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don Mariano Moreno, y bibliotecarios el doctor Saturnino Segurola y el R. P. Fr. Cayetano Rodriguez.

La resolucion de la Exma. Junta satisface enteramente mis deseos, y me proporciona la complacencia de ver realizado un establecimiento que siempre anhelé, y que ya estaba para realizarse cuando Beresford ocupó esta capital.

Desde luego doy las gracias á la Exma. Junta, y aseguro á V. C. que pondré á disposicion del señor doctor don Mariano Moreno, no solamente los libros de la librería del colegio, inclusos los que ya tengo donados, sino tambien muchos de los de mi uso, que dejé en dicha librería cuando sali del colegio, y aun algunos de los que saqué conmigo, si se considerasen útiles.

Dios guarde á N. C. ms. as.-Buenos Aires, 10 de Setiembre de 1810.

Exmo. Señor.

Luis Jph. Chorroarín.

Exmo. Sr. Presidente Don Cornelio de Saavedra.

DECRETO-Contéstese dándole las gracias.
(Documento del Archivo General de Buenos Aires)

AL ADMINISTRADOR DE TEMPORALIDADES, PARA QUE SE DESOCUPE LA CASA EN QUE HABITA DON JUAN BALLES→ TEROS, DESTINADA PARA LA BIBLIOTECA.

Dispondrá V. m. que á la mayor brevedad se desaloje la casa que ocupa Don Juan Ballesteros perteneciente al

ramo de su cargo, por necesitarla el Gobierno para una Biblioteca Pública, á que la ha destinado.

Dios guarde, &.

Setiembre 12 de 1810.

(Documento del Archivo General de Buenos Aires)

ARTÍCULO PUBLICADO EN LA GAZETA DE BUENOS AIRES, RELATIVO Á LA BIBLIOTECA PÚBLICA, BAJO EL TÍTULO « EDUCACION ».

Los pueblos compran á precio muy subido la gloria de las armas; y la sangre de los ciudadanos no es el único sacrificio que acompaña los triunfos: asustadas las Musas con el horror de los combates huyen á regiones mas tranquilas, é insensibles los hombres á todo lo que no sea desolacion y estrépito, descuidan aquellos establecimientos que en tiempos felices se fundaron para cultivo de las ciencias, y de las artes. Si el Magistado no empeña su poder y su zelo en precaver el funesto término á que progresivamente conduce tan peligroso estado, á la dulzura de las costumbres sucede la ferocidad de un pueblo bárbaro, y la rusticidad de los hijos deshonra la memoria de las grandes acciones de sus padres.

Buenos Aires se halla amenazado de tan terrible suerte; y cuatro años de glorias han minado sordamente la ilustracion y virtudes que las produjeron. La necesidad hizo destinar provisionalmente el Colegio de San Carlos para cuartel de tropas; los jóvenes empezaron á gustar una libertad tanto mas peligrosa, cuanto mas agradable; y atraidos por el brillo de las armas, que habian producido

nuestras glorias, quisieron ser militares, ántes de prepararse á ser hombres. Todos han visto con dolor destruirse aquellos establecimientos de que únicamente podia esperarse la educacion de nuestros jóvenes, y los buenos patriotas lamentaban en secreto el abandono del gobierno, ó mas bien su política destructora, que miraba como un mal de peligrosas consecuencias la ilustracion de este pueblo.

La Junta se vé reducida á la triste necesidad de criarlo todo; y aunque las graves atenciones que la ogobian no le dejen todo el tiempo que deseára consagrar á tan importante objeto, llamará en su socorro á los hombres sabios y patriotas, que reglando un nuevo establecimiento de estudios adecuado á nuestras circunstancias, formen el plantel que produzca algun dia hombres, que sean el honor y gloria de su patria.

