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Ministerio de Relaciones Exteriores-Guatemala, Junio 7 de 1864.

Excmo. Señor.

Con verdadero sentimiento ha leido el infrascrito, Ministro de Reiaciones Exteriores del Gobierno de Guatemala, el despacho que se ha servido dirijirle el Excelentísimo Señor Ministro de igual ramo de la República del Perú, fechado el 26 de Abril último y relativo á las graves dificultades que han surjido desgraciadamente entre el Gobierno de esa República, por una parte, y el Comisario y el Comandante en jefe de las fuerzas navales de S. M. C. en el Pacífico por la otra.

La relacion que S. E. se sirve hacer de las causas que han producido las medidas extraordinarias tomadas contra las islas guaneras y contra un buque de guerra peruano, hace pensar al infrascrito que acaso esos actos habrán sido el resultado de una determinacion, cuya responsabilidad hayan querido asumir el Comisario y el Comandante en jefe de las fuerzas navales de S. M. C., y que cuando hayan sido sometidos esos hechos, que no parecen ciertamente conformes con los usos establecidos entre las naciones, al juicio ilustrado y recto del Gobierno de S. M. este no querrá cubrirlos con su alta aprobacion. Es de esperarse así de los sentimientos amistosos manifestados á estas Repúblicas en diferentes épocas y circunstancias por la madre patria, cuyo Gobierno ha mostrado su disposicion á reconocer la independencia y la soberanía de los Estados hispano-americanos y á estrechar con ellos los vínculos sagrados que ni el transcurso del tiempo ni los acontecimientos han sido parte á debilitar.

El Gobierno de Guatemala lleno, por una parte, de la mas respetuosa conside racion hácia la nacion española y su Gobierno, abriga, por otra, las mas naturales y vivas simpatias por las Repúblicas amigas y hermanas; y muy particularmente por aquellas con quienes, como sucede con la noble nacion peruana, le unen tratados de amistad. El infrascrito no necesita, pues, de espresar á S. E. el Sr. Ministro de negocios exteriores de esa República que Guatemala y su administracion hacen los mas sinceros votos porque se allanen esas dificultades y se haga plena justicia á los derechos del Perú. Se lisonjéa el infrascrito con la esperanza de que un exámen imparcial é ilustrado por el Gobierno de S. M. C., de los deplorables acontecimientos ocurridos últimamente, no dejará de conducir á tan satisfactorio resultado.

Esperandolo asi con el mas amistoso y cordial interes, el infrascrito aprovecha la oportunidad para ofrecer á S. E. el Señor Ministro de Relaciones Exteriores de la República del Perú, las seguridades de la distinguida consideracion con que tiene el honor de ser de S. E. muy atento seguro servidor.

P. de Aycinena.

Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores de la República del Perú.

Palacio Nacional-San José, Junio 1. de 1864.

Excmo. Señor.

Tuve el honor de poner en conocimiente del señor Presidente de la República el atento despacho de 26 de Abril próximo pasado que S. E. el señor Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, se ha complacido en dirijirme, relativo á la ocupacion de las islas guaneras por la escuadra española.

La gravedad de los acontecimientos que refiere el citado despacho, no ha podido menos de causar profunda impresion en el ánimo del Señor Presidente; y me ha ordenado participar á ese Gobierno los sentimientos que le inspiran el interes comun y la gratitud debida á la nacion peruana.

Costa-Rica no ha olvidado, ni podrá olvidar jamás, que en momentos supremos y en la hora del peligro, cuando este pueblo luchaba por su existencia, el Perú fué la única de las Repúblicas hermanas que le tendió la mano y le probó con hechos su simpatía por la causa de la nacionalidad é independencia, por cuya salvacion Costa-Rica derramaba su sangre.-Este recuerdo bastaria para que mi Gobierno sintiese cualquier conflictoen que el Perú se viera envuelto, como una calamidad propia.

