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El Dios católico.-No. Cree sin razon, porque yo lo mando. La Razon.-Pero al decirme que crea porque lo mandas, me das una razon y es que debo obedecer á ciegas ó contra mi razon porque así mandas. Esto es suponer en ti una autoridad que debe ser obedecida.

El Dios católico.-Si. Porque lo mando, y nada mas que por que lo mando.

La Razon. Es claro pues que al ordenarme, reconoces que yo debo reconocer la obligacion de obedecerte.

El Dios católico.-Si: la obligacion de obedecerme.

La Razon.-Pero al reconocer yo que tengo obligacion de obedecerte, es á mi razon á quien te diriges, es de mi razon de quien exiges el reconocimiento de esa obligacion.

El Dios católico.—Si.

La Razon. Entonces tienes que dejar subsistente mi razon para que pueda obedecerte. De otro modo no podria obedecerte y desapareceria como criatura racional..

El Dios católico.-Sí.

La Razor.-Luego si mi razon subsiste aun para obedecer á tu mandato absoluto, mi razon con las nociones esenciales que la constituye es absolutamente indispensable aun para el acto de obediencia,

El Dios cablico.-Si.

La Razon.-Entonces mi razon es soberana. Al obedecerte es porque reonozco que debo obedecerte. Y si llego á reconocer por lasnociones mismas de la razon, que la idea de Dios no es compable con la idea de un déspota, que la idea de Dios, tal cu Dios mismo la revela en la razon es contradictoria con la ica de un Dios apasionado, iracundo, injusto, en oposicion á l; ideas eternas de lo justo, entonces mi razon te dice, Dios calico, que no eres sino la creacion de la mentira. El Dios calico.-Blasfemia!

La Razon.-No hay blasfemia contra el Ser Supremo, que se revela en la aturaleza, la razon y la conciencia, pero sí negacion de tu per mentido, fantasma sangriento de los secerdocios, Dios dTorquemada y de Loyola!

El Dios cólico.-Blasfemas, porque quieres aplicar á Dios tus ideas de justo y de lo injusto, de lo racional y de lo absurdo. Pero, el Dios católico, estoy mas arriba de lo justo y de lo injuɔ, y puedo convertir lo racional en absurdo, y lo

absurdo en racional. Yo « hago loco el saber de este mundo. » (Pablo)

La razon-Dices que las ideas de lo justo y de lo injusto, de lo racional y absurdo son mias. La idea de justicia es coeterna al Ser. Y si esa idea es mia y no es esa idea la vision dél órden inmutable, yo seria entonces el creador de la justicia y si fuese el creador dela justicia seria Dios. La idea y la realidad de la justicia, la idea y la realidad del órden, la idea y la realidad del Ser justo é invariable, contituyen la esencia de la divinidad. Decir que puede convertir todo esto en lo contrario, que el cuadrado sea el círculo, el robo y la mentira en actos justos, el órden en el desórden, es decir, que la idea de Dios, puede ser la idea del no Ser. Si las ideas de la razon, no son la revelacion de las necesidades eternas de las cosas, y si esas ideas pueden ser cambiadas, no hay necesidad eterna, no hay ser eterno, Dios es inútil. Asi, no hay poder en la razon para destruir lo razonable, no hay poder en Dios para atacar su esencia invariable, no hay omnipotencia en el Ser para convertirse en lanada ó suicidarse. Dios no puede dejar de ser Dios. La razon no puede dejar de ser razonable. El órden es eterno. Dios como omnisciente ó que todo lo sabe, es invariable en su pensamiento. El milagro supone la contradiccion en Dios. Dios como ley viva es la vision inmutable de lo justo. El milagro es la suposicion de 'què la ley y la justicia pueden variar. Y si la ley y la justicia no pueden variar, yo, razoa humana, que soy vision de la justici, tengo en esa vision que me constituye, el poder y la autoridad de decir á quien quiera, al mismo Dios si fuese posible: si eres injusto, no te obedezco. Un Dios injusto seria inferior al Dios de mi razon. Si fuese posible un Dios injusto, mi conciencia seria superior á la de ese Dios y combatiria su poder despótico. Prometheo es entre los Griegos el myto mas sublime de la conciencia y de la personalidad indómita del justo, contra Júpiter, su divinidad, su Olimpo, su poder, y su victoria. Prometheo es el gran Mesias de la humanidad. Prometheo es el gran racionalista de la historia.

