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Habia otorgado su testamento en 19 de agosto de 1723, ante el escribano Juan de Morales Narvaez (1).

Entre sus últimas disposiciones ordenaba que la sepultaran en la iglesia de la Merced, i, a mas de otros legados piadosos, fundaba un aniversario de legos de valor de 1,000 pesos.

La principal de las cláusulas del testamento era aquella en la cual mejoraba a su nieta doña María Josefa de Larrain en la chacra de Nuñoa, con advertencia de que, si la agraciada fallecia sin sucesion, la propiedad debia trasferirse a los demas hijos de don Santiago de Larrain.

Finalmente nombraba por albaceas a sus hijos Juan de Dios i Tomas, i a don Miguel Vicuña.

V

A la fecha de la muerte de su padre, don Juan de Dios de la Cerda i Hermúa era un personaje de importancia en la sociedad de Santiago.

Gozaba un rico mayorazgo, poseia una de las mejo res encomiendas del pais, i en la particion de los bienes del licenciado le habia correspondido la hacienda de Polpaico, que contaba 9,650 cuadras.

Ademas, por su matrimonio con doña María de Carvajal i Calderon, habia entrado a formar parte de una de las familias mas encopetadas de la colonia.

(1) Protocolizado en los rejistros del escribano Alvarez de Henestrosa a 1.o de diciembre de 1725.

Su suegro, don Antonio de Carvajal i Bravo de Saravia, a quien tocó ejercer las funciones de alcalde ordinario de la ciudad en 1692, por línea materna descendia del doctor don Melchor Bravo de Saravia, presidente de la primera real audiencia i gobernador de Chile nombrado por el rei.

Doña María de Carvajal llevó en dote a su marido la cantidad de 7,110 pesos.

Don Juan de Dios de la Cerda fué rejidor del cabildo de Santiago en el año de 1700, i alcalde ordinario de la misma corporacion, en 1704, con don Marcos de Rojas Carabántes, i en 1709 con don Pedro José de Leiva.

Su hermano, don Tomas de la Cerda, desempeñó tambien las funciones de alcalde ordinario del cabildo en el año de 1717.

En 3 de enero de 1702 don Juan de Dios de la Cerda fué nombrado capitan de infantería del batallon de la ciudad de Santiago. Debe advertirse que los criollos chilenos apreciaban estraordinariamente estos grados militares, aunque eran de simple aparato.

El principal cargo público que ejerció el mayorazgo Cerda le fué concedido por el presidente don Gabriel Cano de Aponte, quien le nombró, en 11 de agosto de 1722, correjidor i justicia mayor de Santiago, i lugarteniente de capitan jeneral.

A principios de 1723, el mismo présidente, que se hallaba de viaje para la frontera, aumentó sus atribuciones concediéndole las de «gobernador de las armas, con superintendencia a los demas capitanes de guerra de los partidos, i facultad de dar licencias o negarlas a los que hubieren de salir fuera del reino, i para que entendiese i conociese de todas las causas i negocios que estuvie

sen pendientes i se ofreciesen en aquel superior gobierno durante su ausencia» (1).

Don Juan de Dios de la Cerda permaneció en el empleo de correjidor hasta el año de 1728, en que le sucedió don Pedro de Ureta i Prado.

Uno de los asuntos de mayor importancia en que le tocó intervenir fué el que se promovió en el cabildo, en 1725, con motivo de la escasez de las aguas del Mapocho.

Volvió entónces a estudiarse la idea, enunciada ya en la época del presidente Ustáriz, de construir un canal para aprovechar las aguas del rio Maipo.

En 1726, Cano de Aponte nombró con este objeto una comision de agrimensores i arquitectos presidida por don Juan de Dios de la Cerda.

Despues de dos reconocimientos periciales en el terreno mismo, la obra fué juzgada practicable; pero, por desgracia, faltaron los fondos necesarios para llevarla a cabo, i resolvióse esperar mejores tiempos (2).

Don Juan de Dios de la Cerda i doña María de Carvajal tuvieron un solo hijo hombre, don Nicolas, i cuatro mujeres, doña Ana Josefa, doña Catalina, doña María, i doña Teresa, la cual murió de corta edad.

