importantes. Proporcionando este gran bien al público, los mas afamados sábios, no solo no se desprestijiarian, sino ántes por el contrario, se harian doblemente acreedores al mayor aprecio de todos.

Pensando de esta manera, señor Vice-Decano, no estrañará usted que no pueda ménos de aplaudir lo que se ha propuesto el señor don José Victorino Lastarria, empeñando su pluma en componer obras destinadas para ilustrar al pueblo, i de dar los parabienes al ilustre autor del Libro de Oro de las Escuelas: opúsculo que, a mi juicio, reune todos los méritos que deben asegurarle siempre un lugar distinguido en la literatura pedagójica i popular.

Se compone el mencionado opúsculo de dos partes

distintas. La primera de ellas, que forma la Introduccion (páj. 9-67), es una memoria sobre el objeto de la educacion social, leida aute la Sociedad popular de instruccion primaria de Santiago i reproducida por el autor que, con mucha razon, la cree mui útil a los preceptores. Pues en ella vienen espuestas con claridad sus doctrinas sobre el objeto que debe proponerse la educacion social, doctrinas fundadas en los mas sanos principios de la moral i probadas de la manera mas concluyente. No me atrevo a dar un resúmen de ellas por temor de desvirtuarlas en mi esposicion; sino para que pueda formarse una idea aproximativa de su mérito, me limitaré solo a copiar testualmente unas cuantas proposiciones que dejan ver el pensamiento fundamental desarrollado por el autor en esa Introduccion "La educacion social, dice en las páj. 13 i

[ocr errors]
[ocr errors]

14, esto es, la educacion que debe habilitar al indi"viduo como miembro de una Sociedad no puede 'tener otro objeto, otro propósito que la perfeccion "moral de ese individuo. La perfeccion moral del "hombre solo se puede alcanzar: 19 Instruyendo la

[ocr errors]

intelijencia con el conocimiento de lo justo i verda"dero: 2 Inspirando en el corazon el amor de lo justo "i verdadero: 3.° Habituando al individuo a practicar

[ocr errors]
[ocr errors]

en todo lo justo i verdadero. Bien se deja ver que para llenar una tarea semejante es necesario tomar "al individuo social desde que nace, poco ménos.

[ocr errors]

Mas, iniciad a los padres, i principalmente a la mu'jer, en esa triple ciencia i así la tarea será llenada "sin costo ni esfuerzo." Agrega poco despues en la páj. 11: "Esa trinidad salvadora de la nocion, el amor "i la práctica de lo justo i verdadero, que sacó (el

"escolar) al salir de la escuela, en su intelijencia i su corazon, va a ser su guia, su criterio, su tutora en todos los actos de la vida."

[ocr errors]
[ocr errors]

En la segunda parte, (pájs. 69 -122) del referido opúsculo, el señor Lastarria presenta un Catecismo para la instruccion popular, que el autor, estimulado por la aprobacion de la respetable Sociedad antes mencionada, conforme a los deseos de ésta, ha trabajado sobre las mismas doctrinas que acaba de esponer e ilustrar en la Introduccion que le precede. La materia sobre que versan las nueve lecciones en que está dividido ese Catecismo son las siguientes: trata del hombre i la 2 de su perfeccion moral;

la 1 la 3 abraza los deberes del hombre para con Dios i la 4 los deberes del hombre para consigo mismo; en la 5a se desarrolla la idea de la libertad i en la 6 la de la lei, así como la relacion que hai entre la lei i la libertad; en la 7 se esplica la organizacion del Estado, en la 8 se enseñan los deberes del hombre para con sus semejantes, i en la 9 los deberes del hombre para con la creacion. Ese Catecismo, para facilitar la comprension de su contenido i para ausiliar la memoria, viene acompañado de un programa correspondiente (pájs. 123--128.)

El método que se sigue al enseñar las indicadas materias es excelente i adecuado para todas las intelijencias; i asi mismo el lenguaje usado en toda la obra se distingue por su claridad, precision i elegancia, como lo es de esperar de un escritor de primer órden, sin dejar de ser jamas bastante popular, lo cual no consiguen siempre tales escritores, quienes pecan mui amenudo en sus pretendidos escritos

MISC. H. I L.

14

populares, ya por un estilo mui sublime, recargado de términos propios de las ciencias o artes, o ya por un lenguaje demasiado vulgar, i hasta pueril.

Por las razones que tengo el honor de esponer, opino, señor Vice-Decano, que El Libro de Oro de las Escuelas, del señor don José Victorino Lastarria, es mui idóneo para testo de lectura en las escuelas, así como tambien para ocupar un lugar en las bibliotecas populares, como lo solicita su editor propietario don José Santos Valenzuela.-Dios guarde a VS.

DR. JUSTO FLCRIAN LOBECK.

Al señor Vice-Decano de la Facultad de Humanidades.

Santiago, marzo 13 de 1863.

Conforme a lo acordado por el Consejo en sesion de 7 del actual, se aprueba para que sirva de texto de lectura en las escuelas el opúsculo titulado: El Libro de Oro de las Escuelas, escrito por don José Victorino Lastarria.-Anótese.

BELLO,
Rector.

Miguel Luis Amunátegui,

Secretario Jeneral.

ADVERTENCIA.

En setiembre de 1857, leí ante la Sociedad popular de instruccion primaria de Santiago, un escrito sobre el Objeto de la educacion social, i estimulado por la aprobacion de aquella benéfica Sociedad, contraje el compromiso de trabajar sobre las mismas doctrinas un catecismo para la instruccion popular. Aunque tarde, cumplo ahora mi promesa, publicando el catecismo; i le pongo como introduccion aquel escrito, porque me parece que será mui útil a los preceptores. Santiago, abril 5 de 1862.

OTRA.

En esta edicion, he creido deber agregar a la introduccion un apéndice sobre el Progreso Moral, a fin de dar a los maestros de escuela ideas precisas de la. sociedad i de las leyes de su desarrollo. Es necesario que los maestros de la niñez tengan ideas positivas i no ilusorias, exactas i no erróneas, para que sus discípulos lleven la buena simiente, i se salven de la incertidumbre i del escepticismo que pierden hoi a los pueblos.

Valparaiso, noviembre 11 de 1868.

« AnteriorContinuar »