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efecto del pecado, y de ahi nacia la creencia de la medicina moral, es decir, la accion de la, palabra y de la persona de un hombre santo y elevado. Ese poder era llamado sobrenatural, y Jesus lo ejercia. Si mirando, si dirijiendo la palabra de sa corazon sublime, si imponiendo sus manos venerables sobre el desvalido, lo aliviaba, nosotros lo creemos, sin que por esto creamos en milagro, sino en la accion del amor sobre la fé. El autor admite pues, que ha habido actos en la vida de Jesus. que «hoy serian calificados de ilu ion y de locura.» Ademas, considera esa parte de la vida de Jesus como «violencia de su siglo,» y que si el taumaturgo ha desaparecido, «el reformador relijioso vivirá eternamente.»

VIII.

QUE ES JESUS.

Jesus no es Dios. El Sr. Renan, afirma con verdad, diciendo que jamás Jesus profirió esa blasfemia.

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Como creencia fundamental y dogmática, Jesus se distinguió, y hé aqui el rasgo que original dominó en su vida: Hijo de Dios!· No que fuere una escepcion, ni que se creyese à la manera politheista, como Hércules, el fruto de una visita de Tzeus, de Júpiter ó Jehová, sino la conciencia viva y palpitante de la ley de amor que en el primer despertamiento de la conciencia, con el esplendor del genio y la intensidad del sentimiento recibiera. Vió á Dios en su ser, en su razon, en su corazon, en la belleza de la naturaleza, en la atraccion al Infinito que poseemos, en la insaciable peticion de vida, de amor, de gloria, de felicidad, de comunion con los demas seres, que en los albores de la mañana de la vida columbramos. Y esa fuerza, esa vision del bien, esa ́aspiracion à confundirse con EL y «ser uno con todos, como Dios es uno, es la revelacion universal, es la atraccion necesaria de las almas, es el destino providencial de lo creado. Jesus sintió esto, víó esto, Jesus fué en ese sentido encarnacion de lo bello, de lo bueno, de lo justo, tal como se lo permitió la educacion de su siglo y la elucubracion de su intelijencia. Fué superior en grado, no en esencia al resto de los humanos. Si amando, si practicando la justicia, Dios vive en nosotros, si

esa union puede aumentar o disminuir en grado (y hẻ ahí la radical diferencia que distingue á los hombres), nuestro progreso es sin término, y nuestra perfeccion indefinida. Pero Dios al mismo tiempo permanece el invariable Infinito, y jamás el hombre libre de sistemas y de educaciones falsas, llegará á la tremenda blasfemia de identificar su ser movible, limitado, oscuro, con el ser indivisible en posesion de su perfeccion absoluta.

Jamás dijo Jesus ser Dios;-pero repetia con razon que era hijo de Dios, á quien habia venido su palabra» esa palabra, cuyos resplandores conoce la humanidad desde el principio, esa palabra que todos directamente recibimos, cuando escuchamos en nosotros mismos el eco misterioso del espiritu que sopla sin cesar sobre la universalidad de las existencias.

Escuchó mas y mejor. «No fué oidor olvidadizo.» Y con la conciencia que le daba sobre las tinieblas en que vivian casi todos sumerjidos, proclamó el titulo glorioso del hombre, del Hijo del hombre, Ilijo de Dios por exelencia, pues recibia la comunicacion y el lenguage perdido, o'vidado, ó desdeñado, con el Eterno Padre.

Volvia, aparecia con ese verbo, y traia á sus hermanos la « buena nueva » que habia recibido, y que todos podian reci bir: Igualdad, sublimacion del espíritu, posesion del Paraiso en cada uno, amor y mas amor, aun mas allá de la justicia. Hé ahi el sello peculiar de Jesus y de su obra.

XI.

VARIOS ASPECTOS DE JESUS DURANTE SU VIDA.

