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13). SS. MM. cristianísima, británica y los estados generales de las provincias unidas á interponer sus buenos oficios y amigables diligencias, para que en el congreso general se determinara la disputa de este maestrazgo. En un artículo separado del tratado de 14 de Junio de 1752 (pág. 47) dijeron los contratantes que buscarian con todas veras los medios amigables de componer esta diferencia, correspondientes á su alta dignidad y los mas proporcionados para que se establecieran con la mayor brevedad Y cuanto mejor fuese posible de comun consentimiento. Has ta ahora la cuestion no ha sido resuelta, y segun parece la corte de Viena no confiere los toisones fuera de Alemania ó de los príncipes de su familia.

§ IV. RELACIONES CONSULARES. El tratado de 1769 es de mucha importancia por haber determinado con bastante latitud las atribuciones, derechos é inmunidades de los consules de las dos naciones: hoy dia puede consultarse otro mas reciente celebrado con Portugal, que forma un reglamento completo del servicio consular. Al ocuparnos al fin de esta obra del cargo de estos agentes en general recordaremos las leyes y reales ordenes que les hacen referencia; ciñendonos por ahora á transcribir la real órden de 30 de Abril de 1827 en que á aconsecuencia de varias reclamaciones de la embajada francesa resolvió S. M. que los cònsules de esta nacion puedan recibir y legalizar protestas y documentos relativos á los buques y mercancias francesas, pero no ejercer jurisdiccion por no poder ser ejercida por otra autoridad que la local.

§ VI. RELACIONES GENERALES. Si aqui debieramos ocuparnos en recorrer uno por uno los tratados que se han celabrado con la Francia seria preciso seguir toda su historia con nuestra nacion y recordar muchísimos con que se arreglaron diferencias transitorias. ó en que se fijaron los destinos comunes de la Europa, de la cual son actas, mas bien que convenios de nacion á nacion. Limitado nuestro propòsito á dar conocimiento del estado presente de las relaciones y á reproducir tan solo aquellos tratados de alguna importancia sucesiva, hemos continuado en este párrafo todo lo que era de algun interés y ahora completaremos algun tanto el trabajo á fin de que al encontrarse mencionados algunos convenios se tenga almenos noticia de cual fue su contenido y su resultado..

Superflo seria que remontasemos esta historia mas allá del siglo decimosexto, cuando en los tratados posteriores, solo hallamos mencionado el de Vervins de 1598. Las rivalidades que aprincipios de aquel siglo dividian las naciones española y francesa acabaron por la guerra bajo un frivolo pretesto. Prisionero Francisco I en la memerable batalla de Pavia firmó un convenio por el cual obtuvo la libertad, pero que no se creyó obligado á cumplir luego que estubo en su reino. La guerra continuaba con ardor y casi todos los principes de Europa habian tomado parte en ella, cuando en 1529 se ajusto en Cambray tras largas y molesta's contiendas el tratado que la puso termino, en que los reyes de España y Francia sosegados mas bien que abenidos renunciaron á sus antiguos derechos y pretensiones particularmente el francés en las que alegaba sobre Lombardia y Nápoles.

La muerte de Esforcia sin desendiente avivó de nuevo la guerra sobre la sucesion del principado de Milan que prétendia el rey de Francia por parte de Valentina de quien era viznieta su muger Claudia; continuó aquella con suerte varia y despues de una larga tregua, ajustóse de nuevo la paz en 3 de Abril de 1759, siendo las condiciones, que hubiese amistad perpétua y sincera, renunciando las partes sus antiguas pretenciones y confirmando las alianzas; que procurasen con todas sus fuerzas mantener la religion católica y que se restituyesen mutuamente todas las ciudades y pueblos y los bienes á los proscritos, cortándose las causas sobre los escesos de los vasallos, con algunos otros artículos que no son relativos al territorio español, siendo uno de ellos la decision por árbitros del derecho de Valentina. Este tratado fué tambien celebrado en Cambray y con él se restableció la calma á toda la Europa por haberse comprendido casi todos sus príncipes.

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Entre tanto las doctrinas de Lutero tomaban cada dia nuevas fuerzas y con ellas los motivos de la discordia: en Francia habian encendido la guerra civil que la anegó en sangre y cuando el príncipe de Bearne Enrique 11. subiò al trono declarò la guerra á la España resentido del ausilio que habia dispensado, esta nacion á la liga. Despues de tres años de lucha la mediacion del papa llevò á los contendentes á una buena inteligencia y sus odios quedaron sufocados sino estinguido. Acordose que se juntarian en

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Vervins los ministros pleniplotenciarios que debian tratar de la paz y puestas las condiciones por escrito se hallan contenidos en 35 capítulos, cuyas bases principales son la revalidacion y firmeza de las condiciones de la paz de Cambray, la restitucion de las ciudades tomadas por unos y otros en la guerra, la libertad de los prisioneros y las protestas de no entender renunciar los derechos que no se habian espresamente renunciado.

La Francia y España conservaban aun sus motivos de rencor Y no se habian hecho bastante mal para reconciliarse sinceramente; así fué que la paz de Vervins se consideró tan sólo por Enrique II y Felipe 'como una tregua necesaria para el bien de sus negocios y de que solo querian aprovecharse para acometerse en adelante con mas vigor. En estas disposisiones era natural el que por una y otra parte no se cediese sino aquello que absolutamente no se podia reusar y que se hiciese caso de todo lo que podia producir alguna pretension y aun el rompimiento.

