Imágenes de páginas
PDF
EPUB

seria investigar para resolver esta cuestion cuál de esos móviles o si todos ellos simultaneamente produjeron la conducta de nuestros revolucionarios; pero yo no me detendré en ello, porque lo espuesto basta a mi propósito de manifestar la influencia del sistema colonial en los primeros actos de la revolucion de nuestra independencia. Como quiera que sea, estoi persuadido de que esta fué lenta i progresiva, parcial i no radical, obra de unos pocos varones ilustres i no nacional, precisamente a causa de ese influjo. No estando preparada la sociedad para recibir el impu'so rejenerador, era de consecuencia fatal que se ciñera únicamente a combatir por su libertad política, porque si se hubiese avanzado a romper bruscamente con el pasado, a proclamar su completa rejeneracion, aun teniendo jenios elevados que la dirijieran en su santa empresa, se habria estrellado en mil resistencias poderosas i no habria alcanzado su triunfo; sino con un completo esterminio i derramando proporcionalmente mas sangre que la que costó la revolucion de Francia. Esto esplica, a mi modo de ver, no solo las dificultades que ha tenido que vencer el sistema democrático adoptado en Chile para llegar a hacerse tolerable, no digo firme, sino tambien las causas que han suscitado la animadversion contra algunos de los caudillos de nuestra independencia, que pretendian al parecer dar a la revolucion una tendencia radical.

Los que no se detienen a meditar sobre los acontecimientos i pasan por sobre ellos rápidamente, i los que se arrogan la facultad de juzgarlos siendo impulsados por intereses viles o pasiones mezquinas, censuran amargamente la conducta de los patriarcas de

nuestra libertad. Unos los atacan porque no supieron dirijir sus esfuerzos contra todos los vicios de la sociedad para rejenerarla de improviso, otros los condenan calificando de intempestiva la revolucion i alegan contra su oportunidad los argumentos que proporciona la desmoralizacion e irregularidades de que han sido presa los estados independientes americanos. Los primeros cometen un error en que incurren siempre los que por un exajerado amor a la humanidad quisieran precipitar los acontecimientos, invirtiendo el órden natural del universo moral. Nuestra revolucion no podia ser completamente rejeneradora ni terminarse tampoco en la última batalla en que triunfaron los independientes, porque el pueblo solo pretendia emanciparse de la esclavitud sin renunciar a su espíritu social ni a sus costumbres. Es fácil que el hombre se connaturalice con las preocupaciones antisociales que le han sido trasmitidas de jeneracion en jeneracion como creencias sagradas i lejítimas, i que con las costumbres que en ellas tienen su orijen intime de tal modo su existencia, que las mantenga i se esfuerce en defenderlas como parte integrante de su ser; pero no es tan fácil habituarle a la esclavitud i a las arbitrariedades del despotismo, porque siempre queda en el alma algun concepto vago de la diguidad natural,'i una vez que un rayo de la libertad fecunda el entendimiento, despierta éste de su letargo i ve a la tiranía, tal como es, en toda su deformidad. Al proclamarse en Chile la emancipacion del poder monstruoso de los reyes católicos, denunciando sus iniquidades i advirtiendo al pueblo sus derechos, mide éste sus fuerzas, se hace cargo de su

importancia moral i a la fascinacion de la esclavitud se sostituye la de la libertad; la revolucion se jeneraliza i se encarna en el corazon de la sociedad; todo conspira entonces contra el poder absoluto, la victoria exalta el entusiasmo i redobla los esfuerzos, hasta que consuma la ruina del despotismo, sellando para siempre la independencia i personalidad de la República. Empero ¿cuáles son las preocupaciones, las inclinaciones características, cuáles las costumbres de esta nacion que va a constituirse, de este pueblo que ya no volverá a ser hollado por la planta de los monarcas españoles? ¡Son las que le inspiró el sistema colonial que le dió existencia i que le dirijió por el espacio de tres centurias! Cayó el despotismo de los reyes, i quedó en pié i con todo su vigor el despotismo del pasado, porque así debia suceder en fuerza de los antecedentes. Los padres de la patria i los guerreros de la independencia obraron en la esfera de su poder, llenaron su objeto, i al disiparse con el humo de la última victoria el imperio del despotismo, el cañon de Chiloé anunció al mundo que estaba terminada la revolucion de la independencia política i principiaba la guerra contra el poderoso espíritu que el sistema colonial inspiró a nuestra sociedad.

