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Bolívar continuó el sitio de Angostura; sin embargo, los' españoles mandados por el jeneral don Miguel de Latorre habrian resistido mientras dominaran 8118 naves en el Ori. noco. Pero Bolívar contaba' con un poderoso ausiliar: se ha. bin puesto de acuerdo con el alınirante Brion, i éste debia operar en el rio con su escuadra. En efecto, las naves de Brion, acompañadas por una division de pequeñas embar. caciones que mandaba un piloto venezolano, don Antonio Diaz, se acercaron a la desembocadura del Orinoco. En un combate brillante sostenido contra fuerzas mui superiores cerca de la isla de Pagallos, las fuerzas sutiles que inandaba Diaz abrieron a las naves patriotas la entrada del rio (8 de julio). Brion pasó en efecto con su escuadra, i remontando el Orinoco sué il juntarse con Bolívar para alacar al enemigo. No llegó el caso de empeñar un coinbate: el jene. ral Latorre, creyéndose perdido, evacuó la plaza de Angos. tura i toda la provincia de Guayana (17 de julio), dejando así a los in lependientes la llave de todo el pais.

EL CONGRESO DE CARIACO; trágico FIN DE PIAR.La ocupacion de la Guayana por las armas patriotas tenia una grande importancia militar. Sirvió ademas para consolidar la autoridad de Bolivar, tan menoscabada poco antes por los primeros contratiempos de la campaña. Los jefes que servian a sus órdenes, i entre los cuales figuraba Berinúdez, el mismo que lo liabia insultado en Güiria, reconocieron en él al jeneral hábil i emprendedor que podlia dirijir la guerra con acierto i con audacia.

En esos momentos era mas que nunca necesaria la sumi. sion de los jefes que servian a las órdenes de Bolívar. Apar. te de la guerra, contra los españoles, que entonces comenzaba solamente, surjia entonces un peligro nuevo i tal vez inas inmediato entre los mismos patriotas.

El jeneral Mariño se mantenia aun en la provincia de Cu. maná, donde su ejército ocupaba algunos puntos. A mediados de abril llegó a Carúpano el canónigo don José Corres Madariaga, aquel tribuno de oíjen chileno que el 19 de abril de 1810 decidió la caida de Emparan i la instalacion del primer gobierno nacional de Venezuela. Enviado a Es. paña por Monteverde en calidad de prisionero, fué encerra. do en los presidios de Ceuta, de donde se habia escapado hacia poco. Cortes venia ignorante de todo lo que habia ocurrido durante su cautiverio; i pensando en sublevar de nuevo a toda Venezuela, publicó un manifiesto en que recomendaba la formacion de un gobierno representativo naci

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do del voto popular, i combatia las autoridades militares que la revolucion se habia dado. En seguida se presentó a Mariño en el pueblo de San Felipe de Cariaco e indujo a éste a convocar un congreso. Eran tales la sngacidad i el en. tusiasmo del canónigo chileno que consiguió seducir a sus propósitos a algunos personajes que, como el neo-granadino don Francisco Antonio Zea, gozaban de una merecida reputacion de hombres serios i discrelos. El congreso se insta. ló en Cariaco el 8 de mayo (1817); pero era tan reducida la porcion de territorio en que doininaba Mariño, que solo se juntaron diez diputados elejidos por unos cuantos pueblos i villorrios. El congreso restableció el gobierno federal, confió el mando supremo a una junta compuesta de dos individuos i el mando de las tropas al jeneral Mariño.

Bolívar, como debe suponerse, desconoció la autoridad de aquel congreso, en cuya instalacion solo veia peligros para la causa de la patria. Por fortuna, Brion, que en el principio habia reconocido el nuevo gobierno, se separó de él e hizo con su escuadra la importante campaña del Orinoco que aseguró la libertad de la Guayana. Otros jefes patriotas, i entre ellos el valiente jeneral Urdaneta i el co. ronel don José Antonio Sucre, lan famoso mas tarde en la historia de la revolucion hispano-americana, desobede. cieron los mandatos de Mariño, i fueron a ponerse a las órdenes de Bolívar. Pero no faltaron militares que abandonasen a este último para reconocer la autoridad del congre60. Piar fué de este número: solicitando del Libertador una licencia temporal, que éste le concedió con dificultad, trató de fomentar la discordia entre los patriotas, haciendo al efecto al Libertador las mas injustas inculpaciones.

