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El adusto i severo monarca concedió a su antiguo favorecido el título de jentilhombre de su boca (1).

Agracióle tambien con dos reales cédulas: una, firmada en Toledo a 22 de enero, para el gobernador de Chile; i otra, de la misma ciudad, con fecha de 19 de febrero de 1561, para el conde de Nieva, virrei del Perú (2).

En esta última encargaba al virrei favoreciera en lo posible a don Francisco de Irarrázaval; i en la primera ordenaba al gobernador de Chile diera al mismo un buen repartimiento de indios, «conforme a sus servicios i a la calidad de su persona.>

Irarrázaval habia contraido matrimonio con doña Lorenza de Zárate, hija de don Pedro Ortiz de Zárate, contador de la Casa de Contratacion de Sevilla, i de doña María de Recalde (3).

Las casas de Zárate i Recalde traian su orijen, como la de Irarrázaval, de las provincias vascongadas.

Don Francisco de Irarrázaval i su mujer resolvieron venirse pronto a América, i llegaron a Lima en el mes de junio de 1563.

El virrei del Perú comisionó en esta ocasion a Irarrá

(1) Jentilhombre de boca. Oficio en la casa del rei en clase de caba lleros, el mayor en grado despues del mayordomo de semana. Su lejítimo empleo es servir a la mesa del rei, por lo que se le dió el nombre: i cuando su majestad come en público deben asistir tres jentileshombres, el uno de trinchante, otro de Panetier, i el otro de Copero. Sirven tambien de acompañar, cuando el rei sale a la capilla, ya sea en la de palacio, o en las fiestas de las iglesias: i asimismo acompañan a caballo al rei, cuando sale a alguna funcion a caballo: i cuando sale a campaña tenian obligacion de acompañarle con cuatro caballos a su costa. Primera edicion del Diccionario de la Academia Española.

(2) Apéndice, números 2 i 3.

(3) Obras de López de Haro i de Braulio de Lana, i tomo XVII de Historiadores de Chile. Véase el prólogo de este libro, pájina XXX,

zaval para que entregara a Pedro de Villagra, quien gobernaba a Chile por muerte de su primo Francisco de Villagra, la confirmacion del cargo (1); i le ordenó que hiciera el viaje por tierra.

Aunque Irarrázaval recibió para sus gastos la cantidad de mil seiscientos pesos de oro, vióse obligado a dejar en Lima a su mujer e hijos, en atencion a los sufrimientos i peligros de la jornada, con el propósito de traerlos por la via marítima, tan pronto como cumpliera el encargo del virrei (2).

Sin duda alguna, el gobernador de Chile debió de quedar mui agradecido al portador de nueva tan satisfactoria para él; porque la verdad es que se apresuró a dar cumplimiento a la real cédula de Felipe II en favor de Irarrázaval, i de una manera espléndida.

Con fecha de 2 de setiembre de 1564, le encomendó el repartimiento de indios del valle de Quillota, de que eran caciques Pedro Güelegüelen i Andres Guarai le concedió una renta anual de tres mil pesos, de las cajas reales.

guara;

Comisionóle ademas, con motivo del asesinato del virrei conde de Nieva, para que se dirijiera al Perú a solicitar del nuevo gobernador, el licenciado Castro, soldados i municiones.

Irarrázaval, que necesariamente debia volver al virreinato en busca de su familia, se apresuró a ponerse en

(1) Documentos Inéditos para la historia de Chile, publicados por José Toribio Medina, tomo XI, pájina 452. Probanza del capitan Juan Gómez contra don Francisco de Irarrázaval.

(2) MEDINA, Documentos Inéditos, tomo XXIX, pájina 292. Carta de don Francisco de Irarrázaval al Consejo de Indias, de 10 de noviembre de 1563.

viaje, i en noviembre de 1564 se hallaba de regreso en la ciudad de los Reyes (1).

El licenciado Castro envió los refuerzos pedidos, en febrero de 1565, al mando del jeneral Jerónimo de Costilla.

Esta espedicion llegó a Chile por mar, i en ella vinieron don Francisco de Irarrázaval i su familia.

Desgraciadamente para Villagra, Costilla traia instrucciones de deponerlo i de colocar en el gobierno a Rodrigo de Quiroga (2).

Como consecuencia de este cambio político, las mercedes hechas por Villagra no pudieron llevarse a debido efecto.