Cuando los educados en la creencia de la revelacion, procuran darse cuenta de lo que era Jesus, por un acto psicológico de fé en su divinidad, se lo figuran de una unidad perfecta. A veces hay cosas duras y contradictorias que se presentan, pero la fé, de que todo ha de ser bueno y no puede dejar de ser per<fecto, ahoga en su origen el despertamiento de la duda. Pero cuando desaparece la fé, ó cuando á pesar de ella se escucha á la razon, Jesus presenta aspectos diferentes y a veces contradictorios. El autor ha desarrollado esta parte con suma inteiligencia y es quizás la parte mas completa de su libro...

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Sin pretender agotar los diferentes aspectos, y las ideas con'secuentes á los diversos periodos de la vida de Jesus, puede decirse que contiene tresép ocas principales.

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La accion del pensamiento de Jesus sobre sí mismo, con la accion de las ideas ardientes de su tiempo, mas la influencia de la naturaleza de la Galilea y de los buenos y sencillos habitantes; la concepcion del «reino de Dios. En la concepcion del reino de Dios hay tambien varios aspectos. Y últimamente la batalla de la vida, la negacion del mundo judio, la profecia del universal y futuro advenimiento de la justicia y de la gloria.

La teologia única y fundamental de Jesus, fué la conciencia de su union con su Padre, hasta ser uno, y prometiendo á todos los que lo imitaren, la misma unificacion con el Eterno. No se instituia pues en ser agraciado, privilegiado, exepcional, monopolizador de lo divino, sino que abrió sus brazos à la tierra para abrazar á judios y gentiles, en el mismo amor, y en la misma comunion de la divinidad, pudiendo ser «todos perfectos como el Padre es perfecto. «

Era el dogma del amor y del pensamiento universal y puro de todo hombre, que en medio de la naturaleza encantadorà de la Galilea, y encontrando éco en el corazon de poblaciones sencillas é inocentes, produjo el espectáculo de paz, de bendicion y de alegria que caracterizan la época primera de Jesus. La moral que predicaba era la misma que sus antecesores habian predicado sin que en nada sobrepasase á la moral eterna del género humano. No innovó, no reveló nada en moral. ¡ Porqué › entonces esa influencia! Aquí tomamos una bella expresion del autor: «Se predicaba á sí mismo. »

En efecto, y aquí es de justicia recordar al señor Edgardo Quinet (1). Quién como él, ha demostrado y defendido contra el pantheismo, la influencia prodigiosa de la individualidad, de la vida, del acento, del gesto, de la mirada, en una palabra, la influencia de la emanacion poderosa de un ser sublimado por el amor y por la fé? Jesus era jóven, puro, bello, intachable, lleno de abnegacion y de fé. Jesus traiz de nuevo la buena-nueva para los pobres, para los desgraciados, para los que esperan, para los que han hambre y sed de justicia, » en medio de un mundo cargado de todas las iniquidades, ¿y Jesus no habia de efec(1) Vease el Cristianismo y la Revolucion francesa por Edgardo Quinet. (Paris 1845)

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¡ Lo

tuar prodigios? Lo estraño ha sido que las multitudes no se hayan precipitado en su camino, entonando «< hosanna »> estraño ha sido que se le haya dejado predicar tantos, años. Su moral fué severa. Su vida sin ceremonias. Detestaba las fórmulas y ritos. Odiaba á los hipócritas, condenaba á los ricos, sancionaba el sacrificio hasta el exeso, hasta el olvido de las leyes del derecho. Dueño y consciente de una individualidad sublime, parecia complacerse, en humillar la individualidad. De ahí nació esa base funesta que el catolicismo explota y ha explotado particularmente en los horribles siglos de la edad media. Se complacia en el escándalo que á los fariseos causaba sú desprecio por la letra; é innovando, iluminaba con su espíritu la verdadera significacion de los preceptos. «No hablaba » contra la ley mosaica pero es claro que veia su insuficiencia » y asi lo dejaba entender. Repetia lo que los antiguos sábios » habian hecho. Prohibia la menor palabra dura, proscribió el >> divorcio y todo juramento, criticaba el talion, condenaba la >> usura, juzgaba que el deseo voluptuoso era tan criminal co<»>mo el adulterio. Queria un perdon universal de las injurias. »

