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aunque consigas su gracia, no por eso vivas tan confiado, que desprecies á los demás. Las cosas humanas son perecederas, y se paga en el gobierno futuro la pena del menosprecio pasado...

69 Si conocès que el que manda no te quiere bien, disimulalo, y en ningun contingente te des por sentido, ni manifiestes contra él pasion alguna. No huyas de él en las funciones públicas, donde los demás concurren, que es gran locura tener con el superior alguna competencia. Si te negare algo por darte pesadumbre, no la recibas, ó á lo menos no te des por ententido. No por eso dexes de pe, dirle lo que hubieres menester, y te debiere de derecho, porque te privarás por un poco de entereza de conseguir lo que necesitas. Soy de dictámen, que al que sabes te quiere mal, le pidas mucho, para que ya que niegue algo, no lo niegue todo, y si lo que se pide es de justicia, está seguro de que no sentirá poco lo que negare, si no es brutal en la-con

ciencia.

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70. Algunas cosas que licitamente pudieres hacer sin su licencia, es cordura el pedirsela, pues se obliga el que gobierna de que su jurisdiccion se extienda.

71. Quando entendieres que inadvertidamente le ofendiste, no seas perezoso en ablandar su animo, satisfaciendo con disimulacion, y sin manifestar ni por indicios el que advertiste la ofensa.

72 Por ningun contingente le disgustes, porque siente mucho el poderoso una injuria, y no se recompensa con muchos servicios.

73 Quando tuvieres necesidad de alcanzar muchas cosas del que manda, no se las pidas todas juntas, porque no se enfade, y las niegue todas. No

pienses que las que te concede de gracia, se te deben de justicia, si quieres que te franquee otras.

74 No te embarazes en indagar si el superior hace mas favor á uno que á otro: contentate con su gracia, haz lo que te toca, y dexa correr las cosas sin afligirte por ellas.

75 Si fuere preciso contradecir su dictámen por ser nocivo al bien de la República, entra alabandole; pero al mismo tiempo manifiesta el perjuicio con razones eficaces, y consideraciones fuertes, mas no contrarias á las que él ha propuesto: de suerte, que entienda no tienes por fin el contradecirle, sino el acierto.

76 En caso que te veas favorecido del que manda, no te aproveches del favor para hacer mal á nadie. Grangea amigos, y no enemigos. Desprecia las murmuraciones nacidas de la envidia, que tengo por mejor suerte la del envidiado, que la del envidioso.

77 Al que te pusiese por intercesor en su pretension, aunque sepas que es descabellada, ofrecele con gusto, y semblante benigno tu mediacion. Si no sale bien el despacho, has cumplido con dar muestras de desearlo, y no se pondrá á tu cuenta la répulsa, sino al que no concedió la gracia.

78 78 Ten cuidado de ocultar en quanto puedas los favores que le debes. No seas molesto en concurrir á su casa por no cansarle, ni estorbar á los que entran á sus negócios; pero en servifle no seas pereni malogres las ocasiones que se ofrecieren

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para ello.

79 No le incites á que use de todo el poder de su oficio, persuadiendole á rigores injustos, y leyes desusadas, que permitirá Dios se vengan á executar en tu cabeza!:

'

80 Si en las conversaciones privadas que tuvieres con él, alcanzas las cosas que le ofenden en otros, huye por no disgustarle de cometerlas.

81 Quisiera no te dexases arrastrar del cruel dominio de la ambicion, que es un copioso manantial de innumerables vilezas, y una lima sorda que gasta la honra,corroe el alma,y extraga las conciencias.

82 Por larga que sea tu vida, la necesitas toda para reparar las lastimosas quiebras de tu casa, la enagenacion de tus rentas, el recobro de tus derechos, que por la profusa prodigalidad de tu padre, se hallan en un deplorable estado. Tu dilatada menor edad, la mala administracion de que abusaron con utilidad propia, y daño tuyo, los sugetos á quienes se fiaron tus rentas, el gobierno de tu persona, casa, y familia, son bastantes materiales para que te contengas en una vida privada, sin aspirar á empleos que te distraigan, y diviertan á otros asuntos extraños, y por lo regular peligrosos.