Tomar posesion de la encomienda i colocar la mano 'sobre un avispero, todo fué uno para don Francisco de Irarrázaval.

El repartimiento era de los mas codiciados por los conquistadores, como que producia una renta de 14,000 pesos de oro al año.

La principal industria de aquellos tiempos consistia en la esplotacion de los lavaderos de oro, i el valle de Quillota los tenia en abundancia.

Esta encomienda la tomó para sí Pedro de Valdivia; pero mas tarde, en vista de los préstamos de dinero que le habia hecho en pro de los intereses públicos de la colonia, la cedió al presbítero Rodrigo González Marmolejo.

Poco tiempo permanecieron los indios de Quillota

(1) MEDINA, Documentos Inéditos, tomo XXIX, pájinas 382 i siguientes. Carta de Irarrázaval a S. M.

(2) BARROS ARANA, Historia Jeneral, tomo 2.°, pájinas 349 i siguientes

encomendados a este eclesiástico, pues la real audiencia de Lima los quitó de su poder, por sentencia de 17 de marzo de 1555, fundándose en una real cédula de 1.o de mayo de 1551, en la cual se ordenaba que, a fin de evitar abusos en el trato de los indios, se trasladaran al dominio de la corona las encomiendas pertenecientes a los empleados del órden civil ia los miembros del clero (1). Tocó a don García Hurtado de Mendoza cumplir esta provision de la real audiencia; pero en los últimos dias de su gobierno, a 31 de diciembre de 1560, en contravencion de lo ordenado por el rei i por el supremo tribunal de Lima, retiró los indios de Quillota de manos de los oficiales reales i los entregó en encomienda a Juan Gómez de Almagro.

Don García dió como fundamento de tal determinacion las crueldades cometidas por los oficiales reales sobre los indíjenas i los escasos frutos que producia la encomienda en su poder.

Francisco de Villagra, nombrado gobernador por el rei, devolvió al presbítero González Marmolejo, entonces obispo electo, a mediados de 1561, el repartimiento de indios de Quillota.

Como indemnizacion, Villagra mandó entregar a Gómez de Almagro, con fecha de 3 de setiembre (2), la encomienda de Topocalma, la cual habia sido dada por Hurtado de Mendoza a Antonio Tarabajano.

Posteriormente, en 7 de enero de 1567, el mismo

(1) La real cédula a que se refiere el testo se halla trascrita en el tomo XI de los Documentos Inéditos para la historia de Chile, pájinas 385 i 386.

(2) Tomo XI de los Documentos Inéditos publicados por Medina, pájinas 186 i siguientes.

gobernador Villagra concedió el repartimiento de Quillota a Diego Mazo de Alderete, que se habia distinguido en las guerras civiles del Perú i habia contraido matrimonio en Chile con una hermana de su mujer.

Entretanto los oficiales reales de Chile, los cuales nunca aceptaron el decreto de Hurtado de Mendoza que les habia arrebatado la mencionada encomienda, seguian juicio ante la audiencia de Lima a fin de que los indios de Quillota fueran devueltos a la corona.

A la muerte de su primo Francisco, Pedro de Villagra creyó resolver bien el asunto entregando los indios en litijio a un jentilhombre de la boca de Su Majestad tan recomendado como lo era don Francisco de Irarrázaval; pero esta designacion, en vez de aplacar los ánimos, los exacerbó hasta un grado increible, i el favorecido tuvo que combatir judicialmente en los estrados de la real audiencia de Lima con Juan Gómez de Almagro, con Diego Mazo de Alderete i con el fiscal de Su Majestad.

En la prueba testimonial los interesados hicieron valer a menudo argumentos personales que a veces eran una verdadera acusacion contra el adversario.

Gómez de Almagro hizo preguntar a sus testigos «si sabian que don Francisco de Irarrázaval habia servido mui poco en las provincias de Chile, porque, no embargante haber venido a ellas con don García de Mendoza, no habia permanecido ni siquiera un año entero, i las habia desamparado dejándolas en guerra»; i contestaron afirmativamente Anton Gutiérrez; Juan Moyano Puertocarrero; Diego García de Altamirano; Gaspar de Villarroel; frai Pedro de Aguayo, del órden de Santo Domingo; Francisco de Moya; Diego de Pavía; Francisco

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