Habiendo hecho una inútil teirtativa para atraerse nuevamente a Piar, Bolívar se resolvió a obrar enérjicamente. Convocó una junta de guerra, i asegurándose allí que todos los jefes reconocian su autoridad, dió la orden de apresar å Mariñoi a Piar para poner término a la constante discordia que trababa cada dia mas la marcha de la revolu-. cion. Para asegurarse de la fidelidad de las tropas, Bolivar prometió solemneinente a sus soldados, como recompensa de sus servicios, la distribucion de los bienes confiscados a los españoles durante la guerra (10 de setiembre). El jeneral Bermúdez, que despues de sus antiguas desobediencias habia llegado a ser uno de los jefes mas fieles a Bolívar, fue encargado de apresar a Mariño; pero con consentimiento del Libertador, le permitió retirarse a la isla de Margarita, Piar,

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fujitivo i abandonado por todos, fué aprehendido en Aragun por Cedeño, que lo condujo a la presencia de Bolívar. Un escarmiento solemne era indispensable para acostumbrar a los jefes a la subordinacion. Bolívar formó un consejo de guerra presidido por el almirante Brion i compuesto de je.

nerales i coroneles del ejército. El infortunado Piar fué i condenado a muerte, i en virtud de esta sentencia, fusilado

j en presencia de todo el ejército. Sufrió la última pena con la misma serenidad e intrepidez que habia demostrado en todo tiempo (16 de octubre).

Esta ejecucion, i la retirada de Mariño a la Margarita afianzaron la subordinacion del ejército i pusieron fin al cáos que hasta entonces habia reinado en el mando militar. Én seguida, i para manifestar que queria compartir con otros el peso del gobierno en tan difíciles circunstancias, organizó Bolívar un consejo de estado compuesto de trece iniembros en cuyas manos depositó una parte del poder público, conservando, sin embargo, el mando del ejército i la direccion jeneral de los negocios (10 de noviembre).

CAMPAÑAS DE PAEZ EN EL OCCIDENTE.-Mientras Bolivar i sus compañeros abrian la campaña libertadora de Venezuela en las rejiones orientales, otros patriotas sostenian una lucha heroica en el estremo opuesto de la república. Los patriotas que defendian la provincia de Barinas habian querido abandonarla cuando viendo a los realistas vencedores en todas partes creyeron imposible la resistencia. Entonces apareció un guerrero formidable que, con mui escasos recursos, supo tener a raya a los españoles i alcanzar sobre ellos brillantes ventajas. Era este el capitan venezolano don José Antonio Paez,

el Libertador Bolívar, pero que por su osadía estraordinaria, por su incansable actividad i por su abnegacion i patriotismo, casi alcanzó a compartir con él el prestijio i la autoridad. En los momentos en que el jeneral neo-granadino Ricaurte (el hermano del famoso héroe de San Mateo) enfermo i abatido, se preparaba para evacuar el pueblo de Guasdualito i retirarse a Casanare (Nueva-Granada) porque no podia resistir a las fuerzas con que marchaba contra él el coronel español don Francisco López, Paez, simple capitan entonces, se ofreció a rechazar a los realistas, si se le dejaban tropas con que defenderse (16 de febrero de 1816). El capitan Paez recibió el mando de quinientos jinetes; i en la tarde de ese mismo dia, fué a atacar a López, que con mil seiscientos hombres

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i dos cañones ocupaba un sitio denominado Mata de la miel. Aprovechándose de las tinieblas de la noche, cayó sobre los realistas con tanto ímpetu que los destrozó completamente, causándoles una horrible mortandad, les quiló gran número de armas i de caballos i les tomó cuatrocientos prisioneros, a quienes perdonó la vida con una jenerosidad poco acostuinbrada en aquella terrible lucha. Cuatro meses mas tarde, ha. biéndose presentado de nuevo López con un ejército de dos mil hombres, fué rechazado otra vez por las tropas indomables de Paez, en el combate del Mantecal junio de 1816).