El Dios católico.-Veo que me niegas. Si no tengo el poder de anihilar substancia, de contradecirme, de hacerlo que quiera, de convertir el círculo en cuadrado, el fuego en hielo, el hielo en fuego, de colocar el rocio en el vellop unas veces y otras no, sino tengo el poder de hablar á la burra de Balaam, de tragar un

ejército en el mir Rojo, de visitar á Maria por obra del Espíritu-Santo, no quiero ser Dios. Bajar de la omnipotencia para representar el personaje de un presidente de República, esto es demasiado exigir. La razon es la blasfemia.

La Razon. Es decir que no comprendes la divinidad sin despotismo: No es mas la diferencia. Ten cuidado en asemejarte á un gran civilizador llamado Pedro el Grande. Escucha esta anécdota:

«Cuando visitó la primera vez al rey de Prusia en Berlin, hé « aquí el discurso que pronunció, recien llegado:

«Hermano mio, viajo para instruirme, y como tengo mu«< cho que aprender, no pierdo tiempo; os suplico me mostreis hoy mismo, como se ejecuta aqui cierta operacion que nunca « se ha podido hacer bien en mi reino.-Hablad, sire, honrais « demasiado à la Prusia creyendo que pueda tener algo que << mostraros. Pedro el Grande abrió la ventana del palacio, y << mostrando la plaza cubierta por la multitud:- Hacedme el gus«<to de plantar una horca alli y colgar á alguno.-Sire, voy á « preguntar primero á mi canciller si por casualidad, mi corte de justicia ha condenado á muerte á algun bandido.-Como, her<< mano mio, teneis necesidad de semejante formalidad para col«gar del pezcueso á un buen súbdito Prusiano, permitidme << entonces, que para esta experiencia os preste á uno de mis <«< moujicks. Ahi teneis una coleccion completa. Elejid, tomad á « este ó aquel; á mi barbero, si quereis; á mi secretario, no im<< porta; os lo regalo.-Sire, la ley proteje al estranjero como al <«< ciudadano en el territorio de Brandebourg.-Vamos, hermano << mio, veo con dolor que faltais al primer deber de la reyecia. << Eu la misma tarde, Pedro el Grande partió de Berlin, lleno « de desprecio hacia un monarca destituido por la ley del dere<< cho sagrado de ahorcar á su albedrio.» (a)

Y no es otra cosa segun el catolicismo, la concepcion de su Dios. No pueden creer en un Dios constitucional, no lo conciben, les parece desnudo de los principales atributos de su gloria y de su poder. Un Dios, padre inmutable del órden, y no hay órden divinosin la inmutabilidad de sus leyes, un Dios que sea LA LEY-VIVA, y como ley, eterna é invariable, les parece un Dios sometido á la justicia, y como tal, degradado; y en su

(a). Les Rois Philosophes Du Dix-Huitième Siècle. (L'hotel du Saint-Esprit) Ia: Eugène Pelletan. Paris 1856,

fervor de humillacion y de miedo, le tributan el homenaje que se tributa al déspota ante quien se tiembla.

¿No veis en esa concepcion de Dios, el germen de todo despotismo politico, la adoracion del éxito, la aprobacion de los golpes de Estado, que son los milagros de la politica?-¿Qué cosa es un milagro (si fuese posible) sino un golpe de Estado de la Divinidad, violando la Constitucion de los Sercs?

