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cionan sus negociaciones. Las correspondencias en otros parages de las Americas, son medios conducentes á la prosperidad de su trafico. No queda ramo que no adopten de las muchas negociaciones que se ofrecen en una expedicion Americana. Giros de letras, remision de frutos á los Paises extrangeros en cambio de los géneros que necesitamos, y finalmente, quanta actividad exîge el comercio, toda se halla en el que hacen los cinco gremios mayores. De suerte (recopilándolo todo), que las fábricas mantenidas en Valencia á sus expensas, las que por sus consumos sostienen en otras Provincias, sus expediciones Americanas, el establecimiento de casas en Cadiz y Mexico, la provision de los géneros de fuera del Reyno por su cuenta, asi para ics embarques, como al fin de surtir sus tiendas, las remesas de las lanas (mal necesario, pero inexcusable mientras no se aumenten nuestras manufacturas), el giro de letras y las demás negociaciones que han actuado y executan, han sido golpes fatales contra el comercio extrangero, le ha debilitado mucho, con tribuyendo á las decadencias de varias de sus casas. Críticos presumidos de estadistas y políticos ¿qué se responde á unos convencimientos tan constantes y evidentes? Discurrid, pensad, (creo os vendria mejor en otro sentido) si puede darse un comercio mas importante al Estado y á la nacion? Examinad las máximas que constituyen un verdadero comerciante, y las hallareis adoptadas todas por los cinco gremios mayores. No os dexeis seducir de los dictamenes de los extrangeros interesados en el descredito de un cuerpo, que se les hace tan formidable , y que temen fundadamente acreciente sus fuerzas y poder.

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Acordaos de que sois Españoles individuos de la sociedad del Reyno, á la que le importa la subsistencia de un cuerpo que le rinde tan considerables utilidades y ventajas. ¿Es posible se aplauda el merito de las casas extrangeras, y se vitupere una nacional? Yo lo he oido con imponderable sentimiento. Tal casa es poderosa, es mucho su credito, formalidad, buena fe &c. Estas son expresiones muy comunes en los tales presumidos políticos. Pues desengañense, que el aplauso á la casa extrangera á costa del desprecio de la española es una ofensa que se hace á la Nacion. No es mi animo singularizará los cinco gremios mayores: es una pura referencia del merito de sus negociaciones, que conocerá y habrá de confesar qualquiera que lo examine con imparcialidad é indiferencia. Es verdad que hay en Cadiz casas verdaderamente Españolas muy acaudaladas, que trafican y hacen grandes negociaciones por su cuenta: pero ni son bastantes á contrarrestar al extrangero, ni le actuan tan extensivo en sus ramos como los cinco gremios mayores. Carecen igualmente de la calidad de mantener fábricas, dedicarse al giro de letras, remision de frutos á los extrangeros, y otros tráficos que abrazan los cinco gremios. No se les degrada su merito á las muchas casas españolas acaudaladas, y verdaderamente patriotas de la Andalucia. Son utilísimas al Estado y á la Nacion, han hecho grandes servicios á la corona, como se dixo en su respectivo capítulo. Muchos de los citados comerciantes han retirado sus gruesos capitales del comercio, y los han empleado en casas costosísimas, cuyo destino priva á la sociedad de la circulacion que tendria aquel caudal su estanco (digasmolo asi) es origen de menos masa circulante. Este es uno de los argumentos que cali

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fican la triste situacion de nuestro comercio Ame ricano. La fabrica de casas se ha aumentado á cor respondencia que aquel se ha deteriorado, y se ha buscado un arbitrio en tales fondos para asegurar los caudales.

sobre los excesivos.

