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Y esa crueldad, y traicion y matanza desde los primeros dias en la primera colonia, tan pronto como Colon regresó á España, qué prueba todo eso?

¿Ese silencio de sus cronistas, legistas, informadores, historiadores, versificadores, de sus cartas privadas, de sus documentos públicos, ese silencio sobre esta maravilla, ¿qué prueba?

Prueba todo eso que es una raza disecada, una raza avezada al instrumentalismo de la opresion; con su corazon seco, sin amor, infecundo, muerto para lo grande, vivo tan solo para la explotacion y el odio. Perdida su imaginacion en las regiones del infierno, sin haber igualado al Dante, ya no hay receptividad para la belleza de la creacion que es amor y movimiento. En cuanto a raciocinio, es pueblo verdaderamente muerto.

Colon en su cuarto viage, y costeando las tierras de lo que hoy se llama Venezuela y entonces Paria y Cumaná, se imaginó « haber encontrado el paraiso que el Todo Poderoso ha elejido para « la residencia del hombre. » Pero el español no siente. El historiador Robertson pintando las causas que podian entusiasmar al hombre, en todo lo que veia en América, lanza esta frase únicamente. «The Europeans were hardly less amazed at the « scene now before them.» (Los Europeos se sorprendieron muy poco del espectáculo que presenciaron.) (1)

El Sr. Edgardo Quinet, dice con la profunda elocuencia que acompaña á su génio para la filosofia de la historia:

» En vez de esa grande alma de Cristóval Colon, que parecia » salir de las entrañas del universo, sabeis qué espíritu llevó el >> catolicismo. Fernan Cortés juzga en sus relaciones á los sa» cerdotes españoles muy abajo de los sacerdotes mejicanos. Que esto sea una exageracion de vencedor, quiero creerlo; » pero en fin, lo que hay de incontestable, es que una creacion » entera surge del Oceano; y esta maravilla de las maravillas no » dice nada, no inspira nada á la iglesia. El papa Borgia se » contenta en señalar con su dedo el meridiano que separa las » factorias de los españoles de las de los Portugueses: hé ahí

todo. Por lo demás, ni un cántico celebra esta última jor> nada del creador. Los abismos se entreabren; reaparecen los » dias del jénesis; nadie se apercibe de ellos. El ruido de la

(1) Robertson.-History of América. London 1835.

» política de los pequeños príncipes de Italia cubre el murmu» llo del universo naciente...

» Nadie mostrando un signo de porvenir en esta ocupacion de » una tierra nueva, emplearon, en exprimir ese suelo para sa>> carle el oro, el entusiasmo, que debia haber producido el >> descubrimiento. En lo que debia ser una comunion entre » Europa y América, los Españoles no ven ya sinó una ocasion » de despojar en una noche à todo un universo. Parecia que >> ese continente fuese á desaparecer en su antiguo abismo, tan >> apurados estaban por arrancarle su mas pura substancia. De » grado ó de fuerza, los sacerdotes tomaban el alma, los solda>> dos tomaban el oro; lejos de celebrar esta creacion nueva, no » se ocupaban sino en agotar la fuente.

» Si hay algo de evidente para mi, es que la España de la edad >> media ha faltado, en el tiempo del descubrimiento de la Amé» rica, á la mas grande mision de los tiempos modernos. Ha >> maldecido la tierra inocente que no habia conocido otra man>> cha que el rocio del Edem; ha herido hasta la muerte à las >> razas que salian del abismo pidiendo el bautismo del porvenir. >> Cuando todo invocaba, por la boca de los indígenas, en el >> fondo de las selvas, al grande Espiritu, no ha traido con ella » sinó al mas pequeño de los Espíritus del pasado. A una na» turaleza nueva vinculó una alma envejecida: todo se ha este

rilizado. Debe pues la España haber cometido sobre este >> mundo nuevo algun gran atentado por haber sido tan duramen>>te castigada por su propia conquista. Esta confesion consti» tuye la principal belleza poética de la Araucana de Ercilla; >> Aun hoy las piedras de Chile sangran (1) y claman contra los » Godos. Si preguntais en España desde cuando ese llano está » inculto, despoblado ese valle, casi siempre la primera causa >> refluye á la conquista de la América. El oro arrancado por » la violencia ha arruinado á los saqueadores; sale del nuevo » mundo engañado una voz de condenacion contra sus conquis>> tadores. Compensacion sorprendente! » (2)