Aceptaba las buenas tradiciones y costumbres de su pueblo. Aprovechó de la enseñanza, y aun para no imitarlos, de los extravios de sus predecesores y maestros, apartándose cada vez mas del camino de las rebeliones, para preparar la revolucion uni#versal que dura, continúa y no termina. Humilde, visitó con sus discipulos y aceptó el bautismo de la escuela de Juan.

Su vida pasaba en los caminos, en las aldeas, en las granjás, en las poblaciones que visitaba con sus discípulos. Viajes deliciosos de enseñanza continua, de enseñanza práctica, vida en comun, al aire libre, libres de espiritus, llenos de amor y de esperanza. Llevaban la paz y nada mas que la paz todavia. Recibiendo y pagando con el gérmen moral que depositaba en sus huéspedes, la grande hospitalidad de las pueblos orientales; el viage, el descanso, el albergue, la comida, todo acto de la vida era convertido en escuela, y sembraba de este modo el camino de su vida con un movimiento de regeneracion irresistible. Los niños lo buscaban, las mugeres lo colmaban de respeto y afecto, los hombres de sencillo corazón, dejaban sus redes, el oficio ó el empleo, por seguirlo y vivir suspendidos de su palabra; y la adusta soberbia sinagoga, escuchaba su palabra nueva regenerando el viejo texto. Fué el tiempo de las nup

cios, de los festines, de la alegria inusitada, que sorprendió á los montaraces discipulos del bautista, cuando fueron à inquerir quien era. Hé ahí lo que puede llamarse la primera época, s nuestra deficencia ha podido abrazar y comprender sus razgos principales. Y no se nos diga, que al caracterizarla de este modo, queremos negar los contratiempos que tuvo. No, pero hemos querido decir, que lo que dominó en ese periodo que establecemos, fué la mansedumbre, la paz, la alegria, la predicacion moral, la indirecta abolicion de las prácticas antiguas que. habian recargado la conciencia y la vida de los pueblos, y el establecimiento de esa religion directa con el Padre.

Mas la Galilea no era la Judea, Gafarnahum no era Jerusalem, la Judea no era la Palestina, en fin la Palestina no era el mundo; y la « buena nueva » era para todos los « hijos de Dios. » Ya contaba, puede decirse con un punto de apoyo en la Galilea, y era un deber extender la circunferencia de su accion y propaganda. Bajo otro aspecto, Jerusalem, la capital, la plaza fuerte del judaismo, era la mejor tribuna para hacer irradiar su palabra. Entonces el problema nécesario de la historia de la vida de Jesus, se plan tea por sí mismo: ó la conquista de Jerusalem ó la muerte.

Jesus y Jerusalem son los antagonistas. Jesus venia reformando y envolviendo en una ondulacion progresiva, á los pobres, á los plebeyos, á los despreciados, á los gentiles y samaritanos, que como elementos á fines de la combinacion futura,, se precipitan al rededor de la esperanza de una mejora en la tierra, del advenimiento de un nuevo reino, é de una catástrofe regeneradora. Jerusalem, isla de la obstinacion y del orgullo se pregunta, silos grandes, los principes, los sacerdotes escuchan la palabra nueva ó si solo la canalla vá en pos del reformador.

¿Cuál es el espíritu que invade, cuál la idea que domina al invasof?

Cuál el espirita que resiste, y la idea que quiere perpetuarse?

Jesus venia negando el judaismo. ¿Qué era el judaismo en esa época?

El Judaismo, tenia una gloria teológica que habia llegado á ser una gloria nacional: EL MONOTHEISMO. Un solo Dios, y un Dfos tremendo que en un momento de su ira puede pulverizar la

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