Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[ocr errors]

vecindarios de dichas ciudades y los soldados de guerra con Francisco de Villagra, y los mantuvimos y sustentamos á nuestra costa mas de ocho meses, sufriendo sus pesadumbres y aun injurias que los soldados hacian. Y por mandado de la real Audiencia del Perú salieron de esta ciudad los vecinos de la Concepcion á reedificar su ciudad, los ayudamos con dineros y caballos, armas y ropa, así para ellos como para los soldados que fueron con ellos. Y habiéndola reedificado la tornaron á despoblar, porque los indios los combatieron, y se volvieron á esta ciudad, donde de nuevo los sustentamos á nuestra costa. Y en eşte tiempo, los indios de Arauco no contentos con haber echado los nuestros de sus tierras, vinieron á los términos de esta ciudad á hacernos guerra: y para los resistir, gastamos con soldados mucha suma de oro. Despues de esto, venido que fué el gobernador D. García de Mendoza á estas provincias, salieron de esta ciudad al pié de trescientos hombres y todos los demás vecinos de ella á la pacificacion y guerra de los indios de Arauco y Tucapel, en la cual jornada, y la poblacion de Cañete y reedificacion de la Concepcion, gastamos sumas de pesos de oro. Y tornándose á alzar los indios en tiempo del gobernador Francisco de Villagra, ayudamos con mucha hacienda para socorros de soldados que salieron de esta ciudad con el capitan Martin Ruiz y algunos yecinos de ella que fueron á la dicha guerra. Y despues, siendo gobernador Pedro de Villagra, que los dichos indios tuvieron cercada la Concepcion y la fortaleza de Arauco, que vinieron á esta ciudad desbaratados los capitanes Juan Ruiz de Zurita y Francisco Vaca, los sustentamos con sus compañías y ayudamos á socorrerlos con gente, ropa, armas, caballos, allende de lo que se gastó con ellos de vuestra real hacienda, Y habiéndose bajado á esta ciudad el gobernador D. Pedro de Villagra, sustentamos en ella la gente que trajo y los soldados que juntó para la guerra, mas de seis meses. Y despues de esto, renovada otra vez la guerra, siendo gobernador Rodrigo de Quiroga, sustentamos ahora dos años en esta ciudad, seis meses

[ocr errors]

toda la gente de guerra que trajo del Perú Gerónimo de Castilla y la demás que en esta ciudad allegaron, sufriendo injurias y males que hacian los soldados, á los que ayudamos con caballos, ropa, armas, allende de lo que se gastó de vuestra real hacienda para que fueran á la guerra con el dicho gobernador, y fueron con él muchos vecinos de esta ciudad. Y despues, ahora un año, tornamos á ayudar y socorrer con ropa, dineros, armas y caballos para los soldados que sacó de esta ciudad el capitan Martin Ruiz para la dicha guerra. Y la costa y gasto que hemos hecho todos los vecinos de esta ciudad, sube de 400,000 p3. Y por ello estamos adeudados y pobres, que no ha quedado casa ni hacienda que no la hemos empeñado y vendido. Y estando en este estado, recibimos la real provision de V. A., en que nos manda elejir capitan y que vamos á la guerra. Y como no nos queda cosa con que poder sustentar los gastos de esta guerra, sino el ánima, deseamos darla á Dios. de quien la recibimos; porque es cierto que de los conquistadores que en esta ciudad somos vecinos, no hay tres que puedan tomar las armas, porque están todos viejos, mancos y constituidos en todo estremo de pobreza y sin embargo de esto, con el zelo que tenemos al servicio de V. A., como sus leales vasallos, acudimos al llamamiento de V. A., y enviamos nuestros hijos á la guerra;

y

los que no tienen hijos ayudaron con ropa, que toman fiada de mercaderes, é caballos; y finalmente, hacemos todo lo que es último de potencia por servir á V. A., como por el memorial que con esta va, siendo V. A. servido, podrá ver. Elijiremos un capitan, con el que irá la gente que de esta ciudad hubiere de salir, y vecinos que quisieren tomar armas. Y en lo que toca á los indios amigos, entendemos que será dificultoso el sacarlos para la guerra, porque los que fueron ahora un año no han vuelto; y los que están acá, en el tiempo que V. A. manda que vayan, es cuando han de hacer sus sementeras, las que ya han empezado á hacer para tener que comer sus mugeres é hijos; y si no quieren ir á la guerra, no somos parte para

