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Chile, no presenta interes verdadero alguno, a no ser el que inspira un pueblo bárbaro luchando por defender su independencia de la dominacion de un estranjero; mas la narracion de la revolucion de la colonia, aunque hecha sin unidad i sin discernimiento filósofico, presenta mayor interes, por cuanto en esos he chos heroicos, que tanto halagan nuestro amor nacional, divisamos el fundamento de nuestra libertad política i el orijen de una felicidad, que se ha hecho sentir tanto mas, cuanto que está fresca la memoria de los padecimientos causados por el despotismo de que nos emancipamos; esta es una deduccion filosófica que todos hacemos instintivamente sin que el historiador nos encamine.

Sin embargo, los hechos que consumaron la conquista, produciendo por resultado inmediato el establecimiento de la dominacion española en Chile, merecen un estudio sério, por cuanto no son tan aislados ni tan independientes de nuestra época, que podamos considerarlos sin influencia alguna en el presente estado de la República. Considerados en su individualidad, tal como lo han hecho los historiadores que describen la guerra de la conquista, sin atender al enlace necesario que entre ellos existe, no solo parece que fueran hechos de una época i de una jeneracion independientes i distintas de las nuestras, sino que tambien es imposible concebir que su estudio tenga algo de útil i provechoso para la sociedad actual, i es sobre todo difícil mirarlos como datos esperimentales que envuelvan alguna leccion para lo venidero. Es, pues, necesario descubrir las relaciones que ligan tales hechos para ver como conspiran todos ellos a la rea

lizacion de un gran acontecimiento de nuestra historia, la conquista i consiguiente establecimiento del poder español en Chile. Esta manera de considerarlos nos encaminará fácilmente a estudiar ese gran acontecimiento, ese suceso culminante en el cual se compendian i refunden todos los demas particulares que lo produjeron: entónces podremos conocer filosóficamente los caracteres de aquella época i su manera de obrar en la sociedad: podremos apreciar su influencia en el carácter i preocupaciones de ésta, i finalmente, calcularemos con acierto el poder e intensidad de la reaccion principiada en 1810. Solo así puede sernos útil el estudio de la historia de la conquista para mirar en su verdadero aspecto nuestra situacion actual i dirijir nuestros negocios públicos de un modo favorable al desarrollo de nuestra felicidad i perfeccion.

Tales son los principios que me han dirijido en las investigaciones que tengo el honor de presentaros. He encaminado todos mis esfuerzos a caracterizar la conquista i su inmediato resultado, es decir, el establecimiento del sistema colonial español entre nosotros, para poder apreciar sus influencias en esta sociedad, que debe su oríjen i su educacion a aquel gran suceso histórico; pero para esto supongo ya conocida i apreciada la historia descriptiva de los hechos particulares, cuyo encadenamiento forma el cuadro de aquella época, porque, como dice Sismondi, "ántes de inquirir si los hechos son ventajosos o perjudiciales, es preciso comenzar por reconocerlos."

Confieso, señores, que yo habria preferido haceros la descripcion de alguno de aquellos sucesos heroicos

o episodios brillantes que nos refiere nuestra historia, para mover vuestros corazones con el entusiasmo de la gloria o de la admiracion, al hablaros de la cordura de Colocolo, de la prudencia i fortaleza de Caupolican, de la pericia i denuedo de Lautaro, de la lijereza i osadia de Painenancu; pero ¿qué provecho real habriamos sacado de estos recuerdos halagüeños? ¿qué utilidad social reportariamos de dirijir nuestra atencion a uno de los miembros separados de un gran cuerpo, cuyo anális debe ser completo? Otro tanto i con mas conveniencia, sin duda, podria haber efectuado sobre cualquiera de los hechos importantes de nuestra gloriosa revolucion, pero me ha arredrado, os lo confieso, el temor de no ser fiel i completamente imparcial en mis investigaciones. Veo que, viviendo todavía los héroes de aquellas acciones brillantes i los testigos de sus hazañas, se contestan i contradicen a cada paso aun los datos mas sencillos que nos quedan sobre los sucesos influentes en el desenlace de aquella epopeya sublime; i no me atrevo a pronunciar un fallo que condene el testimonio de los unos i santifique el de los otros, atizando pasiones que se hallan en sus últimos momentos de existencia. Mi crítica en tal caso seria, si no ofensiva, a lo ménos pesada e infructuosa, por cuanto no me creo con la verdadera instruccion i demas circunstancias de dignidad de que carece un jóven, para elevarse a la altura que necesita a fin de juzgar hechos que no ha visto i que no ha tenido medios de estudiar filosóficamente. Desarrollándose todavía nuestra revolucion, no estamos en el caso de hacer su historia filosófica, sino en el de discutir i acumular datos, para trasmitirlos con nues

