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conciencia del hombre emancipado: Y vuestra voz, como el soplo divino que recorria la superficie del abismo, dice á la América con la fuerza de la razon, de la historia y de la induccion profética: la revolucion religiosa ha principiado.

Estais como los mejores y primero à la altura del grandioso problema de los tiempos, que comprende la negacion del último paganismo, la demolicion de las Iglesias, la abolicion de los mediadores entre Dios y la conciencia y el restablecimiento de la soberanía integral de todo hombre en el campo indefinido de la razon independente.

Convencidos, como leales pensadores, de que no puede haber libertad sin juicio propio, sin individualismo supremo, sin conciencia de la racionalidad de nuestros actos, condenais al ca tolicismo no solo por erróneo en sus principios, sino por la incompatibilidad de sus dogmas de obediencia ciega, revelacion, milagro, gracia, caida, bautismo, confesion, con toda justicia y con toda razon y con toda la dignidad del soberano. El dogma del sometimiento de la razon no puede dar la libertad; el dogma de la gracia no puede producir el derecho; el dogma de la caida no puede afirmar á la justicia; el dogma de la teocracia infalible no puede fundar la democracia.

Aleccionados por la ciencia y la esperiencia, habeis visto mas lejos que todos nuestros políticos, que teniendo un mundo nuevo entre sus manos, destinado á recorrer las desconocidas maravillas del porvenir, bajo el firmamento de la ciencia, se inclinan todavia ante la astronomía de la Biblia v ante el catecismo del padre Astete, con que educan á las jeneraciones nuevas.

Llenos de vida, no os asusta el desplome de las viejas catedrales, ni la evaporacion de la leyenda; y para responder á los pueblos ansiosos de lo divino y de lo eterno, abris vuestras almas en donde brilla el resplandor de la ley.

En medio de los partidos y pueblos que se revuelven en circulos concéntricos; habeis pronunciado la palabra que ha de romper el sortilejio de los errores y pasiones, para que describan la espiral de la perfeccion progresiva. Por entre el polvo del combate, mostrais la grandiosa y radical enseña que nos dará la paz y la libertad. Esta circunstancia hace que vuestra palabra sea el acto mas trascendental en la politica de vuestro pais. Podeis decirlo y con orgullo: hé ahi nuestra bandera.

Habeis comprendido la significacion del gran cielo histórico

en que entramos, que consiste en el advenimiento de la filosofia como ciencia, dogma, ley, moral, culto de sábios y pan de las multitudes arrancadas de ese mundo tenebroso de la miseria y de la leyenda, que con el terror y el hambre aun las embrutece. Es la mas grande de las revoluciones conocidas, despues de la cual podemos esperar el cumplimiento de la palabra de Condorcet, el reinado del bien, la justicia, la paz y la abundancia sobre las ruinas de los cultos y el castigo de las esplotaciones.

Y en esa revolucion entramos en América, jóvenes iniciadores! Mas grande, mas fecunda, mas trascendental que la de la Independencia, ya sabemos que no hay ni puede haber transaccion posible con la Iglesia incorregible.

Acostumbrémonos á este pensamiento salvador. Ese Catolicismo, esa Iglesia, ese Sacerdocio, esa teocracia es invariable en su ódio al movimiento, à la razon, al derecho universal de sacerdocio y reyecial detodo hombre.

Sin acudir al raciocinio, ni á la historia, ella misma en nuestros dias, se ha encargado de quitar la venda de los ojos de los pueblos. Sin ciencia, oscura, obtusa, sin ningun resplandor para las intelijencias libres; sin amor, sin uncion, sin bálsamo para nuestras grandes aflicciones; sin anatema y sin el poder del anatema aun para los grandes crimenes que estremecen la tierra en nuestros dias; sin iniciativa, sin impulso, sino para repetir el formulario caduco de su modo de esplotar á los creyentes, ¿qué hace la teocracia romana, ó la Iglesia Católica en el mundo? ¿Cuál ha sido la última palabra de su ciencia infalible, en medio del torbellino de ideas y de la iluminacion del siglo?— Oid, y escuche la tierra: «La Inmaculada Concepcion »!!— Hé ahí el último progreso del dogma católico desde el Concilio de Trento.

Pero si su palabra es vacia, sus actos suplirán esa falta.

¿Cuál es el ejemplo de alta moralidad que hace 14 años está dando? La alianza con el perjuro, la invasion arraigada y bendecida en Roma misma. El escándalo infalible presentado para salvar á la teocracia. El cinismo elevado á la potencia de la blasfemia. En Méjico se llama traicion y retroceso; en el Ecuador, es el concordato que prepara la traicion, y en Chile fanatismo y fanatismo!

La existencia de la iglesia, por la fatalidad de los antecedentes históricos, y de las premisas lógicas de la naturaleza de las co

sas, se ha hecho incompatible con la regeneracion, la unidad y la independencia de la Italia. Y lo que es palpable en Italia es de lógica evidencia para todo pueblo católico que aspire al goce del derecho.

Y como la Italia es la nacion mas interesada en la revolucion moderna, está destinada para consumar en el Capitolio, que es la altura mas visible de la tierra, otra de las grandes decapitaciones que cambian la direccion de los siglos.-Es por esto que prestamos oido á todo rumor que en Italia se levanta.

