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los elementos de la vida y de la armonia, en el dogma, en los principios, en el vinculo de union.

En el dogma; sea negando la personalidad del Ser Supremo, sea fabricando un Dios de pasiones y de historia. En los principios; porque sin deber ó sin derecho, solo queda la fuerza.

En el vinculo de union; porque sin el amor del espiritu libre al espiritu libre, solo queda la mansion del crujir de dientes de las escrituras.

II.

Tal es el bien-tales el mal.-Tal ha sido, tal es la luz omnipotente que aparece en la conciencia del hombre, cuando en las cumbres de las montañas ó en la faz de las llanuras, despertando bajo la bóveda del cielo, siente por vez primera la revelacion de la ley, envuelta en el himno supremo de la belleza universal; del amor primero.

Uno es el bien, una es la idea. El ideal apareció como bendicion del creador. Desde entonces empezó la historia. No solo el pensamiento se puso en camino, sino que el hombre mismo envuelto en la tribu, esa patria flotante, empezó á tomar posesion de la tierra. Las emigraciones en su marcha recibiendo la accion del tiempo y del espacio, forman esas civilizaciones mas ó menos incompletas, pero que todas conservan algunos acentos del himno primitivo, huellas imborrables del bautismo originario, de la libertal y del amor.

¡Cuántos Dioses, es decir, cuantas manifestaciones no se ha visto de ese ideal, de esa ley, de ese deseo indestructible de la humanidad! El Dios es el dogma. El dogma es lo que caracteriza la vida de los pueblos, porque es el generador de los principios, de las instituciones y costumbres. Si se ha dicho que por un fragmento animal se puede reconstruir el animal; que el estilo es el hombre; tal caballo, tal pueblo, tal protuberancia tal hombre; con cuanta mas razon no se podria decir: tal Dios, tal civilizacion.

Brahma es la India; Pallas es Atenas; el Dios del concilio de Trento es la Europa Monárquica, la España, el Portugal: el Dios del pensamiento libre es la Inglaterra y los Estados Uni dos. Volviendo nuestras miradas á la América, quien no vé én

su anarquia ó despotismo, en sus estrechos horizontes morales y en sus utopias, la lucha entre el Dios de la conquista y el de la revolucion.

III.

Hemos afirmado que el bien ó el ideal, consta de la personalidad del Ser Supremo, base de toda justicia, y esperanza,de la libertad, sin la cual no habria humanidad, y del vinculo divino que uniendo el hombre al hombre y á Dios, lo impulsa á la perfeccion incesante de su ser ea todas sus necesidades fisicas, morales, intelectuales, sea individuales y sociales.

El dogma, es. pues, indispensable. Alejad á Dios del pensamiento, y yo pregunto, ¿cual es el eje del movimiento, cuál la luz en el firmamento, cual es la base de la libertad, la sancion de lo justo, la autoridad del deber. Si la libertad no es divina, mucho desconfio de la libertad humana. Nicolás de Rusia pontifice y emperador es el ideal del despotismo y de la libertad absoluta para él solo.

Todo error y todo mal vienen a juicio mio, de la alteracion ú olvido, del dogma eterno y de los principios esenciales ya enunciados.

La América vivia bajo el imperio de la nocion de la edad media, falsificado el dogma, negados los principios. Las dos potestades, la espiritual y la temporal, se habian dividido el patrimonio del hombre y habian sellado su alianza con el terror del rey y de la iglesia, sostenido por el militarismo de los conventos y de los cuarteles. ¿Cómo se independizó este continente? Fué un rayo del ideal, que volviendo á aparecer sobre la tierra, como en aquellos dias del Génesis, separó la luz de last tinieblas, separó la colonia de la metrópoli, al hombre del rey, á la razon del concilio, al pueblo de la servidumbre; y despues de colgados los sables; trofeos en los templos de la Independencia, se oyó la voz del contemplador omnipotente que decia al mundo americano: «ESTÁ BIEN,» y «FUÉ UN DIA.» Ese dia fué el año 10 para la América, y es el 25 de Mayo para la República Argentina.

Y tú libertad, que en una de tus emigraciones apareciste un dia en el mundo de Colon para revelar un continente á la moralidad del universo; tú America, refugio de los elementos pros

criptos y que apesar de tus caidas, persiste el mundo en creerte la esperanza, la juventud y el porvenir de los mas nobles deseos de los sábios y de los héroes,-decidnos, ¿cuál es el Dios que brilla en las alturas de los Andes; cual el espíritu que recorre las riberas solitarias de tus grandes rios; cual es el alma que palpita en la pampa y en la montaña; cual es la voz de tus océanos, la palabra de tus pueblos; cuales los hechos que pedemos presentar en el altar del holocausto, como obreros de la causa universal.

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IV.

No tenemos en América esos hombres, tipos ó mitos, en quienes los pueblos han personificado sus ideas, sus trabajos y sus glorias. No tenemos el Theseo de Atenas, ni el Lutero de los Germanos, ni el Washington de los Estados-Unidos. No, tenemos tan solo un año, una cifra, un dia. Pues bien, que sea ese dia, vuestra luz. El aparece como el Apolo vencedor de la serpiente. Su templo es la memoria, su palabra es la libertad, y su marcha debe ser siempre ascendiente en la escala de los as

tros.

Ese dia fué vuestra luz.-Tomad la latitud segun la altura del 25 de Mayo, y ¿preguntadle cual fué tu idea, tu sentimiento? Cuales tus hechos? Dia de la tradicion de este pais. ¿Cuál fué tu testamento? - Dia de profecia. ¿Cuál fué tu apocalipsis?