compelarlos, porque se van luego al monte: tambien entendemos que los soldados que hay en esta ciudad, á causa de estar pobres, no han de querer salir sin socorro de armas, caballos y ropa, para lo cual es menester gastarse mucha cantidad de dinero, que precisamente ha de ser de vuestra real hacienda, tomándolo prestado á mercaderes, porque de otra parte no hallamos de donde. Avisamos á V. A. de estos inconvenientes para que los mande advertir y remediar, de suerte que haya efecto lo que mas conviniere al servicio de V. A. Y pues Dios Nuestro Señor quiere por nuestros pecados que esta guerra sea tan larga y continua, suplicamos V. A. sea servido mandar dar algun medio y órden como se conserve esta ciudad, que tanto ha servido á V. A., con algun alivio de las pesadumbres de la guerra, pues viéndonos en tantas fatigas, suplicamos á V. A. envie para el consuelo de estos vecinos uno de esa real Audiencia. Nuestro Señor la muy alta y próspera persona de V. A. guarde, con el acrecentamiento del universo, como los vasallos de V. A. deseamos. -- De Santiago, y agosto 30 de 1567.Muy poderoso señor: los vasallos de V. A. que sus reales manos besan: JUAN GODINEZ. ALONSO DE ESCOBAR. PEDRO GOMEZ. - FRANCISCO MINEZ.- ANTONIO TARABAJANO. Con acuerdo de la justicia y regimiento de la ciudad de Santiago, JUAN HURTADO.

--

[ocr errors]

XXV.

Entrada y fundacion de la Compañía de Jesús en Chile (1).

Deseosos los chilenos de participar de la doctrina y enseñanza que copiosamente repartian los jesuitas, y que estas últimas partes de la América no careciesen de las luces de doctrina que la Compañía repartia tan liberalmente á todos, escribieron á nuestro católico Rey, por medio de su gobernador, obispo y Cabildo, pidiéndole á S. M., con grandes instancias, se sirviese de enviarles PP. de la Compañía de Jesús, para que todo Chile tuviese el lleno de doctrina que le faltaba para su mayor lustre. Representaban á S. M. la mucha necesidad que tenian estas últimas partes de América de evangélicos, así para la cabal instruccion de los fieles, como la conversion de los infieles, de que habia tantos en este reino. El Rey nuestro señor éralo en la sazon el prudente Felipe II.

Convencido el Rey de tan grande utilidad, dirijió en 30 de octubre de 1593, la cédula real del tenor siguiente: - Marqués de Cañete, mi virey, pariente, gobernador, capitan general de las provincias del Perú, ó la persona ó personas á cuyo cargo fuere el gobierno de ellas de las provincias de Chile, Santa Cruz de la Sierra y particularmente del Tucuman, se hace mucha instancia para que se envien religiosos, para la doctrina y conversion de los indios, encargando mucho la falta que hay de ellos, y cuanto se hace sentir de los prelados por la poca

(1) Sacado de la historia manuscrita de la Compañía de Jesús de Chile, por el P. Olivares.

DOCUM. I.

16

ayuda que tienen para cumplir con sus obligaciones, y mucho dolor de que perezca gran cantidad de almas con sed de doctrina; y porque como sabeis, continuamente y con gran costa y gasto de mi hacienda, se envian religiosos de todas órdenes á las partes donde se entiende hay necesidad, etc; os mandamos que junteis á los provinciales de las órdenes, y les digais de mi parte que luego dén órden en proveer la dicha necesidad, enviando la cantidad de religiosos que entendiereis ser necesarios en las dichas provincias y demás partes de donde se pidieren; y que esto se haga en todo caso, aunque los conventos queden con muy pocos religiosos, pues con los que de acá vàn y de ordinario allá toman el hábito, se puede suplir bastantemente la falta, advirtiendo que los que están alli son de mucho mas provecho por la práctica que tienen de la tierra y conformidad con el temple; y á los que así proveyeren, que habeis de procurar que sean personas de importancia para el ministerio que han de ejercitar; ordenareis que se les provea de lo necesario à los viajes donde fueren asignados, y este cuidado ireis continuando siempre. Fecha en San Lorenzo, á 30 de octubre de 1593. Y porque ahora por carta del gobernador del Tucuman se ha entendido que en esas provincias hay mucha necesidad de ministros para la predicacion del evangelio, y los que con particular afecto lo hacen y se señalan en ello son los religiosos de la Compañía de Jesús, he querido volveros á encargar, como lo hago, tengais mucho cuidado de la ejecucion de que por la cédula arriba incorporada ordeno y mando de informaros de la falta de doctrina y ministros de ella que hubiere en todas las partes y dependencias que se incluyen en vuestro gobierno, y de dar órden como se provea de lo necesario con mucha brevedad, pues esto es lo que mas os tengo encargado por vuestra instruccion y otros despachos á que con mayor cuidado se debe acudir; y de lo que se hubiere hecho en virtud de esta órden, y de lo que en adelante se hiciere, me avisareis. — Madrid, etc.

« AnteriorContinuar »