En esa época el gobierno independiente, habia dejado de existir en Bogotá. El brigadier español don Miguel de Lalo. rre ocupó la provincia de Casanare en persecusion de los patriotas que venjan de la Nueva-Granada para escapar de Jas venganzas de Morillo. Paez reconcentró sus fuerzas en la parte sur de la provincia de Barinas (2), i estableció su cuariel jeneral en el pueblo de Guasdualito. Los patriotas, así venezolanos como neo.granadinos, pensaron en establecer alli un gobierno que diese unidad a los esfuerzos comunes; i reuniéndose en una junta (16 de julio), nombraron presidente de la república al doctor don Fernando Serrano i jefe del ejército al coronel don Francisco de Paula Santander. La graduacion de Paez fué sin duda causa de que no hubiera alcanzado puesto alguno de importancia en aquella eleccion; pero la elevacion de Serrano i de Santander suscitó desde luego sérias dificultades. Ambos jefes eran neo-granadinos, abogados convertidos en militares por las necesidades de la guerra, que no tenian prestijio alguno entre los soldados venezolanos. Así fue que ese gobierno duró mui corto tiempo: el descontento de las tropas se manifestó por alarınantes sínlomas de rebelion; i los oficiales patriotas, reunidos en una junta, convinieron, de acuerdo con el mismo Santander, en proclamar a Paez jefe politico i militar de la provincia. Los mismos militares lo nombraron jeneral de brigada, con el pensamiento de hacer mas respetable su autoridad.

Venciendo dificultades i superables para cualquier otro

(2) La provincia venezolana de Barinas era mui estensa bajo la do. minacion española. Posteriormsnte se ha formado de una parte de ella, al sur del rio Apure, la provincia de este nombre en que se hallan situados los pueblos de Guasdualito, Achaguas i otros que fueron teatro de las hazañas de Paez. Véase sobre esto el excelente Atlas de Venezuela por Codazzi.

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hombre, recomenzó Paez las operaciones. Sus soldados, fal tos de todo, de vestidos, de alimentos, de armas i de municiones, seguidos de mujeres i de niños "sin hogar ni patria, dice un historiador venezolano, representaban a lo vivo la imajen de un pueblo nómade que, despues de haber consumido los recursos del pais que ocupaba, levanta sus tiendas para conquistar otro por la fuerza." Los caminos estabanı intransitables a consecuencia de las lluvias de la estacion; pero Paez, dejando a los emigrados en un punto que creyó seguro, marchó resueltamente sobre Achaguas, pueblo venezolano situado cerca de las orillas del rio Apure. En el camino batió otra vez mas al coronel español López en el sitio denominado Yagual (8 de octubre), i cinco dias despues ocupó la ciudad de Achaguas.

Paez habria querido atravesar el rio Apure para invadir la parte norte de la antigua provincia de Barinas; pero las lanchas cañoneras de los españoles se lo impedian. Una casualidad le permitió vencer aquel inconveniente. Queriendo castigar a un oficial llamado Peña, que habia ejecutado mal una órden, Paez le mandó que atravesase el rio en una chalupa con ocho hombres, i que se arrojase sobre el campo enemigo a medio dia, en la hora en que el calor de los trópi. cos enervaba las fuerzas de los soldados (8 de noviembre). Este ataque imprevisto esparció por el momento un repentino terror en el campo realista: Paez se aprovechó de esa con: fusion para pasar el Apure con todas sus fuerzas i terminar la derrota i dispersion de los enemigos. El mismo coronel Ló. pez fué apresado i muerto, sin que Paez hubiera alcanzado a snlvarle la vida. Los patriotas avanzaron hasta el pueblo de de Nutrias, i mantuvieron la guerra a ambos lados del Apure durante todo el resto del año de 1816.

CAMPAÑA DE MORILLO EN VENEZUELA; ES RECHAZADO EN LA MARGARITA.-Cuando Morillo habia llegado a América en 1815, Venezuela estaba casi completamente sometida. Al marchar a Nueva Granada, creyó que la paz se mantendria inalterable en aquel pais; pero luego supo la rebelion de la Margarita i la espedicion de Bolivar al continente. En el principio, se limniió recomendar a los jefes subalternos que habia dejado en Venezuela que no diesen paz ni descanso a los patriotas i que los castigasen con la mayor severidad. Canallas i malvados eran los títulos que Morillo prodigaba en su correspondencia a los patriotas venezolanos. Mientras tanto, la insurreccion, aunque contrariada por la escasez de recursos i por las disensiones de sus jefes, se desarrollaba

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