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Por constante política en todas las naciones se recogen los hijos vagos, y se les aplica. La sociedad no distingue clases para excepcionar los de los servicios que la son debidos: no bastan segun lo envejecido del daño, los remedios de la correccion y apercibimientos: es necesario todo el poder de la legislacion.

¿Que carrera se les dará á los tales hijos de los nobles, ya extrahidos del poder de sus padres, ya resignados estos á facilitarles por su parte la aplicacion? ¿Que otra mas conveniente que la del comercio? No han faltando críticos ( dice el autor de la Nobleza comerciante) que opinen impracticable el pensamiento, creyendo que el comercio necesita para emprehenderle caudal en dinero, no bastando el de la industria.

„La nobleza pobre (se hace cargo el autor del argumento de sus contrarios), es la que yo aplico al comercio, Este no se hace sin fondos efectivos: „aquella, ó tiene muy pocos, ó ningunos. ¿De que ૐ „modó, pues, podrán dar siquiera los primeros mpasos ?" }, 31.b

Quando la nobleza Genovesa (asi responde), Ve„neciana é› Inglesa, rompieron el hielo á las desco„nocidas sendas del Comercio, sin duda no fue la „nobleza rica, sino la pobre, la que dió los primeros pasos. Estos innegablemente fueron inciertos y ,,escabrosos: pero el tiempo los fixó , y la experiens! cia de haberse enriquecido unos nobles, excitó la ,,emulacion de otros á que los siguieran, y propa"gándose el espiritu de Comercio, se aumentó el ,,numero de los aplicados á su carrera.

,,Puede ser que entonces se suscitasen iguales du das, disipadas despues por la felicidad de los sucesos.

"Su

„Supongamos un noble (continúa el autor) en su ,,distinguida casa disputándole á sus hermanos el pe„dazo de pan que come bañado en lágrimas. Todo "quanto yo le pido, es que lleve el vestido que tal ,,vez le dió alguna persona caritativa, y que sepa leer, escribir y contar. Determinese á viajar en „navio mercante, le sobrarán proporciones.

,,Desde el dia en que se embarca, tiene asegurada su comida y sueldo, con la expectativa de "poder ascender á los grados de la Marina mercantil "en calidad de sobre-cargo, Piloto, y quizas Ca"pitan. "

„Al segundo viage, puede llevar su paquetilla ó "pequeña ancheta, que no pagando flete, comision ,,ni otros gastos, utilizará lo bastante en su venta. «

Al fin no necesita mas auxilio que su propia conducta. Ella es la que ha de labrar su fortuna, pues procediendo con honor exâctitud y fidelidad, se hará acreedor á que el Capitan ó dueño de navio, le interese en sus negociaciones, habilitándose para poder algun dia hacer por su cuenta el comercio y las expediciones.

No es imaginario el proyecto. Los repetidos exemplares comprueban su realidad. Declarese una guerra. El mar se puebla como la tierra de enemigos, en este caso transformado nuestro noble en guerrero, sirve en el corso al Rey y á la patria.

El Joven, que antes no se atrevia á exponerse al leve soplo del ayre, ni sufrir las intemperies de las estaciones, ya vencidos los riesgos del mar, acostumbrado á las tempestades, y con conocimiento practico en las maniobras se ha hecho un hombre de fierro.

"¿Serían acaso sus heridas menos gloriosas, por

no

no haberse recibido á bordo de un navio de guerra? No por cierto. Su mérito le puede elevar al "grado de Oficial en la Marina del Rey, de que hay repetidos exemplares en la Francia y España, adquiriendo nuevos, brillos su heredada nobleza.

Las factorias son otra de las sendas que condu„cen al Comercio. En las de Venecia, Génova, Flo<rencia y Londres, se oyen los mismos ilustres apellidos, que en el Consejo, Senado, Parlamento, Exercito y Armada (1)."

Es decir, que los Senadores, Generales y Parlamentarios no se desdeñan de tener á sus hijos ó hermanos en los escritorios y factorías.

En España, Portugal, y la Italia, tienen los hijos segundos de las casas distinguidas el recurso de Inglaterra, ocupándose en los escritorios y factorías. Madrid, Cadiz, Sevilla y otras Ciudades, ofrecen un seguro asilo á los nobles pobres, para la educacion y fortuna de sus hijos.

