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dido tomar los jefes revolucionarios. Apénas evacuada la capital, vinieron a ocuparla en la misma noche algunas partidas de montoneros armados a nombre del gobierno lejítimo, que hizo su entrada al dia siguiente, con gran aplauso del pueblo, que dispensó a Orbegoso los honores de un triunfo que ni siquiera habia presenciado.

La revolucion, sin embargo, continuó en el sur, teniendo por teatro principal el departamento de Arequipa, donde el jeneral don Domingo Nieto, encargado de una division del gobierno, fué derrotado en Miraflores, cerca de la ciudad de Arequipa, por las fuerzas del coronel San Roman (principios de abril de 1834), siguiéndose a este suceso la entrada de Gamarra en aquella capital. Nieto llegó a Islai para embarcarse con los restos de su division, i desde allí decretó (7 de abril) el estado de bloqueo para todos los puertos i caletas entre Alico e Ilo.

Pocos dias despues el jeneral Orbegoso, que habia salido de Lima para expedicionar contra la division de Bermudez i Frias, llevando consigo a los jenerales Necochea, Miller, La Fuente, Otero, Cerdeña, Tristan i Riva Agüero, era atacado en Huancavélica (17 de abril) i obligado a retirarse, apesar de que en este encuentro murió Frias, el mas importante de los jenerales enemigos.-Orbegoso, que se cree ya perdido, se decide a pedir el auxilio e intervencion de Santa Cruz, presidente de Bolivia, que de tiempo atras observaba con gran interés los sucesos del Perú i que habia acantonado cerca de 4,000 hombres en la línea fronteriza. En consecuencia, el 21 de abril se embarcó en el Callao un comisionado de Orbegoso para ir a pedir a Santa Cruz un ejército capaz de vencer a Gamarra i demas enemigos del gobierno. Esta solicitud debia hacerse a nombre del gobierno i de la convencion del Perú, para llenar así una formalidad que el mismo Santa Cruz habia exijido, al manifestar su decision de ayudar a la pacificacion de la república.—Pendiente esta negociacion, ocurrió una peripecia tan singular como característica de los dramas revolucionarios del Perú. El 23 de abril, seis dias apénas despues del combate de Huancavelica,

la misma division que acababa de vencer a Orbegoso, se pronunciaba por él con el teniente coronel don Rufino Echenique a la cabeza, i le enviaba emisarios para ofrecerle su sumision como a presidente lejítimo de la república. Los jenerales Bermudez i Vargas amarrados, en los primeros momentos, por su misma tropa, consiguieron fugarse. Este suceso, conocido en la tradicion con el nombre de «abrazo de Maquinhuayo, estaba preparado, segun la opinion de muchos contemporáneos, por intrigas del mismo gobierno, i si no tuvo lugar ántes del combate del 17 de abril, fué a causa del respeto que a sus subalternos inspiraba el valeroso jeneral Frias, quien arrastró la division al combate i le dió el triunfo, bien que a costa de su vida. (1)

La noticia del abrazo de Maquinhuayo hizo que se pusiera bajo la autoridad del gobierno la division que mandaba en Puno el jeneral Eléspuru, i sublevó, por último, al pueblo de Arequipa contra Gamarra. Este, San Roman, Eléspuru i algunos otros enemigos del Gobierno se asilaron en Bolivia.

No bien terminada esta rara campaña de pacificacion, denunciáronse al gobierno nuevas maniobras revolucionarias en

(1) Correspondencia de don Ventura Lavalle con el gobierno de Chile, 1833-1836. Toda la correspondencia de este funcionario, que fué primero cónsul jeneral i luego ministro diplomático de Chile en el Perú, es noticiosa e interesante, particularmente en lo que toca al estado político de aquella república, cuyos sucesos refiere Lavalle con imparcialidad i buen sentido, habiendo sido testigo de casi todo lo que contienen sus informes i tratado mui de cerca con los hombres mas notables que figuraron en la escena política del Perú.—Algunos de los oficios de Lavalle fueron extractados i publicados, sin carácter oficial, en El Araucano, pero con graves omisiones o mutilaciones, debidas sin duda a los miramientos internacionales. En nuestro concepto la correspondencia inédita de Lavalle es una de las fuentes mas dignas de confianza a que puede acudirse para formar idea de los sucesos contemporáneos a que se refiere, i ella nos ha servido señaladamente para guiarnos en la relacion de las revoluciones i vicisitudes del Perú.

Lima, que se atribuian al inquieto i artificioso Gutierrez de la Fuente, a quien Orbegoso habia entregado el mando de la division de Bermudez, despues del abrazo de Maquinhuayo. La Fuente fué aprehendido i expatriado a Guayaquil juntamente con Bermudez, que acababa de entregarse al gobierno bajo garantias. El célebre don José Maria Pando, antiguo ministro de Bolívar i mas tarde de Gamarra, fué tambien tenido por conspirador i enviado a pedir hospitalidad al pueblo chileno, a cuyos hijos habia expulsado del Perú en 1826.

Siguióse para la República un corto período de reposo, o mas bien, de languidez, durante el cual pudo la convencion terminar la nueva lei fundamental, que fué promulgada el 19 de junio de 1834. Esta reforma, sin embargo, estaba mui distante de curar radicalmente los males que aquejaban a la nacion, postrada, empobrecida, mal administrada, plagada de malhechores por la falta de administracion de justicia i sometida a las veleidades de un ejército que los ardides de partidos i los manejos corruptores del mismo gobierno habian traido al último grado de desmoralizacion. La pobreza del Estado era tal, que los empleados vendian sus sueldos con un descuento de sesenta i setenta por ciento.

