Imágenes de páginas
PDF
EPUB

Voi a relatar en pocas palabras lo sucedido.

Es el caso que el contador mayor interino don Gregorio González Blanco concibió i redactó una reforma del sistema tributario que rejía a la fecha.

El dichoso plan consistía simplemente en una agravación bastante fuerte de las contribuciones que pesaban sobre todos los habitantes desde el humilde pulpero hasta el opulento hacendado.

El proyecto ideado por el flamante estadista pasó del papel a la práctica.

Aquí ardió Troya.

La indignación de la pacífica i soñolienta ciudad reventó de golpe, como una mina de pólvora en que se arrojase una brasa.

«Conmovida la multitud (dice el autor contemporáneo don Vicente Carvallo i Goyeneche), buscaban al arbitrista para quitarle la vida, i amena. zaban también contra la casa del gobernador». (1)

El 30 de julio de 1776, los moradores amagados por el impuesto, esto es, la jente acomodada i la desvalida, se reunieron en la plaza, el foro natural de todo pueblo que desea hacer valer sus derechos. Una conmoción, tan rápida como estensa, produjo una grande alarma en las autoridades.

Los concejales celebraron una sesión estraordinaria en la casa consistorial.

(1) Don Vicente Carvallo i Goyeneche, Descripción histórico-jeográ . fica del reino de Chile, Parte I, tomo II, capítulo 115.

El presidente i los oidores se congregaron en la sala de acuerdo del supremo tribunal.

Los vocales de ambas corporaciones espusieron los medios que en su dictamen debían tocarse para calmar la ajitación; pero todos los arbitrios propuestos fueron rechazados.

Mientras tanto, el tumulto iba creciendo; la gritería tomaba el recio son de cercanos truenos; el riesgo instaba.

En tamaño aprieto, el procurador de ciudad don Manuel de Salas, «sujeto (dice el autor contemporáneo antes citado) de juicioso pulso i de rectas intenciones», vino a disipar la tempestad.

A fin de hallar vado a tan grave conflicto, el benemérito joven propuso al vecindario aglomerado en la plaza que se solicitara un cabildo abierto para discutir el asunto.

Aceptada la indicación, él mismo redactó en el acto una petición, que fue firmada por los personajes mas notables del país.

Don Manuel de Salas, sin pérdida de momento, la puso en manos del presidente Jáuregui, quien la proveyó favorablemente, previo el dictamen de la real audiencia.

Publicóse un bando para noticiar al pueblo que no habría innovación en el pago de las contribuciones hasta nueva orden del gobierno.

Después de algunos días, de varias conferencias

i de largos debates, se acordó en definitiva que se consultaría a la metrópoli.

¡El rei resolvería!

¡Qué mejor!

¿El lector desea conocer el fallo del monarca en tan ajitada controversia?

Voi satisfacer su curiosidad.

Se nombró tesorero de las reales cajas de Potosí al contador mayor interino don Gregorio González Blanco.

Se planteó poco a poco en Chile el sistema rentístico que éste había querido imponer de golpe a riesgo de sublevar el país.

No sin razón el ministro don José de Gálvez sostenía que el arte de gobernar las colonias requería mas maña que fuerza.

IV

En el año de 1777, don Manuel de Salas fue a España por la vía de las Provincias Arjentinas.

Dos razones le habían determinado a emprender este viaje.

Era la primera conseguir que se dejara tranquilo en Chile a su padre, sin trasladarle a Cádiz contra la voluntad de éste, so pretesto de un ascenso.

Era la segunda obtener para sí un empleo que le suministrase recursos suficientes para su congrua sustentación.

Llevaba en su maleta, como cartas de recomendación para el rei i sus ministros, un informe del ayuntamiento i otro de la audiencia, ambos mui lisonjeros para su persona.

En el primero, se hacía un panejírico suyo, alabando «su buena conducta, celo i aplicación».

En el segundo, se decía:

Don Manuel de Salas «se ha constituído acreedor a las atenciones de los mas respetables cuerpos e individuos de Santiago, atraídos de su ins

trucción, amable índole i juiciosa conducta con que supo desempeñar a satisfacción común cuantos em pleos i comisiones se han puesto a su cuidado; i siendo la mas relevante prueba el trato i conocimiento de este sujeto que hoi se traslada a esa corte, espera esta real audiencia que la justicia distributiva de Vuestra Majestad le comunique sus liberalidades, que sean, no solamente remuneración, sino que principalmente sirvan de ejemplo con que se alienten otros jóvenes a seguir tan honrosa carrera para jeneral consuelo de estos remotos vasallos).

Durante el viaje, tuvo ocasión el excapitán del rejimiento de la Nobleza de manifestar su decisión en favor de la metrópoli.

«Al pasar por Buenos Aires (dice la relación de méritos antes citada), encontrando allí, con motivo de la guerra con los portugueses, proporciones de continuar su mérito en el servicio del rei, se presentó ante aquel gobernador i capitán jeneral, supicándole le diese el destino que tuviese por conveniente, i en que pudiese acreditar su celo, sin hacer el menor costo a la real hacienda todo el tiempo que se emplease su persona; i el gobernador le dio gracias a nombre de Su Majestad por el anhelo que manifestaba de emplearse en el real servicio; i le mandó continuase su destino». (1)

(1) Relación de los méritos i circunstancias de don Manuel de Salas i Corvalán, formada en la secretaría del supremo consejo i cámara de Indias, Madrid, 26 de agosto de 1780.

« AnteriorContinuar »