Imágenes de páginas
PDF
EPUB

forme a sus tasas, pena de que cualquier persona que matare o hiriere, o pusiere las manos injuriosamente en cualquier indio, o le quitare su mujer, o hija, o criada, o hiciere otra fuerza o agravio, fuese castigado conforme a las leyes» (1).

Los indios eran considerados como bestias. La lei tuvo que venir en su amparo mandando que no pudieran ser cargados como los animales (2).

Habiéndose representado que había comarcas donde por falta de caminos o de bestias de carga, no había otros medios de trasporte que las espaldas de los indios, se permitió que en tales casos se pudieran cargar pesos que no pasaran de dos arrobas sobre indios. que tuvieran dieciocho años cumplidos (3).

Hubo que prohibir que los españoles se hicieran llevar por los indios en hamacas o andas, a menos que alguno estuviera impedido de notoria enfermedad (4).

Se hizo preciso dictar leyes para que no se hiciera trabajar por la fuerza a las mujeres i a los niños; para que no se obligase a ir a servir en casas de españoles a las indias casadas o solteras; para que se permitiera a los trabajadores ir a dormir a sus casas, o se les dieran alojamientos techados i defendidos de la aspereza de los temporales; para que, se les suministrase de comer i de cenar; para que se les curase en sus enfermedades, i se les enterrase si morían (5).

¿No es cierto que la necesidad que hubo de dar semejantes leyes está haciendo conocer cuál era el tra

(1) Recopilación de Indias, libro 6, título 10. lei 4.

(2) Recopilación de Indias, libro 6, título 12, lei 6 i siguientes. (3) Recopilación de Indias, libro 6, título 12, leyes 10, 14 i 15.

(4) Recopilación de Indias, libro 6 título 10, lei 17.

(5) Recopilación de Indias, libro 6 título 13, leyes 9, 14, 20, 21 i 22.

tamiento que los dominadores inflijían a la raza vencida?

IX

Los infelices indios, por abatidos, por desarmados, por embrutecidos que estuviesen, se rebelaron en mas de una ocasión contra la tiranía de sus opresores.

Algunos de esos alzamientos tuvieron un carácter serio, aun en la última época de la dominación española, cuando la subyugación había llegado a ser mas completa, i había sido consagrada por el trascurso del tiempo.

Recuérdese la que el segundo Tupac Amaru encabezó en el Perú el año de 1780.

El principio de la revolución de la Independencia de Méjico, la insurrección promovida por el cura de Dolores Hidalgo, fué una verdadera sublevación de indios.

Sin embargo, es digno de notarse que el respeto profundo a la majestad real había echado raíces hasta en los ánimos de los mismos indios.

Ese Hidalgo a quien acabo de recordar, conducía consigo, cuando capitaneaba las turbas de indios insurrectos una carroza, dentro de la cual llevaba un personaje misterioso. Era una joven disfrazada de hombre, a lo que se refiere, su ahijada o su hija.

A los indios se les había ocurrido creer que aquel personaje era Fernando VII, que había venido a ponerse bajo el amparo del cura-caudillo.

A causa de este error, la carroza era objeto, no solo de una gran curiosidad, sino también de la mayor veneración (1).

(1) Alamán, Historia de Méjico, libro 2, capítulo 5.

De este modo, la sombra del rei Fernando guiaba, puede decirse, a los rebeldes que marchaban en Méji. co al asalto de la dominación española.

No obstante esta veneración idolátrica al monarca, cuya protección, aunque ineficaz, parecían agradecer, es razonable presumir que los indios tan vejados, tan oprimidos, no debían ser mui favorables a un réjimen político bajo el cual tenían que soportar tantas amarguras i tantas molestias.

De todas suertes, el espectáculo de tales sufrimientos alentaba a los indios no domados para continuar rechazando con la mayor enerjía el sometimiento a los españoles.

CAPÍTULO SEGUNDO

LOS INDÍJENAS I LOS CONQUISTADORES DE CHILE

Repartimientos de los indíjenas de Chile que hizo Pedro de Valdivia.— Tratamiento que les dieron los conquistadores.-Estraordinaria dismi nución de la población indíjena.- Primer alzamiento de los araucanos.— Distribución de nuevas encomiendas practicada por Villagra.-Providencias de don García Hurtado de Mendoza relativas a encomiendas.Proceso formado a los araucanos por el licenciado Herrera.

I

He procurado ofrecer un cuadro jeneral de la condición de la raza indíjena en la época colonial. Conforme al plan que he estado siguiendo, paso ahora a confirmar i aclarar la materia, investigando en particular lo que sucedió en Chile,

Cualquiera que, entre otros documentos primitivos de la historia de América, haya leído las cartas o relaciones que Pedro de Valdivia dirijió al emperador Carlos V, conocerá al punto (porque aquel capitán los espresa con todas sus letras) cuáles fueron los mó

AMUNÁTEGUI.-T. VII.

3

viles que impulsaron a los conquistadores españoles del nuevo mundo: el servicio de Dios, el servicio del rei, el servicio de sí mismos. Venían a procurar la conversión de los indíjenas al catolicismo, a asegurar su sometimiento al soberano de España, i a buscar qué

comer.

Los dos primeros objetos son mui fáciles de comprender.

Pero ¿qué llamaban buscar qué comer?

Poseer indios para hacerlos trabajar, especialmente en la esplotación de minas.

Era este el principal aliciente que atraía a los españoles; era este el principal recurso de que se valían los caudillos para alistar bajo sus banderas capitanes i soldados.

Apenas entrados en Chile, Valdivia i sus compañeros se informaron sobre el número de los habitantes para calcular de cuántos podría disponer cada uno según su jerarquía.

Los indios a quienes interrogaban les contestaron, sin saber bien lo que decían, ser mucha la población de la comarca que se estendía hasta el Maule.

Los españoles lo creyeron, tanto porque aquello les halagaba el deseo, como porque fué mui larga la lista de los nombres de los caciques, que, según los indios, rejían el país.

Valdivia, ansioso de complacer a los suyos, procedió, sin entrar en mas indagaciones, «porque así convino para aplacar el ánimo de los conquistadores», a lo que confiesa él mismo, a hacer una distribución aproximativa de indios imajinarios entre sesenta i tantos vecinos de la recién fundada ciudad de Santiago.

« AnteriorContinuar »