Esa idea fué nacionalidad ¡soberania! ese sentimiento fué la palpitacion de una nueva creacion moral!—esos hechos, fueron el desprendimiento de la propiedad y de la vida, de las preocupaciones y querencias, de las formas del egoismo, para volar á los combates y sostener el derecho de todos, pobres y ricos, blancos y negros y en el hogar, en la patria, en el pensamiento. Esa tradicion que se fundó, fué el bautismo de la palabra nueva que consagra á los hombres segun las obras de justicia y no segun la gracia.

Ese apocalipsis fué la vision de la nueva ciudad sin fronteras, sin aduanas, sin estrangeros, sin delegaciones de la tolerancia, con una ley y una palabra, con una alma y un destino.

Tal es lo que yo veo en ese dia.-Dia de verdad, tu luz y tu recuerdo, es gloria y es union. Tu enseñanza es trabajo y libertad; tu fórmula es asociacion de toda personalidad indivi

dual ó provincial en la gran personalidad de la República. Te levantas cada año del seno de la eternidad y de la conciencia de los libres, para presentar á tus hijos la imágen de la juventud inmortal de las esferas; para despertar todo lo que es bello, para borrar las manchas, disipar los odios, para injertar el movimiento de una vida nueva de concordia, de trabajo, de pacificacion y de órden. Eres una interrogacion sublime que se levanta cada año. Como Jesus en la montaña, pronuncias las palabras de paz y mansedumbre; como Jesus en el templo, despues de arrojar los que trafican lo sagrado, nos preguntamos: ¡Serán siempre las pasiones las reguladoras de los pueblos! las pasiones, el legislador del nuevo mundo! Oiremos siempre el suelo ameriaano resonar bajo las plantas del centhauro, como el ruido precursor de los temblores. Veremos en el foro al egoismo violentando á la razon, á la ambicion prostituyendo á las ideas, al dogma antiguo dormitando en la acechanza para devorar la juventud de un mundo! Veremos al personalismo en vez de la personalidad, al provincialismo en vez del Estado, al municipio en vez de la República! La luz del 25 de Mayo fué unidad, y hoy, despues de tantos aniversarios de dolor, no podemos presentar la República unida, consolidada, recorriendo con seguridad la pampa, navegando sin trabas en los rios, y brillando en el alma de todos sus hijos, no solo con la unidad del vago deseo, sino con la perseverancia en los hechos, con la inteligencia purificada de sofismas, con las palpitaciones de un corazon elevado á la altura de la caridad religiosa y de la fraternidad filosófica !

V.

¿Y por qué?

Porque el Ideal se ha eclipsado.

No hay ideal sin religion,-no hay religion sin dogma,-no hay dogma sin Dios y libertad,-no hay libertad sin virtud, sin sacrificios internosly esternos, sin la vivificacion de lo que une, sin la abolicion de lo que desliga. («Religion, (religo,) es lo que liga,») ha dicho Lamennais.

Deseamos el bien: examinemos sus condiciones fundamen

tales.

No solo basta descarlo, es necesario conocerlo; no solo co

nocerlo, sino amarlo; no solo amarlo, es necesario practicarlo. Pero ni el conocimiento, ni el amor, ni la práctica son sufi. cientes, si la idea, el amor y la voluntad no se acercan á lo eterno, sino reciben el bautismo divino que solo pueden darlo la filosofia y el corazon de Jesu-Cristo.

Todo bien, toda belleza son emanaciones, ó mas bien participaciones del ser en quien todo bien y belleza residen. Lo que es bueno, bello ó justo, lo es por su conformidad al ejemplar divino, al tipo ó idea de bondad y de justicia. Si buscamos la medida que es la regla, no la encontraremos sino en el ser que es la medida de los seres, en el distribuidor de la vida, en el regulador de las acciones. Fuera de esto, anarquia ó despotismo. si cada uno, ó 'si cada egoismo se hace el regulador y la medida, habrá tantas medidas cuantas personalidades, tantas personalidades cuantos momentos caprichosas se presenten; tempestad perpétua levantada por el soplo de un pampero sin ley y sin conciencia.

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Hay pues que vivificar el principio de Union; el principio religioso por esencia.

No me refiero á ninguna religion, sino al principio superior, á todas ellas, al principio verdaderamente universal que es la libertad, la caridad.

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No creis que despues de tantas desgracias y esperiencias, -despues de tanta utopia, de tanta discusion, no creis que despues de todas las constituciones, instituciones y leyes que no llenan el abismo de Curcio, algo se ha olvidado, que es necesario despertar?

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Ese algo es el Ideal, la estrella polar de las naciones, el principio que fecunda toda vida. Sin Dios no hay libertad, pero si, las tinieblas de la fatalidad ó de la fuerza. ¿Sin la libertad inmortal de qué sirve la vida? Sin la fé, sin la religion, sin el

carácter eterno de la causa, la libertad sucumbe. Y esa fé, esa religion, solo pueden venir de la enseñanza y de la práctica del idéal, en las leyes, en el libro que esperan los pueblos, en los hechos del hombre, en la palabra, en la práctica pública y privada del ciudadano. Lo demas viene de suyo. La paz, la prosperidad, la gloria, solo pueden venir de la encarnacion del corazon de Jesu-Cristo, que es el tipo vivo del ideal mas bello que jamás apareció sobre la tierra.

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