Doña Ana Josefa casó con don Francisco de Tagle Bracho, quien fué alcalde ordinario de Santiago en 1729; i doña Catalina con don Andres de Rojas i la Madriz, el cual tambien debia ser alcalde en el año de 1742.

Estas dos hijas del mayorazgo Cerda llevaron de dote al matrimonio mas de 20,000 pesos cada una.

(1) Apéndice, número 2.

(2) BARROS ARANA, Historia Jeneral de Chile, tomo VI, pájinas 57 i 58.

Su hermana doña María prefirió la vida de relijiosa, i profesó en el monasterio antiguo de Santa Clara.

Don Juan de Dios de la Cerda, con fecha 27 de noviembre de 1730, estendió poder para testar en su nombre a su hijo don Nicolas, a su mujer doña María de Carvajal i al padre maestro frai Gaspar de la Barrera, del órden de la Merced.

Este testamento fué otorgado ante el escribano Alvarez de Henestrosa en 25 de enero de 1734.

La viuda otorgó el suyo ante el mismo Henestrosa, diecinueve años i medio mas tarde, a 16 de julio de 1753.

Doña María de Carvajal, como su hija María, habia profesado en el monasterio de Santa Clara, en el cual desempeñó el cargo de abadesa.

El heredero del mayorazgo, don Nicolas de la Cerda i Carvajal, empezó su vida pública en la guerra contra los araucanos.

La gran sublevacion de los indios en 1723 habia hecho renacer en él la pasion militar de su bisabuelo, el combatiente de las Cangrejeras.

Don Nicolas acompañó al presidente Cano de Aponte en la campaña al sur, i llevó consigo un soldado a su

costa.

Satisfecho de su conducta, el presidente le nombró capitan de la compañía de caballos lijeros, lanzas españolas, que estaba de guarnicion en la plaza de Yumbel, a 9 de marzo de 1724.

Este fué el grado mas alto que recibió don Nicolas de la Cerda en el ejército.

En cambio, desempeñó importantes empleos en la administracion civil.

Fué elejido rejidor del cabildo de Santiago en 1733,

alcalde ordinario en 1736 con don Pedro de Lecaros Berroeta, i en 1748 con don Manuel Martínez de Aldunate.

En 5 de julio de 1742 el presidente Manso de Velasco le habia nombrado correjidor, justicia mayor, lugarteniente de capitan jeneral i alcalde de minas de la villa de San Martin de la Concha, hoi Quillota, cargos que habia dejado vacantes don Alonso de Lecaros i Ovalle (1).

Don Nicolas de la Cerda i Carvajal contrajo matrimonio con doña Nicolasa de la Barreda, hija del oidor don Francisco Sánchez de la Barreda i Vera, i de la señora doña Isabel López de Espinosa.

Como se sabe, el oidor Sánchez ejerció el cargo de presidente interino de Chile en 1733, a la muerte de don Gabriel Cano de Aponte (2).

El hogar de don Nicolas de la Cerda i Carvajal fué mui fecundo, pues en él nacieron diez hijos: don Juan, que fué el primojénito; don Nicolas, que le seguia en años; doña Manuela; doña Antonia; doña María de los Dolores; don José; i cuatro mas fallecidos en la infancia.

Doña Nicolasa de la Barreda sobrevivió a su marido, i otorgó testamento en nombre de él, a 12 de noviembre de 1761, ante el escribano Justo del Águila.

Sucedió en el mayorazgo don Juan de la Cerda i Sánchez de la Barreda, quien murió sin descendencia en el año de 1772, i dejó, por lo tanto, el goce del vínculo a su hermano don Nicolas.

(1) Apéndice, número 2. Papeles del mayorazgo Cerda.

(2) Sánchez de la Barreda otorgó su testamento en 3 de enero de 1738 ante el escribano Juan Bautista de Borda. Era hijo de don Miguel Sánchez de la Barreda i de doña María Blasquez de Orellana, residentes en el virreinato del Perú.

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