Imágenes de páginas
PDF
EPUB

CAPITULO 2.o

Dase alguna noticia de la historia de estas gentes, antes de la venida de los españoles.

Hemos dicho en el capitulo precedente, como los indios Tultecas vinieron del Reino Mejicano al de Guatemala, capitaneados por su Rey Nimaquiché: este cedió ȧ un hermano suyo el Señorio de los Mames y Pocomanes; y habiendo muerto, su hijo Acxopil se estableció con su gran nacion en el Quiché. Aqui, ó fuese, que su nacion se multiplicó sobre manera, ó que fuesen avasallando las gentes que habitaban estas regiones, dentro de breve tiempo se hallò señor de las provincias que hoy llamamos de Sololá, Chimaltenango y Sacatepequez, y parte de las de Quezaltenango y Totonicapam. Habiendo envejecido el Rey Acxopil, le pareció su imperio demasiado vasto, y su gobierno mas gravoso de lo que sus fuerzas sufrian; y asi lo dividió en tres Señorios, que fueron el del Quiché, el Kachiquel y el Zutugil: quedóse con el 4.o, dió el 2.o á Jiutemal, su primogénito, y el 5.° á Acxiquat, su hijo segundo. De esta suerte quedó dividido el territorio, que hoy comprende dichas cinco provincias, en cuatro Señorios, el del Quiché, el Kachiquel, el Zutugil, y el de los Mames.

El del Quiché comprendía lo que hoy es el partido del Quiché, el de Totonicapam y parte del de Quezaltenango y el pueblo de Rabinal; pues en todos estos lugares se habla la lengua Quiché. Por esta misma razon tenemos por muy probable, que la mayor parte de la Provincia de Zapotillan ó Suchiltepequez era colonia de los Quichées; pues en casi toda ella se usa este idioma: á que se agrega, que siendo constante en los manuscritos de estos indios, que Hunahpú, tercer Rey del Quiché, descubrió el beneficio del cacao y algodon, frutos de clima caliente, por consiguiente que no podian darse en el Señorio del Quiché, tierra muy fria; se hace muy creible, que el referido Monarca enviase indios de

sus dominios á cultivar dichas plantas á la espresada Provincia de Suchiltepequez.

El Señorío de los Kachiqueles se componía de lo que hoy es territorio de las Provincias de Chimaltenango y Sacatepequez y el partido de Sololá; y hablándose tambien la lengua Kachiquel en los pueblos de Patulul, Cotzumalguapam y otros de esta costa, tambien juzgamos que estos pueblos fueron colonias, que fundaron los indios Kachiqueles, para lograr los referidos frutos de tierras calientes. El Señorío de los Zutegiles abrazaba lo que hoy es el partido de Atitan y el pueblo de S. Antonio Suchiltepequez, que habla este idioma, y desde luego seria cacaoatal de los citados indios Zutugiles. El Señorio de los Mames comprendía lo que al presente es el partido de Güegüetenango, parte del de Quezaltenango, y la Provincia de Soconusco; pues en todas estas partes la lengua Mam ó Pocoman es la materna. Mas lo que hace notable fuerza en este particular es, que la lengua Pocoman se habla como propia en pueblos muy distantes de las referidas Provincias de los Mames, como son Amatitlan, Mixco y Petapa, en la Provincia de Sacatepequez: Chalchuapa, en la de S. Salvador: Mita, Jalapa y Xilotepeque, en la de Chiquimula.

Dividido el Señorio de este grande territorio, como llevamos dicho, sucedió lo que cada dia se vé en el mundo, que dejándose dominar los Reyes y Señores de la ambicion, por mas vastos que sean sus imperios, siempre quieren aumentarlos á costa de las Monarquías inmediatas: asi sucedió que Acxiquat, Rey de los Zutugiles, pareciéndole muy angustiado el territorio de su Señorio, quiso aumentarlo y estenderlo con detrimento de su hermano mayor Jiutemal. Con este intento el referido Señor de los Zutugiles, juntó un formidable ejército, con grande aparato de armas y copiosa prevencion de vituallas, y mandándolo en persona, se acercó á los confines del Reino Kachiquel; pero le cortaron el paso los valerosos Capitanes que tenia Jiutemal en sus fronteras, y no pudiendo pasar adelante, hizo alto en las llanuras de Semetabax: aqui permaneció, hasta

que tuvo noticia que su hermano Jiutemal venia contra él con poderoso ejército: entonces se retiró à su corte de Atitan y se aseguró en la gran fortaleza del Peñol, que desde este tiempo le sirvió de frontera y plaza de armas de su Señorio: como que se halla circunvalada de la laguna, que le sirve de foso. Sin embargo de estar tambien fortificado y defendido el Rey Acxiquat, como Jiutemal se viese provocado por su hermano menor y se hallase con tropas veteranas y aguerridas y soldados deseosos de acreditarse con su Soberano, determinó entrar en los estados de su rival, y dividiendo su campo en numerosas escuadras le acometió à un tiempo por varias partes y ocupó gran parte de la ribera de la laguna. Pero como los Kachiqueles se hallasen sin canoage para atravesar el lago, no pudieron acometer al Peñol. Mas no por esto se acobardó el ejército de Jiutemal, ni dejó de tentar por todos modos el mas a propósito para alcanzar la victoria, haciendo grande estrago en las tropas de Acxiquat: bien que tan funestos accidentes y aun mayores que fueran, no serian bastantes á menguar el ardimiento y contener la osadía del jóven Acxiquat, que juntando nuevo ejército para oponer al de Jiutemal, fué causa de que durase la guerra por muchos dias, con espantosa mortandad de ambas partes, hasta que mediando los respetos del anciano Acxopil, padre de uno y otro Principe, se hubieron de concordar.

