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XIV.

Fundacion del convento de San Francisco, en 3 de octubre de 1353 (1).

É luego, estando en dicho Cabildo los dichos señores de él acordaron, que para que en dicha ciudad se pueda fundar y funde el monasterio del Señor San Francisco, para que en ella se perpetue, que para esto coviene que la parte y lugar en que habia de ser el dicho monasterio, y para todo lo demás que fuere menester para el uso y servidumbre del dicho monasterio, sea en buena comodidad, el cual dicho sitio, con parecer del M. R. P. F. Martin de Robleda, comisario de la dicha órden del Señor San Francisco, pareció ser cómodo y en buena parte para el dicho sitio en un solar que Juan Fernandez de Alderete tiene en esta dicha ciudad, el cual quiere dar de su propia voluntad en limosna, para que se funde el dicho monasterio; y para que se asiente en este libro, para que en él haya memoria é razon de la fundacion de la dicha casa é monasterio, mandaron que se llame al dicho cabildo el dicho Juan Fernandez de Alderete para que haga donacion del dicho sitio para el dicho monasterio; y así mismo vino al dicho cabildo el dicho señor comisario, y luego Alderete vino al cabildo, y estando en él dijo: que por servicio de Dios Nuestro Señor, y para que se funde en esta ciudad la casa del Señor San Francisco, para que en ella haya religiosos que enseñen, y doctrinen y prediquen las cosas de nuestra Santa Fé Católica, de su propia y agradable voluntad, é sin por nadie ser persuadido, ni atraido á ello, otorgaba y otorgó en aquella vía y forma, que de derecho mejor podia y debia, y habia

(1) Sacado del primer libro becerro del Cabildo de Santiago.

lugar, hacia é hizo gracia y donacion pura, acabada, irrevocable, que es hecha entre vivos para la dicha casa del Señor San Francisco, para el uso y aprovechamiento y servidumbre de la dicha casa, de un solar y casas que tiene en esta ciudad, con toda la demás tierra que tiene, así cercado dentro de las tapias que al presente tiene fechas, é toda la demás tierra que él tiene y le pertenece, conforme á la merced que el Juan Fernandez le tiene de todo ello fecha.

Y así mismo los señores del Cabildo de esta dicha ciudad, que así mismo quiere y es su voluntad, que la hermita de Señora Santa Lucía, que está junto al dicho solar, que el tiene fundada que es en el dicho cerro, sea para el monasterio y casa del Señor San Francisco, y para el hospital que el dicho monasterio hubiere de haber y hubiere; y si es necesario desde ahora metia ó metió en la misma casa y monasterio del Señor San Francisco la dicha hermita de nuestra Señora Santa Lucía para que sea suya é su aneja en todo lo que el comisario y frailes dél acordaren, é quisieren y mandaren; y para lo así cumplir, é haber por firme, obligó su persona y bienes, y lo firmó de su nombre, é dijo que otorgaba y otorgó donacion en forma espresa bastante de derecho que en tal caso se requiere; lo cual otorgó estando en el dicho cabildo, y á ello fueron presentes todos los señores dél, y con condicion que la dicha hermita, que ahora está fecha y edificada en el dicho cerro de Santa Lucía, se esté siempre en pié, y en esta y bien reparada, como ahora está, sin que se deshaga ni derrive, porque esta es la intencion de Juan Fernandez de Alderete.

Y luego, el dicho señor R. P. F. Martin de Robleda, comisario de la dicha órden del Señor San Francisco, dijo que aceptaba é aceptó los dichos solares y hermita como lo da el dicho Juan Fernandez de Alderete para el dicho monasterio y casa del Señor San Francisco, hospital que en él ha de haber; y obligó al comisario y frailes del dicho monasterio à que dirian para el ánima del dicho Juan Fernandez de Alderete en el dia de Santa Lucía en cada año, una misa cantada á la dicha fiesta de Santa

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Lucía, y demás de esto, que se reponga una tabla en la sacristía de dicho monasterio una memoria para que los sacerdotes del dicho monasterio encomienden la ánima del dicho Juan Fernandez de Alderete, la cual dicha misa se haya de decir y diga, y el dicho convento sea obligado á ello por tiempo de veinte años, que corran desde hoy en adelante hasta ser cumplidos y acabados; y esto lo otorgaba y otorgó el dicho padre comisario por sí y en nombre del dicho monasterio y convento dél, por aquella vía y forma que mejor podia y daria, é de derecho habia lugar; y lo firmó de su nombre, estando presentes los dichos señores del Cabildo.