Bien conocidas son la justicia, la moderacion y aun la generosidad que el Perú, desde su independencia ha observado en sus relaciones con los demas Gobiernos, y con los extranjeros avecindados en su territorio. En tal concepto mi Gobierno está persuadido de que toda cuestion que se suscite, debe encontrar solucion satisfactoria en una discusion pacífica y franca, sin que haya necesidad de apelar á medios violentos que tanto dañan el bienestar de los pueblos.

El carácter justo y caballerezco de la nacion española, tal como se ha mostrado en los recientes acontecimientos de Méjico, hace nacer la esperanza de que los alarmantes sucesos que revela la nota de S. E., no sean sino el resultado de equivocaciones que pronto cederán á un avenimiento honroso para ambas partes, y en que el Perú conserve toda su dignidad.

Injurioso seria para la madre patria, suponerle el insensato proyecto de recuperar sus extinguidos dominios en el continente americano, á riesgo de sucumbir en una empresa indigna de ella y del siglo en que vivimos, bajo el peso del ódio de tantos pueblos que en cincuenta años han aprendido á conocer todo el valor de la feliz trasformacion que de colonias las elevó á Estados soberanos é independientes.

Costa-Rica no crée, no puede convencerse de que el Gobierno de S. M. C. abrigue miras siniestras contra la integridad é independencia de los pueblos del nuevo mundo, y se entrega confiadamente á la fundada esperanza de que, como antes llevo expuesto, pueda fácilmente llegarse á un avenimiento honroso y pacífico.

La solidaridad de intereses que unen entre sí á todos los pueblos americanos, es para el Perú la mas segura prenda del interes que Costa-Rica tomará en el curso y definitiva solucion de este asunto que, por tantos motivos, afecta inmediatamente, nuestra independencia; y puede en tal concepto el Gobierno del Perú estar seguro de que, aunque pequeño é insignificante, este pais sabrá cumplir sus deberes siempre que llegue á ser que se atente contra la independencia y soberanía comun.

Soy con la mayor consideracion del Excmo. Señor Ministro, atento y obsecuente servidor.

J. Volio.

Al Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno del Perú.

REPUBLICA DE NICARAGUA.

Palacio Nacional-Managua, Junio 2 de 1864.

Excmo. Señor:

He tenido el honor de recibir y poner en conocimiento del Excmo. Señor Capitan General Presidente de esta República, la apreciable comunicacion de V- E. de 26 de Abril último, en que se sirve referirme los desagradables y violentos sucesos ocurridos en esa República, con ocasion de la llegada del Comisario del Gobierno español el Señor de Salazar y Mazarredo, apoyado por la estacion naval española en el Pacífico, que comanda el Contra-Almirante Pinzon, y el hecho de ocupacion de ocupacion de las islas de Chincha verificado el 14 del mes de Abril por el mismo Contra-Almirante al mismo tiempo que un buque de la escuadra peruana, izando en ellos la bandera española.

El Gobierno de Nicaragua siente vivamente tales hechos contra una República hermana y amiga, y tiene razon de esperar que el Gobierno español no apruebe la conducta de sus agentes, tanto mas cuanto la prudencia y moderacion del Gobierno peruano, no ha prestado ni presta motivo que la justifique; pero en el desgraciado caso de que la justicia y el derecho fuesen desoidos, Nicaragua nunca será indiferente á la cansa peruana, y unirá su voz á la de todas las Repúblicas independientes de América, y á la de todos los Gobiernos civilizados, y sus buenos oficios para procurar un avenimiento razonable de las cuestiones entre el Perú y la España, ó el restablecimiente completo de los derechos de cada uno, junto con el reconocimiento por la España de la independencia de esa República, tan necesaria á su seguridad futura como á la de la demas del Continente.

Así he tenido órden de contestar á V. E. para conocimiento del Exbmo. Señor Presidente de esa República; con cuya ocasion tengo tambien el honor de surcribirme de V. E. atento servidor.

Pedro Zeledon.

Excmo. Señor Ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de la República del

Perú.

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