Advertido Jiutemal de los ambiciosos procederes de Acxiquat, aprovechándose de la paz, trató con gran calor de prevenirse para la guerra, fortaleciendo las fronteras y guarneciendo los confines del Reino Kachiquel, para que su centro se hallase con tiempo resguardado. Con este designio construyó la gran plaza de armas de Tecpanguatemala, con la cual y otras cortaduras y defensas, dejó asegurado este Señorio á la sucesion de su hijo mayor. Entró Jiutemal á sustituir en el imperio del Quiché, primero asociado al Señorío en la ancianidad de su padre Acxopil, y muerto este, pasó á obtenerlo en propiedad; mas, sin embargo de hallarse elevado á la mayor soberanía del imperio de Utatlán, no

bien seguro ni confiado del trato del hermano, y aun desconfiando del propio hijo, exaltado á la dignidad real del Señorio de Guatemala ó de los Kachiqueles, las primeras acciones del reinado de Jiutemal se dirigieron á la fortificacion y mayor seguridad de su imperio. Con esta mira levantó en su corte los dos famosos castillos del Resguardo y de la Atalaya, que quedan descritos en la Geografia, y otros en los confines de su Señorío. Desde luego en este tiempo se edificaron las famosas fortalezas de la gran cordillera de Parraxquin (nombre que se le dió porque estas sierras siempre se mantienen verdes, y parraxquin, en lengua Quiché, quiere decir monte verde.) Esta prolongada cadena de montes era como una muralla natural, que servía de resguardo á los Estados del Rey del Quiché; y en los lugares donde estas altas sierras podian dar paso al enemigo, habia castillos que se lo impidiesen. Üna de estas fortalezas estaba levantada en el sitio de Xectinamit y servia de defensa á un elegante palacio ó casa de placer que en este parage tenian los Reyes de Utatlán. El otro castillo, cuyos cimientos se descubren sobre el pináculo de Christall, se construyó en este sitio para impedir las invasiones de los Mames. El tercero estaba situado sobre un eminentisimo picacho, que se divisa desde el camino de S. Andrés, con el destino de impedir el paso á los Zutugiles.

No se engañó Jiutemal en sus sospechas; pues lo mismo fué cerrar los ojos Acxopil, que volver Acxicuat á la campaña. El motivo de esta guerra fué la posesion de la laguna; porque habiéndola dividido Acxopil entre los tres Señoríos del Quiché, Kachiquel y Zutugil, el Señor de este último, ò fuese por recobrar lo que había perdido en las últimas campañas, ó por aumentar sus estados haciéndose dueño de toda la laguna, tomó las armas y se encendió una guerra sangrienta y tan prolongada, que duró todo el tiempo del reinado de Jiutemal y parte de el de Hunahpú, su hijo. Mas como el poder del Rey del Quiché fuese en gran manera superior al del de Atitlan, á fuerza de recios combates Y reñidas batallas, se hizo Señor de toda la la

guna el Rey Hunahpú. Despues de esta victoria, no sabemos que hubiese otro movimiento militar en el tiempo del gobierno de Hunahpú, ni en el de su sucesor Balamkiché.

CAPITULO 5.°

Continuando la historia de los índios Tultecas, se habla del robo de las Princesas del Quiché.

Despues de los referidos Monarcas, subió al trono de Utatlán Balam Acán: era este Principe de corazon sencillo y manso, y trataba con gran confianza á su primo Zutugilebpop, Rey de Atitan; pero abusando este de la bondad de Balam-Acán, enamorado de la infanta Ixcunsocil, hija de dicho Monarca del Quiché, se la robó y sacó del palacio de Utatlan; y lo mismo hizo lloacab, gran valido y pariente cercano de Zutugilebpop, con la princesa Ecxelispua, sobrina del referido Soberano. (MS. de D. Juan Macario, de D. Francisco Garcia Calel Tzumpan y de Don Francisco Gomez Ahzib.) Fué imponderable la turbacion del palacio, luego que se echaron menos las dos infantas: olvidado Balam-Acan de su mansedumbre y apacibilidad, hizo morir en los tormentos á muchas personas de su casa; y fué tal la conmocion de su espíritu que lo postró en cama. Luego que convaleció, convocó á todos los Caciques, Ahus y consejeros de su reino, y les hizo saber el agravio que había recibido del Rey Zutugilebpop y los exhortó para que le ayudasen á tomar la venganza correspondiente á tan grave ofensa. Todos se mostraron prontos y dispuestos á tomar las armas; y hechos con la mayor brevedad los preparativos para la campaña, se rompió una guerra sangrienta y prolongada, que duró el reinado de muchos monarcas del Quiché y de Atitan. De suerte que desde que se dividieron los Señoríos hasta la venida de los Españoles, estuvieron estos dos Reyes en campaña, ya por un motivo, ya por otro; escepto algunos cortos

« AnteriorContinuar »