Sobre la opinion de los que acusan de intempestiva nuestra revolucion, es preciso observar, en honor de la justicia, que se halla mas fuera de camino i mas escasa de fundamento que la que acabo de examinar. Si era incontrovertible el derecho que la América tenia a ser considerada como una preciosa e importante porcion de la humanidad; si es de todo punto imposible que pueda llenar los fines de la naturaleza

una sociedad que posee dentro de sí misma todos los elementos de su ventura, cuando está sometida a un poder estraño, que no la conoce i que la sujeta a su capricho, solo con el fin de sacar de ella todas las ventajas posibles; si una sociedad tal no habria podido proveer a su existencia i perfeccion sin usar del derecho natural que le corresponde de rejirse i gobernarse por leyes de su propia soberanía, es tambien fuera de toda duda que lo tenia para emanciparse del poder destructor que la oprimia i que el ejercicio de este derecho augusto e imprescriptible no podia pertenecer a otro que a ella misma. ¿A quién se habria confiado la facultad de fijar la época mas oportuna para verificar esa emancipacion, si no es al mismo pueblo que debia reportar sus felices resultados? ¿La España acaso u otra nacion cualquiera habrian ofrecido suficientes garantías de imparcialidad i de rectitud en el uso de tan inmensa facultad?

Si los americanos hubieran despreciado la brillante ocasion que les proporcionó el receso, el aniquilamiento del poder absoluto de la metrópoli, causado por la prision de los reyes católicos; si hubieran permanecido impasibles al mismo tiempo que la Europa entera se removía en sus cimientos i sus carcomidos tronos se desmoronaban con el aliento solo del hombre del siglo; si los chilenos, desperdiciando la alarma que fomentaba el estúpido despotismo de su gobernante, se hubieran limitado conservar el dominio del reino a un monarca que principiaba a perder su prestijio i que carecia de autoridad i de poder para mantenerlos en la esclavitud, habrian tambien sellado su perpetua

dependencia, haciendo imposible para lo futuro su libertad política. Restablecido Fernando. en el gobierno de la península, destruyó con alevosía las instituciones liberales que se improvisaron durante su ausencia, desplegó un sistema doblemente mas tiránico i espantoso que el de sus antepasados, i reintegrado en el antiguo poder de su trono, se hizo bastante fuerte para mantener su despotismo a pesar de los esfuerzos que la nacion hacia para libertarse. Al considerar tales hechos ¿quién puede vacilar en creer que la América habria sido tambien presa de su ferocidad, si hubiera tenido el candor de mantenerse bajo la odiosa dependencia de la colonia, por respeto a los mentidos derechos de la metrópoli? Con efecto, las leyes restrictivas i las arbitrariedades de los mandatarios habrian continuado humillando a las colonias i redoblando su dureza a fin de impedir que jerminaran los principios de la libertad i civilizaci on que, con motivo del interregno, pudieran haber prendido en algunos corazones. I si en algun tiempo la España advertida de sus aberraciones i conociendo mejor sus propios intereses, hubiera moderado su sistema colonial del modo que lo ha practicado últimamente, su prestijio i su poder se habrian robustecido i la emancipacion de la América habria llegado a ser de todo punto imposible, o a lo menos infinitamente mas costosa que lo que ha sido. ¿Se cree por ventura que habia de llegar una época feliz en que los colonos preparados por la ilustracion i por los hábitos democráticos pudiesen emanciparse sin peligro i adoptar una forma de gobierno liberal sin esponerse a los contrastes que ocasiona la falta de

« AnteriorContinuar »