Almanaque de Bogotá i guia de forasteros para 1867

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Imprenta de Gaitán, 1866 - 384 páginas
 

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Página 96 - Desde este momento, Españoles Americanos, os veis elevados a la dignidad de hombres libres; no sois ya los mismos que antes encorvados bajo un yugo mucho más duro, mientras más distantes estabais del centro del poder, mirados con indiferencia, vejados por la codicia, y destruidos por la ignorancia.
Página 333 - Tan sólo él conoce su bien y es dueño de su suerte; pero no un poderoso, ni un partido, ni una fracción. Nadie, sino la mayoría es soberana. Es un tirano el que se pone en lugar del pueblo; y su potestad, usurpación.
Página 334 - Yo quiero ser ciudadano para ser libre y para que todos lo sean. Prefiero el título de ciudadano al de Libertador, porque éste emana de la guerra, aquél emana de las leyes. Cambiadme, señor, todos mis dictados por el de buen ciudadano.
Página 96 - Tened presente que al pronunciar o al escribir el nombre del que ha de venir a representaros en el Congreso Nacional vuestros destinos ya no dependen ni de los ministros, ni de los virreyes, ni de los gobernadores; están en vuestras manos.
Página 151 - Cinco años hace que salí de esta capital para marchar a la cabeza del ejército libertador, desde las riberas del Cauca hasta las cumbres argentinas del Potosí. Un millón de colombianos y dos repúblicas hermanas han obtenido la independencia a la sombra de vuestras banderas, y el mundo de Colón ha dejado de ser español. Tal ha sido nuestra, ausencia.
Página 152 - El voto nacional me ha obligado a encargarme del mando supremo; yo lo aborrezco mortalmente, pues por él me acusan de ambición y de atentar a la monarquía, ¡qué! ¿me creen tan insensato que aspire a descender? ¿no saben que el destino de libertador es más sublime que el trono?
Página 168 - Las provincias del centro de Colombia forman un Estado con el nombre de Nueva Granada: lo constituirá y organizará la presente Convención.
Página 259 - ... contemplando luego el anchuroso abismo, aquel infierno de agua en millares de olas que batiéndose contra millares de olas, ya caen precipitadas, ya se levantan más enfurecidas, braman, conmueven el monte, y lanzándose unas sobre otras desaparecen como relámpagos. ¡ Qué sensaciones debe experimentar el que, desde un balcon al parecer suspendido en las nubes, mira tales horrores ! . . Todo contribuye...
Página 265 - ... tu choque oyendo. Su cabeza de juncos ven ceñida Y de silvestres ovas, Y su capa de púrpura teñida, Los montañeses, y oyen el concierto De su laúd divino, al brillo incierto De la pálida luna Cuando en silencio está todo el desierto. ¡Prodigio del Creador! ¡oh! ¡nada falta A tu gloria! Pictórico horizonte Delante se abre; antiguos como el mundo Los árboles se elevan en tu monte ; Solemnes armonías Resuenan en tu seno ancho y profundo : Flores, aromas, luz y movimiento ; Aire esencial...

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