Entretanto que se organiza esta obra, cuyo progreso se irá publicando sucesivamente, ha resuelto la Junta formar una Biblioteca Pública, en que se facilite á los amantes de las letras un recurso seguro para aumentar sus conocimientos. Las utilidades consiguientes á una Biblioteca Pública son tan notorias, que seria escusado detenernos en indicarlas. Toda casa de libros atrae á los literatos con una fuerza irresistible, la curiosidad incita á los que no han nacido con positiva resistencia á las letras, y la concurrencia de los sabios con los que desean serlo produce una manifestacion recíproca de luces y conocimientos, que se aumentan con la discusion, y se afirman con el registro de los libros, que están á mano para dirimir las disputas.

Estas seguras ventajas hicieron mirar en todos tiempos las Bibliotecas Públicas, como uno de los signos de la ilustracion de los pueblos, y el medio mas seguro para su conservacion y fomento. Repútese en hora buena un rasgo de loca vanidad la numerosa Biblioteca de Ptolomeo Fila

delfo: setecientos mil libros entre el edificio antiguo de Ptolomeo Soter, y la nueva coleccion del templo de Sérapis, no se destinaron tanto á la ilustracion de aquellos pueblos, cuanto á ser una demostracion magnífica del poder y sabiduría de los Reyes, que los habian reunido. Asi los fines de esta numerosa coleccion correspondieron á el espíritu, que le habia dado principio; seis meses se calentaron los baños públicos de Alexandria con los libros, que habian escapado del primer incendio ocasionado por César, y el fuego disipó ese monumento de vanidad de que los pueblos no habian sacado ningun provecho.

Las naciones verdaderamente ilustradas se propusieron y lograron frutos muy diferentes de sus Bibliotecas Públicas. Las treinta y siete que contaba Roma en los tiempos de su mayor ilustracion, eran la verdadera escuela de los conocimientos, que tanto distinguieron á aquella nacion célebre, y las que son hoy dia tan comunes en los pueblos cultos de Europa, son miradas como el mejor apoyo de las luces de nuestro siglo.

Por fortuna tenemos libros bastantes para dar principio á una obra, que crecerá en proporcion de sucesivo engrandecimiento de este pueblo. La Junta ha resuelto fomentar este establecimiento, y esperando que los buenos patriotas propenderán á que se realice un pensamiento de tanta utilidad, abre una suscripcion patriótica, para los gastos de estantes y demás costos inevitables, la cual se recibirá en la Secretaría de Gobierno; nombrando desde ahora por Bibliotecarios á el Dr. D. Saturnino Segurola, y á el Reverendo P. Fr. Cayetano Rodriguez, que se han prestado gustosos á dar esta nueva prueba de su patriotismo, y amor á el bien público; y nombra igualmente por Protector de dicha Biblioteca á el Secretario de Gobierno Dr. D. Mariano Moreno, confiriéndole todas las facultades para presidir

á dicho establecimiento y entender en todos los incidentes que ofreciese.

(Documento del Archivo General de Buenos Aires.)

AL RECTOR DEL COLECIO DE SAN CARLOS, DÁNDOLE LAS GRACIAS POR LOS LIBROS QUE HA FRANQUEADO PARA LA BIBLIOTECA PÚBLICA.

En vista de la generosidad con que ofrece V., no solamente franquear los libros de la librería del Colegio de San Cárlos, inclusos los que ya tenía donados á ella, sino tambien muchos de los de su uso, con el interesante objeto de formar la Biblioteca Pública que ha determinado establecer la Junta, ha resuelto esta se den á V. las gracias por un acto que demuestra tanto el ilustrado patriotismo que lo anima.

Dios, etc.

Setiembre 15 de 1810.

(Documento del Archivo General de Buenos Aires.)

EL ADMINISTRADOR INTERINO DE TEMPORALIDADES, SOBRE EL DESALOJO DE LA CASA PARA ESTABLECER LA BIBLIOTECA.

Participa quedar desalojada la casa que ocupaba Da. Francisca Fermosel y Ballesteros, para formalizar en

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