Sin embargo convendria que el Gobierno restringiese por medio de su eficaz providencia, la libertad de los tales acaudalados costos en la fábrica de las casas, pues aquellos dispendios son quantiosos, y en la circulacion producirian grandes utilidades. Este cuerpo formado de los cinco gremios mayores, ha adquirido á pesar de sus enemigos, considerable credito en la Europa, cediendo su reputacion en beneficio del Estado. „El encargado en el gobierno de qualesquier Reyno (refle,,xîona un político) antés de declarar ó aconsejar el "rompimiento de una guerra, debe instruirse á fon„do y muy particularmente, no solo de las fuerzas "por mar y tierra de la Nacion contra quien se haya de romper, sino del estado y situación de su comer„cio, caudales, giros, y recursos que tenga para soste„tenerla. Debe combinar y calcular las facultades de „su Nacion, y de la que mira como enemiga. Ha de „exâminar qual tiene mas seguros arbitrios á mante„nerla por mas tiempo.« Al auxilio de estos calcu los, examen y combinaciones, adquiere un juicioso conocimiento , y podrá aconsejar con acierto al Soberano. No ha de omitir el reflexionar en qué consiste, y quál es la riqueza real de la Nacion á que quiere mover la guerra, quáles los medios de haberse enriquecido durante la paz, y quáles los motivos de la decadencia que haya tenido en algun tiempo. Estos antecedentes le harán conocer mo y por quantos años podrá sostener la guerTom. XXVI.

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ra.

ra (1). En dictamen de este gran político, el Ministro instruido se contendrá en declarar la guerra, ni dar motivos de queja á una Nacion, que al auxilio, no solo de las fuerzas de mar y tierra, sino de su comercio, pueda sostenerla sin su total ruina por mucho tiempo. Aplicada la máxîma al caso de que alguna Potencia (Dios no lo permita) excitase la guerra (ó quisiese moverla) á España, el gran crédito de los cinco gremios mayores en toda la Europa, sería precisamente uno de los objetos de sus meditaciones y calculaciones, no ignorando sus fuerzas y vastas negociaciones de que se hallan encargados, y que les facilitan entre otras grandes ventajas la de un apronto, y provision por muchos años de viveres para el Exercito, en los parages dondo se necesitasen. Tampoco se le podia ocultar al tal Ministro, que aunque por la guerra se interrumpe el comercio, y no podrian redimirse los cinco gremios de padecer algo en el suyo; pero que no le abandonarian, pues se prevaldrian de los muchos recursos que les proporciona lo extensivo de su tráfico y caudales. Sufririan menos quebranto que los particulares, porque sus muchas fuerzas le harian mas soportable qualesquier golpe. Auxiliarian su navegacion con comboy de guerra, que es regular se les permitiese. Se valdrian para la Europa de vanderas neutrales. Correrian sus polizas de seguros, sobre plazas y personas del mayor crédito para asegurar los acaccimientos de la guerra. Tal vez firmarian su compañía otras polizas como aseguradores. Tomarian y darian tambien dinero á riesgo. En una palabra, balancearian unas negociaciones con otras, á fin de compensar con

(1) El señor Dovenant en su Arismetica politica.

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la utilidad que reportarian sobre tal dependencia, la pérdida ó quebranto que otra les produxese. Su habilidad , y aplicacion de este cuepo le haria conocer, y sus correspondientes en toda la Europa se lo avisarian, las disposiciones ó fundadas conjeturas de rompimiento con anticipacion, y procurarian por medio de permisos, almacenar los correspondientes repuestos de géneros en las Americas.

las reglas,

Quanto se ha expuesto es nibelado por práctica y experiencia. La guerra es ruina para unos, y fortuna para otros, dentro de la misma clase del Comercio. En Cadiz se han destruido por la guerra muchas casas, y se han levantado otras. Consiste la diferencia, ó en el siniestro acaecimiento del aprestamiento, ú otro que destruye absolutamente al Comerciante, ó en lo mal premeditadas expediciones. El primer caso no arruinaria absolutamente el Comercio de los cinco Gremios , porque como se supone, que no se habrian zeñido precisamente á una negociacion, y que en la expedicion de navio habrian abrazado todas las que el fecundísimo campo del Comercio ofrece; la pérdida de una, se compensaria con la ganancia de otras, y siempre les quedaban fuerzas, no solo en las riquezas reales, sinó en las de su crédito.

No hay el peligro (y es el segundo caso) de que por mal premeditada la expedicion sea ruinosa. Bastaria para fundamentar este prudente concepto, el que tienen los cinco Gremios mayores de su buena conducta: pero asi para acallar á los presumidos políticos, como porque la mayor exôrnacion, ó explicacion sirve de instruccion, me detendré algo en la materia. La falta de conocimiento en las verdaderas máximas de Comercio; la privacion de las noIi 2

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