tra opinion i con el resultado de nuestros estudios críticos a otra jeneracion que poseerá el verdadero eriterio histórico i la necesaria imparcialidad para apreciarlos. (1)

Por estas consideraciones me he determinado a hacer mis investigaciones sobre una época de nuestra existencia que no ha sido todavía estudiada, sin embargo de ofrecer un verdadero interes social en sí misma. No os presento, pues, la narracion de los hechos, sino que me apodero de ellos para trazar la historia de su influencia en la sociedad a que pertenecen, cuidando de ser exacto e imparcial en la manera de juzgarlos. Tampoco los encomio ni vitupero ciegamente, sino por lo que son en su propio carácter i resultados; ni me ciño a descubrir su influjo social, sin permitirme espresar mis opiniones, porque no pertenezco a aquellos historiadores que se limitan a narrar los acontecimientos considerándolos como fatales, i absteniéndose de apreciarlos porque los creen fuera del alcance de la conciencia humana a causa de su misma fatalidad. En esto sigo el modo de pensar de un autor moderno, que hablando de los que escriben la historia como fatalistas, esclama: “¡Léjos de mí aquel que quiera materializarla, el que en las acciones buenas o malas no ve mas que el reflejo de tal o cual pasado siglo, i que demasiado consecuente con su sistema envilecedor para la

(1) El autor no trató aquí de desconocer la importancia de la historia contemporánea, sino de manifestar su incompetencia de entónces para escribirla; sin rechazar tampoco las memorias históricas, ni las crónicas, ni las narraciones críticas, que con tanta utilidad han aparecido despues.

humanidad, sofoca el grito de su conciencia. Es preciso que la conciencia se someta a elevados; pensamientos morales i filosóficos; es preciso combatir el fanatismo siempre i donde quiera que se presente, como tambien la sacrilega impiedad, que es igualmente un fanatismo; es preciso hacer la guerra al despotismo, a la iniquidad, a la sedicion, a la indiferencia por la causa pública!" (1)

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Para realizar mi propósito, fijo primero el carácter, de la conquista de Chile i su influencia social: en seguida estudio el sistema colonial español i lo examino en todos sus aspectos para indicar tambien su influjo en la existencia i en todas las relaciones de nuestra sociedad. No vereis, señores, en este mal bosquejado cnadro una de aquellas grandes naciones que señalan su carrera en el mundo, dejando tras de sí una ráfaga luminosa; una de aquellas naciones que admiran relijiosamente con un orijen misterioso, una infancia heroica i una virilidad sublime por sus hechos; sino un pueblo desgraciado, que aparece desde sus primeros momentos uncido al carro de un conquistador orgulloso. La ignorancia i la esclavitud forman su existencia durante tres siglos, i se esfuerzan en mantenerlo perpetuamente bajo su funesta tutela, inspirándole preocupaciones i costumbres antisociales que lo preparan desde su infancia a una eterna degradacion. La naturaleza, empero, que no puede soportar por largo tiempo los ultrajes de los hombres, recobra al fin su imperio, hace triunfar la dignidad envilecida i da principio a una era de gloria i de

(1) Du Rozoir.

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