C...

Es mucha la nobleza que se halla en los individuos del Comercio. La quinta celebrada en Cadiz en 15 de Junio de 1762 acreditó esta verdad.

Las Montañas, Vizcaya, Navarra, Galicia y las demás Provincias del Reyno, tienen en el Comercio de la citada Ciudad personas muy distinguidas, que acomulando caudales, y regresando á su Patria, disfrutan en ella los primeros empleos, no haciendo mientras están ocupados en su trafico, jactancia de sus cunas sino quando la ocasion los obliga, teniendo sus executorias ó documentos como olvidados para la vanidad , pero muy presentes para arreglar

(1) El autor de la nobleza comerciante y de su ilustracion é respuesta.

glar su conducta al honor de su nacimiento.

Madrid no solo ofrece el refugio decente, y muy compatible con la nobleza á los nobles pobres en los escritorios, sino en las tiendas de los cinco Gremios mayores, por la particularisima distincion que S. M. (Dios le guarde) ha concedido á este cuerpo, por su instituto é importancia al Estado, Real Servicio, y causa pública, como se hará demostrable en su respectivo capítulo..

Todo individuo que vive sin alterar la sociedad, quebrantar sus leyes, defraudar los Reales derechos, motivar disensiones ni escandalos, es por estos principios merecedor de que la comunidad le estime, honre y distinga.

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Exâminense en Madrid, Cadiz, Sevilla y otras Cuidades, las causas criminales. Será muy rara ó nin guna la que se encuentre formada contra semejantes individuos jovenes de escritorio ó tienda.

Desde luego tienen probada la qualidad de buenos vecinos y socios, que agregada á la de las ventajas resultivas de su ocupacion, al público, exîgen de justicia la comun estimacion. ́1

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Todos los hombres tenemos igual origen. Uno fue el padre de quien derivamos. Las clases ó gerarquías, se erigieron á proporcion de lo que cada uno sirvió á la Patria, con su persona, caudal, talen&c. la qual en recompensa y premio del servicio, instituyó los honores, exênciones y privilegios, para distinguirle de los demás.

tos;

Supuesto que no todos pueden,ni hay necesidad de ello, emplearse en las carreras de las armas, letras, política, ni ser labradores, criadores de ganado, (socios utilísimos y muy recomendables á la comuniTom. XXVI.

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dad)

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dad) y que es menester haya Comercio; reflexionemos los pasos de un manzebo en las tiendas de los cinco Gremios mayores, y hallaremos á mas de la educacion christiana y timorata, (esto es notorio) el que diariamente vá adquiriendo conocimientos utilísimos en el Comercio, la confianza de su amo, ó patron, que segun su mérito le interesa en su compañía, y á su tiempo acumulado el caudal necesario establece por sí mismo su giro y casa siendo un individuo mas que concurre á la perpetuidad, sirviendo al Rey con los derechos que su tráfico adeuda, y en otras empre→ sas y á la Patria, porque distrae é impide el Comercio que haria un Extrangero.

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Comparese la educacion, y progresos de estos jovenes, con los de un noble orgulloso, vagabundo, y que mira con horror el Comercio, y habrá de confesarse el mérito de aquel á la estimación pública, al paso que el desprecio á que es acreedor el otro.

Preguntemos en las Montañas, Vizcaya, Navarra 2 y otras Provincias, ¿quién ha reedificado las casas solares de los mas ilustres defensores de la Religion, Rey, y Patria: establecido obras pias: casado parientas huerfanas, sino los hijos de aquellos Pueblos, que desprendidos en tierna edad, han hecho su fortuna por el-Comercio, entrando por las puertas de factores, escritorales, ó mancebos de tienda?

No niego haya habido muchos que por otras carreras hayan hecho lo mismo; pero son mas los de aquella clase. Si los padres de los tales Montañeses Vizcaynos, Asturianos &c. á título de descendientes de los conquistadores, por no haber empleos para tantos, hubieran descuidado su aplicacion, desdeñado -el Comercio, y rehusado el que fucsen factorcitos,

de

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