XV.

Carta de los tesoreros á S. M. sobre la muerte de Valdivia y el estado del pais (1).

S. C. C. M.-Despues que Gerónimo de Alderete salió destas provincias á hacer saber el suceso desta tierra á V. M., sucedió en ella, que estando pacífica, é sirviendo los indios, empezaron á levantarse, é á matar algunos cristianos, lo cual viendo el gobernador D. Pedro de Valdivia, que en gloria sea, estando que estaba en la ciudad de la Concepcion, quiso ir á castigar é á pacificar los indios; é fué Dios servido, que yendo á los pacificar, á quince leguas de una casa que tenia el dicho gobernador en Puren, estaba hecha gran junta de indios, é mataron al gobernador y á cincuenta soldados que iban con él, á los cuales los despedazaron despues de haberlos preso, é cortando dellos pedazos se los comieron. Fué en 1 de enero del año de 1554 años.

Despues desto, sucedió, que como murió el gobernador la ciudad de la Concepcion se halló con poca gente é los naturales estaban victoriosos, enviaron á esta ciudad de Santiago á hacer saber la muerte del gobernador á pedir

socorro.

Sabido por el Cabildo é regimiento della la muerte, é que la ciudad de la Concepcion enviaba á pedir socorro, para poderlo hacer como convenia, de toda esta gobernacion eli

(1) Sacado del original que se halla en el archivo general de Sevilla entre los documentos traidos de Simancas. Está duplicada esta carta, pero ambos ejemplares muy maltratados y carcomidos: de los dos se ha podido sacar la lectura completa con algun trabajo, pero sin duda alguna.

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jieron por capitan general é justicia mayor al capitan Rodrigo de Quiroga, que era entonces teniente de gobernador en esta ciudad de Santiago.

Fué elejido é nombrado por el Cabildo é regimiento della, é por todos los vecinos, y por tal se recibió hasta que proveyese otra cosa, por ser como es hombre de mucha calidad é muy buen cristiano, el cual envió luego todo el socorro que para la dicha ciudad era menester.

Despues desto, sucedió, que como Francisco de Villagra estaba nombrado por el gobernador de teniente general en esta provincia, y era ido á cierto descubrimiento que se dice el Lago, la vuelta del estrecho, como tuvo nueva de la muerte del gobernador, tornó á las ciudades Imperial, y Valdivia, é Villarrica é Concepcion, donde por ser muerto el dicho gobernador, estas ciudades le elijieron por capitan general é justicia mayor, hasta que V M. otra cosa proveyese.

É como fué elejido, envió á decir á esta ciudad, que pues recibidole habian en las ciudades ya dichas, que tambien le recibiesen en esta.

La justicia é regimiento le respondieron, que ellos habian elejido por capitan general é justicia mayor á Rodrigo de Quiroga, é que no elejirian á otro.

É ansi fué, que como fueron con la respuesta los mensajeros del capitan Francisco de Villagra, é se halló en la Concepcion, quiso ir á castigar los indios por la muerte del gobernador.

Salió á hacer el dicho castigo con ciento y ochenta de caballo, é halló junta de muchos indios que dieron sobre él é sobre la gente que llevaba, é matáronle ochenta dellos, é con los demás que le quedaron maltratados y heridos, se volvieron á la ciudad de la Concepcion.

Sucedió, que como el capitan Francisco de Villagra volviese desbaratado por la fuerza de los indios á se meter en la Concepcion, luego otro dia el dicho Francisco de Villagra é los

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