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Despues de varios combates de resultado mas o menos prós. pero, Bayer ocupó a Popayan (fines de junio de 1816) i se puso en comunicacion con los realistas de Quito, que por el impulso que les daba el presidente Montes, i bajo el mando del activo jeveral Sámano, habian avanzado victoriosos por agnella parte para consumar la pacificacion del vireinato.

En esa época ya los españoles gobernaban tranquilamente en la capital. El 5 de mayo, Madrid, Serviez i muchos otros jefes evacuaron la ciudad, conduciendo un cuerpo de tropas, que en breve comenzó a dispersarse. La-Torre entró a Bogoiá el dia siguiente, i se inició en el gobierno con la publicacion de un bando en que ofrecia amplio indulto a los patrio. las que depusieran las armas i que volvieran a sus ocupaciones habituales. La poblacion se manifestaba bien dispuesta en favor de los españoles que terminaban la guerra de aquel modo, cuando llegó Morillo a la capital (26 de mayo). Su presencia iba a cambiar radicalmente aquel estado de cosas.

Despues de la ocupacion de Cartajena, i de haber dispuesto el fusilamiento del jeneral Castillo i de siete de los mas importantes prisioneros, Morillo se habia Jirijido a Alompox, a orillas del Magdalena, en marcha para la capital. Alli hizo ahorcar a otros patriotas, llevando su furor hasta hacer decapitar el cadáver del teniente coronel don Fernando Caraba ños, que falleció en un calobozo momentos ántes de la ejecu cion. Sus subalternos repilieron estos actos en otros puntos Al saber la ocupacion de la capital, encargó a La Torre (22 de mayo) que apresara a los patriotas mas comprometidos;i cuatro dias despues, cuando el mismo Alorillo entró a la ciudad, se cumplieron estas órdenes con todo rigor. Las cárceles fueron estrechas para encerrar los presos, i fué necesario habilitar al efecto dos conventos. Morillo se negó obstinadamente a recibir a nadie, para no or solicitudes de los patriotas, i pasaba el dia entero ocupado en leer los documentos oficiales del gobierno rerolucionario que habian quedado abandonados, para rastrear en ellos la culpabilidad de los insurjentes.

Para desembarazarse de aquellos oficiales que se habian manifestado dispuestos a seguir una política conciliadora, Morillo hizo salir de la capital con cornisiones militares a los coroneles Calzada i La Torre. En seguida anuló el indulio promulgado por el segundo de esos militares, i publicó otro jan lleno de restricciones que todos los patriotas se consideraron escluidos de él. Entonces organizó un consejo de guerra permanente, institucion que luego se jeneralizó en otras provincias, encargado de juzgar a los autores de la re

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volncion de la independencia, con arreglo a las prescripciones de las leyes españolas que se refieren a los tumultos, desórdenes i asonadas. Ese tribunal, compuesto de militares oscuros i ruines, despertó los temores i recelos de todo el mundo. Morillo mismo cometió la imprudencia de anunciar en una proclama, el 1.° de junio, i cuando los procesos estaban apenas iniciados, que ciertos caudillos revolucionarios que señalaba, pagarian sus fallas en el cadalso. Al mismo tiempo, creó un consejo de purificacion, tribunal encargado de juzgar a los patriotas que no merecian pena capital, i a los que querian justificar su conducta por haber desempeñado cargos públicos durante la revolucion.' Entonces tambien se creó la junta de secuestros, encargada de confiscar para el real tesoro los bienes de los parriotas. Desde luego, quedaron embargados todos los que pertenecian a los numerosos presos que se hallaban encerrados en las cárceles, i a los revolucionarios que andaban fujitivos.