Por este tiempo resolvió el gobierno del Perú enviar un plenipotenciario a Chile, i elijió para este cargo a don Santiago Távara, a quien se estimaba por mui entendido en negocios de comercio i cuestiones de política económica. (2)

(2) Al anunciar Lavalle este nombramiento al gobierno de Chile, le manifestó cierta desconfianza con relacion a las ideas i propósitos del enenviado en órden a nuestras relaciones mercantiles con el Perú. Távara era precisamente el autor del reglamento de comercio del Perú, dictado en 1833, que imponia un recargo de ocho por ciento a las mercaderias extranjeras que no llegaren directamente al Perú desde los puertos de su procedencia, lo que importaba un castigo al comercio de tránsito que se hacia por Valparaiso. Ademas, habia fuertes prevenciones contra las pretensiones comerciales de Chile en el ministerio i en el círculo que rodeaba a Orbegoso, uno de cuyos consejeros era Luna Pizarro, quien se hizo

Ya hemos visto (tomo I, cap. XIV) que el gobierno de Chile habia empleado por largos años todos los recursos de la diplomacia para celebrar con el Perú tratados que arreglaran sus deudas pendientes i sus relaciones de comercio, hasta que agotados aquellos recursos, se decidió a medidas de hostilidad comercial, como la de recargar los derechos de importacion de la azúcar peruana, lo cual no produjo mas resultado que exacerbar los ánimos i alimentar en ámbos paises las hablillas sobre una guerra probable i casi inminente. A tal habia llegado esta mala intelijencia en los últimos meses de la administracion de Gamarra, que estando para emprender viaje de Lima a Chile, el plenipotenciario de Méjico don Juan de Dios Cañedo, ofreció su mediacion amistosa al gabinete del Perú, el cual se limitó a mostrarse agradecido del ofrecimiento, protestando tener la mejor disposicion para cimentar la union i la concordia entre las repúblicas americanas emancipadas de la España». (3) Lo cierto es, que el gobierno de Gamarra se terminó, sin que nada pudiese concluirse entre ámbos paises, i esta situacion anómala se prolongó en los primeros tiempos del gobierno de Orbegoso, a causa de los trastornos que amenazaron su existencia, hasta que una aparente bonanza permitió mandar la legacion confiada a don Santiago Távara.

El 25 de setiembre de 1834 el enviado del Perú presentó sus credenciales en audiencia solemne al presidente de Chile. En su discurso de presentacion, Távara no escaseó la lisonja a la república de Chile i a su gobierno. «Encargado de la delicada confianza de conciliar graves intereses (dijo) la franqueza i buena fé con que ejerceré mi ministerio probarán a V. E. i a

cargo de redactar las instrucciones para el nuevo enviado. Refiere tambien Lavalle que para facilitar el envio de Távara a Chile, fué necesario que un propietario particular (don Antonio Ramos) prestase al Gobierno siete mil quinientos pesos, que se entregaron al plenipotenciario.

(3) Las piezas diplomáticas sobre esta mediacion se encuentran en El Araucano, número 160.

la nacion chilena toda, que los peruanos consideramos a los chilenos como a nuestros hermanos predilectos i que gozamos de su dicha i bienestar, ligado íntimamente con el nuestro.... Esta es la segunda vez que tengo la fortuna de pisar este suelo bienhadado, i puedo juzgar de sus prósperos progresos. Ellos son tan grandes que admiran a todo estranjero que aborda a sus orillas, que atraviesa sus fértiles campiñas i que tiene la ventura de visitar su hermosa capital. Señor, yo os felicito a nombre del Perú i de su digno jefe, por los bienes que derrama sobre Chile vuestra mano bien hechora.» El Presidente contestó breve i concisamente, pero sin menoscabo de la benevolencia i urbanidad internacional. Los sentimientos que V. S. acaba de expresar (dijo) me son sumamente gratos i hallan una perfecta correspondencia en los mios. Yo abrazaré con ansia toda ocasion de acreditar el interes de este Gobierno en cultivar la amistad de la República peruana i estrechar por cuantos medios se hallen a sus alcances los vínculos sagrados que lo unen con ella. Espero que V. S. se servirá hacerse el intérprete de estos votos para con su Gobierno. Solo me resta, señor ministro, felicitarme por la eleccion hecha en la digna persona de V. S. para la mision de que ha sido encargado.»

Creyóse, pues, llegada la ocasion, tanto tiempo anhelada, de resolver las cuestiones sobre comercio i adeudo que mediaban entre ambas repúblicas i que habian llegado a ser el alimento de una mútua animadversion. Fué nombrado plenipotenciario especial para celebrar el tratado el mismo ministro de hacienda don Manuel Renjifo. (4) Ambos plenipotenciarios, a lo que pa

(4) Consta que Portales, apesar de la interdiccion en que por este tiempo se encontraba con respecto a casi todos los altos empleados de la administracion, se insinuó para conducir la negociacion del trato, como plenipotenciario del gobierno, poniendo sí por condicion que las conferen cias se celebrasen en Valparaiso. (Vicuña Mackenna, Don Diego Portales.) Probable es que esta condicion sirviese al ménos de pretexto para no dar a Portales el cargo de negociador, que Renjifo, por otra parte. deseaba asumir.

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