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Como madre cariñosa, la señora Osorio de Cáceres hizo verdaderos sacrificios pecuniarios para casar bien a sus hijas; i consiguió que doña Mayor contrajera matrimonio con don Juan Jiménez de Montalvo, oidor de la ciudad de los Reyes, merced al ofrecimiento de una dote de 24,000 pesos.

Mas o menos, en esta época doña Águeda de los Rios i Lisperguer casó con el fiscal de la misma real audiencia de Lima, don Blas de Torres Altamirano, i le llevó por dote la suma de 50,000 pesos (1).

Pero, si la familia de Lisperguer pudo cumplir exactamente sus compromisos, no sucedió lo mismo a la viuda de Ramiriáñez, la cual a la fecha de su muerte, segun lo declara en el testamento, aun debia una parte de aquella dote. I ha de saberse que para adquirir las telas que debian componer el ajuar de la novia, proporcionaron recursos tres hermanos de Ramiriáñez.

Otra consecuencia de la largueza con que la señora Osorio de Cáceres favoreció a su primojénita fué la de que con ello disminuyó de una manera notable el patrimonio de sus demas hijos.

Su hija Isabel casó con don Manuel Campofrío i Carvajal (1), hermano de don Alonso, el marido de la Quintrala; i su hija Mariana, con don Luis de Chaves.

La señora Osorio de Cáceres tuvo el dolor de que murieran ántes que ella sus hijos Melchor i Ramiriáñez;

rrázaval i Bravo de Saravia a favor de su hijo don Miguel; i el acta del cabildo de Santiago de 13 de diciembre de 1630.

(1) VICUÑA MACKENNA, La Quintrala. Véanse los documentos XV i XIX.

(2) Estos son los abuelos paternos de doña Maria de Carvajal, mujer que fué del mayorazgo don Juan de Dios de la Cerda i Hermúa.

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pero, en cambio, alcanzó a presenciar los triunfos militares de don Diego, su hijo mayor.

La viuda de Ramiriáñez falleció a 6 de agosto de 1620 en su chacra de los alrededores de Santiago, despues de haber ordenado que la enterraran en la iglesia de Santo Domingo, donde su padre habia comprado una capilla.

La lista de las propiedades raices que dejó a la época de su muerte induciria creer que la mencionada señora poseia cuantiosas riquezas, pero tal no era la verdad, pues, como se sabe, las tierras no tenian valor por sí mismas en aquella época.

Doña Isabel habia gozado, como ántes se ha dicho, de la encomienda de Apalta, Curimon i Llopeo, perteneciente a su hijo Diego, i en su testamento dispuso que, en recompensa de sus servicios, dieran a los mencionados indios la casa i viña de Curimon, con todos los utensilios i vasijas.

La testadora era dueña de tres chacras, ubicadas en Santiago, Huechuraba i Quilicura; i de cinco estancias, las cuales se hallaban en la Ligua, Illapel, valle de Pama, i Huechun de Melipilla.

En la chacra de Santiago habia viña, i en ella tenia la señora Osorio de Cáceres, bueyes, carretas i las herramientas necesarias.

En la estancia de la Ligua, o sea Pullalli, se encontraron 5 0 6,000 cabras, 2,000 ovejas, 1,300 vacas, 350 yeguas, 150 0 200 quintales de jarcia, 600 cordobanes, 100 botijas de vino i 400 de mosto.

La curtiduría de Pullalli debia proporcionar a la dueña una de sus rentas mas seguras.

Entre los bienes hereditarios, se contaban ademas nueve esclavos.

En su testamento la señora Osorio de Cáceres suplica a sus hijos que no tengan litijios entre sí, i recomienda a la proteccion de don Jerónimo dos de sus nietas, Agustina i Melchora, hijas de don Diego (1).

IV

Don Diego Bravo de Saravia i Osorio de Cáceres es sin disputa la figura militar mas distinguida de la familia. Sentó plaza de soldado en el año de la muerte de Oñez i Loyola, i durante el gobierno de Viscarra defendió contra los indios la ciudad de Angol.

Don Francisco de Quiñones le nombró alférez jeneral, i García Ramon, en su primer gobierno, capitan de caballos

Continuó sirviendo durante el gobierno de Alonso de Ribera, quien, despues de haberle nombrado capitan de los encomenderos de Santiago, le elijió su teniente jeneral en Concepcion.

