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Vera, se presentó como defensor de sus intereses, y segun asentó la cuestion, dejaba creer que Miguel Carrera habia trasgresado las leyes del país, y usurpado un poder arbitrario, condenando los prisioneros á las mayores penas; acusacion indigna y vituperable que causó la disolucion del congreso.

En efecto, Miguel Carrera salió irritado del congreso y se fué á buscar á sus dos hermanos para concertar con ellos un plan contra sus enemigos, de los cuales sabia que tarde o temprano podrian ser víctimas. En esta persuasion, mas valia aniquilarlos de una vez para ponerlos en la imposibilidad de oponerse á sus ambiciosos proyectos. Teniendo siempre las tropas á su devocion, la empresa no presentaba grandes dificultades; no habia mas que ir á ofrecer la batalla á la sala misma del congreso, y fué justamente lo que hizo. A la verdad, antes de llegar á este estremo, pasaron al presidente un oficio en que los comandantes (1) le anunciaban que el pueblo pedia la disolucion de la cámara. La respuesta siendo la que se habia previsto, es decir, negativa, y fundada en que para disolverse el congreso necesitaba saber cual era la voluntad de los comitentes de sus miembros, los rebeldes recurrieron á la fuerza. Las tropas formaron en la plaza. Se pusieron cañones en batería contra la sala del congreso, y sus miembros salieron de tropel y atemorizados para no volver á entrar en ella (2).

Así despedidos, los diputados se retiraron á sus res

(1) Juan José y Luis Carrera, Pedro Prado, Joaquin Aguirre, Manuel Barros y Joaquin Guzman.

(2) « Y en fuerza de aquella ley, otorgó el congreso, como era regular, cuanto se le ordenó, protestando secretamente la violacion, lo que se comunicó á Concepcion. >>

Épocas y hechos memorables de la revol. de Chile; mss.

pectivas provincias, menos los de Concepcion, que fueron forzados á permanecer en Santiago.

Tres dias despues, el vocal Marin dió su dimision y se partió para Coquimbo. O'Higgins tuvo, por fuerza, que quedarse y tomó parte en el manifiesto del nuevo poder ejecutivo, que anunciaba la disolucion de un congreso, enteramente irregular, cuyo nombramiento fué efecto de la cabala, del resorte y del empeño (1), y mandaba que cada provincia nombrase su procurador para residir en Santiago como representante. Pero esto no se ejecutó.

(1) Diario de Miguel Carrera.

CAPITULO XVII.

Separacion de las provincias de Concepcion y Valdivia del gobierno de Santiago. La junta de Concepcion ofrece tropas al congreso para recobrar su autoridad. Carrera envia á O'Higgins como plenipotenciario acerca de dicha junta. Preparativos de guerra por ambas partes.- Reunion de tropas sobre el rio Maule. Entrevista de Rosas con Carrera en las márjenes de este rio. Convenio entre los dos jefes y contramarcha de las tropas. - Rosas regresa á Concepcion, y Carrera á Santiago. Contrarevolucion en Valdivia y en Concepcion.-Instalacion de otras juntas en una y otra, y arresto de los antiguos miembros.

El acontecimiento del 2 de diciembre da un aspecto muy diferente á la política del país. La revolucion pierde su carácter municipal. El gobierno representativo se hace ilusorio, y es sustituido por el réjimen puramente militar. En adelante, vamos á ver el poder á la merced de un soldado de fortuna.

Ningun acto de malas consecuencias podia lejitimar un tal cambio. La administracion obraba con esmero y con acierto, siguiendo con lealtad la senda de reformas y progresos, y resuelta á formar una constitucion que fijase los derechos y los deberes de cada ciudadano. Por consiguiente, su disolucion fué solamente obra de la ambicion y de la audacia de un jóven cuya soberbia no le permitia contentarse con representar un papel secundario.

Sin duda, Miguel Carrera tenia las mejores intenciones, y era, ademas, activo, intelijente y laborioso. En los últimos acontecimientos, habia dado pruebas de que la inconsecuencia, imprudencia y frivolidad de su jenio, en el ocio, no le impedian de tener cabeza y

carácter cuando las circunstancias lo pedian. Pero esto no bastaba. El país necesitaba, principalmente, un administrador, un jurisconsulto, un hombre, enfin, capaz de organizarlo y administrarlo. Si aceptaba la autoridad de un soldado que le imponia una fuerza brutal, abria sus puertas á la ambicion, comprometia su libertad y corria riesgo de verse bajo el yugo del despotismo militar, el peor de los despotismos.

Mientras que el partido vencido tuvo el poder en mano, la provincia de Concepcion estuvo en perfecta armonía con la de Santiago. Habia entre las dos reciprocidad de intereses y de conveniencia; sus ideas eran las mismas y obraban de concierto para dar al movimiento un impulso propio á preservar para siempre el país de una dependencia estranjera. Pero al punto en que los hermanos Carrera hubieron derribado al gobierno, la provincia de Concepcion se sintió muy contrariada y manifestó su descontento en términos violentos y de

amenaza.

Pero aquí tenemos que volver atras para tomar la historia en la época en que Rosas, desesperado de ver la inaccion del poder ejecutivo, de la mucha mezcla de realistas en el congreso y de las inútiles tentativas que hizo para disolverlo, marchó para la provincia de Cóncepcion con el objeto de revolucionarla.

En todos tiempos, esta provincia ha manifestado un espíritu de rivalidad contra Santiago; porque adolecia del resabio que causa verse en un rango inferior, y que dejenera en envidia. En aquella época, tenia, ademas de esto, ciertos humos de federalismo, y deseaba despojar á la capital de su centralizacion. El cabildo de Concepcion no se habia manifestado, á principios del

siglo, tan dispuesto á aceptar la oferta jenerosa que le hizo el jeneral Cruz de emprender un viaje de esploracion hasta Buenos Aires, sino porque tenia por principal interes el quitar á su rival aquella via, y adquirir para la provincia un grande influjo estableciendo un comercio directo con aquel vireynato.

Por consiguiente, tenia ya una cierta tendencia á separarse de ella, y si á esta disposicion de ánimo se añade el mucho prestijio que tenia Rosas en el país, se verá que no le era difícil á este buen patriota el hacer que su provincia participase de sus resentimientos y rencores, el atraerla toda ella á sus intereses, sublevarla contra el gobierno de Santiago y constituirla independiente bajo la tutela de personas influyentes del país. En efecto, fué lo que hizo el 5 de setiembre, el dia siguiente mismo que otra revolucion sacaba triunfante su partido en Santiago (1).

Despues del último acontecimiento de esta capital, que armonizaba la política de las dos provincias y la sometia á una igualdad de ideas y de opiniones, Rosas hubiera debido renunciar á sus proyectos subversivos, disolviendo una junta ilegal, y volviendo á Santiago para emplearse en los asuntos públicos, como miembro del poder ejecutivo. Pero ya entonces el espíritu ambicioso de los hermanos Carrera se habia abierto paso; ya el proyecto que tenian de subyugar al país no era un misterio, y los diputados del sur que habian quedado en Santiago, lejos de llamarle, le aconsejaban al contrario se fortificase en Concepcion para imponer respeto al nuevo partido que muy pronto tendria que combatir.

(1) Se formó una junta compuesta de Pedro José Benavente, Juan Rosas, Bernardo Vergara y Luis Cruz, y cuyo secretario fué Santiago Fernandez.

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