¿Cuantas consecuencias funestas contenidas en la nocion del Dios que puede ahorcar á su alvedrio?-«Inteligite et erudimini ̧» El catolicismo entraña de tal modo al despotismo, que puede ser considerado como el sistema mas perfecto de esclavitud á nombre de la Divinidad. Es por esto que destruido ese sistema, se verá un cambio de escena tan sublime en el glorioso porven'r emancipado, que la humanidad elevará el mas grandioso de los himnos, himno que será la revelacion futura.

IV.

LA OMNIPOTENCIA De Dios.

Vamos á desarraigar hasta la posibilidad de concebir à Dios con el poder de hacer milagros.

Para que el milagro sea posible, es necesario un poder omnipotente. Dios es omnipotente;-luego el milagro es posible.

El silogismo está bien hecho; no hay sofisma. Asi es que nosotros negamos la menor diciendo: Dios no es omnipotente. Parecerá esta proposicion una blasfemia. Estamos tan habituados en las grandes tiradas de la elocuencia de los retóricos, en la lectura de casi todas las religiones que asignan al Ser Supremo el atributo omnipotente, es tan altisonante la palabra, parece un reconocimiento tan natural de la debilidad humana, que la negacion de ese atributo parece una blasfemia.-No hay tal. Vamos á demostrar, por el contrario, que esa idea de la absoluta omnipotencia es la verdadera blasfemia.

Se entiende por omnipotencia, el poder sin limites para todo. Un Dios que no pudiese cambiar una ley seria limitado en su poder, no seria omnipotente. Asi, el sacerdote parte de una revelacion milagrosa, verificada por el que tiene el poder de hacerlo todo. Luego para ser creido, necesita acreditar pri

mero la idea de la omnipotencia, y como consecuencia legítima el milagro que lo instituye revelador. Esplotando la ignorancia primitiva de las causas segundas, decian que Dios relampagueaba, tronaba, fulminaba. Los fenómenos naturales y los mas sorprendentes, y hasta las grandes invenciones de instrumentos de cultura, de industria, eran atribuidos á revelaciones de Dios, ó de un Dios. La inteligencia primitiva en su ignorancia, pero guiada por el principio de casualidad, atribuia todo efecto al modelo primitivo de la causa, que era la propia personalidad; y asi toda causa era una persona, todo efecto la manifestacion de una persona. Un Dios para el viento, otro para el mar, para los rios, para la vegetacion y hasta para los sueños. Todo esto nacia de la ignorancia de las causas segundas, sin cuya concepcion, no hay naturaleza. Las leyes de la naturaleza son esos poderes, sin ser personas. Pero en la antigüedad y aquí emitimos una idea nueva (a) que tiene contradictores cientificos y que merece ser dilucidada; en la antigüedad, el milagro era una manifestacion nueva, extraordinaria, admirable, no conocida del poder divino ó de sus leyes, pero de ninguna manera contradictoria á la ley reconocida. Cuestion histórica es esta, que no podemos dilucidar como conviene en este momento. Nosotros creemos pues que la idea del milagro segun los antiguos, no era la idea del milagro segun la definicion católica, que es la acepcion que combatimos.

Esa acepcion es la violacion de una ley natural. Y como no se puede violar una ley divina en la substancia, sin poseer un poder omnipotente, veamos si tal omnipotencia es una realidad ó solo una palabra, como la palabra nada, que no representa objetividad ninguna y que no tiene mas significacion que la negacion en el sujeto que la emite.

La causa, el origen de la idea del milagro es la idea de la omnipotencia absoluta. No se diga, que ha habido hombres que sin ser omnipotentes han hecho milagros, porque aun en esa estúpida creencia, se reconoce, que hacian los milagros por delegacion divina. Pero si se quiere sostener que sin delegacion ha habido milagros, ó que el mismo demonio puede hacerlos, entonces el milagro ya no es argumento a favor de la revelacion, y rearguye contra el mismo catolicismo. Si el milagro

(a) Véase nuestro prólogo à la traduccion de la vida de Jesus, por E. Renan, en el que algo decimos sobre esto, al hablar de los milagros de Jesus.

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