(1) El resentimiento de la América contra las rapiñas de la España y del catolicismo de los inquisidores estalla de una manera casi oficial en una Memoria eminente dirijida à la Universidad de Chile,-véase, Investigaciones sobre la influencia social de la conquista y del sistema colonial de los Españoles en Chile, por J. V. Lastarria, p. 11, 22, 113. 134. (Nota de Quinet.)

(2) E. Quinet. El Cristianismo y la Revolucion francesa, oncena lec cion, 1845.

Humboldt, á quien la América debe las pájinas mas brillantes que sobre su territorio, su aspecto, su geografia y riqueza se han escrito, en su juicio sobre la poesía española de aquel tiem po, se sorprende del silencio de los hombres sobre la naturaleza que á cada paso les presentaba las mas sorprendentes maravillas. Pero no esplica la causa de esta esterilidad; y en su juicio sobre Ercilla (1) se le escapa el lado profundamente moral que contiene ese poema, que Quinet supo apreciar, y que es la causa de que sea el libro favorito de los Chilenos. Pero ni Ercilla mismo que es un héroe, y de inteligencia notable, vé tampoco la naturaleza. Digo lo mismo de toda la poesía española que conozco. Hay pues en este hecho permanente y constante de una raza que cuenta versificadores por millares, algo mas que un hecho: una ley se desprende, y esa ley, es que la educacion y vida de la España ha muerto el sentimiento de la naturaleza en su raza. Con esta ley, podeis explicar su literatura, y aun en gran parte la literatura de la América.

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La raza educada en esa religion, fortalecida en sus creencias por la guerra de 800 años por la misma causa, ha producido ademas de la esterilidad poética, la esterilidad de la ociosidad. Toda la educacion, todo trabajo convergia à la guerra. El trabajo fue naturalmente despreciado por un pueblo que se instituye en caballero de la inmaculada concepcion, y en soldado de la fé. El trabajo fué despreciado. ¿Cómo enriquecerse?-Haciendo trabajar á los otros: hé aquí el origen de la servidumbre de los indígenas y de la introduccion de la esclavatura.

El desprecio al trabajo, la idea de nobleza unida á la idéa de ociosidad, ¿qué resultados debian producir?-Los palpa la España con su pobreza, los palpa la América con la conquista: los palpamos hasta hoy dia, en nuestro atráso, del cual vamos saliendo á medida que nos desespañolizamos.

Un pueblo acostumbrado á obedecer en todo, pierde la iniciativa individual que es la salvacion, la vida y el vigor de los Estados. Se acostumbra á ver venir toda idea, toda iniciativa de la autoridad, y esta es otra de las causas de nuestros males, que cada dia combatimos. Y si sobre todo esto agregais

(1) But in the whole epic poem of the Araucana, by Don Alonso de Ercilla, the aspect of volcanoes covered with eternal snow, of torrid «sylvan va»lleys, and of arm at the sea extending far into the land has not been productive of any descriptions which may be regarded as graphical. Humboldt. Cosmos. »

la estúpida reglamentación de la unidad centralizante, ¿qué mas quereis para explicar á-priori los trescientos años de atraso de la América?

Abdicada la razon, paralizado el pensamiento, muerto el sentimiento de la naturaleza, el trabajo despreciado, la centralizacion en todo su poder, la muerte de la iniciativa personal reposando sobre el crímen de la explotacion del continente, hé ahí el conquistador y la conquista. Tal causa, tal efecto: Esclavitud del ciudadano, esterilidad fisica y esterilidad intelectual. ¿No explica esto hasta la evidencia, porqué no tenemos ciencias, ni industria, ni poesia en el Mundo del paraiso de Colon? No ciencias, porque el pensamiento ha sido mal dirijido y sometido. No industria, por el desprecio al trabajo y la inseguridad. No poesia, porque la raza ha perdido su union con la naturaleza.