Continaba en Alemania la lucha entre protestantes y católicos , y con este pretesto la casa de Austria se encaminaba á sojuzgar a todo el cuerpo germánico, transformando su sistema federativo en una monarquiabereditaria. Creyó la Europa que estas miras sefian luego las de una dominacion universal y la Francia y la Suecia trataron de asegurar la independencia de los príncipes y estados particulares. En el reinado de Ferdinando II fa sublevacion de los protestantes del imperio obligó á los catòlicos á armarse en favor de su legítimo soberano, que aprovechando este indiscreto celo comenzó á ejercer en el imperio un poder arbitrario. La Alemania estaba procsiina á sucumbir y la pérdida de la libertad hubiera facilitado á la casa de Austria la ejecucion de sus proyectos cuando Gustavo Adolfo animado por los socorros de la Francia se declaró protector del imperio y llevó á él la guerra unido á las fuerzas protestantes. Esta guerra es una de las mas célebres de Europa; en ella fueron tomando parte casi todas las potencias, puso límites al poder de los príncipes austríacos, y la paz que le siguió mudó los intereses de la cristiandad y ha servido de base á todos los tratados posteriores.

Cansados los príncipes de la guerra firmaron en Am

burgo los preliminares de la paz cuyas conferencias principiaron en 1644. Los protestantes se juntaron en Osnabruch y los católicos en Munster: todo se trató con suma lentitud. esplorábanse unos á otros, las proposiciones mas sencillas ocasionabahlargas dificultades así es que duraron 5 años las negociaciones en que se trataba de desenredar un caos de intereses opuestos, de quitar á la casa de Austria provincias enteras, de restablecer las leyes y libertad del imperio y de poner, como dice Mabli, las manos profanas en el incensario, enriqueciendo á los protestantes á costa de los católicos para establecer entre ellos una especie de equilibrio.

Esta es la célebre paz de Vesfalia acta europea mas bien que tratado de nacion á nacion: firmóse en Munster en 28 de Octubre de 1648 el convenio del imperio con la Francia y la Suecia y á consecuencia del acuerdo de Nuremberg de 30 de Julio de 1650, Octavio Picolomini y Cárlos Gustavo fueron encargados de hacer ejecutar fielmente todo los articulos de ella.

Era de temer que la guerra que iba á continuar con mas ardor que nunca entre las cortes de Madrid y Versalles inutilizarse todos los esfuerzos y escitase otro nuevo incendio en Europa. Para evitar esta desgracia exigieron los plenipotenciarios de Francia (art. 3, 4, y 5 del tratado de Munster) que el imperio se obligase á no dar durante el resto de la guerra, ningun socorro directo ni indirecto al rey de España. Esta nacion se vió luego envuelta con la guerra contra Portugal y la Inglaterra, y cuando los sucesos de las armas no daban mas que pérdidas y desastres á una y otra parte, se estipularon en Paris los preliminares de la paz. Nombrados plenipotenciarios D. Luis de Haro por S. M. catòlica y el cardenal Mazarino por S. M. cristianisima pasaron a la frontera de los dos reinos despues de 24 conferencias fué concluida la paz en la isla de los Faisanes sobre el rio Vidasoa firmándose en 7 de Noviembre de 1659 el célebre tratado de los Pirineos el primero y mas importante de los que han arreglado nuestras relaciones' con el reino de Francia.

Apenas transcurridos ocho años que ya una nueva lucha armó las dos potencias vecinas, promoviola la ambicion de Luis XIV deseoso de redondear su reino con la Flandes, el Brabante y el Franco Condado. Pensòse sa

car partido del estado de debilidad en que se hallaba la España y en efecto los sucesos de las armas la fueron adversos en aquellas posesiones; mas en esta ocasion las mismas potencias que fueron sus enemigas cuando dominaba en Europa se hicieron aliadas suyas para impedir el demasiado poder de la casa de Borbon, y la Holanda y la Inglaterra se asociaron con la Suecia para aumentar la fuerza de la mediacion y acabar una guerra que no podia tener otro resultado que aumentar el poder de la Francia. Señalose la ciudad de Aix-la-Chapelle para celebrar un congreso y la paz se firmó en 2 de Mayo de 1668, por ella perdió la España una parte de la Flandes, sin que en cuanto á establecer el estado de las relaciones entre los dos paises hiciera otra cosa que renovar y confirmar en todos sus artículos el tratado de los Pirineos (art. 34 y 8 del de Aix-la-Chapelle ó Aquisgran).

Apenas habia cesado esta lucha cuando Luis XIV habiendo logrado atraer á su partido al rey de Inglaterra quiso vengarse de la Holanda, que recurrió luego al ausilio de la España, y empezò de nuevo el combate con la nacion francesa, Tambien se encendió en esta época la guerra en el norte de Alemania, y las armas francesas la llevaron á la Italia. Entonces empezó á creer la Europa que la ambicion de los franceses la amenazaba con los mismos peligros que habia temido de los sucesores de Cárlos V; aqui dió principio el sistema de equilibrio que tanto dominó posteriormente en los tratados de Utrecht, y el emperador y los Estados generales formaron la alianza que se llamo despues la grande alianza, por haberse aderido á ella todos los contrarios de la Francia. Los contratantes prometieron quedar unidos despues de la paz, ayu'darse mútuamente y no admitir proposicion alguna de ajuste sin que se les diese entera satisfaccion, estipulose tambien que s: Cárlos II de España moria sin sucesion se harian todos los esfuerzos para poner al Emperador en posesion de aquella herencia y que no se permitiria jamás que pasase al Delfin.

A mediados de 1676 bajo la mediacion de la Inglaterra empezaron en Nimega las asambleas para la pacificacion, fácil fué conocer desde las primeras conferencias que las negociaciones serian dilatadas. La España á cuya costa se hacia la paz sucitaba dificultades; mas al fin bizo su

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