Y para terminar os diré que la Revolucion tiene que cabar una tumba y mecer una cuna. Sobre esa tumba escribirá aquí yace la última de las encarnaciones; y mecerá esa cuna con himno de la eterna alegría de la vida.

Vosotros habeis preludiado unas estrofas de ese himno.

Me habeis honrado con el honor mas grande que pudiera recibir: vuestra adhesion, vuestro amor, vuestro entusiasmo.

No puedo retribuiros, sino amándoos siempre agradecido y perseverando en la sublime causa. Sed, os lo pido. órganos de mi gratitud para con esa juventud de vuestra patria que tan noblemente representais. Con tal generacion y esa palabra, grande ha de ser la patria que llegueis un dia à constituir, con el programa de la revolucion religiosa.

Os saluda vuestro amigo:

Buenos Aires, Marzo 1. de 1864.

LA TRAJEDIA DIVINA.

(FRAGMENTO LITERARIO.)

I.

(En la ciudad de UTICA.)

UN SENADOR ROMANO.

Ya es la noche, Caton; la última noche de la República Romana. Es quizás una venganza de la mudable Diosa. Roma sucumbe en tierra africana, bajo las sombras de las ruinas de

Cartago. Los senadores levantan el ancla; los fugitivos de la batalla se ahuyentan hacia el interior sin esperanza. Huyamos, Caton. Ya oigo los pasos de las legiones de César victoriosas.

CATON.

Yo tambien escucho los pasos de los libres, allá en los CamposEliseos, mansiones de libertad, conquistadas y guardadas por la espada del Estóico, adonde no llegan los esclavos vencedores de la tierra. Allá no llegará César, el mas grande esclavo de sí mismo. Adios.

El mundo mancillado por la esclavitud, no es digno de sustentar mi planta. El aliento del opresor envenena el aire que respiro. Caton morirá con la República. El mundo sin la CIUDAD es la barbarie. Voy á habitar esas regiones en donde no habrá mas César que el deber, ni otra patria que la que el Estóico sabe crearse á despecho del universo. Mi conciencia vale mas que la Fortuna; mi ley domina al Destino; mi voluntad será invencible. «CAUSA VICTRIX DIIS PLACUIT, SED VICTA CATONI» (a) (la causa vencedora agradá á los Dioses, mas la vencida á Caton.)

CESAR (delante del cadáver de Caton.)

«He visto marchitarse los laureles de Pompeyo ante los » mios, y la elocuencia superior de Ciceron no ha producido » otro efecto que el de realzar mis triunfos: Caton solo, el in» flexible Caton, balanceará mi gloria en la posteridad....Tal >> vencido arroja una sombra funesta sobre los laureles del ven» cedor: este es el sentimiento que turba mi felicidad. No me » hablen mas de este Republicano cuyas feroces virtudes han » dañado mas á la Libertad que la ambicion de Pompeyo y la » mia. Entrar á Roma y Hevando á mi lado á Caton vencido, >> me habria sido mas lisonjero que todos mis triunfos: nunca le » perdonaré que se sustrajese á mi clemencia.» (b)

Hace años que paso sobre campos sembrados de cadáveres, y solo este cadáver me impone. He pisado pueblos, he hollado naciones, y este cadáver me impone mas que los pueblos y las leyes. Habia en ti, Caton, algo que desafiaba á los inmortales en

(a) LUCANO-La Farsalia.

César a Clinio Pollion.

su Olimpo; algo de mas santo que las leyes. y de mas respela ble que las naciones; era tu indómita conciencia de lo justo. Siento ante ti la mano invisible que señala los límites al humano poder. La espada de Farsalia no hace mella en la espada de Caton. César, vencedor de vencedores, yo que he estampado mi nombre en la frente de la humanidad vencida; émulo de Alejandro, que cual otro Jano me presento en la historia coronando el pasado con mi gloria, y audaz cual un Dios penetró en el porvenir, provocando dias desconocidos por su grandeza;―yo que convoco á los Galos y Bretones, á los Iberos y Germanos, á los Egipcios y Orientales, á los plebeyos de Italia para los comicios de la humanidad, que palpita esperando un revelador de su unidad; yo el triunfador, el imperator proclamado en la victoria, á Caton, no venci. Espiritu del mundo inclina mi frente ante tu fuerza.

No seré yo el que haga la entrada triunfal en la ciudad de Rómulo vencida: Será la inmensa plebe bárbara del género humano. Abri la brecha en las murallas de la ciudad. La inundacion

de las razas me envuelve entre sus ondas. Los laureles de Farsalia coronarán las orgías de la demagogia universal.

En Roma.

UN PLEBEYO.

Hoy es el dia de la entrada triunfal del César. Dejemos el trabajo. En adelante, ni trabajo, ni hambre, ni deudas. Los despojos de los pueblos, los trofeos patricios, serán nuestra riqueza Evohé, el triunfador!-El pueblo acude, llena las calles, y se encamina á la via-sacra para aplaudir á César. Lo coronaremos para descansar y para tener juegos de noche y de dia. El vigilar á los mares para que lleguen los convoyes de trigo del Egipto y las fieras de Africa. Ya no nos inclinaremos mas ante las haces consulares: Nila fisonomia de Caton será para nosotros esa reprimenda perpétua.-Viva el triunfador!

CÉSAR (en el Capitolio.)

Aquí, colocado sobre el pedestal del mundo antiguo, padre de todas las razas, estiendo las fronteras de la Italia al mundo co

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