84 Estas consideraciones son tan poderosas, y tu capacidad tan penetrante, que me hacen esperar, no pienses mas que en cuidar de tí mismo, y de tus cosas. Si el apetito á ser visible te tienta, dedicale á hacerte respetar por la senda de una virtud heroica, y acciones que correspondan á tu nacimiento.

84 Mas si con todo no tuvieres fuerzas para vencerte, y dexar de caer en la flaqueza de verte distinguido con algun empleo en la República, encarecidamente te ruego le refrenes, y sigas con modesacion y autoridad, para que no llegue tiznada la honra que alcanzares.

85 Sea el mérito el fundamento legítimo de tus pretensiones; pero no por eso te descuides en cultivar la voluntad de los que proveen el mando. No

es

esperes

á

que la fortuna se entre por tus puertas sin buscarla , y aunque la experimentes contraria, no manifiestes algun desmayo.

86 Procura vivir con concierto, y cobrar reputacion, pues tienen los tiempos sus mutaciones, y quando en el presente sistema no te hagas lugar, será posible le logres ventajoso en el futuro.

87 Aunque te eleven á algun oficio por tu pro pia industria, dexa que corra la voz de que fue por gracia superior, y muestrate reconocido al que te lo dió, por mas que estés cierto de que te fué contrario.

88 Mas vale poseer con seguridad un empleo que viene tarde, que solicitarle anticipado con peligro, porque la fruta sin sazon luego se corrompe, y un edificio hecho aprisa, presto da en tierra, y se

arruina.

89 Si no estuvieres cierto de que el empleo que te ofrecieron es seguro, no hables de él, ni admitas parabienes, pues es torpeza del entendimiento exponerse al riesgo de que se burlen de una mal fundada confianza.

90 Jamas.en las elecciones te apasiones por nadie, y si la necesidad no te obliga, nunca te declares por alguno de los contrincantes.

91 Habla bien á todos, y de todos, y callando, y esperando, como no faltes á la ley de Dios, ni á tu honra, prefiere al que mejor te estuviere, sin duda sucederá si echas mano del benemérito.

que

92 No sigas al vencedor injusto, porque éste distribuye sin equidad los despojos. Si son pocos, y le siguen muchos, prefiere al amigo indigno, y engaque sobresalen con futuras esperanzas. 93 Quando no te hallares con partido, será cor

ña á los

du

dura darte por vencido, y sujetarte voluntariamente á lo que has de hacer por fuerza. Para que no se conozca que obras con ella, no aguardes al último aprieto: pero si el hecho es claramente contra tu conciencia, aunque te quedes solo, sigue tu dictamen.

94 Si en la eleccion salió el que no deseabas, no manifiestes tu disgusto, porque el electo no entre en sospechas.

95 Soy de sentir, que en todo lo que no se interese la ley santa de Dios, hagas lo que mejor te estuviere, que es lo que todos han de practicar contigo,

96 Aunque por tu corta edad está muy distante el tiempo en que puedas optar á algun puesto superior y remarcable, y para entonces las ocasiones y -la experiencia te habrán doctrinado; con todo no te dañará poner los ojos en algunas advertencias que to can al gobierno. Te servirán desde luego no solo para no extrañar las que ves en los que mandan, mas tambien para conocer por donde caminan, si te hallares con caudal para seguir sus pisadas.

97 Qualquiera superioridad es para los subditos de suyo muy pesada. Ha de procurar el que la rige no hacer su gobierno insufrible, manejandole con soberanía de Señor, sino con mansedumbre y amor de padre.

98 De gran importancia es que el que gobierna sea temido; pero mas vale que sea amado, y lo mejor es que le amen con respeto y reverencia.

99 Aunque haya practicado alguna cosa que le esté bien, si de suyo es odiosa, por ningun caso la apruebe, si no quiere que le aborrezcan, y aun se exponga á que le sindiquen las buenas. Si la práctica de estas es para remediar lo que toca al bien público, y ley de Dios, y le acarrea algun aborrecimiento, despreciele.

Tom. XXVI.

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