XXII

LA CONQUISTA.-HECHOS PRINCIPAAES.

Las crónicas y las historias están llenas con todos los horrores, con todos los atentados, con todos los crímenes cometidos por los españoles en la conquista de América. No presenta la historia de la humanidad, aun saliendo de la barbárie, un sistema de barbárie mas sostenido que el de la conquista de América, y esto solo dista cuatrocientos años de nosotros. Los romanos conquistaron, pero qué diferencia! El pais conquistado convertido en provincia romana, era respetado en sus creencias, aceptada su poblacion poblados los lugares incultos ó desiertos: no exterminaban. Los Griegos eran civilizadores y fueron los menos conquistadores. Honor eterno á esa raza, la mas grande lumbreza de la humanidad, del pueblo revelador por exelencia, el pueblo de la filosofía y de la democracia.

Pero la España!-Ni los Cimbrios, nilos Hunos han sido mas bárbaros que los exterminadores de los moriscos, de los hereges y conquistadores de la América. ¿Cómo explicar ese fenómeno?-Creemos haberlo hecho. El dogma de la intolerancia. El catolicismo encarnado en el español todo lo explica. Violacion de la palabra, engaño, violacion de tratados, perjurio, matanza de millares á traicion.

Es

Hispaniola, hoy Santo Domingo, tenia un millon de habitantes. En diez y seis años solo habia setenta mil habitantes. decir que los españoles mataron novecientos cuarenta mil individuos en 16 años, lo cual hace una matanza por año de 58,750 personas. Y esto en una isla, en la misma isla en que hoy á nuestra vista está renovando los mismos horrores. Es el mismo pueblo. «Adversus hosten oeterna auctoritas esto.»

Se descubren riquezas y les dicen que hay oro en las montañas de Puerto-Rico, otra de las grandes islas descubiertas por Colon. Se expediciona. Servidumbre de los habitantes, y cual seria el tratamiento, que la raza «fue pronto exterminada.»

Sescubren perlas en la isla de Cubagua. Se obliga á los indios de las Islas Lucayas á hacer el oficio peligroso de buzos, y esto contribuye á la extincion de la raza.

Hay un hecho que puede servir de símbolo, para manifestar la reprobacion que siempre debe exitar la conquista en todo corazon honrado. Es muy conocido, pero no está de mas exponerlo de nuevo. Es el suplicio del cacique Hatuey hombre heróico que combatió y tomado prisionero fué condenado á las llamas. A ningun español se le ocurre preguntar con que derecho se hacia todo esto. Llevado al suplicio, un fraile franciscano le promete el cielo si se hace cristiano.-<<Hatuey le pregunta, hay allí españoles? Si, pero solo los dignos y buenos. -«Los mejores de ellos no son ni dignos, ni buenos: No quiero » ir á un lugar en donde pueda encontrar alguno de esa execra» ble raza >> Este cacique era de la heróica raza de los Haitianos, pero fué supliciado en Cuba adonde se habia refugiado para continuar la guerra.

En fin la conquista como incendio alimentado por los elementos virgenes de un mundo desborda sobre Méjico, para de alli continuar triunfando sobre la América del Sur hasta que llegó á estrellarse, atónita de verse retroceder ante el empuje del corazon de Arauco.

Méjico valia mas y era mas civilizado que la España. Se perdió por la inferioridad de las armas y traicion explotada de unos pueblos contra otros. Se perdió por las mismas razones que hoy se pierde: la traicion y la inferioridad militar. Pero Juarez que es de la misma raza que Moteuczoma, no tendrá la misma suerte. Quien sabe si su pujante brazo, no arroja un dia la

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