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poder de elejir i de emplear en todos los actos de la vida las condiciones de aquel desarrollo completo, poder que tiene su orijen en los instintos i que es dirijido por la intelijencia.

Ahora bien, la piedra de toque que debe servirnos para verificar si tienen o no un carácter positivo los hechos que sirven de base al razonamiento sobre los fenómenos sociales, está en esas dos leyes: si el hecho es conforme a ellas, es positivo, i la idea que de él nos formamos es positiva: si, por el contrario, el hecho es contrario al desarrollo del hombre i a su libertad, es inexacto, i la idea que en él se funda es ficticia o metafísica, es una ilusion.

De consiguiente, los educadores de la juventud, los escritores, los filósofos i publicistas, todos aquellos, en fin, que consagran sus vijilias a servir al progreso moral, tienen como primer deber el de definir, con toda verdad i claridad, las ideas i los principios, i de fijar, con precision i exactitud, el sentido de las palabras del lenguaje moderno, que representan aquellas ideas i aquellos principios. Este es el único método que se debe emplear para apartar los errores, las ficciones, las entidades metafisicas, las falsas doctrinas de la concepcion de los principios sobre que la época moderna quiere fundar la ciencia social. Se habla de progreso, de soberanía del pueblo, de sufrajio universal, de libertades, de derechos, de justicia, de igualdad i de otras muchas cosas que, como éstas no son en jeneral bien comprendidas, ni bien definidas, ni mejor espresadas; i semejante indecision e incertidumbre ha dado ocasion a errores funestos i sangrientos, a doctrinas falsas i caprichosas. Es preciso

definir, es preciso acrisolar todas esas nuevas ideas, por medio de las pruebas positivas sacadas de la naturaleza humana, del conocimiento de sus leyes de desarrollo i libertad, del conocimiento de su historia, esto es, de la historia de sus creencias, asi como de la de su intelijencia, que ha sido siempre, como dice Comte i como lo hemos enseñado nosotros, el elemento principal de la historia del jénero humano, porque la sociedad reposa sobre un sistema de creencias fundamentales, que solamente la facultad especulativa puede suministrar.

Definir. Esta ha sido nuestra tarea constante desde hace mas de veinticinco años, i esperamos que lo será mientras tengamos aliento para servir al progreso, aunque nos falte la satisfaccion de que siempre hemos carecido, la de no tener un solo colaborador, i sí muchos contradictores de aquellos que, como dice Jouvencel, responden imperturbablemente: -Esa no es mi opinion-como si pudieran tener alguna, no habiendo estudiado jamas sériamente la cuestion, o no habiendo siquiera cultivado la facultad de establecer i de comprender las pruebas del razonamiento.

¡Qué importa! La luz se hará, i a pesar de las preocupaciones i de los errores, de los vicios i de los intereses, ella irá aclarando poco a poco los verdaderos principios que han de servir de elementos de la nueva síntesis, de esa fórmula del progreso moral, que consiste en hacer desaparecer todas las trabas que se oponen al desarrollo integro de la vida individual i colectiva, i al goce completo de todos los derechos, cuyo uso constituye la libertad práctica. Esta fórmula es la semecracia, o lo que es igual, el gobierno de sí

mismo, fundado en el dogma de la emancipacion del espíritu i de la independencia del individuo para dirijir por sí todas las cosas que solo a él interesan.

Esta fórmula, que es la única conforme a la naturaleza humana i a sus fines, está ya acreditada por la práctica de la Gran República de Norte América; i aunque la prueba no sea completa, porque hai todavía mucho que correjir en ella, muchos vicios que estirpar, muchos errores que enmendar, no obstante ella basta para presentir que no pueden ser otros los principios sobre que han de reposar al fin la organizacion social i la organizacion política de las sociedades civilizadas.

Cuando la humanidad civilizada alcance a realizar de una manera lójica i congruente esa síntesis, reposará en ella durante largos siglos, como ha reposado sobre las que marcan sus períodos anteriores. No sabemos lo que vendrá despues, ni debemos ocuparnos en predecirlo: lo único que debe preocuparnos por ahora es ayudar al verdadero progreso moral, para plantear cuanto ántes la organizacion semecrática, que es la vida nueva.

Maestros de escuela, amigos mios, tal es el gran propósito de vuestro humilde, pero sagrado sacerdocio: tened fé en vuestra mision i servidla con fé i con amor. Encontrareis muchas cóleras que apagar, muchas resistencias que vencer: adelante, sufrid con paciencia, i repetid con Quinet:-"C'est donc à l'avenir à me défendre: pour moi, je ne puis que le préparer."

MISC. H. I L

19

CATECISMO.

LECCION PRIMERA.

Del hombre.

P. ¿Qué es el hombre?

R. Un ser intelijente creado por Dios i dotado de facultades intelectuales, instintivas i prácticas para conseguir su fin o realizar su destino.

P. ¿En qué consiste el fin a que el hombre está destinado en este mundo?

R. En su bien natural.

P. Supuesto que el fin del hombre es su bien natural, ¿podrá el hombre consultar este bien satisfaciendo sus deseos i aspiraciones, sin considerar otra cosa que su interes personal?

R. No, porque el hombre solo puede hallar su bien natural, es decir, el bien que Dios le permite, desenvolviendo sus facultades completamente, i aplicándolas a todas las cosas conforme al órden jeneral del universo i a la naturaleza de cada cosa en particular. P. ¿Por qué dices que el hombre halla su bien

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