El 5 de junio de 1816, tuvo lugar en Bogotá la primera ejecucion capital. La víctima fué el jeneral don Antonio Villavicencio, aquel comisionado de la rejencia de Cádiz que habia pasado a Nueva-Granada a manifestar las benévolas intenciones del gobierno español, i que, como americano,

i habia tomado parte en la revolucion. El pueblo vió luego renovarse los espectáculos de este jénero. Hombres distinguidos por su probidad i patriotisino, que habian ocupadu la primera majistratura, como Torres, Lozano, Robira i Torrices, u militares como Baraya i Montúfar, fueron ejecutados como traidores al rei. Don Francisco José Caldas, el célebre malemático, astrónomo i naturalista de Bogoiá, quizá la priinera ilustracion científica de la América española, fué fusilado el 30 de octubre de 1816, porque habia servido de inje. niero a una de las divisiones del ejército independiente. Estas ejecuciones iban acompañadas de circunstancias atroces. Se trasladaba a las víctimas al pueblo de su nacimiento para aumentar las angustias de sus familias. En poco tiempo, Mo. rillo habia hecho fusilar 125 hoirbres notables, haciendo alarde de estas atrocidades, por haber "'espurgado el vireinato, decia, de doctores i letrados, que siempre son los promotores de rebeliones,, (2). "Si el rei quiere sostener estas provincias,

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(2) Puede verse en la Historia de la revolucion de Colombia, por Restrepo (1.. edicion) tomo X, páj. 152 una lista nominal i cronolójica de aquellas victimas. Tenemos motivos para creer que esa lista es income pleta.

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decia a su gobierno el jeneral pacificador, debe mandar que se tomen las mismas medidas que se emplearon en los tiempos de la conquista."

Pero la maldad de Morillo fué mas lėjos todavía. No le bastó fusilar i perseguir a los hombres, sino que quiso afrentar a sus esposas. El gobernador de Santa Fé de Bogotá, coronel don Antonio Maria Casano, simple instrumento del jefe pacificador, dió el 25 de junio de 1816, una órilen para que las fainilias de los revolucionarios fueran confinadas a diversos puntos, i confiadas al cuidado de los curas i alcaldes provinciales, a fin de que éstos cuidaran de su educacion moral i relijiosa, i corrijierali asi "la corrupcion de costumbres i la vida licenciosa i perversa que los innovadores turbulentos i desleales establecieron.” Morillo, soldado grosero, queria asi infamar a las señoras que se habian distinguido por su patriolismo i sus virtudes.

A estos vejámenes, se siguieron otros. Los pacificadores impusieron contribuciones, mullas i trabajos forzados para la apertura de caminos, emprendidos principalınente con un objeto militar. La inquisicion fué restablecida; i ese tribunal se estrenó en sus funciones haciendo quemar públicamente todos los libros que no estaban escritos en español o en latin, por contener, decia, principios impíos i heréticos. ¡A tanto llegaba la ignorancia de los jefes españoles i de sus ajentes! En las provincias se repitieron los mismos horrores. Los coroneles españoles don Francisco Warieta i don Carlos Tolrá, desplegaron un alianero despotismo en Antioquía i en Popayan, mandando azoiar por mero capricho i arrancando el dinero con tormentos.

Por fin, Morillo salió de Bogotá en viaje para Venezuela (20 de noviembre); pero dejó en el gobierno de la capital al brigadier Sámano. Ci virei Montalvo quedó en Cartajena alejado de los negocios i anulado por el jeneral pacificador. Sámano desplegó en el gobierno el carácter feroz que habia distinguido a Morillo, i mereció la confianza de éste hasta el punto de solicitar del rei que lo nombrara virei de NuevaGranada. Fernando VII concedió a Sámano aquel título a fines de 1817. Durante su admioistracion, es verdad, fué resTeblecida la audiencia (27 de mayo de 1817) i promulgado un indulto que abrió las puertas de las cárceles a muchos presos

a que jemian en ellas desde un año atras por el delito de patriolismo (18 de junio); pero se repitieron las ejecuciones capitales i se mantuvo en pié el réjimen del raas rudo despotismo. El 14 de noviembre fué fusilada por la espalda en la plaza

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de Bogotá, una joven llamada Policarpa Salvatierra, porque habia preparado la fuga de algunos patriotas condenados a servir en el ejército realista.