En seguida se trasladó al Perú, donde el conde de Monterrei le hizo regresar a Chile al mando de una compañía de infantes i con el título de maestre de campo.

(1) Este testamento, de donde he tomado la mayor parte de las noticias de este párrafo relativas a doña Isabel Osorio de Cáceres i sus hijos, fué otorgado ante el escribano Manuel de Toro Mazote en 29 de julio de 1620; pero no se abrió i protocolizó hasta el dia 6 de agosto del mismo año.

Alonso García Ramon, en su segundo gobierno, le nombró maestre de campo jeneral, i volvió a comisionarle, en 1607, para que se dirijiera al Perú en demanda de socorros.

El cabildo de Santiago, en sesion de 21 de abril de aquel año, acordó, por su parte, conferirle amplios poderes a fin de que solicitara lo conveniente a este reino (1).

En tal ocasion, Bravo de Saravia trajo él mismo dos compañías de infantes i el dinero del situado, o sea la subvencion con que el tesoro del Perú contribuia anualmente al pago del ejército de Chile (2).

El hijo mayor de Ramiriáñez desempeñó por cinco años i medio el cargo de maestre de campo jeneral.

Con motivo del fallecimiento de García Ramon, emprendió en 1610 un tercero i último viaje al Perú, donde debia residir en adelante (3).

El cabildo de Santiago, en 30 de agosto, le comisionó para que fuera al Perú i a España a dar noticia de la muerte del gobernador, i le constituyó su procurador jeneral, tanto en la corte como en el virreinato (4).

Bravo de Saravia aceptó este encargo con fecha 7 de

(1) Medina, Historiadores, tomo XXIV, pájina 29.

(2) Con don Diego Bravo de Saravia llegó a nuestro pais la monja alférez, doña Catalina de Erauso. Véase Medina, Biblioteca Hispanochilena, tomo 1.o,

(3) Los servicios de don Diego Bravo de Saravia en la guerra araucana constan de una informacion levantada por él ante la audiencia de Chile en 21 de octubre de 1610. Papeles de don Fernando Irarrázaval Mackenna. Consúltese sobre los servicios posteriores de Bravo de Saravia el memorial que presentó en Lima, el cual ha sido publicado en el tomo XXVII de Documentos Inéditos de Medina, en las pájinas 482 i siguientes.

(4) MEDINA, Historiadores, tomo XXIV, pájina 192.

setiembre (1); pero no hai comprobacion de que se trasladara a la Península.

Al año siguiente se hallaba todavía en el Perú, i en 18 de febrero el cabildo de Santiago, que habia sabido que el virrei, de conformidad con instrucciones de España, iba a suprimir el servicio personal de los indíjenas de Chile, revocó el poder de Bravo de Saravia para todo que se refiriera a la mencionada reforma (2).

lo

El cabildo pretendia que se le enviaran directamente las notificaciones de aquel asunto, a fin de tomar las medidas mas eficaces que considerara oportuno.

La última accion de guerra en que tuvo parte don Diego Bravo de Saravia fué la batalla que la escuadra española dió contra las naves del holandes Spilbergen en el año 1615, en las costas del Perú (3).

Bravo de Saravia murió a 2 de enero de 1631, en el pueblo de Cailloma, el cual pertenece hoi al departamento de Arequipa.

Se habia casado con doña Catalina Ordóñez de Córdoba, de quien habia recibido por dote la suma de 43,000 pesos, en casas, tierras, esclavos i dinero.

No habian tenido hijos; pero don Diego dejaba cuatro hijas naturales, tres en Chile (4) i una en el Perú, todas monjas profesas.

A las chilenas las habia dotado, para que pudieran

(1) El mismo tomo citado. Acta del cabildo de 7 de setiembre. (2) El mismo tomo, pȧjina 226. Acta del cabildo de 18 de febrero de 161 1.

(3) ROSALES, Historia del reino de Chile, tomo 2.o, libro 4.o, capitulo 43, pájina 190.

(4) Dos de ellas, Agustina i Melchora, fueron recomendadas, como se ha leido, a don Jerónimo Bravo de Saravia en el testamento de la señora Osorio de Cáceres.

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