Al terminar el año de 1816 toda la Nueva-Granada quedaba sometida a la dominacion española, abatida i aterrorizada. Los pacificadores creian terminada su obra i así lo comunicaban al rei, llenos de orgullo. Sin embargo, en los llanos de Casanare comenzaron a aparecer las guerrillas patriotas que, a las órdenes de don Juan Galea i de don Ramon Nonato Pérez, arrojaron de esa provincia a los españoles i sostuvie. ron la lucha en los momentos en que parecia perdida la causa de la revolucion neo-granadina: "La historia, dice un distinguido escritor aleman, presenta pocos ejemplos en que se encuentre en el mismo grado que entre los revolucionarios de la América española esa preseverancia en la adversidad, esa abnegacion de sí mismo, esa facilidad para soportar las privaciones i para sufrir penas i trabajos indecibles, ese espíritu de adhesion siempre presto a sacrificar a los penates de sus padres el reposo i la propiedad, la salud i la vida (3).” Cuando Morillo referia al rei los triunfos de sus soldados tenia cui. dado de decirle que apesar de ellos el ejército pacificador estaba reducido a un esqueleto, i que necesitaba prontos i copiosos refuerzos. “Si los rebeldes pierden terreno, escribia en 1816, reconcentran sus fuerzas, i al fin se encuentran en mejor situacion que nosotros para mantenerse en el puesto que quieren ocupar”' (4).

(3) G. G. Gervinus, Historia del siglo XIX, tomo VI, páj. 147 de la traduccion francesa.

(4) Para formar este capitulo he seguido casi como única autoridad la obra ya citada de Restrepo, en la cual el primer volúmen de la segunda edicion contiene la historia de la revolucion neo-granadina con grande acopio de datos i pormenores. Las Memoirs of Bolivar por el jepcral Ducoudrav-Holstein (Londres 1830, 2 vols), libro escrito con mucho ódio al Libertador, contienen algunas noticias mui interesantes sobre el sitio de Cartajena que, sin embargo, no deben recibirse sin reserva.

CAPITULO VIII.

Revolucion de las Provincias Arjentinas.

El virei Hidalgo de Cisneros. --Sublevacion de Cháicas i de la Paz.

Revolucion del 25 de mayo de 1810: instalacion de una janta de gobierno.-Primeras campañas en el Alto Perú, el Paraguay i la Ban. da Oriental.-Disenciones civiles en Buenos Aires.- Derrota de Huaqui; el primer triunvirato. -Alto Perú; campaña de sarratea en la Banda Oriental - Victoria de Salta; deriotas de Belgrano en el Alto Perú.-Campaña de la Banda Oriental; rendicion de Montevideo.Critica situacion de la revolucion arjentina; azares de la campaña del Alto Perú.-El director Alvarez; derrota de Sipe-Sipe.-Congreso de Tucuman; declaracion de la independencia.

(1808–1916)

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EL VIREI HIDALGO DE CISNEROS.-El vireinato de la Plata estaba gobernado er 1803 por el héroe de la lucha contra los ingleses, don Santiago Liniers(1). Carlos IV, en premio de sus importantes servicios, lo dejó en el cargo de virei que el pueblo le habia confiado, i le concedió el título de conde de Buenos-A ires. La noticia de los sucesos ocurridos en Es. pasa en la primera mitad de aquel año, produjo en Buenos. Aires una natural perturbacion. Los españoles lemieron que Liniers, como frances de nacimiento, se dejase arrastrar por sus simpatías de nacionalidad hacia los invasores de la península. Napoleon habia despachado a Buenos-Aires emisario, para obtener el reconocimiento de la nueva dinastía en el trono español, al misino tiempo que la junta de Sevilla enviaba otro co:nisionado para hacerse reconocer en el vireinato de la Plata. Liniers, apesar de todas las desconfianzas a que su nacionalidad habia dado orijen, hizo la jura del rei Fernando VII el 21 de agosto de 1808.

La plaza de Montevideo estaba mandada por el coronel español don Francisco Javier Elio, hombre altanero i atrabiliario que no podia perdonar a Liniers su rápida i merecida elevacion. Cuando llegó a aquella ciudad el comisario espasol, Elio trató de indisponerlo con el virei, haciéndole creer que este alto funcionario abrigaba simparias disimuladas por los franceses i que habia hecho una favorable acojida al einisitrio de Napoleon. El brigadier don Manuel José Goyene

(1) Véanse las páj. 137 i siguientes de este mismo tomo.

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